Capítulo 15. Fitzgerald
Atsushi estaba sentado en una silla atado por Rashoumon, el albino no lograba moverse pero tampoco abría la boca – maldita sea, ¿Cuándo abrirás la boca? – se quejó Akutagawa
― Nunca necesito de medicamentos así que... no sé cómo hacerlo abrir la boca – se quejó Oda
― Si dejaras de ser un mal educado sería más fácil Atsushi – se quejó Ango
― Atsushi, abre la boca ya – dijo Akutagawa molesto – si no la abres volveré a ahogarte
― ¿en serio es necesario que lo ahogues cada vez?
― Así lo controlo, no es mi culpa que le guste eso – se quejó Akutagawa
― Dejen de pelear – dijo Ango – tengo una idea. Estén preparados
El azabache de lentes tapo la nariz de Atsushi, el albino aguanto y aguanto, hasta que no pudo más y abrió la boca para respirar, en ese momento, Akutagawa metió la cuchara en la boca del albino y Ango lo soltó – ¡aag! Qué asco, ¡sabe horrible!
― Eres peor a un niño pequeño
― ¡pero sabe horrible! – se quejó Atsushi una vez más
― Chicos, vayan a limpiar el establo – dijo Ango cansado
― Claro "señor me voy con otra mujer para no limpiar" – se quejó Akutagawa
Atsushi lo tomo y salieron del lugar, Ango estaba molesto, suspiro profundo al verlos irse - ¿Cómo te fue en la semana? – pregunto Ango
― Akutagawa sabe comportarse, hace lo que quiere pero siempre hace lo que debe hacer
― ¿ellos han intimidado?
― No hasta donde sé, incluso, parece que ni se han besado
― Eso tampoco es bueno y lo sabes
― Lo sé, aunque deseo que sigan así
― Salgamos hoy
― ¿Por qué? ¿A dónde?
― Vamos al pueblo cercano, llevemos a las niñas
― Oye, tú lo que quieres es que
― Ellos deben hacerlo, si no Atsushi seguirá enfermándose, lo sabes ¿no es así?
― Lo sé pero...
― Vamos está noche, las niñas amaran ir a ver los campos allá
― Comprendo – suspiro profundo Oda – bien, les diré a las niñas hoy que regresen
Atsushi entró a la casa, no había escucha la conversación, pues pensaba en otras cosas – papá, Byakko casi no tiene zanahorias - dijo el albino - ¿puedo ir por unas?
― Claro, toma el dinero – dijo Oda
Atsushi fue a la alacena, tomaba algo de dinero cuando Ango le miro – Atsushi, saldremos hoy tu padre y yo – dijo el azabache
― Claro Ango-san
― ¿puedes traer algunos víveres para el viaje?
― Oh, claro ¿Cuánto debo tomar de dinero?
― Ven acá
El albino se acercó, Ango le dio varios billetes y el albino se sorprendió – Ango-san esto es mucho – dijo el albino
― Compra zanahorias para todos, compra los víveres, lleva a Akutagawa, compren algo rico entre los dos – dijo el azabache
― Cla-claro – sonrió – gracias Ango-san
Atsushi salió de la casa, llego al establo y miro al azabache acariciando a Byakko – Ryu
― ¿Qué quieres animal?
― Vamos al pueblo por víveres
― ¿de nuevo?
― Ango y Oda saldrán en la noche, necesitan cosas para el viaje
― Espera ¿saldrán? ¿Qué tan lejos?
― Es el pueblo cercano pero en el auto de Ango-san se hacen dos noches y un día
― ¿y el día?
― Seguro que lo ocupan para arreglar cosas del gobierno
― Co-comprendo ¿y tus hermanas?
― Imagino que... - lo miro – cierto, preguntaré que comprar para ellas – dijo volviendo a la casa
Akutagawa trago saliva en seco y miro a Byakko – tu dueño es muy estúpido – dijo y el caballo asintió con la cabeza - ¿me dejaras montarte? – Pregunto y el caballo se quitó del lugar – idénticos tenían que ser – se quejo
Atsushi y Ryunosuke arribaron al pueblo, el azabache llevaba una semana allí pero estaba acostumbrado a todo, a sus hermanas, a sus padres y a la irritante alegría del albino. La verdad... era una divertida y tranquila convivencia. Entendía que debía respetar a Ango pero no le apetecía, más había ganado puntos al decir que se quedarían solos.
Akutagawa estaba absorto en sus pensamientos y el por qué le dejarían solo con el albino, hasta que escucho una presentación – es el hermano Akutagawa, se quedará en mi casa unos días – decía Atsushi
― Pensé que tu familia no era católica – dijo aquella
― Es un favor que hacemos, Akutagawa necesita estudiar los girasoles – sonrió Atsushi – Yosano-sensei ¿Cuándo volverá a salir?
― Quizá este fin de semana – menciono la mujer alegre – hay una nueva temporada de vestidos que me muero por ver – suspiro – bien, nos vemos Atsushi, un gusto hermano Akutagawa – menciono mientras se iba con sus compras y el azabache solo se inclino
― Yosano-sensei atiende a mis hermanas – decía Atsushi – cada que se enferman vamos con ella
― Comprendo
― Te llevaremos con ella si lo necesitas
― No es lo que pensaba – dijo el azabache mirando al albino quien tomaba los víveres - ¿Qué debemos comprar?
― Víveres para los cuatro, zanahorias y – sonrió al azabache – Ango-san me dio dinero extra para ti y para mi
― Ya veo
― Dime ¿Qué quieres que compremos? – pregunto sonriente.
La sonrisa del albino sonrojo al azabache, momentos así eran los que sacaban a Akutagawa de su caparazón – vaya, vaya, miren quien tenemos aquí – escucharon la voz de aquel fastidioso chico, si, era Francis Scott Fitzgerald
― Scott, ¿Qué haces aquí? – pregunto el azabache mientras tomaba la mano del albino, no quería problemas en un lugar tan publico
― Lo mismo que ustedes, vine de compras – menciono el rubio
― Iré a otro pasillo – dijo Atsushi serio. Dio media vuelta y se alejó del rubio. Scott sonrió
― Es un chico adorable – menciono tomando unas zanahorias
― Habla por ti – respondió el azabache tomando un franco con jalea
― Sabes, es debe ser duro tener que estar en familia ¿no? – decía Scott pero el azabache siguió por el pasillo, el rubio le siguió sonriente - Más cuando te alejan de tu doctrina
― ¿Qué pretendes? – pregunto entrando en el nuevo pasillo
― Solo quiero que veas tu error, dejes al chico y me dejes tenerlo
― ¿Por qué haría algo así?
― Por qué protegería al mundo con él, tu... no lograrás mucho pero en mis manos seríamos invencibles
― No me subestimes – dijo molesto el azabache
― Ni hablar de ese cuerpo que tiene, prefiero a las mujeres de buen ver, pero Atsushi tiene ese sello de ternura y sensualidad, esos ojos furiosos son los que más me atraen – mencionaba Scott.
El azabache se molestó de sus comentarios, miro el pasillo camino ligeramente mientras Scott le seguía. El chico continuaba hablando del cuerpo del albino, el azabache se detuvo sonrió a Scott – tienes razón, me volveré más fuerte, Atsushi y yo defenderemos el pueblo – dijo y le miro a los ojos – oh cierto, y si tiene un excelente cuerpo – tomo la caja de condones a su lado y la metió en su propia canasta – muy bueno en verdad – confirmo sonriendo burlonamente y con ello se marchó. Scott no le siguió, se cruzó de brazos y siguió por otro camino.
Akutagawa alcanzo a Atsushi a dos pasillos adelante, el albino sonrió de verlo solo, el azabache simplemente suspiro – deberías usar más ropa – se quejo
― ¿Por qué?
― Pueden ver tus tobillos, cuello y brazos
― Estas exagerando
El azabache se acercó, ladeo ligeramente su cabeza y soplo al cuello del albino creando que Atsushi diera un brinco y casi tirara las cosas que cargaba – O-oye
― Lo vez, no exagero – hablo serio
― To-tonto – menciono el albino sonrojado
Atsushi salió primero, iría a comprar unas manzanas en un puesto de enfrente, el azabache se encargó de pagar – caballero ¿los lleva? – pregunto el cajero mirando la caja de condones, el azabache la había olvidado, aun así vio serio al cajero
― Si
...
Atsushi y Akutagawa regresaban a la casa, allí Oda, Lucy y Kyouka esperaban a Atsushi para la cena – vaya por fin llegan – dijo Ango – vamos a cenar
― Si – sonrieron
Con la cena, todo estuvo tranquilo, incluso Lucy estaba tranquila, Ango estaba serio aunque eso no era raro y Kyouka emocionada por el viaje. – Apúrate papá, ya hay que irnos – decía Kyouka
― Aún hay tiempo Kyouka
― Si, deja a papá comer tranquilo – se quejó Atsushi
― ¿Por qué tienen que ir al pueblo? – pregunto el azabache
― Solo unos pedidos y pasar tiempo con las chicas – respondió Ango
― Atsushi es modelo viejo - menciono Lucy burlona
― Oye – se quejó Atsushi
― No peleen – dijo Oda
― No peleamos – respondieron Lucy y Atsushi
― Atsushi – le llamo Lucy
― ¿mmm?
― Te traeré camaleones – mencionaba Lucy y Atsushi sonrió amplio
― Gracias
Los chicos y los adultos se despidieron y ver a Atsushi bostezar antes de irse dejo a Oda con un sentimiento de seguridad pero al día siguiente sería diferente, no iba a poder evitarlo, sentía un dolor en el pecho pero solo si no era ese fin de semana, solo sería cuestión de tiempo. Abrazo con gran fuerza a Atsushi, acaricio su cabello y su mejilla – pórtate bien ¿sí? Se buen chico Atsushi
― Siempre papá – sonrió el albino. Abrazo con fuerza al pelirrojo - cuídense todos
Y con finas palabras, se marcharon por fin.
...
Scott estaba recostado en su cama, miraba con fijado al techo - ¿Por qué el tigre no quiere venir conmigo? – Se preguntó a sí mismo – use la colonia que mi padre me dijo, eh incluso lo alague, mi padre quizá esté en un error ¿Por qué sabría tanto del tigre? Es... un chico lindo pero mi padre sigue diciendo que es súper fuerte y especial – suspiro – no comprendo
― Joven Fitzgerald, el amo Fitzgerald está buscándole – escucho desde la puerta de su habitación
― Ya voy nana – respondió el rubio y suspiro
Scott salió de su habitación, fue hasta el despacho, estaba vacío y aunque el lugar era enorme, un pequeño teléfono le acompañaba, tomo aquel teléfono y lo puso en su perfil – buen día Padre – dijo con el teléfono
― Scott, buena noche. ¿Qué tal te va en Japón?
― Lo mismo que en américa, tengo amigos, buenas calificaciones
― ¿y el chico demonio del que hablamos?
― Va en el salón de al lado o iba mejor dicho
― ¿iba?
― Padre tiene un cazador
― Eso es imposible, está diseñado para no alinearse a nadie
― ¿Cómo puede ser eso posible?
― Escucha Scott, ese chico le pertenece a los Fitzgerald. Tráelo de vuelta – aquella voz sonaba fría, sin sentimientos. Scott se asustó solo de escucharle al teléfono
― L-lo se padre pero su cazador
― ¡te dije que no puede tener uno! – grito haciendo al niño estremecer – escucha Scott, la familia ha puesto todas sus esperanzas en ti. Consigue al chico por buenas o por malas
― Co-comprendo Padre
― Ahora, ve a dormir, en Japón ya es tarde
― S-si Padre
Scott escucho el sonido de fin de llamada, suspiro y colgó su teléfono, miro hacia la ventana – Atsushi debe ser mío – expreso serio.
...
En América, el día era soleado, una hermosa mujer rubia miraba por la ventana mientras que un rubio ya algo canoso tomaba un vaso de cristal con agua fría – estas siendo duro con Francis – dijo la mujer
― La familia lleva generaciones buscándolo – dijo el rubio - mi padre murió por buscar a ese chico
― Frances ¿Por qué dejas a Francis ir solo?
― No tengo la fuerza que tiene Francis, el dominará a ese demonio así fue como el pacto se realizó con Abadón
― El príncipe necesita a una sangre noble
― Y Francis es el más noble de los Fitzgerald
― Las iglesias se volverán locas
― Pero acabaremos con todo Zelda, ese chico traerá al ángel de la muerte y no habrá más demonios
― Nuestro hijo se volverá loco
― Podrá soportarlo, es la gracia que nos dio Abadón, soportar a su hijo
― Cuando me case contigo no dijiste nada sobre que mi hijo sería sacrificado
― Dará pureza al mundo
― Hemos hablado de esto Frances – se quejó la mujer – si no amas a Francis entonces
En cuanto eso, el tiempo se detuvo, Fraces sonrió – Hola Abadón – saludo sin ni siquiera voltear
― Hola Fitzgerald – respondió aquel encapuchado sentándose frente a él - ¿otra pelea con tu esposa?
― Sigue sin aceptarlo, no importa, borrare sus recuerdos de nuevo
― Déjala, creo que se está volviendo loca – menciono el hombre
― Bueno... la locura siempre es buena – sonrió amplio mientras tomaba el vaso de agua de France y lo tomaba - ¿Cómo está mi hijo?
― Francis dice que esta con un cazador – dijo molesto
― ¿y sus sesos no estallaron al hacer el contrato? – pregunto Abadón
― ¿Qué tratas de decir?
― Que si alguien hace un contrato con Atsushi solo explotaría por la sobre carga – sonrió amplio – significa que ese chico es fuerte
― Francis puede hacer cosas mayores y lo sabes
― Si bueno – rodeo el vaso con sus dedos – ustedes solo lo logran porque tienen protección mía
El rubio se enojó y miro con ese enojo al encapuchado – Abadón, tenemos un trato – dijo serio
― Si, por supuesto – sonrió amplio – los tratos entre humanos y demonios son... increíbles
El encapuchado desapareció, France miro a Zelda convulsionarse, corrió hacia ella mientras pedía ayuda.
...
Esa noche, en Japón, mientras todos dormían, Chuuya se despertó de golpe, despertó a Dazai con sus gritos, la agonía era parte de ellos - ¡DAZAI! – Grito – DUELE, HARDE MALDITA SEA, ¡HIJO DE PUTA! – Dazai se sorprendió primero por los gritos pero lo que vio le dejo aún más sorprendido, Chuuya tenía su forma demoniaca, su piel pintada de negro pero con la gran diferencia que tenía símbolos rojos en todo su cuerpo, Chuuya seguía gritando, atrayendo a más personas de la iglesia
― ¡Chuuya! – grito Gogol al verle iría con el pero Fyodor detuvo a Gogol
― No está bien, no lo toques – dijo Fyodor
― No tiene nada malo – se quejó Dazai mirándolos, tomo a Chuuya y esté se quejó de dolor – Fyodor ayúdame a ponerlo en mi espalda – pidió el castaño
― ¿A dónde lo llevarás? – pregunto Ougai
― Con Atsushi-kun – dijo el castaño
Dazai salía de la iglesia junto con Chuuya en su espalda, Shibusawa los miro desde el segundo piso, nadie había notado su sonrisa – así que... el gran Abadón está por aquí
...
La capucha negra se movía por el clima frio donde estaba, la gran sonrisa se asomaba, la luna llena brillante se pintaba de rojo y la oscuridad llegaba al cielo – pronto nos veremos... hijo
...
¡Hola! ¿que puedo decir?
Bueno... Lamento mucho informales que no tendré más capítulos de esté fanfic hasta el proximo fin de semana, cuando mucho el jueves. ya que para el 14 de Marzo me hice un tiempo para celebrar el día blanco. Como sea, espero poder tener el siguiente capitulo para entonces si no... bueno lo lamento tendrán que esperar
pd. ¡El encapuchado ha llegado a Yokohama!
pd2. sorry es que amo al personaje del encapuchado por todo lo que he escrito en notas para él, espero que les agrade el personaje, pronto sabran más de él.
¡Gracias por leer!
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