Capítulo 11. Reconocimiento y convivencia

Por la mañana temprano, Atsushi se había despertado como siempre, miro a su lado y grito al ver al azabache, fue tanta su sorpresa que el azabache término en el suelo y Atsushi encima de él. Oda obviamente había llegado a la habitación, el verlos en aquella posición lo hizo enojar – ustedes... - dijo molesto Oda

― Lo siento papá, me olvide de Ryunosuke y al despertarme me asuste – dijo el albino y el azabache suspiro

― Bien, pero quítate de encima – pidió. Atsushi se quitó  mientras el bostezaba - ¿Qué mierda de hora es? - pregunto

― Las cuatro de la mañana – dijo Oda y miro al albino - ¿Quién hace el desayuno?

― Lucy – decía Atsushi estirándose – iré con Daisy – dijo mientras comenzaba a quitarse la camisa

Oda tapo al chico y el azabache volteo la mirada - ¿te olvidas con quien estas? – pregunto Oda molesto y el albino se sonrojo. Todo su ropa y salió de la habitación para cambiarse en otra - ¿Qué esperas? Levántate

― ¿Por qué lo haría? – dijo el azabache molesto

― ¿Por qué crees que Ango no se queda en esta casa?

― Por qué se casó con otra - aquello en verdad hizo enfadar a Oda 

― No se queda en esta casa, porque nos levantamos a las cuatro de la mañana a limpiar, alimentar y cultivar – sonrió el pelirrojo – esta es una granja y si vivirás de ella, debes cuidar de ella

― Maldición... - se quejó el azabache

Oda le dio ropas al chico, un pantalón y una playera, Akutagawa bostezaba a cada momento mientras acompañaba a Atsushi en los establos – esto es cansado – se quejó el azabache

― Estarás bien, Kyouka se queda dormida en el desayuno – decía Atsushi – pero te ayudaré

― ¿lo haces a diario?

― Nos turnamos, mañana me toca a mí hacer el desayuno

― Sinceramente quiero probar como cocinas – menciono el azabache acercándose al albino y Atsushi se sonrojo – oye, no te haré nada, creo que eres genial pero... apenas nos conocemos

― Lo sé... -trago saliva – es que no puedo evitarlo... - el albino se encogió de hombros y miro al azabache de reojo – me gustan tus ojos... - menciono y el azabache se sorprendió, sonrió y acaricio el cabello del albino

― A mí los tuyos, y tu cabello es suave – menciono - ¿quieres contarme más de ti?

― ¿le contarás a ese señor viejo raro? – pregunto el albino y el azabache intento no reír, intento.

― No diré nada – sonrió el azabache – esto será entre tú y yo, siempre – dijo y el albino sonrió

― Hablemos en el jardín después de desayunar – dijo el albino – tengo hambre

― ¿Entre los girasoles? – pregunto el azabache – el sol es radiante

― Sí, pero hay un árbol más al oeste, te llevaré allí te encantará, me ayudará a explicarte muchas cosas – sonrió Atsushi dejando la comida de Byakko mientras acariciaba al cabello – Byakko, él es Akutagawa – dijo el albino al caballo – siempre si se volvió mi cazador

― Esté ya se volvió raro – se quejó el azabache – iré por Oda para preguntar sobre medicamentos

― No tomo nada – se quejó el albino – le cuento todo a Byakko, le conté de ti la semana pasada

El azabache se acercó serio al caballo y suspiro profundo - Bueno... - hizo una pausa – es un placer conocerte Byakko – menciono y el caballo bajo la cabeza y volvió a subirla. Atsushi sonrió

― Le agradas.

― ¡Atsushi! ¡hermano Akutagawa! Vengan a desayunar – grito Lucy

Mientras desayunaban, Akutagawa y Kyouka se habían quedado dormidos encima de la mesa, Atsushi le miro divertido – entonces, ¿el hermano Akutagawa tiene una misión de campo? – preguntaba Lucy

― Si, vivirá con nosotros unos años – decía Oda – como son hombres, Atsushi y él dormirán juntos, no quiero que estén molestando al hermano Akutagawa y menos a Atsushi

― Claro papá – decía Lucy estirándose – de por sí, tu cumpleaños fue raro y ahora con el hermano aquí es mayor – se levantó – bien, te ganaré el baño para ir a la escuela

― En realidad... hoy no iré a la escuela - dijo Atsushi

― ¡¿ah?! – grito la pelirroja – tienes que ir

― El hermano Akutagawa necesita de ayuda sobre unas ruinas y clérigos, la escuela le dio permiso como proyecto final a Atsushi

― ¿mi hermano no ira a la escuela? – pregunto Lucy

― Solo de vez en cuando... - menciono Atsushi – está bien, solo le quedaban dos meses al sistema escolar, esperaré por los exámenes de admisión a la universidad

― Bien – dijo Lucy molesta mientras se levantaba – será mejor que el hermano Akutagawa te enseñe más cosas geniales y así tus calificaciones sigan subiendo

― Claro – sonrió Atsushi

Lucy despertó a Kyouka, se arreglaron mientras Atsushi limpiaba, al final, se había quedado solo con Akutagawa, Oda había llevado a las niñas a la escuela y aprovechado para ir al centro del pueblo. Atsushi había pasado a Akutagawa al mueble. Terminaba de limpiar cuando el azabache despertó – diablos... esto... se siente terrible

― Es como una resaca imaginaria – respondió Atsushi sonriente

― ¿Atsushi? ¿Dónde están todos? – pregunto entre bostezos

― Mis hermanas en la escuela, papá fue a comprar víveres al pueblo – se acercó y toco su frente - ¿Cómo te sientes? La primera semana es la peor

― Estoy bien... levantarme temprano no es gran cosa

― Me refería al contrato – dijo el albino sentándose a su lado – lo vi muchas veces, los cazadores experimentan cambios por la energía extra del demonio y el humano... pero en tu caso, yo soy un demonio y llevas otro demonio

― ¿te preocupas por mí? – pregunto arrogante y el albino se sonrojo

― S-si tu mueres yo muero, no puedo dejarte morir – dijo avergonzado y el azabache sonrió – podemos hablar aquí, lo de ir al árbol... bueno no pensé que estuvieras tan mal

― Está bien, quiero ir – dijo el azabache. – vamos

― Bien... te ayudaré

Akutagawa tomo el hombro de Atsushi, el albino llevo a su compañero hasta los establos, allí subieron en Ferdan, primero le ayudo a Akutagawa y luego Atsushi subió. El azabache se sostuvo del albino y comenzaron a cabalgar, el caballo atravesó por mucho campo, yardas tras yardas, salto por un rio y llegaron a aquel árbol, antes del árbol habían cientos de flores diferentes, Akutagawa estaba completamente sorprendidos - ¿Qué... es este lugar? – pregunto el azabache sorprendido.

― Es uno de los lugares creados por Lilith

― ¿Lilith? ¿la supuesta primera esposa de Adán?

― Aja, ella fue quien llego al mundo primero – sonrió el albino mirándolo – con este lugar comenzamos...

― Te escucho

― No sé mucho, solo he escuchado lo que los viejos dicen

― Tengo una gran duda, ¿Por qué te asustaste con ese demonio? Dijiste que has estado en el inframundo

― Por qué en el inframundo son humanos, tienen la forma humana antes de convertirse en cosas horrendas – miro al azabache – por eso... siempre pensé que era un monstro matando personas...

― Olvida eso. Cuéntame de todo lo demás ¿bien? Paso a paso

― Bien, - Atsushi bajo del caballo – Ferdan no puede seguir, pero nos esperara aquí – estiro sus brazos – ven, te cargaré

― Estas mal en eso – dijo el azabache molesto y serio. Bajo del caballo mientras Atsushi suspiraba

― Puedes confiar más en mi – decía Atsushi mientras ataba al caballo en un árbol ligeramente lejano

― No es que no confié, simplemente se hacer cosas, muchas cosas solo, me gustaba mi soledad

― Pues lo siento por quitártela

― Déjalo – suspiro el azabache – dude tanto en hacerte mi familiar y ahora que te tengo solo...

― Comprendo – suspiro Atsushi – tampoco es fácil para mi tener que contarte cosas o depender de ti... - le miro serio – llegaste rudo a mi vida y así has estado en ella...

― Bien, solo... hablemos

El albino estiro su mano – debes darme tu mano si quieres lograr pasar las flores de la muerte

― ¿de la muerte? Pero son... hortensias, rosas, tulipanes y ¿diablos como hay tantas flores distintas?

― Eso es lo que ven los humanos, una ilusión, estas flores robaran tu vida antes de que des tres pasos, sostén mi mano – pidió el albino y el azabache suspiro, tomo la mano del albino, Atsushi tomo su forma de demonio, el azabache miro a otro lado, sin Rashoumon era como si estuviese desnudo, ambos caminaron juntos.

Conforme avanzaba, Akutagawa vio la realidad de las flores, eran marchitas y sin vida, inclusive, se movían, noto que incluso algunas volteaban a verlos, llegaron al árbol, Atsushi soltó al azabache volviendo a su forma humana y Akutagawa siguió mirando curioso – sigo viéndolas marchitas

― Es por que ya las pasaste, ahora vienen los peces

― ¿peces? – pregunto y Akutagawa justo vio peces andar en el aire, justo delante de él.

El azabache se cayó de sentón al ver los peces, estaba sorprendido - ¿qu-que?

― Se dice que el océano, el agua en si es pura y sanadora – sonrió Atsushi – pero también es maldita ¿has oído de calipso? ¿La indomable demonio del mar? Existe, es muy amable por cierto. Ella decide quien muere y quien no, y todas las almas se transportan por el mar, dicen que Lilith se lo encargo, es por eso que calipso es quien coordina, y, es por eso que los peces siempre llegan a las maravillas que Lilith hizo

― Comprendo – fijo su vista a los peces, de muchos colores, formas, logró ver un pez payaso, unos navanajones, había carpines y peces dorados, el azabache se asustó levemente al ver al reloj anaranjado pero fue peor cuando vio al calamar

― Estarás bien, solo atacan a los humanos muertos que vagan en la tierra para llevárselos al Diablo en el infierno, el inframundo y el infierno están lejos pero ambos son lindos lugares

― ¿por eso las flores?

― Si, ellos te llevan después de intentar pasar las flores

― Comprendo... - suspiro una vez más y logro calmarse – cuéntame de ti, tus recuerdos

― Fue hace mucho tiempo, tenía unos cuatro años

[14 años atrás]

― Nakajima Atsushi ha demostrado comportarse deliberadamente, lo describo como un ser maligno a pesar de su pelaje suave y tenue color blanco, sigue siendo una bestia para la sociedad, un asesino, un demonio de alto nivel. El experimento continuará, por ahora, se quedará en líquido amniótico para retener su crecimiento demoniaco

― Doctor Fitzgerald, todo está listo

― Perfecto – dijo el hombre dejando los papeles de lado – seguiremos con todo esto después. Descansa Atsushi. - sonrio hacia el niño en el recipiente de vidrio quien dormia

Antes de que Charles Fitzgerald logrará salir de su laboratorio, una explosión detuvo todo, dejando a Fitzgerald en pena de muerte, y una sombra que se llevaba a Atsushi.

Atsushi despertó, sus ojos amarillos, su cuerpo de pequeño tigre repleto de pelo blanco y su cuerpo algo deforme por la anatomía humana. – Tranquilo – dijo la voz de una mujer, y el albino la miro furioso – no me puedo quedar, pero vendré a verte seguido. Debes sobrevivir. – Sonrió – puedes llamarme Wells

Después de eso, Atsushi había sido encontrado por un hombre, era el director del orfanato Clara Divinidad. El rey cazador. Aquella noche de su encuentro, el cazador se dio cuenta que no podían contra Atsushi aun con su pequeño cuerpo y tierna apariencia, era alguien especial, un demonio que merecía su examinación. Noquearon a Atsushi para llevárselo con ellos. Desde entonces Atsushi fue torturado para tomar forma humana, sus pruebas eran sanguinarias, cuanto iba creciendo el albino se acostumbró rápidamente a las torturas, comenzó a sentir odio hacia los humanos, fue una noche de luna llena, solo tenía 4 años pero no se pudo controlar, mato a varios de los cazadores, y estos comenzaron a tener más precauciones, esa noche de luna llena, volvió a ver a la mujer. Cada luna llena, Atsushi lograba ver a aquella mujer, Wells, siempre vestía un traje negro, de cabello largo y de color rubio, sus ojos claros y preciosos. Su cortaba a cuadros y siempre esos guantes negros. Jamás faltaba... una cámara antigua que siempre llevaba. Y ese olor que le identificaba, Atsushi lo reconocía como algo preciado.

― Wells-san – sonrió el pequeño Atsushi al ver a la mujer entre los barrotes que le aprisionaban

― Atsushi... ¿está vez te quitaron los ojos? – pregunto la mujer al ver el hueco en sus ojos

― Si... uno ya casi regresa – dijo un poco alegre el albino – pero supe que era usted por su olor a mar

― Estarás bien... viajemos a 55 minutos...

― Wells-san

― ¿sí?

― ¿Por qué viene a verme? – pregunto con lágrimas - ¿Por qué... no puede sacarme de aquí?

― Te explicaré todo Atsushi, absolutamente todo pero esto... jamás debes decírselo a nadie

― Si...

Wells abrió la celda de Atsushi, juntos, y aunque el albino no entendía mucho de cómo, salieron al bosque, allí Atsushi sentía la presencia de demonios pero Wells calmaba al chico – tranquilo, todo estará bien, ¿Por qué eres mitad demonio justo ahora?

― E-el director dice que debo aprender a lucir como un humano o me pondrán en una jaula de demonios... y electu...tucu... taran hasta la muerte

― "Electrocutaran" – corrigio Wells, no olvidaba que solo era un pequeño niño

― Sí, eso dijeron

― ¿te dan miedo los demonios?

― S-si... dicen cosas horrendas y.... – trago saliva – yo soy quien los mata... yo... realmente soy un monstro...

― No lo eres pequeño – dijo abrazando al chico – no lo eres... - acaricio al albino – solo vengo aquí porque yo vivo en una isla, junto a mi cazador, su nombre es Jules Verne – sonrió la mujer – nosotros... éramos amigos de tus padres

― ¿mis padres? – pregunto el albino curioso – ¿so-soy humano?

― Un poco

― ¿un poco? – pregunto el albino confundido

― Cuando tus padres se convirtieron en demonio... tu apenas tenías 3 meses en el vientre de tu madre, apenas... te estabas creando así que... probablemente tu brazo o dedos sean completamente humanos pero...

― N-no diga más... - trago saliva el chico – ellos... dicen tantas cosas... - sonrió a Wells – pero usted dice que soy humano y eso me hace feliz.

― Eres muy maduro para solo tener 4 años, pero agradezco que lo seas, comprenderás esto mejor

― No quiero comprender... - dijo llorando – quiero ser un humano – pidió – Wells-san, mate a la gente que estaba frente a mi sin verlos – tomo su brazo – ayer me arrancaron el brazo y hoy me sacaron los ojos con cucharas – decía llorando - ¡¿Por qué unos sacerdotes hacen cosas así?! Solo quiero vivir como un niño normal – pidió una vez más

Wells abrazo al chico, miro la luna – mi tiempo se agota Atsushi, necesito volver, pero volveré en luna llena, solo aguanta, se fuerte, encontrare una forma de sacarte de ese lugar...

― ¿Pero cómo? ¿Por qué no me puedo quedar afuera cuando me sacas?

― Porque si lo haces... Morirás.

Con las palabras de Wells en mente de un pequeño niño de orfanato, Atsushi continuo en aquel lugar, aprendió a controlar su estado, podía mantener un cuerpo humano por bastante tiempo, para el director, Atsushi era su mayor orgullo, estaba domando a un demonio con todo el fin de la palabra, decidió entrenar al chico, para sus siete años, Atsushi soportaba perfecto el dolor, podía luchar sin dificultad conociendo varias artes marciales, armamento, todo. El director, había creado al verdadero monstro. Solo faltaba esperar para hacer un contrato con aquel chico y sería invencible

Fue una noche de luna llena cuando Atsushi iba a cumplir sus ocho años, que una vez más vio a Wells por los barrotes – Wells-san volviste – dijo alegre el chico

― No podía perderme esté mes, no podre estar en tu cumpleaños Atsushi. tu naciste un 05 de Mayo 

― ¿estuviste el día que nací?

― Sí, algo así... nosotros fuimos los que averiguamos el embarazo de tu madre y estuvimos al pendiente todo el tiempo... el tiempo es relativo Atsushi

― Wells-san ¿Cómo está Verne-san?

― Está bien, extrañándote como siempre, quiere que vuelvas a la isla

― Wells-san ¿por qué no me sonreí?

― Lo has notado – suspiro – no puedo ocultar nada de ti ¿verdad?

― No

― Atsushi, Jules ha descubierto como liberarte de esté orfanato

― ¿en verdad? – pregunto alegre el chico

― Habrá un ataque

― ¿ataque?

― Si, una familia poderosa, explotaran el lugar, debes comenzar a cavar un túnel, debajo de tu cama, debe ser profundo y darle salida al pueblo, no a la iglesia o al bosque, debes ir al pueblo.

― ¿Por qué al pueblo?

― No lo sé, Jules no pudo resistir más ver en el futuro, solo sabemos eso

― Entonces... ¿Por qué no sonreí? Podre salir...

― Por qué... si te atrapan... me temo que será el fin para todos. Tienes está noche, quizá menos antes de que pase, comienza a cavar, no pares - tomo su mano – se fuerte... Te veré en un año

― ¿po-por qué un año?

― La energía que uso Jules fue mucha... - suspiro – no podré venir en todo un año... pero Atsushi, cuídate, encuentra un modo de vivir y mézclate con el pueblo. Eres listo.

― Comprendo... - Wells tomo la cara de Atsushi y la acaricio con fuerza, cariño y ligera desesperación

― Se fuerte... por favor – pidió en un hilo de voz – por tu madre, tu padre... por mí, por Jules y por ti... no decaigas en desesperación total, no dejes que la locura te consuma, ni la furia... todo menos eso. Vive Atsushi, vive.

Atsushi trago saliva, Wells desapareció, el pequeño apretó sus puños y no espero más, comenzó a cavar. Aquella noche, Atsushi se llenó de tal desesperación que no dejo de cavar, en realidad, no se detuvo, para cuando vio luz, también podía ver los centros comerciales, tiendas y casas – es... e-es el pueblo... - menciono el albino y trago saliva. Sonrió amplio para salir del hueco el cual estaba en un callejón. Se asomó desde el callejón y empezó a ver a las personas y los caballos pasar – so-so... soy libre... - a sus palabras, una gran explosión sonó por el bosque, escucho los murmuros

― ¡Es el orfanato de la iglesia!

― O por dios los niños

Atsushi observo a las personas, por primera vez... era libre.

El pequeño niño de casi ocho años llevaba cuatro días sin comer, y aunque cualquier humano soportaría eso, un demonio no, cada que veía a alguien cometer un pecado, Atsushi retenía sus fuerzas por no ir tras de la persona. Asustado, huyo al bosque, si se atrevía a matar a una persona sería encerrado de nuevo, corrió por el bosque hasta no poder más y fue cuando cayó sobre un pozo sin agua, aunque no había agua si una puerta. – ¿eh? – Pregunto confundido y de la puerta, unas letras salieron – quien me necesite... apareceré – dijo al leer las letras en la puerta.

Atsushi entró, y fue allí cuando conoció el inframundo. Los edificios con techos rojos, el cielo era rojo y el suelo era negro, los arboles crecían en tonalidades cafés como si estos ya estuvieran marchitados o naranjas que daban a entender que pronto se irían, la cantidad de peces y animales marítimos era enorme, se asombró a tal punto de desmayarse cuando vio una ballena pasar encima de él.

― Chico, oye pequeño – escucho una voz y el albino despertó

― ¿qu-que?

― Despertaste – sonrió el hombre – mi nombre es Herman

― Se-señor Herman – dijo el albino sentándose y mirar alrededor - ¿me morí?

― No pequeño – sonrió el anciano – estas en el inframundo, y yo... soy un demonio

― ¿e-e-e-e-e-e-es un de-de-demonio? – pregunto temeroso

― Tranquilo, ahora solo me queda la forma humana que absorbí, mis poderes... todo se han ido

― ¿co-como sobrevivió?

― Eres un demonio muy pequeño, ¿nadie te explico nada no es así? – se sentó al lado del chico – te explicaré... - el hombre miro a las ballenas pasar y sonrió – los demonios... nacemos de Lilith, la primera mujer del mundo, la que no quiso ser obediente, la que fue una guerrera fuerte e ignorada por todos, Lilith llego al mundo donde los demonios eran salvajes y sin corazón, entonces fue aquella hermosa dama... que nos permitió vivir. Creo el inframundo para nosotros, pero su amable corazón... no podía dejar a los humanos sin nada. Declaro una regla. Solo los demonios que comieran un pecado podrían venir al inframundo... - miro al chico – y fue allí cuando Dios creo su ira, manteniéndonos presos en los cuerpos humanos, no podríamos venir aquí...

― Entonces... ¿co-cómo?

― Llegaron los sacerdotes, son humanos con poderes de dios, quienes nos radican de cajón sin importarles el cuerpo humano de la persona, nosotros... no podemos volver al mundo humano pero podemos llegar al inframundo

― ¿o sea... prefirieren morir? – pregunto el albino

― Prefiero estar aquí eternamente a tener que estar en un cuerpo humano, es doloroso e insufrible – acaricio el cabello de Atsushi – no eres el primero que llega así – el anciano se levantó y sonrió – vamos, te presentaré a otros como tú

― Quiere decir que... ¿los humanos solo son un transporte?

― Si, si nosotros los liberamos de sus pecados podíamos venir, fue Dios quien nos aprisiona en esos cuerpos, corrompiéndolos y haciendo que los cazadores vengan por nosotros – suspiro Herman – desearía no tener que causar la muerte a los humanos...

Atsushi suspiro, el anciano se levantó y el albino siguió a Herman llegando a un tatami, si un simple tatami, Atsushi miro a los árboles y le miro, un pequeño niño de cabello negro y blanco, ojos extraños y un muñeco... horrible – ho-hola – dijo Atsushi

― No quiero hablar contigo – se quejó el niño

― Su nombre es Yumeno, no sabemos cuánto tiempo tiene aquí pero... sabemos el no hay que tocar su muñeco

― Yumeno-san – le llamo Atsushi - ¿po-porque estás aquí?

― Quiero estar aquí – dijo el niño – váyanse.

Herman sabía que no había mucho que hacer, Atsushi siguió al hombre mayor por el inframundo, conociendo montes, montañas, aldeas y demonios tan viejos como el tiempo mismo quienes enseñaban y explicaban de todo un poco al pequeño Atsushi, sin mencionar a la hermosa Lilith, quien llego una noche de visita, la mujer de cabellos y ojos rojos saludo al pequeño a lo lejos, esa misma noche, conoció a Calipso con quien hablo largo y tendido

― Atsushi, llevas aquí casi un mes – decía Calipso – si te quedas más tiempo serás parte del inframundo como Yumeno

― Está bien, no me molesta quedarme – sonrió el albino – este lugar es genial

― Oh mi hermoso niño, lamento eso pero dudo que puedas quedarte

― ¿eh? ¿Por qué?

― Por qué no podrás cumplir con el indicio de tu destino, mi querido tigre, serás rescatado, amado e incluso... abra alguien especial pero antes de eso, debes volver y hacer lo correcto, tu... eres nuestro protector Atsushi

― Pero...

― Debes protegernos de ellos... los rubios con gran poder, esos quieren llegar aquí, Atsushi, si la iglesia llega al inframundo... no habrá donde vivamos... el purgatorio junto a los demonios castrados nos esperaran, la vida como humanos sufriendo nos acongojara, la esclavitud tendrá un nuevo significado para nosotros, y el sufrimiento será nuestro día a día. no dejes a nadie de la iglesia llegar aquí, nadie que no sea digno – miro fijo al chico – y si te quedas... jamás volverás a ver a Wells o a Verne

Atsushi vio con atención a la mujer, cabello azul cual agua y ligero blanco como espuma al igual que sus ojos, su piel blanca con manchas oscuras como si fuesen quemaduras, Atsushi suspiro y miro hacia el árbol de cerezos – quiero despedirme de Yumeno

― No dejes que te vea...

― ¿Por qué?

― Cariño... - sonrió Calipso – tú lo condenaste a este lugar hace años, al consumir su cuerpo humano

― Yo... - sus amistades se habían acercado, conocían el destino del albino

― Si cariño – acaricio su cabello – vete tranquilo...

― Gra-gracias por enseñarme todo lo que necesitaba – dijo el albino haciendo una reverencia a sus amistades y comenzó a llorar – pro-prometo pro-protegerlos de los cazadores, yo... - trago saliva – jamás tendré un cazador, seré libre y cuidare de ustedes ¡se los prometo! Haré de sus vidas... ju-justas y

― Atsushi – le llamo Herman y todos le miraron, el hombre mayor se levantó y sonrió – se feliz, Atsushi. Y jamás nos olvides, nosotros no lo haremos

Atsushi comenzó a llorar con gran fuerza, todos llegaron al chico para abrazarlo, con eso, el albino se despidió, todos lo acompañaron a un árbol completamente naranja con una manzana roja – vo-volveré de vez en cuando

― Usa el inframundo cada que te debilites

― Te esperaremos con demonios salvajes para comer

― Gra-gracias a todos – dijo el albino

Atsushi corto la manzana, mordió de ella y al abrir los ojos, se vio en el pueblo, cubrió su estómago con fuerza y respiro agitado – mu-muero... mu-muero de hambre – se dijo a sí mismo. - Co-comida... - miro a la gente a su alrededor – pe-pecados, siento de pe-pecados... lujuria, robo, promiscuidad, asaltos, engaños, farsas... - decía Atsushi al ver a las personas – ca-cállense... cállense... - pidió una y otra vez mientras corría – comida... huele a comida, un demonio pequeño, solo uno eso huelo – decía Atsushi corriendo, se acercó a su presa, trago saliva. Corrió hacia el pero el pelirrojo le detuvo

― Chico ¿estás bien? – pregunto el pelirrojo y Atsushi tapo su boca - ¿tienes hambre? – pregunto y el albino asintió energético. Se sorprendió de ver la sonrisa de Oda - ¿quieres comer? Vamos

[Actualidad, árbol de colores]

― No importa con cuanto me alimentará Oda, no paraba de comer – sonrió ligeramente – creo que se dio cuenta que era un demonio después de eso, explicarle todo... era complicado, aun así... me entendió... y es lo mejor que he tenido en esta vida.

Akutagawa miraba fijo los ojos del pequeño, le abría el ojo o tomaba su brazo - ¿qu-que?

― No pareces a ver perdido nada

― So-soy un demonio ¿sí? – dijo Atsushi ligeramente molesto – puedo regenerar mi cuerpo

― Entonces... ¿por eso te controlas más? Pero eres experto en artes

― Noo, no, no, deje todo eso a los 8 años, llevo 10 años limpio de todo eso, no pienso en nada de eso y las habilidades se pierden... yo... no quiero ser un asesino, no más...

Akutagawa sonrió – vamos a casa, seguro Oda piensa que estamos haciendo otras cosas – menciono y el albino se sonrojo – oye, que estemos unidos no me hace un salvaje animal

― Comprendo... pero

― Por cierto, y... ¿tus padres? Tus padres bilógicos, los mencionaste pero ¿sabes algo de ellos? – dijo el azabache serio y Atsushi cambio su semblante

― Eran compañeros de Wells-san y Verne-san

― ¿Qué... pasa con ellos? ¿volviste a verlos?

― Bueno, ellos son una historia diferente – tallo su cabello – jamás he hablado de ellos

― ¿Ni siquiera con Oda-san?

― No, Oda no sabe nada, el... me dijo que me olvidará de todo, solo sabe un poco sobre el orfanato, las torturas y las cadenas pero no sabe de Wells-san ni tampoco de lo que vi en el inframundo

― ¿y que viste?

― Mucho... muchas cosas, aprendí mucho – sonrió el albino – me alegra de que fuesen cuerpos humanos o hubiera tenido mucho miedo

― ¿quieres contarme?

― Ellos... Wells-san y Verne-san trabajaban con mis padres, Verne-san y mi madre eran cazadores, Wells-san y mi padre eran familiares... mi padre era un militar hasta que se unió a mi madre... - sonrió Atsushi – creo que fue amor a primera vista... - menciono nostálgico

― ¿y que... paso?

― Gracias a Chuuya logré unir todo lo que paso... no sabía la reacción de mi padre cuando supo de mi... fue lo que Chuuya y yo vimos el sábado... - miro a Akutagawa – siempre creí que mis padres me habían amado... Supongo que por eso los mate

― Olvida eso

― No, en serio, ya lo resolví – suspiro el albino y miro el árbol – solo debía recordar por qué estoy aquí... - miro a Akutagawa – en el inframundo los vi, no a ellos, sus recuerdos

― ¿pueden hacer eso?

― En el tanque del yin yang

― Más lento, todo esto llega a ser algo... extraño

― Es un tanque que te muestra... tus más hermosos u oscuros secretos, pasado, presente o futuro

― Voy siguiéndote, continua.

― Mis padres trabajaban con Wells-san y Verne-san en una investigación demoniaca, usaban una isla, Verne-san la hizo suya por su habilidad... servía para capturar demonios salvajes y mantenerlos cautivos. Un día, mi padre resulto herido, a borde de muerte, sacaron al demonio que portaba

― ¿co...mo? – pregunto el azabache confundido

― Fue una especie de ritual, no sé, todo paso rápido y no entendía mucho de lo que veía solo a Wells-san corriendo por todas partes y a Verne-san haciendo algo raro mientras mi madre se quejaba. No sé qué hicieron... Pero lo sacaron... entonces mi padre se recuperó, pero... mi madre

― Se había quedado sin familiar...

― Si, enfermo gravemente y fue que supieron de mi – trago saliva – estaban muy frustrados... papá quería que mi mamá abortara, no era seguro – apretó sus manos – mamá no quería... - sus ojos amarillos habían vuelto – mamá no quería matarme... en-entonces... papá comenzó a frustrarse... fru-frustrarse mucho y... lle-llego...

― ¿Quién llego? – pregunto el azabache al ver tan mal al albino, decidió tocar y el albino lo miro con algunas lagrimas

― Él... 


...

¡Hola!

¿quien además de yo ama a los nuevos personajes? Yumeno ha aparecido y dejenme decirle que no es solo una coincidencia, sin mencionar a Wells-san! aunque Jules no ha aparecido como tal en el proximo capítulo lo hará. Wells y Jules comenzarán a aparecer un poco más, aaahdfj, me encantan

En el siguiente capítulo sabremos más sobre los padres de Atsushi, la historia detras de todo, y algunos estaran curiosos por Charles Fitzgerald, bueno realmente "Charles" era el nombre del editor de Scott, así que pensé que incluirlo estaría genial, y lo digo de una vez, se supone que Charles vendría siendo el abuelo de Francis Scott, el chico que molesta a Atsushi. por lo que el padre será Frances... chistoso, por que en la vida real Frances es el hijo de Francis. 

No quiero revolverlos más, Calipso, Lilith y Él también tendrán participación pero será de otro modo... Espero que les esté gustando. 

pd. Esté capítulo comenzó desde que Atsushi tenía días de nacimiento, en el siguiente capítulo sabremos como llego hasta Charles pero esa información la desconoce Atsushi. 

¡Gracias por leer!

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