60 - "Lapso de tiempo"
A veces las cosas se complican, a veces es solo un segundo, otras, una vida. Pero todo termina llegando, tarde o temprano, con arrepentimientos o sin ellos, las historias tienen su fin. El tiempo nunca fue un problema para él, ese aspecto carente de sentido era lo que menos le importaba. Sobre todo, por la cantidad de personas dispuestas a esperar lo que fuera necesario.
Aquel muchacho rubio, muy parecido a su padre, solo era la punta del iceberg de los verdaderos planes que el Cielo tenía preparado. Él mismo, era solo una pieza más del rompecabezas. Una persona sin nada que perder, ni siquiera la cordura. Probablemente esa fue la primera cosa que perdió aquel día cuando Sebastian atacó el Instituto de Los Ángeles, o tal vez la segunda. Desde el momento en que la Clave dejó de preocuparse por una parte de su familia, empezando por él, decidió que alguien tendría que darles una lección.
Resultó que el chico Morgenstern era tan bueno como cualquier otro peón. Enterarse de su existencia era un plan casi perfecto, como caído del cielo. No hubo que hacer gran cosa para llamar su atención; asesinatos sin sentido, algunos cadáveres vivientes, unos ataques aparentemente aleatorios y otras pistas sueltas aquí y allá, fueron suficientes para ponerlos a temblar sobre un incierto futuro.
Mientras tanto, Mark disfrutaba desde la comodidad de su asiento el desenlace de la hermosa historia frente a él. Sonrió, pensando en la sorpresa que aún tenía bajo la manga.
La expresión en el rostro de la madre de Logan era todo un poema.
Su peor pesadilla se hizo realidad, la representación de sus mas profundos y secretos miedos, estaba justo frente a ella. Su hijo, quien lucía como si no llevara días desaparecido, tenía esa postura de superioridad que irradiaba una confianza absoluta, como si la victoria fuera inminente. Tenía que encontrar a Mark, en la mente de Nina, ese era el problema inicial.
Mientras tanto, veía como Laura ayudaba a Lucas a ponerse de pie, sin que esta quitara la vista de su hijo, ambos se veían como si hubiesen librado una batalla, la pelinegra tenía desenrollado su látigo.
—Es demasiado tarde. — oyó el susurro de Jace a su lado.
—Ahórrate tus comentarios. — replicó su esposo desviando la vista por un segundo hacia el otro rubio.
Nina no aceptaría ese resultado, se negaba a hacerlo. Sus esperanzas no menguaron, ni siquiera cuando su hijo se dio cuenta de su presencia, girando con lentitud sobre sus talones, para encararlos directamente. Y lamentablemente, al ver la oscuridad en los ojos de su hijo, Nina supo que las pesadillas también se hacen realidad.
William aún seguía atónito por la escena ante sus ojos. Sus peores miedos se confirmaron cuando vio a su primo arrojar a Lucas, como si de un simple muñeco de trapo se tratara, al otro lado de la habitación, llevándose a Laura por el camino.
Miró a su hermana con disimulo, comunicándole con un solo gesto que el plan estaba en marcha. Afrontarían las consecuencias que eso traería consigo, pero el mal no iba vencer, aunque su primo fuera quien lo representara. Josie extendió el brazo con una estela, que el rubio cogió con firmeza, mientras los demonios regresaban y Logan retrocedía sin dejar de sonreír.
Las leyes de la física — o de la vida en general — dejaron de tener sentido para Christopher Morgenstern. No era ningún tonto, sabía que su aburrida y común vida, cambió de un momento a otro, y realmente eso no le importaba mucho, le agradó conocer a su familia supuestamente muerta, vivir en Nueva York, incluso que el ex – brujo ojos de gato le llamara "copo de nieve", pero nada lo preparó para la situación crítica que estaba a punto de enfrentar.
Con algo de suerte no sucedería nada, pero reconocía su herencia a meterse en problemas, lo que al parecer era algo de familia, solo el Ángel sabe en cuantos de esos sus padres estuvieron inmiscuidos. Por eso, no cantó victoria cuando el resplandor emergente del suelo lo cegó momentáneamente, se llevó ambos brazos a los ojos para protegerse de la luz. Obviamente su hechizo había funcionado. Estaba al tanto de la prohibición para llamar a los muertos de su descanso eterno, pero nadie dijo nada acerca de los ángeles. Así que, cuando Esther apareció frente a él vestida con nada más que una túnica blanca, supo que había logrado el primer paso de su cometido.
—¿Chris? — preguntó aturdida sin levantarse del suelo.
—El mismo. — respondió el aludido con firmeza. — Como nefilim que te invocó, debes cumplir con lo que te pido.
—¿Qué estás diciendo? — inquirió el ángel revivido, consiguiendo por fin ponerse en pie. — Yo no debería estar aquí, Chris. — advirtió la castaña frunciendo el ceño.
—Tienes que acompañarme al Instituto, mi hermano... — el rubio inspiró profundamente antes de continuar. — debes arreglar lo que se hizo mal, lo que tus hermanos hicieron mal. Logan, no voy a dejar que siga destruyendo lo que ama, todos estamos en peligro y tú vas a ayudarme.
—¿Hasta dónde estás dispuesto a llegar? — la seriedad en el rostro de Esther no le sorprendió, nunca se acercó a ella por el aura de cálida indiferencia que desprendía. Le hubiera gustado haberle prestado más atención antes, pero el hubiera no existía. Ya no.
—Esa no es la pregunta correcta, Ishtar. — pronunció su nombre angelical con lentitud, incluso disfrutó momentáneamente de la sorpresa en la cara de la chica. — Todo depende de cuanto quieras redimirte.
—No necesito el perdón de nadie. — negó la castaña en automático.
—Me alegro, porque no lo obtendrás. — enunció Christopher esperando esa respuesta. — Tienes dos opciones: venir conmigo y ayudarme, o quedarte aquí, encerrada por la eternidad. Nadie te verá, estás muerta, al fin y al cabo.
—¿Qué ganaría yo con todo esto? — bufó Ishtar rodando los ojos.
—Tal vez ese perdón que niegues necesitar, después de todo, una vez que pisas el Cielo debe ser difícil no poder regresar. — comentó Chris cruzado de brazos, con esa postura cien por ciento herencia de los Morgenstern.
—Siempre fuiste el mas inteligente, no me sorprende que quisieran dejarte fuera de los planes para salvar el mundo. — dijo Esther tendiendo su mano para sellar el trato.
—Bienvenida de nuevo. — aceptó Christopher ignorando el comentario de Esther y con un simple parpadeó, ambos sintieron un tirón el estómago, la señal para su siguiente parada.
¡LO SIENTOOOOOO! Lo sé, anduve medio desaparecida. Pero juro que tengo una gran razón. He estado supeeeeer ocupada con la universidad, es mi último semestre y estoy por graduarme. Sip, mi mundo perfecto de estudihambre está por terminar.
Ni siquiera me había dado cuenta que el primer fic ya tiene 50K de lectura, o sea, en serio que salté de la emoción, es un montón, mas de lo que creí posible y todo gracias a ustedes. Se los agradezco de corazón. Como prometí, pronto estará el relato de Chris disponible, es largo, dramático y pasa de todo.
Ahora, muchas gracias a esas personitas que han encontrado estos fics y los tienes almacenados en su biblioteca, esperando una pronta actualización, GRACIAS por no darse por vencidos y tener paciencia xD. Ya queda bien poquito para que llegar al final de la historia :') lloren conmigo jajaja. Este capítulo es una parte pequeña para el desenlace ;)
En fin, nos leemos hasta la próxima.
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