4 - "Descubrimientos y café"


Lo primero que hizo al llegar a su departamento en Nueva York, fue tirarse en el sofá en forma de "L". Viajar siempre es cansado, no importa la cantidad de distancia que sea. Sky y Chris seguían con sus abuelos en Montana, disfrutando de la tranquilidad de aquel lugar.

Su tío y su familia viajaron a New Jersey a visitar a los padres de su tía. De otra manera, estaba solo; durante el tiempo que estuvo viviendo en Nueva York de forma más o menos permanente, tío Ian enviaba reportes a sus padres sobre su comportamiento. Estaría libre de eso por lo menos unas semanas, ya inventaría alguna excusa para cuando sus padres volvieran de su viaje.

Primero atendería sus necesidades más básicas, una ducha urgente en primer lugar, y después ya vería que hacer.

Ya era de noche cuando Logan irrumpió en la oficina de su tío. Logró violar las cerraduras, cámaras de seguridad y sensores con facilidad, utilizó las runas de los nephilims que por primera vez le fueron de utilidad. Incluso llevaba una pintada en el abdomen, si su memoria no le fallaba era la tercera runa que se hacía en su vida. Mas por necesidad que por otra cosa.

—Bien, veamos que tenemos por aquí. — expresó Logan en voz alta.

Fue revisando los archiveros hasta que dio con el archivo que buscaba. Se sentó en la silla de su tío para revisar los documentos.

La primera imagen que vio le revolvió el estómago. El cuerpo, si es que se le podía llamar de esa manera, estaba totalmente destrozado y así como la primera, existían seis imágenes iguales. Los crímenes eran espantosos, por eso nadie dudaba sobre la teoría del asesino serial. El odio podía apreciarse en una simple imagen; Logan dejo las fotografías de lado antes de que su estómago no cooperara más.

La segunda carpeta era el reporte del forense, a los cuerpos les faltaban órganos, sin embargo, no a todos les faltaba lo mismo. Interesante... y espeluznante. Ninguna víctima compartía rasgos comunes, las edades y el sexo variaban, incluso la raza. Solo la coincidencia de desaparecer por la noche y aparecer muerto a la mañana siguiente. Quien fuera que cometía tales atrocidades, quería dejar su obra a la vista.

No perdió el tiempo y sacó su celular para tomar fotografías de todos los dictamines del forense. Excepto de las fotografías, esas casi lo hacen volver el estómago. Volvió a dejar todo en su lugar, lo último que deseaba era levantar sospechas.

Con el estómago aun revuelto, volvió a salir del edificio.

En la tranquilidad de la biblioteca, Logan buscaba información en la sección de noticias internacionales. La rapidez de la computadora le permitía abrir varias pestañas a la vez, abrió tres artículos que parecían estar relacionados entre sí.

Todos relataban una serie de homicidios violentos, muy parecidos al modus operandi del asesino en Nueva York. Imprimió los tres y los doblo para guardarlos en su mochila. Fue a sentarse en uno de los cubículos individuales, en el área más alejada de la biblioteca, para examinar la información.

—A comenzar. — murmuró Logan para sí.

Comenzó a comparar todos los asesinatos alrededor del mundo. Lo más extraño era notar que el asesino no se molestaba en ocultar sus crímenes, además atacaba a las ciudades más concurridas en el globo. Eso ya era sospechoso por donde se viera.

Logan abrió el bloc de notas de su iPad para comenzar hacer anotaciones, a veces la tecnología era de gran ayuda, sobre todo cuando es utilizada adecuadamente; lleno tres páginas, intentando escribir los detalles más importantes. Posteriormente, volvió a releer las notas. Una y otra vez, buscando ese dato que desacreditara la teoría del asesino serial.

Negó con frustración, necesitaría aclarar su mente. Con algo de suerte, después de su ración de capuccino las ideas se asentarán. Guardo sus cosas en la mochila y se la echó al hombro para salir de la biblioteca.

Espejeo antes de encender su motocicleta y arrancar. El Java Jones era la siguiente parada, quince minutos después estacionó para entrar al local. La chica del mostrador lo atendió con una risa mientras entregaba su pedido le sonrió devuelta, antes de tomar asiento en uno de los sofás del rincón.

Bebió su capuccino distraídamente, su mente aún pensando en las muertes parecidas alrededor del mundo. Tan distraído estaba que no noto como una chica tomaba asiento a su lado.

—No creí que fueras tú. — la voz con un fuerte acento ruso lo sobresalto. Katya, una compañera cuando estudiaba en Julliard, lo miraba expectante. — Pensé que estabas en Europa preparando giras. Ah... hola. — sonrió finalmente.

—Hola. — ambos se saludaron besándose en ambas mejillas. Típico saludo europeo. — No vi cuando entraste.

—Claro, tu café era lo más interesante para concentrarse en este lugar. — bromeo Katya. — Los chicos se alegrarán cuando sepan que volviste a la ciudad.

—No será por mucho tiempo, solo vine por unos días. — comentó Logan despreocupadamente.

—Razón demás para disfrutar de las maravillas de Nueva York, los chicos y yo iremos a la playa a surfear. Acompáñanos, estoy segura que nadie pondrá objeción. — la propuesta de Katya se oía interesante y sin segundas intenciones. — Vamos, no te arrepentirás. Incluso mantendré a raya a Niala.

Logan soltó unas risas, eso termino por convencerlo.

—¿A qué hora tengo que estar ahí? — preguntó Logan aún riendo.

—A si me gusta. — asintió Katya para sí. — A las dos de la tarde en Rockaway Beach.

—Allí estaré. — prometió Logan.

¡Otra actualización! No sé por que, pero siento bastante inspiración, lo cual es bueno, pues los capítulos se escriben prácticamente solos. Muchas gracias por los votos y comentarios, como siempre valen 100000000000000000. Iré dedicando capítulos, quizás pronto les llegue una notificación ;)  

En multimedia está la imagen de como me imagino el departamento de Logan :D 

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