Capitulo 21
Hola! Primero que nada muchas gracias a las personas que me siguen, tambien a las que leen y me dejan un comentario alentador, claro que tambien agradezco a los lectores silenciosos. Ya casi llegamos al fin de este fic. Si me recomiendan no me enojo ;)
En fin, como dije antes subire la primera temporada solo aqui en Wattpad :) y despues una pequeña sorpresita.
Sin mas les dejo el capitulo.
------------------------------------------------
El vestido dorado liso y de un solo hombro estilo diosa griega, caía con gracia hasta los tobillos de Clary. Hoy se casaría, diría que uniera su vida y su alma al hombre rubio que estaría al final de pasillo, aquel que la salvo incontables veces y con un montón de apellidos antes de aceptar ser un Herondale, sin embargo, esas dos ya estaban unidas desde el primer momento en que se vieron en el Pandemonium. Pareciera que fue una eternidad de eso.
-Te ves hermosa hija. – el espejo de cuerpo completo reflejaba a dos mujeres pelirrojas y de ojos verdes, tenía razón en algo, su cuerpo dejo las formas de adolescente para convertirse en el cuerpo de una mujer adulta.
-Gracias, mama. – sonrió nerviosamente su hija. - ¿No crees que huya, cierto?
-Lo dudo, han pasado por mucho como para dejarte ir. – respondió acomodando un rizo que se escapó de su recogido cabello. – Siempre te imagine vestida de blanco cuando te casaras.
-Probablemente en tu visión el novio era Simon. – bromeo Clary, a lo que ambas rieron. – En los últimos cuatro años han cambiado muchas cosas.
-¿Eres feliz Clary? – el espejo les devolvía una imagen digna de un momento kodak.
-Más de lo que jamás imagine. – lucho por contener las lágrimas. – Jace es todo lo que puedo pedir, mama. Lo amo.
-Oh, hija. – Jocelyn supo en ese instante que su pequeña niña había crecido. No esperaba que se arrepintiera de la decisión más importante de su vida, deseaba que fuera feliz. El abrazo de una madre a su hija es algo que todas deberían tener el día de su boda. – Lamento todo…
-No lo hagas. – la interrumpió. – Yo no me arrepiento, encontré a Jace sin saber lo que buscaba, gane un papa y un hermano, además de una familia más grande, no me arrepiento de nada mami. – se abrazó a su madre con más fuerza. Te quiero.
-Igual yo, hija. – madre e hija permanecieron abrazadas.
En cualquier momento hará un surco en el suelo, pensó Alec con diversión. En el tiempo que tenia de conocer a Jace, jamás lo vio nervioso o bien no lo demostraba, pero ahora a media hora de casarse era la viva imagen de la desesperación.
-Deja de moverte. – dijo Simon sin dejar de jugar con DS. – Has matado demonios, sobrevivido en el infierno y matado a Sebastian, pero te quedaras calvo en tu propia boda de los nervios.
-No estoy nervioso, vampiro. – replico de inmediato.
-Entonces, ¿Por qué no estás usando pantalones? – le pregunto su parabatai al verlo de un lado a otro en calzoncillos. Este pareció ni siquiera inmutarse por esto. – te casas en media hora, Clary no huira.
-No estés tan seguro. – provoco el vampiro. – Quizás abra los ojos y se dé cuenta al fin que no le conviene…
-Estar con alguien tan increíblemente sensual, eso no sucederá. – le interrumpió Jace que ya se estaba abrochando los pantalones. – Estoy preocupado, allá fuera habrá un montón de admiradoras preparadas para gritar: ¡Yo me opongo! Para evitar que me case. Eso es algo preocupante.
Su parabatai bufo. Incluso con los nervios de su boda encima, Jace seguía siendo Jace.
-Chicos, ya casi es hora. – aviso Maryse, asomándose por la abertura de la puerta su vestido verde botella la hacia lucir su estilizada figura. – Jace, tienes que bajar para ocupar tu lugar.
-Allá voy. – suspiro sin dejar de sonreír.
Al final del pasillo estaba la culminación de una gran batalla. Valió la pena tantas trabas en el camino. Jace, impecable en su traje con runas doradas, tenía esa sonrisa en su cara tipo al-fin-lo-logre, pintada con arrogancia tan característica en los Herondale.
Clary caminaba con paso decidido por el pasillo, al lado de Jace estaba Alec como padrino del novio, algo por lo que hubo un poco de burla tratándose de la preferencia sexual del Cazador.
Los hermanos silenciosos llevaban a cabo este tipo de ceremonias. Jia, que ejercía como Cónsul sonreía orgullosa a la pareja frente a ella.
-Al fin. – le susurro Jace a su futura esposa al oído.
Esas palabras nunca tuvieron tanto significado como ahora.
Hoy se llevara a cabo la unión entre…
El discurso del hermano silencioso se vio interrumpido por la llegada de una forastera. Todos se giraron a verla, sus expresiones estupefactas y algunas bocas abiertas no se creían que una chica apareciera de la nada. Solo cayó allí, en medio del salón de los Acuerdos, de rodillas jadeando en busca de aire para llenar sus pulmones.
-¿Qué se supone que está pasando? – pregunto una de tantas voces que cuchicheaban.
-Nina, si querías evitar mi boda, hay maneras más fáciles de hacerlo.
La cabeza le daba vueltas y juró que escucho la voz de Jace burlarse de ella sobre el día de su boda. Quizás no esta tan cuerda como piensa.
-¿Qué…? – murmuro tocándose la cabeza, su visión borrosa no ayudaba en nada.
Cuando su visión por fin se aclaró noto que todos la miraban y no eran miradas precisamente agradables. ¿Dónde rayos estaba? Observo con cautela las paredes de cristal, las recordó en su sueño donde bailaba con Sebastian, recorrió con su mirada los rostros de los presentes hasta toparse con unos ojos verdes incrédulos. Clary, ¿Cómo puede…? Su cabello, su vestido… Mierda. Como en su sueño, solo faltaba el charco de sangre.
-¿Dónde rayos estoy? – se las arregló para preguntar mientras se tambaleaba para ponerse en pie.
Unos brazos la ayudaron a ponerse de pie. Jace, le dieron ganas de vomitar cuando recordó que por su culpa Sebastian casi lo mata.
-Hay mejores formas de interrumpir una boda. – siguió burlándose.
-Si no me dices donde estoy, conseguiré un bate de béisbol y golpeare tu cabeza hasta que pierdas la memoria. - lo amenazo arrastrando las palabras.
-Que genio. – soltó unas risas. – Bienvenida a Idris.
¿Idris? Recordaba haber leído algo de ese lugar en el Codex, la tierra de los Cazadores de Sombras, ¿Cómo mierdas llego ahí? Ni siquiera tendría porque estar tambaleándose en un lugar donde el paso a mundanos está prohibido.
-Es una jodida broma. – murmuro para sí esperando que nadie la oyera.
-¿Quién eres? – la forma en que formulo la pregunta, tosca y acusatoria, hizo que Nina frunciera el ceño al hombre que le lanzaba dagas con la mirada, le recordó a Isabelle.
-¿Qué le importa? – no se contuvo de responderle de la misma manera. Su mirada volvió a posarse en Clary. – Tienes que irte de aquí. – le urgió. – Lamento interrumpir tu boda, pero en serio esto…
-No tienes ningún derecho de estar aquí. – rodo los ojos, Isabelle nunca dejaría su desagrado a un lado.
Todos murmuraban sobre ella, odia cuando hacen eso. Le recordó a la escuela secundaria.
-Deberíamos enviarla con los Hermanos Silenciosos…
-Deberías callarse. – dijo Nina en voz alta harta por la situación. – No sé cómo llegue aquí, ni por estoy aquí, mucho menos quise interrumpir una boda… - trago saliva, todos se fijaron su vista en ella. – Pero tienen que irse, ardera Troya.
-¿Qué? ¿Ahora ves el futuro? – su burlo la pelinegra. – Quien te crees para venir aquí. – la señalo con su dedo índice.
-Isabelle. – la corto su hermano, Alec.
-¡Sebastian vendrá! – exclamo para sorpresa de todos. – ¡Y los quiere, los quiere ver a todos seis metros bajo tierra! – miro a Jace, implorándole con la mirada que le creyera. – Ya sé que no soy la persona más confiable, pero llévate a Clary de aquí, por favor. – casi suplico.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top