Capítulo 21
El pequeño Will correteaba por los pasillos del Instituto, jugaba a escondidas con su papa y Demian, aunque este no estuviera enterado. Su abuelita al fin lo había traído con sus papis, los extrañaba, mas a su mami y a su tía Isabelle que le daba chocolate a escondidas. La puerta de biblioteca estaba entreabierta, era su oportunidad para esconderse. Empujo la puerta sin hacer mucho ruido y entró a la habitación. Quería subir las escaleras pero podía caerse, la idea de esconderse detrás del escritorio le pareció mejor.
En la biblioteca había un hombre de cabello blanco sentado en una silla y con los ojos cerrados. Se acerco con mucho cuidado para tocarle la pierna. Se cayó en su trasero cuando el desconocido abrió los ojos y lo miro, lo había asustado, pero nunca lo admitiría.
-Auch. - se quejo bajito.
-Mi hermanita no perdió el tiempo. - comento Sebastian a nadie en especial.
No hay que ser muy inteligente para saber de quién era ese niño, otro pequeño angelito del cual su madre ha de estar orgullosa, pensó con sarcasmo.
- ¿Quién edes? - enarcó una ceja por la pregunta del pequeño ángel. - Desponde. - sí, exactamente igual a su padre.
-Aprende a hablar primero niño. -- se negó a responder su pregunta. - Sal de aquí, o tus padres se enfadaran.
-No me impota. - se cruzo de brazos.
-Debería. - dijo Sebastian simplemente a su... sobrino. - Podría hacerte mucho daño.
-No es cieto. - su sobrino negó enérgicamente con la cabeza. Obviamente no sabía frente a quien se encontraba. - Etas amadado. - era más observador de lo que supuso. - yo...
- ¡WILLIAM JONATHAN HERONDALE! - un frenético Jace entro a la biblioteca echando chispas.
-Papi.
-Sal de aquí. - le ordenó, pero el niño no se movió. - ¡Ahora!
-Pero...
- ¡YA! - el pequeño corrió lo más rápido que pudo para que ninguno de los hombres lo viera llorar, sin embargo, a uno de estos no le paso desapercibido.
-No sabía que tenía un sobrino. - Sebastian fue el primero en romper el silencio con ese simple comentario que hizo que Jace apretara la mandíbula. - Tenía que parecerse a ti, para desgracia de todos.
-No te atrevas siquiera en pensar en el. - lo encaró, su voz como delgadas cuchillas ocultas listas para alcanzar su próximo blanco.
-Debo felicitarte por tu estupenda labor de padre, Valentine estaría orgulloso. - le dijo con sorna. - Hacer llorar a sus hijos siempre entro en sus muchos talentos.
-Si te acercas a mi familia, te matare.
No fue una amenaza, solo la constatación de un hecho.
-Ya lo veremos. - murmuro Sebastian cuando Jace se fue.
-Y así fue como termine en Paris. - termino de contar la pequeña bruja al hombre amordazado.
-Que interesante historia. - dijo Sebastian con sarcasmo, el cual la bruja no percibió pues siguió sonriendo como si nada.
-Lo sé, tengo otra donde...
-Valerie, tu hermano te busca. - interrumpió Poena justo cuando iba a empezar otros de sus aburridos relatos. Gracias al Ángel.
-De acuerdo. - se bajo del escritorio y se fue dando saltitos hasta que salió.
-Ahora, esto es lo que vamos hacer.
Tres horas después estaba rumbo a la casa de la rubia. Si, la misma que le enterró la daga en el corazón, literalmente.
-Por favor, dime que es una broma. - le urgió su amiga.
-La Clave quiere... matarlo. - fue toda la explicación de Nina. - No tienen derecho de hacer algo tan cruel.
-Está bien, entiendo eso, ¿pero traerlo aquí es la solución?
-Solo van a ser un par de días. - eso no dejo a Lilly tranquila.
-Intento matarte.
-Yo también. - bueno, eso no lo sabía. - Mira, si quieres irte a otro lugar está bien, si quieres que me lo lleve a otro lugar mientras esté lejos de ti... lo entenderé.
-Voy a dormir con doble candado y semiautomática en la mesilla de noche.
-Gracias. - la rubia la abrazo brevemente.
-Presiento que tienen varias cosas que arreglar.
-No realmente.
-Los engaños son inmunes conmigo. - dijo la alta modelo comiendo de sus galletas de chocolate. - así que mejor desiste, a mí nadie me quita de la cabeza que ese... hombre trae algo contigo.
-Si el deseo de verme seis metros bajo tierra es traer algo, entonces sí.
No dio su brazo a torcer, tocaba pasar al plan b.
-Lo que tú digas.
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