Todo termina

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Sabían que algo ocurría, pero de lo que no estaba segura era si lo que pasa era algo bueno o algo malo, la forma en que el cristal titilaba a los ojos de Miiko parecía como sí aquella reacción fuera una advertencia antes de que todo colapsara; el simple hecho de imaginar su mundo y todo por lo que se había esforzado para mantener la calma desaparecería en un instante. Las lágrimas brotaron de sus enormes ojos azules, el peso de una mano sobre su hombro le hizo regresar a la realidad.

Kero, Cameria y Ewelein estaban tras de ella, sus rostros también lucían demasiado preocupados por las reacciones del cristal, pero y al mismo tiempo cada uno sabía que no había momento para ceder ante el miedo, no cuando los guerreros de Eel estaban en una batalla por rescatar al oráculo.

-No estás sola Miiko.- la voz de Ewelein rompió el silencio de la sala. La kitsune paso el dorso de su mano por sus mejillas para limpiar el rastro de las lágrimas. - confía en ellos.

-Lo hago, créeme que lo hago, al mismo tiempo rezo porque todos regresen sanos y salvos.

-Sabemos que ninguno de ellos es débil, incluso el maestro Kaluth está con ellos. - hablo Cameria esta vez. - cuando menos te lo esperes ellos estarán frente a las puertas de Eel.

Miiko sonrió ampliamente para todos antes de volver su mirada al cristal, todos estarían bien, todo regresarían con bien, aun así, seguía inquieta en su interior, sabía que Klauth se sacrificaría por ellos, pero lo que realmente le aterraba era saber qué pasaría con Leiftan ¿Lo dejarían vivo? ¿Lo matarían? Aunque era su enemigo principal, no podía evitar que una parte de ella aun le guardara estima, es decir...Leiftan siempre fue un gran concejero, un gran amigo.

Un nuevo estruendo la saco e sus pensamientos los movimientos de la tierra por poco lograron hacerla perder el equilibrio, esos temblores ya eran cada vez más frecuentes.

-¡Miiko!- exclamo Kero.

Todos miraron el cristal con asombro y terror, este comenzaba a perder su color azul brillante pasando a ser totalmente negro, y el que fuera un agradable clima soleado ahora pasaba a ser uno nubloso, con espesas nubes grises como si una fuerte tormenta estuviera por desatarse.

-Por el oráculo ¿Qué pasa con el cristal?

-No lo sé Ewelein... no lo sé, lo que sí puedo asegurarte es que no podemos perder la fe en nuestros amigos.

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La lucha entre Lance y Valkyon seguía, aunque esta vez todo ocurría en tierra, Lance parecía enloquecido soltando golpes a diestra y siniestra, por momentos, su rostro mostraba un placer inigualable por la pelea y por otros un dolor profundo; el cambio en el clima también había sido perceptible para ellos cuando las sombras desaparecieron. En un rápido movimiento Valkyon había logrado colocarse a espaldas de su hermano rodeando su cuello con el brazo y con el otro sujetando la muñeca de Lance quien se había logrado hacer de una daga, si no se hubiera percatado de aquel movimiento, Lance pudo haberlo apuñalado.

-Ya basta Lance, no puedes entenderlo ¡Tenemos que parar con esta pelea!

-Si tanto miedo te da morir, no tenías que a ver venido en primer lugar. - con algo de esfuerzo, Lance logro sacarse a su hermano pasándolo completamente sobre de él hasta tumbarlo en el suelo, Valkyon se movió rápidamente rodando un par de veces para quedar lejos de su alcance.

-Estas totalmente equivocado, perdí el miedo a morir cuando pensé que tú estabas muerto.

-¡Pues ahora recupera ese miedo!- grito lanzándose nuevamente al combate.

Por muchos años Valkyon había reprimido su verdadera fuerza, por muchos años Lance supo cómo desarrollar mejor sus habilidades draconianas y si quería ganarle sabía que contenerse como hasta ahora no era la solución. Mientras esquivaba el ataque de su hermano cerro los ojos apretando los dientes tan fuerte que por un instante sintió que los mismos se le romperían.

Al abrir los ojos nuevamente, su tono dorado adquirió más brillo, era como ver el oro fundido, brillante y ardiente; parte de su rostro comenzó a llenarse de escamas, lo mismo con sus brazos y un poco antes de llegar a las muñecas, la piel comenzó a tornarse blanca, escamosa, mostrando lo afilado de sus garras.

-Jo! Así que por fin pelearas enserio. - se mofo Lance. - bien, hagamos que esto termine rápido.

-Si quisieras haber peleado enserio, habrías echo esto antes.

Lance se arrojó sobre su hermano para intentar darle un puñetazo en la quijada, sin embargo, Valkyon reacciono más rápido sujetando el brazo de su hermano para forzarlo a doblarlo en dirección contraria hasta escuchar el sonido de sus huesos romperse; el grito de su gemelo, aunque le estremeció en lo más profundo de su ser, sabía que era la única forma, romperle brazos y piernas si era necesario para retenerlo. Lance quien no se rendía intento golpearlo con su otro brazo teniendo el mismo resultado ambos brazos rotos.

Valkyon sabía que Lance a pesar de odiarlo, a pesar de intentarlo matarlo con aquella pelea se estaba reteniendo para no hacerle daño, sabía que la bondad de su hermano trataba de hacerse con el poder de su mente y ganar esa cruel batalla interna que hasta hace poco parecía tener con él mismo.

-Se terminó Lance, nuestra pelea termino, no voy a matarte, eres mi hermano, y juro que voy a encontrar el modo de liberarte de lo que sea que Leiftan te hiciera.

-No puede ser, tu sí que sabes cómo hacerme reír...-a pesar de tener sus brazos destrozados, comenzó a reír mientras se ponía de pie.- ¿Cómo lo piensas detener?

-Tanto él como nosotros es un dios ¡Nadie puede...!

-Ya basta...- con un fuerte golpe en el estómago el dragón de ojos dorados le saco todo el aire dejando que su cuerpo poco a poco cayera inconsciente. - te prometo encontrare la forma de liberarte Lance, lo juro.

***~~~***~~~

El frio del silencio era aterrador... ¿Qué había pasado? Leiftan le había quitado sus alas, se había hecho con su espada y estaba dispuesto a matar...si, eso había ocurrido. El jadeo liberado por parte de Erika regreso a todos los presentes el sonido, Chrome seguía congelado en su lugar observando la punta de aquella espada ensangrentada y el como una gota de sangre caía contra el suelo; Ezarel quien seguía asombrado de que Erika se hubiera movido tan rápido para usar su cuerpo como escudo y salvar a Roxan del mortal ataque del daemon.

-Erika...-dijo Leiftan, la Aengel apretó los dientes a la vez que sujetaba la empuñadura de la espada que atravesaba su torso.

-¿Lo recuerdas? Fue tu misma espada la que termino con mi vida la primera vez. - mordió su labio inferior con fuerza hasta hacerlo sangrar, rápidamente la hoja se deslizo por su herida hasta salir de su cuerpo, Leiftan seguía en su lugar, con una mirada neutra, como si el hecho de que fue su espada lo que la atravesó no le importara.

Aunque era totalmente lo contrario. Al verla moverse para defender a esos dos usando su cuerpo como escudo, le hizo recordar aquella noche, cuando ambos peleaban, cuando ella tiro su espada en el último momento y se guio sola hasta que el filo de la hoja le atravesó por completo, en el mismo punto.

-Fuiste tú. - dijo cerrando sus ojos. - fuiste tú quien decidió dos veces morir de la misma forma, yo realmente no hice nada. – Erika lanzo la espada con su sangre lejos dejando que la mancha carmín se extendiera más y más. Los puños del daemon fueron cerrados con más fuerza hasta que peños hilos de sangre comenzaron a hacerse presente.

El grito de Leiftan hizo eco en la cueva, mientras él nuevamente se lanzaba al ataque. Chrome reacciono en ese instante tomando el cuerpo de Roxan y moverse lejos de ese lugar; Ezarel y Nevra habían conseguido reunir todas sus fuerzas para moverse y no quedarse solo como meros espectadores, mientras que Ezarel se lanzaba contra Erika para quitarle de en medio, este había logrado armar a Nevra con su florete y era el mismo vampiro quien ahora mantenía al daemon a raya.

-Jamás pensé que fueras a llegar a este extremo. - levantando la pierna Nevra logro asestarle una patada en el costado para alejarlo de él. - realmente dices amar a Erika y le has hecho mucho daño, le has arrancado las alas literalmente y la has herido de muerte ¿Es así como demuestras tu amor? ¡Responde!

-Esto es algo que a ti no tiene que importarte. - Leiftan le miro con el ceño severamente fruncido, sus facciones casi humanas habían comenzado a desaparecer. - Ya no tengo que demostrar amor por alguien que solo me ha engañado. Deverias centrarte mejor en tu luto que en lo que pueda pasarme.

-Lo único que quiero que te pase ahora es que te mueras, maldito bastardo. - dejando caer el florete Nevra fue a contra Leiftan para iniciar una pelea sin armas.

Un par de metros lejos de ellos, Erika intento reincorporarse e intervenir, más Ezarel no se lo permitió comenzando a examinar la herida, era mortal sin duda alguna, pero ella, ella seguía consciente, quería seguir luchando, era que ¿Los Aengel estaban a un nivel superior como los dragones?

-Leiftan esta cegado por el amor que me tiene...-comento Erika con esfuerzo. - el amor es como un veneno y una droga...

-Leiftan está loco, no enamorado, ¿Realmente crees que esto es amor? Casi destruir el mundo por el cual tú te sacrificaste. - Erika sonrió de medio lado mientras hacía a un lado al elfo, su mirada violeta se enfocó en Kaluth quien ya había comenzado con el ritual.

-Klauth abandono a su amor inconscientemente al enfocarse en la crianza de una niña que no compartía lazos de sangre con él...descuido a su esposa...nunca supo que sería padre...usurpe el lugar de otra persona en su corazón. - dijo comenzando a ponerse de pie, Ezarel tomo uno de los brazos de ella para colocarlo sobre sus hombros y poder ayudarle a la labor. - Leiftan...hizo todo esto porque me ama y por qué correspondo al sentimiento... tiene miedo... la decisión de todo esto le provocó tanto miedo que este ha sido el resultado...

-No creo entenderlo. Leiftan planeo desde hace mucho la ruina de este mundo y todo solo para traerte de regreso.

-Realmente...no creo que nadie pueda entenderlo...- el dolor que sentía por causa de la herida le hizo doblarse ligeramente, observo su palma ensangrentada, aquella visión ya la había tenido antes, en los sueños de Roxan.- es hora de terminar lo que iniciamos...

Klauth no podía distraerse, no sabía que era lo que pasaba en la pelea cerca de él, simplemente debía centrarse en el ritual. Todo ese tiempo que había vivido en Eldarya, ahora podía entender por qué... Zenda sabía que algo así podría ocurrir y él sería el único capaz de revertir tal cosa. A su alrededor una luz blanca comenzó a trazar diferentes símbolos en el suelo, el oráculo se había liberado del pequeño cristal.

El suave y caído tacto en su mano izquierda llamo su atención, aquellos vivos ojos azules de los cuales hacía varios años se había enamorado lo miraban como aquella primera vez.

-Los elementos están unidos. - la voz de Zenda la escucho en eco dentro de su cabeza. – La energía mágica de los elementos, la fuerza de los dragones... la pureza de los aengels.

Ante aquello ultimo el dragón Kaluth no pudo evitar mirarle con desconcierto, la pureza de los aengels, Erika se encontraba peleando contra Leiftan en esos momentos; miro hacia abajo la luz blanca que unía cada artefacto, cada símbolo para el ritual se extendía por el suelo hasta llegar a la espada de Leiftan tirada no muy lejos de él con la sangre que se iluminaba de blanco; con la mirada busco a Erika quien con ayuda de Ezarel se mantenía en pie, aunque desde ese lugar no podía verla claramente sabía que algo había pasado.

-Ella lo sabía Klauth.- dijo nuevamente la voz de Zenda.- hará todo lo posible por que este mundo no sea destruido.

La batalla entre Nevra y Leiftan seguía, el vampiro sabia, y aunque él orgullo le doliera en esos momentos no era rival para un daemon como el que tenía enfrente, en un ágil movimiento por parte de Leiftan este logro golpearle en el costado derecho, el golpe no había sido fuerte como para romperle los huesos, pero su siguiente golpe sí que lo seria. Antes de que el daemon lograra siquiera tocarlo su puño había sido detenido rápidamente; sus ojos jade bañados en ira observaron los violeta que nuevamente interferían.

-¡Erika!- exclamo Nevra.

-Lo siento, pero esta no es tu pelea...es mejor que te apartes de aquí, él no va a dudaren matarte. - dijo mientras con su mano libre le daba un empujón.

-¿Piensas pelear con esa herida Leifde?

-Aún es demasiado pronto para morir otra vez.

El combate físico se reanudo, aunque pareciera que la herida de Erika haría de sus movimientos lentos no lo era en realidad, ella peleaba como si nada hubiera ocurrido, y, aunque no se dieran cuenta cada uno de sus golpes superaban las expectativas tanto de Ezarel como de Nevra. Era Ezarel quien termino de despejar sus dudas con ellos, ahora entendía por que fueron elegidos para el sacrificio azul que dio origen a su mundo; los sentimientos de Erika, el amor de Leiftan, todos eran sentimientos puros, fuertes y aunque estos fueran expresados de diferente forma, no perdían su esencia inicial.

Nevra también pudo darse cuenta de aquello, era por eso que a pesar de estar en pleno combate con Erika este evitaba tener siquiera que golpearla, era como si esperara que en cada movimiento ella lo esquivara para evitar hacerle más daño.

-¡Leiftan!

El grito del dragón fue apenas suficiente para distraerlo, Erika había logrado golpearle en el estómago para hacerlo retroceder. Apenas logro dar un par de pasos hacia atrás sintió que las piernas no le respondieron, al mirar hacia abajo noto el cristal que lo había atrapado.

-Esto es ridículo. - dijo entre risas bajando los brazos. - entonces, todo termina como lo habías deseado Erika, hacerme unir al cristal. - el cristal que se formaba en sus piernas poco a poco comenzaba a subir cubriendo su cuerpo.

-Este era nuestro destino...-murmuro bajando la mirada, ya todo estaba terminando, mientras que el cristal subía por el cuerpo del daemon, Erika se le acercó hasta tomar su rostro entre sus manos. - te perdono, quiero que sepas que en mi corazón no existe rencor alguno hacia a ti, no te odio por regresarme, no te odio por arrancarme las alas o por herirme, leven, jamás guardaría nada negativo de ti en mi corazón.

La luz blanca que expedía el lugar donde estaban pronto los cubrió a ambos, Leiftan sintió que su prisión de cristal desaparecía repentinamente, todo a su alrededor era blanco, no había sonido alguno y lo único que tenía enfrente era a Erika.

-¿Alguna vez me amaste, Leifde?

Los ojos de Erika se abrieron de par en par por unos segundos antes de entrecerrarse ligeramente mientras colocaba una mano en la mejilla de Leiftan.

-¿Lo dudas? Leifde, siempre, siempre te he amado, incluso después de la muerte, mi amor, mi vida.

-Lo siento...Erika...

La Aengel y el Daemon se habían convertido en luz, luz que rápidamente fue absorbida por el oráculo.

-Muchachos...- Nevra y Ezarel quienes seguían atónitos por lo ocurrido salieron de su trance para mirar a Klauth, su cuerpo se había llenado de raros símbolos blancos, su sonrisa y rostro calmado, parecía que nada pasaba. - tienen que marcharse ya, gracias a ustedes todo esto ha sido posible, pero por su seguridad, es mejor que abandonen este lugar.

-¿Qué pasara con usted?- pregunto Ezarel.

-Me iré al igual que ellos, fuimos criaturas que realmente no deberían de estar en este mundo, ahora como ellos regresare al lugar que fue destinado para mí, no se sientan mal por pensar que no han podido hacer nada en esta lucha, créanme hicieron más de lo esperado.

Ambos inclinaron la cabeza en señal de respeto, acatando las órdenes del dragón, rápidamente Ezarel se apresuró por Ykarh quien hasta ese entonces seguía inconsciente, Nevra recupero a Roxan entre sus brazos y junto con Chrome abandonaron aquel lugar.

Klauth miro al oráculo quien le sonrió de una forma cálida, todo el lugar comenzó a iluminarse.

***~~~***~~~

Un nuevo temblor se había hecho presente, más fuerte que los anteriores, Miiko y compañía observaron la luz que había aparecido de algún lugar causando que el techo sobre el cristal se derrumbara y así este pudiera ser cubierto por una luz con una energía sobrenatural. Cuando todo termino, el cristal que habia tomado un color negro, ahora era de un azul claro y un aura tranquila lo cubrí, fue entonces cuando el oráculo apareció por un instante, asintiendo ligeramente antes de desaparecer.

- Lo lograron... ¡Ellos lo lograron! - exclamo Miiko, su corazón no podía más que latir con suma felicidad.

-Es demasiado pronto para alegrarse Miiko.- dijo Kero.

Miiko, Ewelein y Camaeria dirigieron las miradas nuevamente al cristal, este mantenía su nueva forma, pero lo que llamo su atención fue ver que por el agujero del techo entraban... ¿Copos de nieve? Sí, eso era...nieve.

Notas finales:

Ufff, nuevamente me disculpo si la pelea no es como ustedes la esperaba, realmente no soy muy buena con esas cosas QnQ por otro lado, la despedida entre Erika y Leiftan la verdad si me llego, jaja sigo con mi nudo en la garganta por eso, pero ¿Qué pasara ahora?

Espero que les gustara el capítulo.

Dudas, preguntas aclaraciones lo que sea todo es bienvenido

Hasta la próxima actualización. 

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