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Responsabilidades... es una palabra que desde muy pequeña siempre ha tenido en claro pero que al mismo tiempo le da miedo tener que sobrellevar por cuenta propia, pero he ahí debía hacer frente a sus miedos, de hacer frente a lo que la vida le tenía preparado de ahora en adelante... mil y un suspiros abandonaron sus labios desde que despertó aquella mañana

Dio un par de pasos escuchando el rechinar de la madera bajo sus botas para dejar una caja sobre la cama, todo parecía estar ya en orden y a pesar de que todo estuviera empacado al menos ya todo estaba fuera del auto. Se dio la media vuelta para ver a sus padres, su madre le sonreía con cierta tristeza y su padre firme como siempre.

-Mamá, Papá... gracias por venir y... creo que nos veremos en vacaciones.

-Mi bebé no puedo creer que te aceptaran en la universidad... ¡la misma donde se graduó tu padre!

-Estamos muy orgullosos de ti hija mía, este es el último paso para poder estar dentro del negocio familiar.

Ella se giró para tomar la fotografía de su abuela, la mujer que siempre había estado allí para ella, para escucharla y alentarle a seguir a delante que dejara de tener miedo al mundo cuando le tocase enfrentarlo y también para recordar aquella historia que ya era tradición en su familia y sobre todo su favorita. Al girarse de regreso a sus padres el ambiente había cambiado por completo, ya no era la habitación en la casa de estudiantes, parecía ser una escena sacada de alguna película que mostraba el apocalipsis... el cielo negro, espesas nubes que se iluminaban con el gruñir de la próxima tormenta... todo a su alrededor era lo mismo no sabía dónde estaba y su respiración comenzó a acelerarse, estaba a asustada.

Sus manos temblaron terriblemente hasta el punto de hacerla soltar el retrato, claramente pudo escuchar algo caer y... en el momento que bajo su mirada... sangre, había sangre bajo de ella, sangre en sus manos, levanto la mirada... cuerpos... antes no había ningún cuerpo tirado... todo a su alrededor giraba brutalmente, era como si esa espantosa escena fuera todo provocado por ella.

-Basta...-murmuro asustada.- ya basta...

En el momento que todo pareció dejar de moverse, sintió un escalofrió en su espalda, su cuerpo se movió solo, su corazón palpitaba con fuerza una voz en su cabeza pedía a gritos no se girara pero su cuerpo no reaccionaba a su órdenes y cuando lo hizo un par de ojos negros con pupilas brillaron acompañados el nuevo estruendo del cielo.

-¡NO!

Grito, su cuerpo estaba empapado en sudor, su garganta seca escocia por su agitado respirar, intentando jalar aire por la boca, un nuevo estruendo hizo vibrar los cristales de su ventana, al girarse a verla pudo ver que los cristales estaban llenos de agua. Se dejo caer sobre la cama, una pesadilla causada por una tormenta, se levantó a duras penas estremeciéndose ligeramente cuando sus pies tocaron el frio suelo. Llego hasta la ventana donde solo corrió las cortinas dejando que las piedras que iluminaban su habitación brillaran con más intensidad. Quedo nuevamente sentada sobre la cama ese sueño, a pesar de ser una pesadilla lo sentía tan real... demasiado real.

Unos leves golpes en la puerta le hicieron regresar por completo al mundo real, humedeció sus labios secos para rodear la cama e ir a atender la puerta...

-¿Si?

-Ro...¿Estas bien?

La voz de Nevra se escuchó al otro lado... ella mordió sus labios mientras en su cara se figura una expresión de angustia, tardo apenas unos segundos para abrir la puerta y mirarle un poco cansada por haber recién despertado.

-Estoy bien... tu ¿Qué haces aquí? Perdón... quiero decir...

-Tranquila... te escuche gritar.- dijo abriendo más la puerta lentamente, ella apenas se hizo a un lado para dejarle entrar y cerrar la puerta.- es la quinta noche que ocurre.

-Lamento si mis gritos no te dejan dormir... no lo hago voluntariamente solo son pesadillas que surgen de la nada.- dijo algo cansada, Nevra coloco sus manos sobre los fríos hombros de la chica, ciertamente la temperatura esa noche era baja y más aun por la tormenta.

-No es que me moleste, me preocupa... ¿Quieres hablar?- ella le miro directo a la cara, aun no podía recuperarse de su aturdimiento por esa pesadilla.

- Si...-dijo soltando un largo suspiro. Ambos se sentaron al borde de la cama, Nevra marco una distancia prudente entre ambos.- Tengo sueños... más bien recuerdos que se forman a pesadillas, recuerdo diferentes escenas de mi "vida pasada" con mis padres pero cuando hago otra cosa la escena cambia completamente el miedo me invade y lo que veo no me ayuda en mucho.

-¿Qué es lo que ves?- pregunto, de cierto modo su explicación no le dejaba muchas cosas en claro.

-Sangre, las marcas de una guerra demasiado sangrienta... mis manos siempre están manchadas.

-No soy un experto en estos temas.- el vampiro se aclaró ligeramente la garganta.- Pero tal vez lo que se transforma en pesadilla es algún tipo de deseo suprimido que de alguna forma quiere salir de ti.

-¿Venganza? ¿Asesinarlos a todos? – Aquella sola idea le hizo estremecer de manera automática se abrazo a si misma temblando un poco.- no puedo si quiera en pensar desearle la muerte a alguien.

-Es verdad, pero aveces los deseos suprimidos pueden ser oscuros, aun que...

-Aun que ¿Que?- le cuestiono.

-Aun que no siempre los sueños deben ser producto de un deseo, tambien pueden ser visiones de una vida pasada.¿Alguna idea?- ella simplemente negó.- como te lo dije ya, no soy un experto, pero, seguramente la sangre y los cuerpos los puedes estar relacionando a que has perdido tu vida por culpa nuestra, que has quedado sola en este mundo, pero no lo estas.

-Gracias... aun que sabes... aceptarlo y adaptarse será difícil.

-Yo estaré contigo hasta que eso pase.- la chica se encogió de hombros deslizando una media sonrisa en sus labios, Nevra hizo lo mismo para después acortar la distancia y colocar su mano tras la nuca de ella.

Sintió su cuerpo helarse por completo al sentir su tacto, al ver como con su mano la llevaba hasta él acortando la distancia, Nevra simplemente beso su frente, un beso corto pero que le hizo sentir extrañamente más tranquila... Nevra se retiro de la habitación cerrando la puerta tras de sí.

A la mañana siguiente sus ojos poco a poco se fueron abriendo al sentir los primeros rallos del sol colarse por su ventana, no sabía exactamente a qué hora había quedado dormida nuevamente, esta vez sin más pesadillas, cerro sus ojos para incorporarse sobre la cama donde estiro sus brazos al techo para quitarse la pereza y poder despertar por completo, cuando se sintió más relajada abrió los ojos queriendo no haberlos abierto nunca... ¡Su habitación era un desastre! Era como si un huracán hubiera arrasado por el lugar, los pequeños adornos de su cómoda estaban en el suelo destruidos, sus muebles arañados, la ropa de su armario tirada y hecha jirones por todo el suelo.

Se levanto muy aturdida, su familiar parecía estar aterrado y escondiéndose de algo arriba del armario, ella dio un paso al frente y al hacerlo sintió como algo o alguien el daba un zarpazo en e tobillo, por inercia se echó para atrás notando como una cola peluda con azul y beige se apresuraba a meterse debajo de la cama.

-¡AMAYA!- exclamo.

Apenas tomo lo primero que encontró y que estaba aun en buen estado para intentar tomar al travieso familiar, pero este parecía estar con un muy pésimo humor pues más de una vez intento morder la mano de la joven y mas de una vez logro arañarla.

-Demonios...¡Agh! No podre sola...- miro con pena a su familiar ni siquiera podía acercarse para tomarlo en brazos pues Amaya salía de su escondite con la clara intención de saltarle si se atrevía a acercársele.

Salió de su habitación a toda prisa rogando poder encontrar al dueño de esa fiera incontrolable antes de que su familiar se convirtiera en el desayuno del Panalulu... algo imposible pero más le valía darse prisa.

Para su mala suerte Leiftan no estaba en su habitación, tampoco en la sala del cristal, mucho menos en la cantina, en la biblioteca Ykhar le había dicho sobre haberlo visto paseando algo distraído por los jardines y seguramente debería estar por ahí. Siguiendo su consejo fue a los jardines donde lo encontró mirando distraídamente algunas flores que aun contenían algo de roció... por algo extraño le quedo mirando, él simplemente era un misterio para ella.

-Roxan...-dijo su nombre, ella se sobresalto un poco sintiendo sus mejillas arder.- ¿Pasa algo?

-Eh... yo...-aclarándose la garganta se acercó a él para tomarle la mano con fuerza y llevárselo de ese lugar, a Leiftan le desconcertó bastante su acción pero simplemente se dejo llevar hasta que llegaron a la habitación de la joven humana.

Roxan abrió la puerta donde su familiar salió disparado a sus brazos presa del pánico, tanto Leiftan como ella quedaron boquiabiertos por lo que veían ahí dentro, lo último que había visto Roxan antes de salir era su ropa y algunos adornos tirados y rotos, pero ahora sus sabanas y cortinas estaban hechos jirones y no solo eso sobre la cama Amaya estaba destrozando una de sus almohadas.

-Por Eldarya...-musito Leiftan apresurándose a entrar y tomar a su familiar entre sus brazos.

Roxan por otro lado parecía haberse perdido del mundo... su habitación el pequeño paraíso que Ezarel había hecho para ella... de forma no voluntaria... ahora estaba destrozado por un Panalulu que parecía disfrutar destruir todo aquello que tuviera que ver con la humana; antes de que Leiftan pudiera agregar una palabra más para hacer reaccionar a la joven una de las puertas de su armario se desprendió del mueble ocasionando un ligero ruido seco.

-M-mi... mi habitación...-musito ella dejando caer a su familiar de sus brazos, este ni corto ni perezoso corrió hasta su alimento que estaba tirado en el suelo.

-Yo... realmente lo lamento, no se que es lo que le paso a Amaya para venir a destrozarte la habitación te juro que...

-¡ESA COSA ES N DEMONIO!- sin dejarlo siquiera terminar exclamo señalando al familiar que amenazo con irse sobre ella para atacarla.- ¡Mi habitación, mi ropa... todo! Todo está destrozado.- Leiftan agacho la mirada realmente avergonzado por lo ocurrido.- lo lamento Leiftan no quise gritarte pero... mira esto...

-Lo sé, y lo lamento mucho realmente todo te lo repondré.

-No yo...yo me las arreglare después ahora... solo quería que atraparas a Amaya.

-¡¿Pero que pasa aquí?!

La pregunta de Miiko les hizo girarse a su dirección, ambos le miraron simplemente sin responder y esta enarco una ceja acercándose hasta ellos para ver lo que estaba pasando, su mirada se transformo en una mueca de asombro mirando a ambos en pautas iguales.

-Miiko...te aseguro que todo esta bajo control...solo fue una travesura de Amaya.- dijo Leiftan rápidamente.

-¡¿Una travesura?!.- grito la de orbes violeta.- ¡Amaya me odia, solo miren mi habitación!

-Algo debiste haberle hecho Amaya no ataca solo pro que si.- dijo Miiko.

-Desde la primera vez que le vi destrozando mi habitación jamás le hice nada, nunca fui desagradable con ella.- se defendió.- lo juro.

-Es muy raro que Amaya ataque a alguien pero como te lo dije yo me ocupo de pagarte todo lo que mi familiar destruyo.

-Leiftan realmente no estas en la obligación de hacerlo.- hablo nuevamente Miiko a la vez que terminando de hablar soltaba un pesado suspiro.

-Claro que lo estoy Miiko. Amaya destruyo su habitación sin justificación alguna y como su dueño es mi deber reparar sus destrozos...-dejando la travieso familiar en el suelo este salió corriendo por los pasillos hasta perderse de la vista de todos.- Roxan yo me ocupo de todo, seguro que tienes misiones por realizar, para antes de que anochezca tu habitación será reparada.

-Gracias Leiftan.