7. La Bestia
KIERAN
Charles ayuda a Valerie a meterse en la bañera llena de agua fría, lo hace con la camiseta que llevaba, la cual se pega a su piel, los pechos se le marcan a través de ella, al igual que los pezones ahora duros debido al frío.
—Kieran, ya son las seis y media, tengo que marcharme —dice mirándome después de que Valerie se acomode sin dejar de temblar.
—¿Tienes turno tan temprano?
—Sí, hoy hago doble. Frank acaba de marcharse a Calgary, tenía que adelantar un trabajo en la biblioteca. ¿Te quedas con ella? —Señala a nuestra invitada con la cabeza y yo asiento sin más remedio—. Nos vemos a la tarde.
Choco su mano cuando pasa por mi lado, espero a que se meta en su dormitorio y cierro la puerta del cuarto de baño después de entrar. Pongo el pestillo y me acerco despacio hasta la bañera, sentándome en la taza del váter que está al lado.
Valerie abre entonces los ojos y se encuentra con los míos, no disimulo al pasear la vista por todo su cuerpo; por sus piernas desnudas, por la tela de sus bragas azules y el resto de sus curvas marcadas ahora más que nunca.
—¿Por qué crees que has soñado con eso? —Me inclino hasta quedar cerca de ella, de su rostro.
—No lo sé, puede que por tu culpa. —Se encoje de hombros y me mira de reojo mientras juega con el agua.
—¿Qué tengo que ver yo con rituales satánicos?
—Dímelo tú. —Me reta, se apoya en los costados de la bañera y se arrastra para acercarse aún más a mí.
«Necesito que me beses otra vez, no puedo sacar ese momento de mi cabeza.»
—Tú eres la que ha dicho que es culpa mía, así que eres la que tendría que tener una explicación.
—No lo sé, Kieran, todo tú eres... —Me da un vistazo generalizado y sigue sin encontrar las palabras—. Es como si una neblina negra te rodease, ¿sabes? Haces cosas muy raras y... perturbadoras.
«Sí, cariño, cosas que a nosotras nos encantan.»
Ladeo la sonrisa por lo que su mente me cuenta en plural, como si me desease por dos. Quiero decirle que sé que lo único que quiere es tenerme entre sus piernas, pero sería exponerme demasiado.
—Hasta donde he podido comprobar, esas cosas han parecido gustarte —susurro con voz ronca al mismo tiempo que sujeto su barbilla con mi mano.
—Tú no tienes ni idea de lo que me gusta y lo que no.
—Ah, ¿no? —Río amargamente y me pongo en pie, introduzco un pie en la bañera y luego el otro, pero entonces me siento desconcertado por la temperatura del agua—. ¿Cómo es posible? Charles te ha llenado la bañera con agua congelada y ahora está casi caliente. —Frunzo el ceño y ella no sabe qué decirme, solo sostiene mi mirada sin decir tampoco nada sobre mi impulso de meterme en la bañera.
Me coloco de rodillas y ella retrocede ligeramente para dejarme espacio, alargo una mano hasta sus piernas ahora recogidas, y tiro bruscamente de los tobillos para colocarlos a mis costados.
Valerie separa los labios y reprime un jadeo cuando sujeto su brazo, retiro el apósito y observo el corte, el cual ha empezado a cicatrizar. Mi mente inmediatamente recorre el cuarto de baño en busca de algo con lo que poder abrir de nuevo esa incisión y mezclar su sangre con el agua, bañarme con ella y follármela como llevo queriendo hacer desde el puto día en que llegó.
—Kieran. —Frunce los labios y deja mi nombre en el aire al sentir cómo tiro de los costados de la herida hacia los lados, la cual enseguida se abre y varias gotas de sangre resbalan por ambos costados.
Me lo llevo a la boca y repito el mismo gesto que cuando se cortó hace unas horas, mi lengua pasa por encima y arrastra toda la sangre. Cierro los ojos para llenarme de control y no morderla, pienso en que hace un rato me he desquitado con Clarissa y que no necesito hacerlo otra vez.
—¿Estás asustada? —pregunto mientras coloco mi mano en su nuca, mis labios casi sobre los suyos. Niega con la cabeza y yo sonrío porque sé que no miente, que la excitación es mucho más poderosa que el miedo.
Estampo mi boca en la suya y ambos nos fundimos en un beso hambriento y lleno de lujuria; no de esa romántica y bonita, sino de la enfermiza y oscura. La que puede traerte tanto placer como desgracia.
VALERIE
Saboreo mi propia sangre de su boca. La forma en la que sus manos me tocan, me poseen y me abren las piernas para poder colocarse entre ellas, es como un enorme agujero negro en el que caigo y caigo a una velocidad vertiginosa. Y no hay forma de frenar el golpe.
El agua adquiere un color escarlata de lo más perturbador si tienes en cuenta que no se debe a sales aromáticas, cada vez está más caliente y parece que la temperatura se ajusta a la mía.
Kieran se mueve instintivamente sobre mí, el bulto bajo su pantalón de pijama roza entre mis piernas de un modo cada vez más violento, su boca me arrastra igual que una adicción que no puedes dejar, y yo puedo sentir cómo esa voz malvada e interna que me habla cuando estoy con él, termina por dejarme de lado para tomar el control.
Entonces se separa de golpe y coloca la mano en mi boca para que no hable, un hilillo de sangre mezclada con agua resbala por su barbilla y sus ojos se mantienen fijos en la puerta del cuarto de baño.
—¿Valerie, cielo? ¿Estás ahí? —Mi tío da un par de golpecitos en la puerta segundos después. Kieran me lanza una advertencia con la mirada y luego aparta la mano para dejarme hablar.
—Sí, tío, estoy duchándome.
—Vale, me ha dicho Charles que tienes fiebre, ¿estás bien?
—Mejor, sí. —Asiento y me muerdo el labio cuando Kieran dibuja una sonrisa llena de malas intenciones.
—De acuerdo, voy a llamar a Kieran para que se despierte, tenemos que irnos a trabajar enseguida.
—¡No! —exclamo y trato de improvisar algo cuando él se levanta para salir de la bañera, empapando todo a su paso—. Deja que yo le despierte, ayer discutimos y quiero pedirle perdón.
—Oh, no sabía que... Vale, dile que se apresure, no quiero que se nos eche el tiempo encima.
—Ahora mismo salgo.
Kieran me pide que no hable más y agudiza el oído mientras me ayuda a salir del agua, su mirada no se aparta de la herida de mi brazo y, pillándome por sorpresa, me empuja contra la pared con fuerza. Mi espada choca en la baldosa fría al igual que mi trasero. Vuelve a besarme unos segundos y luego levanta mi brazo, lo pega a su boca y lame el corte con un ansia casi animal, el dolor de la herida no es tan grande como la curiosidad por esta extraña excitación que me produce.
Se va agachando sin apartar su boca, apoya una rodilla en el suelo y tira hacia abajo de mis bragas sin esperármelo en absoluto. Levanta mi pierna con facilidad y hunde su boca entre mis muslos, me tapo la mía con las dos manos para que no se escuche mi grito y tiro todos los botes que hay sobre el lavado al buscar algo a lo que sujetarme cuando su lengua profundiza más.
—No pares —jadeo despeinando su pelo mientras tiro de él.
Mi novio me hacía sexo oral a menudo, pero debo reconocer que Kieran parece hacerlo a diario. El modo en el que lame, mordisquea con sus labios y tira de puntos estratégicos, me hace perder la cordura y llegar al orgasmo en pocos minutos.
Trepa por mi cuerpo y sus pupilas son como dos pozos sin fondo cuando llega a mi altura, esta a punto de besarme, pero se detiene, apoya las palmas de las manos en la pared a mis costados y puedo ver cómo su respiración es muy irregular.
—Marcharte, Valerie. —Dice con los ojos cerrados y la cabeza agachada.
—¿Qué? ¿Por qué? —Niego desconcertada y trato de que me mire, pero retrocede de golpe en cuanto lo toco.
—Metete en tu habitación y asegúrate de cerrar por dentro. —El modo en el que me habla me hace pensar que le está dando algún tipo de brote psicótico, o no lo sé, pero este cambio de humor es como un latigazo.
—¿He hecho algo que...? —Me encojo de hombros sin terminar la frase y es él el que abre la puerta del cuarto de baño y sale disparado escaleras arriba hacia su habitación en la buhardilla.
Me debato entre ir a buscarle o dejar que se calme, pero creo que esa especie de parafilia que tiene con la sangre se le ha ido un poco de las manos y, de algún modo, le ha hecho perder la cordura. Una lástima.
Ejem. ¿Todo bien por ahí? Porque Valerie parece estar más que bien🙃 En cambio... creo que Kieran se va a volver loco, el pobre. Mandadle fuerza para no despedazar a la pequeña Val, aunque no parece necesitar que nadie la defienda...
¿Cómo reaccionarán la próxima vez que se vean? No olvides seguir la cuenta oficial de Instagram para no perderte nada: cazadorwattpad
La canción de esta semana es:
https://youtu.be/JCT_lgJ5eq8
Un beso,
Ner🖤
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