32. Cacería
KIERAN
Despierto cuando una gota de sangre perturba mis más bajos instintos al caer sobre mi rostro, junto a la boca. Parpadeo varias veces antes de apoyar los codos para levantarme de la cama en la que me encuentro, ¿qué ha pasado?
—Otra vez no. —Niego con la cabeza al ver el resultado de todas estas horas perdido.
Me apoyo contra la pared y doblo las rodillas dejándome caer entre sollozos repletos de rabia y de odio hacia mí mismo, necesito encontrar la forma de terminar con esto, no pienso matar a una sola mujer más. ¿Dónde coño estoy?
«Valerie, ¿me escuchas?»
«Alto y claro, ¿necesitas que te vaya a buscar?»
Frunzo el ceño ante esa respuesta, no es lo que me esperaba, pensaba que estaría preocupada o enfadada. Lo último que recuerdo, o al menos creo recordar, es su voz llamándome por el bosque, desesperada mientras La Bestia me alejaba cada vez más de ella. Y de mí mismo.
*
Su mirada me sonríe a través del espejo mientras me ayuda a limpiar el desastre que tenemos delante, no parece importarle estar manchándose de sangre y haber tenido que tirar un cadáver al contenedor de la parte trasera de este apartamento.
Ni siquiera me ha escuchado cuando le he pedido que tuviese cuidado y que no hiciese ruido, me atrevería a decir que parece divertirle todo esto.
—¿Te encuentras bien? —Sostengo su mano al pasar por mi lado.
—Muy bien, tanto que creo que deberíamos aprovechar esta cama —comenta y se pone de puntillas para besarme.
—¿Bromeas? —La detengo y doy un paso atrás.
—Para nada, ¿quieres que te lo demuestre? —Tuerce la sonrisa y me dedica la misma mirada que hacía tiempo que no veía en ella.
—Que hija de la gran puta. —Gruño y cierro los puños, ella se limita a romper en una carcajada y volver a subirse los tirantes del sujetador que ya se estaba quitando.
—Aguafiestas. —Pone los ojos en blanco, pasa los dedos por el charco de sangre que aún no hemos limpiado y después se los mete en la boca—. Soy la única que puede darte todo lo que tu alma más desea —murmura mientras me sujeta por el pelo y me acerca para besarme.
Cierro los ojos con fuerza para no degustar el sabor que tiene ahora su lengua, pero el aroma de la sangre es demasiado intenso para que La Bestia lo pase por alto, la cual se despierta igual que si le hubiesen pinchado con una aguja.
Rodeo su cuello con las manos y la empujo contra el armario de madera que decora el dormitorio de la chica que esta noche ha muerto aquí, Nihasa abre la boca al mismo tiempo que sus ojos dibujan una mirada perversa, llena de fuego y de pecados que La Bestia anhela cometer.
«Por favor, Kieran, no lo hagas.»
—Valerie —digo entonces, apartándome bruscamente.
Nihasa entorna los ojos y mira a su alrededor, se aleja hasta la mesilla y, cuando vuelve a girarse hacia mí, veo lo que tiene entre las manos.
—Ni se te ocurra —advierto al mismo tiempo que alzo una mano en su dirección—. Deja esa navaja, ¿qué pretendes conseguir?
—Si no te tengo por las buenas, será por las malas. —Pronuncia cada sílaba igual que si soltase veneno con ellas.
—Tampoco me tendrás por las malas, Nihasa —aseguro.
—Me encanta la seguridad que tienes en ti mismo. —Sonríe, pero niega con la cabeza—. Lástima que no tengas el control sobre todo.
Despego los párpados cuando, de un momento a otro, la punta de la navaja recorre su antebrazo desde la muñeca hasta arriba.
La sangre sale a borbotones, tiñendo el edredón de flores azules de un profundo color turquesa que termina por nublar todo mi raciocinio. Camina hasta mí y es entonces cuando caigo de rodillas frente a ella, que se encarga de sujetarme el pelo con la otra mano a la vez que pega su muñeca a mis labios.
—Aliméntate, Bestia.
No sé el tiempo que pasa hasta que me aparta, coloca ambas manos a los costados de mi cabeza y consigue hacer lo mismo que aquella vez en el cuarto de baño, cuando anuló al asesino que llevo dentro y consiguió devolver la cordura a mí.
Retrocede varios pasos atrás y espera a que me levante del suelo, observo cómo pasa los dedos sobre el corte y, por arte de magia, la carne se une y no queda rastro alguno de la herida que ella misma se ha propiciado.
—¿Todavía no ves que soy tu única opción? —dice al darse cuenta de que la estoy mirando—. Solo yo puedo darte esto.
—No lo quiero, devuélvemela. Quiero a Valerie.
—Creo que ha quedado bastante claro que prefieres la sangre antes que a ella. —Ríe y se deja caer en el colchón con las piernas cruzadas.
Entonces se me ocurre la única locura que podría funcionar en este momento.
Camino despacio, tengo que ser lo más creíble posible, esta puta es inteligente, aunque si hay algo que he podido comprobar que le hace bajar la guardia es la lujuria, al fin y al cabo, es uno de los pecados capitales.
—¿Qué es lo que quieres?
—A ti, por completo —confiesa con un deje travieso en la voz.
Tiro de sus tobillos para acercarla al borde de la cama, sonríe de lado y sostiene su labio inferior entre los dientes hasta sacar sangre de él. Aspiro en profundidad y el aroma de Valerie enseguida llega hasta mis fosas nasales, bloqueo mis pensamientos para que no pueda darse cuenta de lo que estoy haciendo y la beso.
Sus manos viajan hasta el bulto bajo mis pantalones y no tarda mucho en dejarme desprovisto de ellos, acaricio su cabello cuando se mete la polla en su boca e incluso empujo un poco en un vano intento por ahogarla y que, así, mi Valerie pueda regresar.
La desesperación casi puede palparse.
—Ahora túmbate —exijo empujándola yo mismo, sé lo que le encanta que sea duro.
—No va a funcionar —dice entonces cuando estoy quitándole la ropa interior por debajo del vestido granate que se puso para venir a cenar a casa hace unas horas.
—¿A qué te refieres? —Deposito besos en su bajo vientre tratando de disimular.
—Cariño, soy un demonio, voy cien pasos por delante de ti.
—Ah, ¿sí? —Tres de mis dedos la penetran con rudeza, provocando que su espalda se arquee de un modo sobrehumano.
No responde, se limita a gemir y a decir palabras en un idioma que desconozco, no se parece a nada que haya escuchado antes, pero me da igual.
Por el modo en el que se retuerce y clava sus uñas en mi cabeza cuando sustituyo los dedos por mi lengua, creo que está bajando las defensas. Solo espero que todo esto no haya servido para nada.
¡Hola! Muchas me habéis pedido que por favor subiera el capítulo a Wattpad porque no vais a poder ver el directo de Instagram, así que bueno, he optado por seguir haciéndolo así. Espero que lo disfrutéis y que me llenéis de comentarios con vuestras opiniones🥰 Sin embargo, es posible que no los suba todos con el fin de evitar los plagios y los PDF.
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