22. Juntos podemos con todo

KIERAN

Exploro sus curvas con las manos, perdido en un deseo incontrolable que me acojona tanto como me atrae; es como si el cuerpo de Valerie tuviese una cuerda que no me deja alejarme de ella, me envuelve y me acerca todo lo posible.

Despega sus labios de los míos cuando caigo sobre ella en el colchón, sus ojos me observan en silencio, cautelosos, pero dejando entrever el fuego que se oculta en lo más profundo de su ser. Me desea y no puede evitarlo, es una necesidad orgánica, algo primitivo y descontrolado, igual que la sed o el hambre.

—Tenemos que parar —murmura cuando beso su cuello a la vez que mis manos se pierden por debajo de su vestido.

—Que va, en absoluto. —Tuerzo la sonrisa antes de cerrar su boca con la mía y provocar que ella nuble sus pensamientos.

Me acaricia con destreza, como si Nihasa estuviese participando en este encuentro, ¿eso lo convierte en un trío? No lo sé, no me importa, ahora mismo lo único que quiero es perderme dentro de ella. Y es lo que hago.

Su pelvis se eleva instintivamente cuando me deshago de la ropa interior de ambos y me posiciono entre sus muslos, puedo oler el deseo desde aquí arriba, puedo notar la velocidad de sus pulsaciones y el sangre bajo la piel de su cuello.

Empujo sin perder más tiempo y cierro los ojos cuando ella lo hace, acompañándolo de un gemido que alimenta mi parte más salvaje.

—¿Y querías parar? —Una carcajada seca sale de mi garganta antes de morderme los labios para no morderla a ella.

Sus piernas abrazan mi cadera y me pierdo en sus movimientos, pasa sus manos por mi rostro para mirarme y retira los mechones de pelo que caen en mi frente.

Es como si estuviésemos follando de más de una forma, como si cada célula de su organismo se estuviese fusionando con las del mío. Si es que me queda alguna viva. Quizá ellas las reactive, quizá su parte demoníaca sea capaz de hacerme sentir así de vivo; solo ahora, en este momento, ella y yo sobre esta cama. No existe nada más.

—Kieran, para, para —dice entonces cuando siento que está a punto de correrse.

Sujeta cintura con sus manos y me obliga a detenerme usando parte de esa fuerza que Nihasa le proporciona sin que ella se dé cuenta.

—¿Qué pasa? —La miro desconcertado y luchando por obedecer.

Tengo el sabor de su sangre en la punta de la lengua, casi puedo notarla, necesito más; mi lado insaciable se agita dentro y me impide poder prestarle atención del todo. Empiezo a ver a través de ese velo que La Bestia coloca cuando se despierta.

—Pude volver cuando el demonio y tú os acostasteis.

—¿Crees que si te corres Nihasa regresará?

—¿Y tú crees que merece la pena arriesgarme por un orgasmo?

—Sí, desde luego que lo creo, joder. —Asiento convencido y la beso, pero de un empujón hace que salga de ella y caiga de espaldas en el suelo.

VALERIE

Sus ojos me miran entre desconcertados y furiosos desde el suelo, me bajo el vestido para cubrirme y lo reto en silencio mientras se pone en pie.

Toda su anatomía desnuda se aproxima hasta mí, rodea mi cuello con su mano y me alza la barbilla, cierra los ojos y respira hondo mientras tuerce la cabeza.

«Basta. Kieran, no eres tú. Márchate, suéltala.»

Sus pensamientos me confirman que La Bestia que lo domina en ciertas situaciones le impide pensar con claridad.

—Kieran —llamo cuando sus dedos hacen más presión en mi garganta.

Sin que me suelte, trato de ponerme de rodillas en el colchón para estar a la altura de sus rostro, sujeto sus mejillas con mis manos y me acerco haciendo fuerza para depositar un beso en sus labios. Entonces despega los párpados y puedo ver el profundo abismo contra el que está luchando.

—Vuelve —digo e intento meterme en su cabeza de algún modo, ayudarlo a controlarse y disipar esa neblina.

Me concentro y busco en mi interior la fuerza que sé que poseo, esos poderes que de algún modo también me pertenecen; la parte demoníaca que me ha acompañado desde que tengo memoria.

«Nihasa, ayúdame, joder.»

—Kieran, ya está, está bien, abre los ojos —pido rozando sus labios con los míos.

Pocos segundos después, el agarre de sus dedos se debilita y sacude la cabeza un par de veces antes de encontrarse con mi mirada. Da un paso atrás con el rostro contraído, pero sujeto su mano y lo detengo, me pongo de pie en el suelo y adivino lo que está pensando sin necesidad de escucharlo.

—No eras tú, no te culpes —digo sin dejar que se aleje.

—Cualquier día volveré a matarte, tenemos que parar esto. —Niega con la cabeza sin parar y suelta mi mano, se viste deprisa y yo me apresuro a colocarme delante de la puerta porque sé que va a huir de mí.

—Podemos superarlo juntos, algo se nos ocurrirá.

—Déjame salir, soy un puto monstruo, Valerie, he estado a punto de ahogarte.

La tristeza de su mirada vidriosa me mata, saber que está sintiéndose la mierda más grande por algo que no puede controlar, solo hace que mi necesidad de protegerlo crezca.

—Ven, por favor. —Entrelazo mis dedos con los suyos y lo llevo hasta la cama de nuevo, no dice nada, pero se deja arrastrar sin oponer resistencia—. Oye, ¿qué pasa? —pregunto al ver cómo un par de lágrimas resbalan por sus mejillas.

—¿Por qué tuvo que tocarme a mí? Con toda la gente que había en Calgary esa noche, ¿por qué yo? —Alza la mirada completamente derrotado, no sé qué decirle así que simplemente dejo que repose la cabeza en mi regazo y lo acaricio mientras se desahoga.

—Creo que podemos ayudarnos el uno al otro, Kieran —reflexiono minutos después cuando su respiración es más acompasada—. Eres un vampiro y yo soy un demonio, ninguno pedimos esto, pero es nuestra realidad y debemos afrontarla.

—¿Juntos? —Se incorpora en el colchón y deja caer las piernas para sentarse pegado a mí, su mano acaricia mi rostro antes de esconder los dedos entre mis cabellos.

Asiento y él deja escapar una bocanada de aire, pega su frente a la mía y entonces su voz retumba en mi cabeza.

«Lo siento muchísimo, he intentado detenerme, pero no soy capaz de poder con ella. La Bestia es demasiado fuerte.»

«Aprenderemos, tiene que haber alguna forma de que puedas controlarla. Tú mandas sobre tu cuerpo y tus impulsos, no ella.»

—Ojalá pudiera —dice en voz alta.

—No te rindas, te necesito, Kieran. Estamos juntos en esto, somos dos bichos raros con Bestias interiores, la única diferencia es que la mía tiene nombre y la tuya no.

Consigo sacarle una pequeña sonrisa, lo que me da esperanzas. Se acerca para besarme, pero entonces frena y aparta la cabeza.

—Deberíamos limitar el contacto físico, no pienso volver a ponerte en peligro.

—¿Acaso crees que seremos capaces de vivir bajo el mismo techo sin tocarnos?

—Tenemos que intentarlo, Valerie, no me lo perdonaría si por mi culpa mueres.

—Otra vez —bromeo para quitar un poco de hierro al asunto.

—Otra vez. —Sonríe y después acaricia mis labios con su pulgar sin dejar de mirarlos—. O si provoco que Nihasa vuelva.

—La siento, está furiosa, lucha con todas su fuerzas para apagarme.

—Tenemos que encontrar el modo de que os fusionéis, de que entienda que no va a volver y que pase a formar parte de ti.

—Suerte con eso.

¡Holaa! Siento la tardanza, tengo los exámenes cerca y estoy bastante centrada en estudiar, pero aquí tenéis otro capítulo. ¿Qué conclusiones sacáis de todo esto? ¿Qué está pasando entre ellos? ¿Podrán ayudarse? Os leo.

Mientras actualizo, quiero invitaros a pasaros por "DIRTY GLAMOUR", otra de mis novelas que estoy escribiendo en formato de serie. La 1ª temporada está completa y ya ha comenzado la 2ª.

Se trata de una historia que derriba los estereotipos, los tabús que marca la sociedad; lo que está bien y lo que está mal. A ellos nos les importa lo que opine la gente. Están perdidos y experimentando para encontrarse a ellos mismos; mientras tanto... Bueno, conocelos.

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