18. No te contengas, no es necesario
Nota importante al final.
KIERAN
Río ante su declaración y le digo que no soy idiota, que sé que eso lo ha dicho ella porque ha querido, no porque yo haya ejercido ningún poder sobre ella. Intenta convencerme de lo contrario, pero no sirve de nada, sé lo que siento cuando estoy sacándole la verdad a alguien, y ahora no ha sido el caso.
—Creo que necesito dormir, el puto sol me da un dolor horrible de cabeza —digo levantándome de la cama para salir de su dormitorio—. Oye, ¿tú no tienes ninguna debilidad?
—Sí, tú.
Niego con una sonrisa y ella me saca la lengua sin añadir nada más cuando me marcho y cierro su puerta.
Me tumbo en mi cama ya en la buhardilla, y miro al techo después de quitarme la ropa para estar más cómodo. Creo que necesitaré unos cuantos días para asumir y aceptar todo lo que ha pasado, han sido demasiadas cosas y mucha información en pocas horas. Valerie ha pasado de estar muerta por mi culpa, a aparecer por casa sin rasguño alguno, y convertida nada más y nada menos que en un demonio. El demonio de la ambición desmedida, Nihasa.
Lo cierto es que hablando con ella he comprobado que tiene razón en que es a ella a quien más he conocido, con quien en realidad he compartido todos los momentos que creí haber compartido con la otra Valerie callada y tímida. Solo era Nihasa fingiendo ser Valerie, probándome y utilizándome para hacerse cada vez más fuerte.
—Menuda puta película —murmuro para mí.
Me siento un poco mal por no sentir esa culpabilidad que debería al haber hecho que la otra Valerie se duerma, pero lo cierto es que yo tampoco soy el mismo Kieran de hace un año. Y a ella apenas la conocía, podría ser otra cualquiera a las que le he quitado la vida, ni más importante ni menos. Obviamente no me gusta y siento culpa por arrebatarle su voluntad, pero no más que cuando lo hago con otras mujeres.
La pregunta ahora es: ¿Volverá la otra Valerie algún día? No lo sé, pero dudo que Nihasa vaya a darle el poder de hacerlo...
Mi padre me manda a casa a por una pieza que se le ha olvidado y necesita para un coche del taller en el que trabajamos, el cual yo heredaré. Detengo la camioneta en la puerta y me bajo arrastrando los bajos del mono de mecánico de camino al garaje donde me ha dicho que se encuentra lo que debo llevarle.
Hace dos días que todo lo de Valerie sucedió, y desde entonces la nueva ha sabido disimular bien para que mis hermanos y mi padre no sospechen, pero tengo que reconocer que el saber lo que es en realidad me da un morbo y causa en mí tantas cosas, que me ha costado no colarme en su dormitorio por la noche.
El hecho de saber que puedo hacer lo que quiera con ella sin causarle el mínimo daño, es demasiado tentador.
Salgo con la pieza ya de camino a la camioneta, cuando escucho a mi espalda el sonido de la manguera que tenemos en la terraza de la planta baja, así que dejo la pieza en el suelo y rodeo la casa para echar un vistazo. Gran error. Valerie se encuentra en bikini, el agua empapa todo su cuerpo mientras pasa la mano por las partes más llamativas a modo de caricias. Sus ojos se encuentran con los míos cuando, sin darme cuenta, subo las escaleras hasta estar a unos pocos metros de ella.
—Estás hecho un asco —comenta señalando mi mono de trabajo lleno de grasa de motor y la camiseta blanca de tirantes sudada.
Se aproxima con la manguera encendida y no me resisto cuando me apunta con ella, al contrario, meto los dedos por el bajo de la camiseta para tirar hacia arriba de ella y quitármela.
Pasa la lengua por sus labios al mismo tiempo que deja caer la manguera al suelo y se acerca, mis manos enseguida la sujetan por el trasero y la levantan para hacer que sus piernas abracen mi cadera al mismo tiempo que ella se lanza a mi boca. Camino con ella hasta una hamaca cercana de plástico blanco y hago que su espalda toque el respaldo sin separarme de ella.
Nos besamos sin ningún tipo de pudor ni cuidado, sus uñas se clavan con fuerza en mi espalda provocándome un dolor placentero que solo consigue ponérmela más dura.
Sus pies tiran hacia abajo de mi mono de trabajo azul hasta que consigue quitármelo por completo, después me ayuda a desnudarla a ella y de un rápido movimiento que apenas percibo, aparece encima de mí y yo debajo.
—Eso es trampa —digo sonriendo cuando vuelve a besarme.
—Culpable —contesta con la misma expresión divertida.
Sus piernas se abren más cuando se posiciona justo sobre mi pelvis, separa su boca de la mía y por primera vez es ella la que clava sus pupilas en las mías, me pide en un susurro que no deje de mirarla y de un golpe brusco de cadera hace que la penetre profundamente.
Un mundo nuevo se abre ante mis ojos como nunca antes había experimentado. Todo mi cuerpo arde igual que el puto infierno, sus manos me queman y la cabeza me da tantas vueltas que llega un punto en el que siento que nada nos sostiene, que ambos flotamos en el aire.
—No te contengas, no tienes que hacerlo —susurra en mi oído sin dejar de moverse sobre mí.
El pequeño, pero fiero animal que llevo dentro, parece escuchar sus palabras porque enseguida siento cómo dejo de tener el control para pasárselo por completo a él.
Entierro los dedos entre sus cabellos para sujetarlo en un puño con fuerza y atraer su cuello hasta mi boca, donde clavo los colmillos brutalmente y ya sin sentido alguno en mí mismo. La sangre de su arteria me baña al instante, sale a borbotones y siento que necesito estar yo encima para llevar el control, así que me levanto con ella y hago que caigamos al suelo de la terraza.
Mi polla entra y sale de ella con más fuerza ahora que me encuentro en la posición adecuada, sus gemidos incontrolados acompañados de los desgarros que sus uñas están provocando en mi espalda, me llevan a un torbellino de sensaciones y chispazos de electricidad demasiado intensos.
A pesar de que parece estar desangrándose, su placer es cada vez mayor, me exige que la folle más deprisa y tira de mi pelo para besarme aun cuando mi boca está completamente cubierta de sangre; de su sangre.
Bajo la cabeza para lamer sus pezones y el espeso líquido carmesí que se va desperdiciando por su cuerpo, sin poder evitar darle otro mordisco en la ingle por donde pasa otra de las arterias importantes y cuyo pulso puedo sentir al estar enterrado entre sus muslos.
—¡Ahh! —gime en el momento en que mis dientes la atraviesan.
Hago que mis dedos la penetren sin dejar de lamer todo lo que sale de ella hasta que, poco después, tira con fuerza de mi pelo para besarme y volver a hacer lo que sea que hace para aparecer ella sobre mi cuerpo. Maldigo, pero me cierra la boca con la suya al mismo tiempo que ella comienza a follarme a mí.
Entonces, y sin saber cómo, puedo escuchar palabras en mi cabeza, puedo sentir cómo comparto pensamiento con ella y cómo eso nos une todavía más si es que eso es posible.
Voy a correrme.
No sé de qué forma o por qué motivo, pero el hecho de sentirme tan dentro de ella en todos los aspectos provoca que mi orgasmo se detone pocos segundos después del de ella.
Igual que un puto huracán, Valerie arrasa con todo mi ser cuando sus jadeos invaden cada uno de mis sentidos. Se sacude sobre mí, ante mi mirada impactada y, a la vez maravillada, al observar cómo su cuerpo está lleno de sangre, pero ya no hay rastro alguno de las mordidas que le he hecho.
Se deja caer sobre mi pecho y yo apoyo una mano en su espalda y otra en su cabeza durante los segundos que ambos necesitamos para que nuestra respiración se acompase y vuelva a un ritmo normal. Entonces se levanta y me ofrece su mano para ayudarme, la cual acepto y observo cómo camina desnuda hasta la manguera para cogerla y apuntarme con ella.
—No querrás aparecer por el taller cubierto de sangre —dice con la sonrisa torcida mientras se acerca.
Alzo su barbilla con los dedos para inclinar su cabeza y poder besarla cuando levanta un brazo para que la manguera nos moje desde arriba, pero entonces me separo al sentir sus dos manos acariciándome. No me puedo creer lo que veo cuando levanto la cabeza y encuentro la manguera flotando sobre nuestras cabezas. La miro y ella estalla en una carcajada al ver mi expresión desconcertada.
—Te dije que tengo muchos poderes —recuerda volviendo a besarme.
—No puedo explicar con palabras lo que ha sido esto —digo negando con la cabeza después de que hayamos limpiado toda la sangre de la hamaca y del suelo. Menos mal que hay rendijas y todo ha caído a la hierba de debajo—. ¿Cómo has hecho que sienta que flotaba y todo lo demás?
—Es lo que tiene el infierno, cariño, que es divertido y excitante. —Me guiña un ojo y me lanza mi ropa interior—. Ahora vístete y vuelve al trabajo antes de que tu padre se presente aquí.
¡Hola! Quería aprovechar para daros las gracias por todo el apoyo que le estáis dando a esta historia, nunca lo hubiera imagina cuando empecé a subirla hace unos cinco meses.
También avisaros de que "Cazador" saldrá en papel cuando esté acabada, me encanta y no veo la hora de tener el libro entre mis manos.
Sin embargo, no sería la primera vez que me plagian o me hacen PDF de mis historias, así que tendré que tomar alguna medida para que esto no suceda. No sé lo que haré, pero estoy segura de que me apoyaréis❤️
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Siguiente capítulo dentro de unos días, mientras tanto, estas son todas las historias que he escrito y que podéis echar un vistazo en mi perfil. ¿Has leído alguna? ¿Cuál ha sido tu favorita?
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