CAPITULO 3
Les dejo foto de Eva.
Estoy muerto, el agua de la ducha recorre mi cuerpo, relajándome. Salgo y me coloco una toalla alrededor de la cintura. Ella está sentada sobre mi cama, tiene la costumbre de escabullirse en mi habitación.
-Eva. -Digo su nombre, acercándome a la cómoda en busca de ropa.
-No quise interrumpirte. -Cruza la pierna.
-Entonces qué haces aquí. _Sonrío forzoso, la verdad quiero que se vaya, solo deseo dormir.
Ignora mi comentario para luego agregar: _¿Y cómo tomaste la noticia? -Me mira a través de sus frívolos ojos celestes.
-Bien, dentro de lo que cabe. -Me quito la toalla y procedo a ponerme la ropa interior.
-Por mí no te preocupes, me gusta el panorama, es perfecto. -Casi puedo verla mordiendo su labio inferior aunque me encuentro de espaldas.
-Eva, no deseo ser grosero, pero me apetece tomar una siesta.
Dicen que a buen entendedor, pocas palabras, espero que ella capte el mensaje.
-Ya entendí. -Se levanta dirigiéndose a la puerta. -¿Al menos sientes algo por mí? -Frunce el ceño.
-Atracción. -Contesto con sinceridad, poniéndome una camiseta.
-No era lo que esperaba escuchar. _Suelta decepcionada.
-Es lo que te puedo ofrecer, tómalo o déjalo, es tu decisión.
-Julián el sanguinario, así te llaman en el inframundo. Los vampiros te temen, los nuestros te respetan, pero de qué vale la vida sin amor.
-Eva, eres hermosa y conozco a más de uno que suspira por tí, no pierdas tu tiempo conmigo, no te puedo dar lo que añoras.
-No me importa. -Responde mirándome fijo. -Siempre tuve claro mis opciones contigo, me conformo con eso, por el momento.
-Repito, es tu decisión. -Hago la observación.
Ella sonríe sin ganas, para luego irse. Debo ser una mala persona porque estoy aliviado que me dejara solo. Cuando empezamos a dormir juntos, fui muy directo con ella al poner las cartas sobre la mesa, sin embargo, terminó enamorada de mí, justo lo que quise evitar.
Me desplomo sobre la cama, acomodando mi almohada, apenas cierro los ojos cuando me quedo dormido.
El repiqueteo de la alarma me despierta, ¿Qué demonios? Me levanto aprisa y me coloco unos pantalones. Tomo la ballesta y la cargo, trayendo un carcaj lleno de flechas cruzándolo por mi espalda con una banda de cuero y una daga de plata prensada en el borde de mi jeans. Esto sólo significa una cosa, nos están atacando ¿Cómo es eso posible?
De inmediato pienso en los novatos, no en los que están por graduarse, ellos son capaces de cuidarse solos, sino en los más jóvenes, en los que están iniciando su entrenamiento. Me dirijo al Nivel 1, corro como desquiciado pero mi camino es detenido por un vampiro enorme, al menos dos metros de altura, corpulento, que me mira amenazante. Dicen que entre más grandes son, más rápido caen, veremos si es cierto.
Me embiste como si se tratara de un toro, sus ojos rojos combinan con la parpadeante luz de la alarma. Me agacho, golpeándolo en el abdomen, tan fuerte que su cuerpo es expulsado hacia atrás cayendo de espaldas. Cuando se está enderezando disparo la ballesta y la flecha queda incrustada en su frente.
Al llegar a los pasillos veo las puertas de las habitaciones cerradas, es un mecanismo de protección, se cierran automáticamente. No me topo con más vampiros, continuo al nivel 2, donde elimino a uno más, el nivel 3 está despejado pero el nivel 4 es distinto, algunos novatos del último año se enfrentan mano a mano con al menos una veintena de vampiros, me doy cuenta que las puertas que están abiertas, son las de mis estudiantes, el resto permanecen selladas.
Veo a Ding Dong debatiéndose con una vampiresa, el chico se deshace de ella en pocos segundos. Trae su ropa cubierta de sangre, pero no es suya. No se percata de que tiene uno atrás, antes de que pueda atacarlo le disparo justo en el corazón, es cuando el chico se da cuenta de mi presencia.
No hay más cazadores, solo yo, aquí hay algo que no termina de calzar. Me meto al enfrentamiento, a mi paso van cayendo como moscas. Cerca de cinco minutos después, todo a culminado.
Hago un reconocimiento de cuerpos, de los diez que entrenaban conmigo han quedado seis, los otros cuatro murieron. De no haber llegado a tiempo, posiblemente serían más.
Reina el silencio, los sobrevivientes me miran con sus rostros sudorosos y cansados, los reúno y les ordeno que agrupen los cadáveres de los vampiros. A los pocos minutos Gasper, Eva y otros cazadores llegan al lugar.
-¿Me puedes explicar qué sucedió? -Le reclamo. -¿Cómo pasaron la seguridad de esta base?
-No lo hicieron.-Responde tranquilo.
-No te comprendo. -Espeto confundido.
-Bueno, tus pupilos están por graduarse, siempre te jactas de lo buenos que son, solo quisimos corroborar tus palabras, y no estuvo tan mal, solo hubo cuatro bajas. Divulgamos información falsa, sobre una falla en el sistema de seguridad y la hicimos llegar a los contactos indicados.
-Espera, me estás diciendo que permitieron que entraran adrede.
-Sí, ¿De verdad pensaste que podían cruzar así como si nada nuestras defensas? Todo fue parte de un plan meticuloso, este es un santuario y ningún vampiro ingresa a menos que yo lo quiera.
Por fin entendí todo, las puertas cerradas de los demás, que no llegaran refuerzos, nos estaban poniendo a prueba y me enfurecí.
-Jamás has hecho esto antes. -Dije tratando de controlarme.
-Las reglas cambian. -Me responde con una sonrisa torcida.
No sé qué se apoderó de mí pero me impulsé en su dirección. Tres cazadores trataron de detenerme, pero los noquee sin mayor esfuerzo, nadie impediría que le rompiera el rostro a ese infeliz.
Pude ver su cara de temor, sabía de antemano mis intenciones, y me conocía lo suficiente para saber que lo llevaría a cabo. Preparaba mi puño cuando Eva se interpuso.
-Quítate. -Le advertí.
-No lo hagas. -Me sugiere.
-Eva, no lo voy a repetir otra vez. _Mi mirada asesina logró intimidarla, lo sé porque pasó saliva, pero no se movió.
-Julián, por favor. -Puso su mano sobre mi pecho. Miré sobre su hombro y noté la sonrisa triunfal de su padre, eso hizo que la adrenalina se disparara, empujé a Eva a un lado y mi puño se clavó debajo del mentón de Gasper, para rematarlo con otro en su pómulo, cayendo al suelo, dejándolo inconciente.
-¿Qué has hecho? -Chilla Eva, inclinándose sobre él.
-Cuando despierte, dile que nadie se mete con los míos, no me importa que sea el director, la próxima vez que actúe de esta forma, lo mataré.
Los cazadores a los cuáles había golpeado me sujetaron sin oponer resistencia, sabía a donde me llevarían, a las celdas, pero no me importaba, la satisfacción de agredir a ese gusano no tiene precio, llevaba meses deseando hacerlo. Desde que se presentó como nuevo director, se ensañó conmigo. Hay algo en él que no termina de gustarme, y nunca me equivoco con mis presentimientos.
Me encierran y me dirijo al camastro, son cerca de las 5:00. a.m. analizo lo sucedido. Me abrirán un proceso, iré a juicio por infringir contra una autoridad, y bla bla bla. No me interesa, no me arrepiento de mi proceder.
Son las 8:00 a.m. cuando me traen una bandeja con el desayuno, me alegro al ver quién la sirve.
-Sí que la hiciste amigo. -Pete me entrega la bandeja y se recuesta sobre la pared, cruzándose de brazos.
-¿Y qué querías que hiciera? Aplaudir por el gran teatro que montó. Darle las gracias por quitarle la vida a cuatro jóvenes.
-Julián, si no era hoy sería mañana. Sabes que cada uno de esos chicos tiene sus días contados.
-No lo justifiques, los tomaron desprevenidos, dos de ellos ni siquiera pudieron levantarse de sus camas, los asesinaron sin tener noción de qué pasaba. Lo hizo para fastidiarme, eso no es jugar limpio.
-Lo sé. -Deja ir un suspiro. -Pero él es el director, debiste ser más inteligente, te tiene dónde quería.
-No lo pude evitar, tú no viste su cara de satisfacción, lo disfrutaba. Me conoces, soy muchas cosas pero no pongo en peligro a los míos.
Pete arquea una ceja incrédulo.
-Oh vamos, sé lo que piensas, pero si aquella noche Ding Dong se hubiera visto en aprietos salgo en su ayuda sin pensarlo. ¿Cuantas veces te he salvado el trasero a costa de mi propia vida?
-He perdido la cuenta. -Sonríe sin ganas.
-Sabes que no está bien lo que hizo, Pete mírame y dime que estás de acuerdo.
-No puedo, tienes razón, fue anti protocolario, comprendo tu parecer pero, Gasper es muy importante y poderoso, y si se propone destruirte lo hará. Sé más listo que él, piensa cuál será tu defensa cuando vayas a juicio.
-Esto es un asco. -Pronuncio dejando la bandeja de comida a un lado, he perdido el apetito.
-Lo sé. -Me da la razón Pete.
-Suficiente. -Se escucha de afuera, el guarda nos advierte que se acabó la visita.
-Suerte Julián.
-Gracias.
Me quedo solo, meditando el asunto, sé que Pete tiene razón, debo preparar una defensa convincente, no dejaré que ese mal nacido me destruya, le demostraré de qué estoy hecho, y lo haré pagar por el asesinato de mis pupilos.
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Bien, los complací con tres capítulos seguidos, ahora hasta la otra semana ☺️
Hola, cada vez más amo a Julián ¿Qué opinan de él? Como que Gasper se trae algo entre manos, veremos que pasa.
Voten, comenten, amo leer sus comentarios 😘
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