CAPITULO 28

Luego de ubicarnos, me dispuse a visitar las duchas. El lugar aunque empolvado, el hecho de permanecer cerrado, le permitió mantenerse en buen estado.

Giré la manija, el agua tibia me golpeó con suavidad, relajando cada uno de mis músculos. El silencio de la estancia me hizo meditar la dirección que tomaba nuestra odisea.

Todo parecía por completo irreal, como si estuviera viviendo una aventura de un mal libro, del cual, para mí mala suerte, soy el protagonista.

Papá había acondicionado el sitio para nosotros desde antes de llegar, con la excusa de que nunca se sabría cuando sería útil. No pude ser más acertado.

Coloque la toalla alrededor de la cintura, salía cuando escuché unos sollozos, me dirigí ahí, encontrando a Sara, limpiando residuos de lágrimas apenas me vio.

_Creí que me encontraba sola. _Añade poniéndose de pie, ya que ocupaba una vieja silla. Las duchas guardaban una considerable distancia de aquí, pero mi oído logró captar, los lastimeros sonidos.

_Lo siento, me iré. _Doy la media vuelta, no es que me sintiera muy cómodo, sosteniendo una conversación casi desnudo.

_No te vayas, por favor. _Su voz sonó angustiada.

_Te parece si vamos a mi litera a cambiarme, te escucharé lo prometo. _No es que Sara fuera mi persona favorita pero comprendía el dolor que la atormentaba y no soy tan canalla.

He aprendido que los vampiros, a pesar de su naturaleza, tienen sentimientos. Lo he visto reflejado en Will, Sara y su hermano, y por supuesto, en la dulce Ofelia.

Asintió y sin más palabras caminamos lado a lado hasta arribar a nuestro destino. Abrí la puerta, ingresando ambos. Ante su atenta mirada me mudé, no es que mi desnudez le fuera del todo ajena.

_Por lo menos espero hayas apreciado mis cicatrices. _Bromeo, recordando la pequeña charla que sostuvimos en la piscina donde Carusso.

Sonrió levemente, logrando mi cometido.

_Lamento lo de Darien. _Digo con sinceridad.

_Gracias, ha sido una desagradable sorpresa. _Sus facciones muestran su decepción.

_Él no eres tu, debes pensar qué sucederá cuando se encuentren de nuevo.

_Prefería tener mi mente distraída en otras cosas por el momento.

_¿Cómo cuáles? _Arqueo una ceja.

Esperando una respuesta, sus labios capturaron los míos sin tregua, me besaba con necesidad, y aunque debí apartarla, me vi correspondiendo, otra vez. ¿Por qué su cercanía me afecta? ¿Por qué me atrae de esta forma tan desmedida? Mi subconsciente me grita que la detenga, que este juego es peligroso, y el que con fuego juega, se quema.

Mi relación con Eva era simple atracción, nunca hubo emociones de por medio, quisiera decir lo mismo de Sara, si he de ser honesto, la princesa remueve en mí, partes inexplorables de mi ser.

En un instante la tenía sobre mí, retiró su blusa con rapidez, mi organismo reaccionó como era costumbre ante su proximidad, como una maldita olla de presión.

Nos despedimos de la incómoda ropa, empezaba a recorrer su anatomía cuando tocaron la puerta.

_Julian ¿Estas ahí? _Era papá. Odiaba hacerle esto al viejo, pero pudo encontrar un mejor momento para hacerme una visita.

Sara se quedó inmóvil, intercámbianos una mirada cómplice, sacándole una sonrisa maliciosa. Con el dedo índice le indique que guardara silencio.

_Julian. _Volvió a tocar.

Apenas corroboró que nadie le abriría lo escuché alejándose.

_¿En qué estábamos? _Consulte, mordiendo su labio.

Quedó debajo de mí, enloqueciéndome el toque de su piel fría con la mía, cálida en contraste. Sin más palabras mis manos continuaron explorándola sin clausura; si me he de ir al infierno, que así sea.

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Narra Dyon.

Me topé a Sabanna de frente, aún lucía un poco pálida, pero su semblante mejoró considerablemente.

_Hola ¿Qué tal te sientes? _Pregunte. Me dirigía a la cocina, moría de hambre, y sabía por Arnold, que la alacena estaba llena de alimentos.

_Y a ti qué te importa. _Contestó con agresividad.

_Hey, tampoco seas tan grosera. _Me indignó su tono de voz.

_Métete en tus asuntos cazador.

_Sabanna ¿Qué sucede? Sé que no somos amigos, pero a qué se debe tu comportamiento.

_Ve con los tuyos, y déjame en paz.

Levanté las manos en rendición, no me encontraba de humor para discutir. Ella pasó a mi lado, detallando mi mejilla.

_¿Qué? _Ahora soy yo el indispuesto.

_¿Hace cuanto no curas esa herida? _Refiriéndose a las puntadas en mi pómulo.

Y a ti qué te importa. _Le devuelvo la moneda.

_Lo merecía. _Sonríe de medio lado. _Disculpa hoy no ha sido mi día.

_El de ninguno, me atrevo a afirmar.

_¿Ibas para la cocina? _Interroga.

_Sí. _Añado.

_Vi un botiquín, vamos, me queda bien el rol de enfermera.

_No sería así si me compartieras de tu curativa sangre. Perdona lo de la última vez, fui un idiota.

_Y con mayúscula. _Ambos sonreímos.

Ya en la cocina, me preparo un emparedado de jamón y queso, al morderlo, el dolor en la mejilla me hace exclamar un "auch"

_Ven acá. _Traía el botiquín en la mano. Sacó unas pinzas y con sumo cuidado, retiró los puntos. _Ok, no es que seamos amigos, pero me agradas. _Se muerde la muñeca, colocando su sangre sobre la herida.

Sentí una frescura deliciosa, con la cabeza señaló el grifo, el agua emanó sucia al principio, una vez salió clara, me lavé, sonriendo al percatarme que mi cara recuperaba su elasticidad.

_Gracias. _Me acerque a ella, plantándole un beso en la mejilla.

_Hey, que asco. _Se limpia con la manga de su blusa.

_Desagradecida, muchas se desean un beso mío. _Me alago.

_No esta chica.

_¿Te interesa alguien? Ya sabes....

Su rostro perdió la alegría, ensombreciéndose.

_Lo lamento. _Me disculpo.

_Tranquilo Dyon, es una larga y aburrida historia de un amor imposible. _Se sincera.

_Por favor no me cuentes, me aburren esos relatos. _Trato de animarla.

Los dos sonreímos, dándole un buen mordisco a mi emparedado.

_Ya no recuerdo a qué sabía la comida. _Me confiesa.

_¿Lo extrañas? Ser humana me refiero.

_En ocasiones sí. _Aprieta los labios convirtiéndolos en una línea. _Pero ni al caso. _Le resta importancia.

Arnold ingresa interrumpiéndonos.

_Dyon ¿Has visto a Julián? _Ignora a Sabanna, que no pasa desapercibido por ella, agacha la cabeza.

_Iba a tomar una ducha, ¿Buscaste en los baños?

_No, iré a inspeccionar.

Dio media vuelta devolviéndose sobre sus pasos.

Hubo un incómodo silencio, Sabbana abrió la boca para añadir algo, cuando aparecieron Andreína, acompañada de Johann.

_Hola Dyon. _Saludo ella. _Socializando con el enemigo.

Me extrañó su ofensivo comentario, Andreína conocía nuestra, aunque endeble, alianza con los vampiros.

Sabanna la taladró con la mirada, antes de retirarse. De primera entrada se notaba a leguas, que no se soportaban.

_No tenias que ser tan ruda. _Termino de un bocado mi aperitivo.

_¿Qué? ¿Desde cuando los defiendes?

_Convivimos con ellos, tendrás que acostumbrarte a su presencia.

_Los suyos mataron a nuestros amigos, lo olvidas tan fácilmente.

_No, pero no fue ella.

_¿Cuál es la diferencia? _Luce ofendida.

_Has cambiado. _Le recalco.

_Esta maldita guerra entre humanos y vampiros puede tener ese efecto, no somos inmunes.

Vi en Andreína, a mí mismo, antes de relacionarme con Sara y su gente.

_Disfruten la cena, Johann. _Me retiro, apenado con los recientes acontecimientos.

Me encuentro a Arnold de camino.

_No estaba en las duchas. _Se rasca la cabeza.

_Ni idea. _Me encojo de hombros. _Buenas noches.

¿Dónde carajos se metió Julián? Con esta pregunta rodando en mis pensamientos me fui a descansar, literalmente, estaba muerto del cansancio.

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Hola, tarde pero seguro. Para no quedarles mal otra vez, aquí estoy actualizando. Espero disfruten el cap, y como siempre me encanta leer sus comentarios y no olviden votar.

Buenas noches, dulces sueños. Los quiero de aquí a la Luna.

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