_¿Qué acabas de decir? _Cerré las manos en puño.

_Lo que escuchaste, no me hagas repetirlo. _Me sostuvo la mirada, con un porte defensivo.

_Por favor dime que es una maldita mentira que acabas de inventar. _Hoy no es mi día, y por lo visto, mejora con cada minuto.

_Por qué inventaría tal cosa, si de confesiones se trata, mejor que sepas la verdad de mí.

Mi respiración se aceleró, el corazón latía tan aprisa que sentía una leve opresión en el pecho.

_Habla. _Chasqueo los dientes, controlándome.

_Después de que tu antepasado matara a mi abuelo, madre juró vengar su muerte y eliminar el linaje Van Hensling de la faz de la tierra. Fue una búsqueda infructuosa, hasta que nos llegaron rumores de un cazador, hábil, más fuerte, veloz, sigiloso. Comenzó a sospechar, indagando profundo, escarbando en el árbol genealógico de aquel hombre. Aunque cambió de apellido, supimos su ascendencia, en cuanto estuvo confirmada, se tomaron las medidas necesarias.

_Y cuando dices necesarias te refieres a asesinarlo. _Las palabras se me atoran en la garganta.

_Lo lamento. _Agrega, como si me importara su fingida disculpa.

_¿Quién ha sido? _Debía conocer el nombre del responsable de sus muertes, la reina dio la orden, pero quién lo ejecutó.

_Eso nos lo traerá de regreso. _Esquiva mi pregunta. _¿Qué harás al enterarte? ¿Lo cazarás?_Espeta con cierto temor, aunque intenta disimularlo.

_Tú que crees princesa. Dame el nombre. _Le exijo.

Extiende los brazos a los lados, su verdosa mirada me taladra, ¡Qué carajos!

_Quieres un culpable aquí estoy, yo estuve a cargo de la misión.

Juro que el color se retiró de mi rostro, abrí la boca con asombro, ¿Por qué ella? Debí suponerlo. Sin embargo, percibí que no me decía la verdad, su postura, el tono de voz, las facciones, incluso sus pulsaciones me alertaron de su farsa.

_Anda ¿Qué esperas?

_¿A quién proteges? _Interrogo.

Frunció el ceño confundida.

_Sé que no has sido tú, lo averiguaré, y cuando lo haga, no habrá lugar que pueda ocultar a ese mal nacido, es una promesa.

Intento marcharme,pero ella me sujeta del brazo.

_Te recalcó que he sido yo, ya tienes mi confesión.

Me zafo de su agarre con brusquedad, y sin voltearla a ver, me voy alejando.

_Julian. _Me llama. _No desentierres fantasmas, lo hecho, hecho está.

Me detengo un momento, aún de espaldas pronuncio despacio: _¿Por qué sigo vivo? Yo también era un Val Helsing.

_Los cazadores llegaron antes de poder tomar acciones pertinentes. _Da como excusa.

Sinceramente, no recuerdo mucho de esa noche, es como si mi su subconsciente lo borrara, quizás demasiado doloroso para recordar.

_Si hubiera sido Darien, ¿No lo vengarías?

Al no oír respuesta, ladee mi boca en una débil sonrisa de afirmación.

_Lo supuse. _Eleve la vista al cielo, un color negruzco y grisáceo lo revestía. Pronto comenzó a llover, empapándome en segundos. _No intervengas. _Le advertí.

Ella se mantuvo inmóvil, aproveche el momento, dejándola sola.

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Pronto sentí el cabello estilando al igual que mi ropa, mis pies se negaban a moverse, petrificada por la duras palabras de Julián. Me arrepentí de revelarle la verdad sobre sus padres, sin embargo, en mi interior, sabía que era lo correcto.

Esa noche madre me llamó, asignándome tan delicada tarea, pero Darien queriendo agradarla, metió sus narices y le solicitó ser él, el percutor. Me negué rotundamente, mi hermano siempre se ha caracterizado por ser impulsivo y dejarse llevar por sus emociones, pero a madre le pareció bien, le permitió venir con nosotros.

He odiado a los cazadores desde que tengo memoria, y la reina se encargó de atizar ese sentimiento. Los he eliminado como ellos han hecho con nosotros, jure que no descansaría hasta que el último de su clase desapareciera.

La luna llena nos iluminó el camino, rodeamos la casa, la luz de la sala de estar permanecía encendida, al igual que la de la cocina. Me asomé viendo a una mujer de oscuros cabellos, terminando de lavar los platos, acomodándolos en la estantería. Adrien Van Helsing, el padre de Julián, veía la televisión pasando canales despreocupadamente.

Giré las instrucciones para ingresar dejando a mi hermano rezagado por temor a que saliera lastimado. Darien se puso furioso, discutiendo conmigo, le pedí que callara pero era tarde, Adrien apagaba la televisión, asomándose por la ventana.

_Al diablo contigo. _Me gritó. Entró por la puerta trasera con dos vampiros a su lado, mató a la mujer degollándola sin darle tiempo de reaccionar, Adrien apareció con una ballesta, se encargó de sus acompañantes. Su mirada recayó en el cuerpo inerte de su esposa, dejando ir un lamento tan desgarrador que me erizó la piel.

Se debatió entre cinco, liquidándolos a todos en minutos. Su reputación daba mérito, lo iba a enfrentar pero Darien me ordenó ir por el niño, él estaba a cargo, así que obedecí. Adrien intento detenerme, sin lograrlo ya que Darien y los demás lo rodearon. Al entrar a su habitación su olor me golpeó, se encontraba escondido en el armario. Abrí las puertas plegables, Julián permanecía sentado, abrazando sus rodillas, sin parar de sollozar.

Por primera vez dudé, sus ojos azules se clavaron en mí, era una criatura inocente, cómo matarlo, me rendí ante mi debilidad. Le indiqué que hiciera silencio, colocando mi dedo índice sobre los labios. _No llores, se fuerte. _Pronuncie, cerrando el armario.

Cuando me reuní con el resto, les dije que no había nadie en la recámara. Adrien agonizaba, con una profunda herida en el abdomen. Como pudo se acercó a su esposa tomando su mano. Darien se impacientó tomó su arma disparándole en la cabeza. Huimos al ser informados de la proximidad de un grupo de cazadores, la imprudencia de mi hermano alertó a Adrien, dando aviso a sus camaradas.

Salimos victoriosos, pero mi paladar conservaba un sabor amargo. Madre enloqueció al conocer que el niño seguía con vida, no se supo más de él, hasta que años después comenzaron las historias sobre un temible cazador, implacable, que ningún vampiro podía vencer. De inmediato comprendí de quien se trataba, arrepintiéndome de mi error. ¡Qué estúpida! Era obvio que el infante crecería para convertirse en una amenaza para nosotros.

Me preparé física y mentalmente para nuestro encuentro, lo mataría, acabaría con su existir como debí hacer tantos años atrás. Cuando al fin se presento la oportunidad otra vez aquella extraña sensación me invadió, impidiendo por segunda vez, cumplir a cabalidad mi asignación.

_Sara. _Sabanna se cubría bajo un paraguas.

_¿Qué hice? _Sentí como mis ojos ardían, una lagrima de deslizo por la mejilla mezclándose con las numerosas gotas de agua. Nunca he llorado, pero al pensar en que Julián pudiera asesinar a Darien, me embargó de una gran tristeza. Mi hermano era mi única familia y lo amaba, lo defendería aunque significase enfrentarme a Julián.

Sabanna se colocó junto a mí, cubriéndonos. Sus ojos grises lanzaban preguntas silenciosas que supe interpretar.

Mi mirada se endureció, yo soy Sara, la princesa Sangrienta, y nadie, ni siquiera Julián Evanson, me doblegará.

_Vamos, hay que poner nuestro plan en marcha.

Sabanna asiente con un leve movimiento de su cabeza.

_¿Qué ha ocurrido? Me he topado con el cazador, me ignoró, llevaba cara de pocos amigos.

_Te pondré al tanto, por ahora requiero una sesión con mis hombres.

_¿Y los cazadores?

_Invita a Arnold y a Dyon.

Sabanna no cuestionó mi instrucción, juntas regresamos a la bodega. Tenía que advertir a Darien, lo contactaría, sé que se reunirá conmigo, o eso quiero creer. En nuestro último encuentro trastabilló, sembré cizaña y con suerte, lo podría convencer de apoyarme. El peor intento es el que no se hace.

_¿Dudas que fuera una buena idea involucrar a los cazadores? _Mi mano derecha cierra la sombrilla al encontrarnos adentro.

_No, así debía ser, aunque me vaya al infierno por mis decisiones.

Sabanna me sonrió, una sonrisa apenas perceptible.

_Sabes que tienes mi apoyo.

_Lo sé. _Mi mano viajó a su hombro.

Sabanna se retiró para convocar a los nuestros, me erguí y sin mostrar mis propias inseguridades, decidí continuar con el plan trazado, desaparecer a madre y acabar con su reinado de terror.

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Holas, aquí estoy de nuevo, triste porque no encuentro mi dispositivo USB, donde tengo todassssss mis historias guardadas. Lo he respaldado, pero la verdad hace algún tiempo que no lo hago. Ahí están historias completas, otras empezadas y pausadas y algunas inéditas. Mi corazón llora 😭 esperando lo encuentre pronto.

Bien dejando atrás mi tragedia personal, les deseo un Feliz Año Nuevo, lleno de mucha prosperidad y que en este 2020, se cumplan todas sus metas y sueños y poder seguir contando con su devoción al leer mis novelas. 😘