CAPITULO 18

REGRESO A CASA

-¿Es enserio?-Dyon abre los ojos incrédulo.

Hemos llegado a Estados Unidos, Sara y su mano derecha abordaron un coche apenas aterrizamos. Creí que al menos tendrían la cortesía de llevarnos al centro de la ciudad, pero por lo visto tendremos que hacerlo por nuestros medios. Así que nos dirigíamos con rumbo a la parada de taxis.

-Sí, y cambia esa expresión quieres.

-Me dejas ir una bomba nuclear, y me pides que no demuestre mi asombro.

-El problema es que no solo capto asombro, sino también temor. No soy uno de ellos Dyon, soy diferente en cierta manera, pero sigo siendo yo, y nadie debe enterarse de esto.

-¿Por qué? -Arquea una ceja.

-Bromeas, con el amor que Gasper y yo nos profesamos, apenas sepa la verdad sobre mi linaje y en lo que me convertí, me meterá en el calabozo por el resto de mis días mortales.

-Comprendo. -Deja ir un suspiro.

-Te lo he confiado porque eres mi compañero, espero no haberme equivocado al contártelo.

-Cielos no Julián, jamás te traicionaría.

Sé que no me miente, lo puedo leer en su tono de voz y en las palpitaciones tranquilas de su corazón.

-Ahí están. -Una voz de mujer nos sobresalta, es Dorothy en compañía de Alexander.

-Chicos ¿Qué hacen aquí? -Arqueo una ceja.

-Buscándolos ¿Qué no saben? -Alexander acomoda sus gafas.

-¿De qué me pierdo? -Me acerco a ellos.

-Gasper los ha acusado de traición, dice que se confabularon con el enemigo. -Nos aclara Dorothy. -Tenemos toda la noche tratando de ubicarlos. Andreina se quedó haciendo lo suyo, entró en la base de datos de las aerolíneas, pero ni pistas de ustedes, es como si la tierra se los hubiera tragado.

-Muy listos. -Restriego mi rostro con las manos, solo esto faltaba, que Gasper me acuse de traición y lo peor es, que involucré a Dyon.

-Debemos regresar a la base, aclárenle a Gasper que lo que se rumora no es verdad. -Alexander asiente a las palabras de su compañera.

Dyon y yo intercambiamos una mirada, éste mueve la cabeza en negación, sé lo que piensa, estamos fritos, el imbécil de Gasper no nos dará el privilegio de la duda, pero si no nos presentamos, estaremos afirmando sus aseveraciones.

-Iremos. -Agrego al final, encogiéndome de hombros.

Alexander llama a Andreina indicándole de nuestro milagroso retorno, hemos aparecido sanos y salvos, más que explicar en el interrogatorio que nos espera, será mejor inventar una buena excusa, como si eso fuera posible le digo a mi fuero interno.

Cuando entramos a la base, todos y digo todos, nos observaban con recelo, recomendamos a los chicos no venir con nosotros, no es mi deseo, que ellos también salgan embarrados en esta mierda.

Clane nos topa en el camino, detiene su silla de ruedas justo en frente de nosotros.

-Creí que te mandaron hacer ejercicio. -Observo con tono jocoso, refiriéndome que no está usando sus muletas.

-Me duele como un carajo, además no me cambies el tema.

-¿Enviaste a esos principiantes por nosotros? -Añado.

-Han sido los únicos con las agallas de desafiar a Gasper. Algunos acá te apreciamos y nos preocupaba su bienestar.

-Lo sé. -Sonrió a medias.

-Me puedes por favor esclarecer qué pasó.

Trago saliva, prefiero mantener a Clane al margen de mis enredos, ya es suficiente carga su recuperación.

-Hablaremos luego. -Miro a sus espaldas donde Gasper y su perro guardián se aproximan, con otros dos cazadores.

-Arréstenlos. -Les ordena.

Tanto Dyon como yo somos esposados.

-¿Es esto necesario? -Cuestiona Clane molesto.

-No intervengas. -Responde Gasper con voz amenazante.

-Llévenselos para interrogarlos.

Sin oposición somos llevados con dirección a las celdas. Desde que conocí a Sara mi vida no ha hecho más que complicarse. Maldigo una y mil veces, el momento en que nos nuestros destinos se cruzaron.

Somos encerrados, Dyon luce sereno, se acomoda a lo largo del camastro, utilizando sus brazos como almohada.

-¿Vas a dormir? -Inquiero sin entender su conducta.

-Estoy cansado, me despiertas cuando ocurra algo interesante. -Cierra los ojos.

Pongo los ojos en blanco, medito nuestra defensa, no hay mucho a favor, la cabeza me va a reventar, no le veo salida a este dilema.

No tuvimos más visitas por el resto del día, nos dejaron comida al atardecer, pasándola por la puertecilla que se encuentra en medio de la puerta metálica. Dyon continuaba dormido, su pausada respiración se veía interrumpida de vez en cuando por unos leves ronquidos, esta va a ser una larga noche.

A la mañana siguiente, me desperté sobresaltado, tuve una pesadilla donde Sara arremetía contra mí y me convertía en vampiro.

-Mal sueño. -Dyon se apoyaba en la pared, con los brazos cruzados, su verdosa mirada me escudriña.

-Algo parecido. -Me enderezo, quedando sentado sobre la camilla, con mis manos froto el rostro para desperezarme.

-¿Qué están esperando? -Me consulta mi compañero perdiendo su vista en el cielo raso.

-No tengo idea, con Gasper nunca se sabe. Lamento implicarte Dyon, puedes decir en tu defensa que te amenacé.

-Déjate de patrañas, estamos juntos en esto.

-De acuerdo. -Sonrío para mis adentros.

Se escuchan pasos, pronto la celda es abierta y aparece Malcom con tres cazadores a sus espaldas, uno de ellos es Rigger, tiene fama de obtener la información con interrogatorios poco ortodoxos, si él está aquí, no es buena señal.

-Caballeros. -Trevier nos señala que salgamos.

Dyon y yo intercambiamos una mirada, pero obedecemos sin objetar. Somos trasladados al sector de interrogatorios. Me alerto un poco cuando nos separan.

-¿A dónde lo llevan? -Cuestiono inquieto.

-Eso a ti no te importa. -Malcom se posiciona entre el muchacho y yo, quiero poner resistencia, pero mi compañero mueve la cabeza a los lados para que no haga nada estúpido.

Me sientan, esposándome a la silla, Trevier suena los dedos entrelazados de sus manos y sonríe, se acerca a un maletín negro y saca un extraño artefacto cubierto de materia cobriza. El olor me golpea, es sangre seca, y no de humano, de vampiro.

-¿De qué se trata? ¿Me vas a interrogar o a torturar?

-Depende de ti cuál de los dos métodos se aplicará.

-Esto va en contra del Manual del Cazador. -Replico preocupándome por Dyon.

-Ves a alguien del Consejo aquí. -Malcom abre los brazos extendiéndolos. -Tenemos luz verde de Gaspar para sacarte la información a como de lugar. Así que. -Se encoge de hombros.

-Mal nacido no te atrevas a tocar al chico.

-Te lo dije, depende de ti. ¿Estas aliado con Sara?

-No. -Contesto con firmeza.

-¿Por qué se encontraban con ella?

-Fuimos raptados. -En cierta forma es verdad.

-¿Y esperas que creamos que ninguno de los dos opuso resistencia?

-Yo me encontraba ebrio. -Alego en mi defensa, pero lo he dicho con tono jocoso que no es del agrado de mi interrogador.

-No te pases de listo conmigo. Julián el sanguinario, no es ese el apodo que obtuviste. Eres el terror de los vampiros, y resulta que un puñado de estos te dominan.

-¿Cuál es el punto de esta conversación? -Denoto aburrido.

-Eres un traidor, te aliaste con el enemigo, y te lo voy a sacar de una manera u otra.

-Creo que ya han llegado a su propia conclusión, en ese caso no le veo sentido a esta farsa que han montado.

-Entonces no lo niegas.

-Nada de lo que diga los hará cambiar de opinión, entonces por qué gastar saliva en mi defensa.

-Requiero una confesión, y me la darás, por las buenas o por las malas.

Lo miro amenazante, él sabe que no será sencillo sonsacarme información, me conoce.

-Ve con el chico. -Le indica a Trevier, que sonríe y guarda en el maletín de doctor, el objeto que sacara con anterioridad.

-¿Qué haces? -Forcejeo las esposas.

-Estoy seguro que no obtendré nada de ti, pero de Dyon, es otra historia.

-No te atrevas. -Chasqueo los dientes deseando librarme y partirle la cara.

-Impídemelo. -Sonríe, alejándose con Trevier.

Cierro mis manos en puño, puedo sentir las venas sobresalir del esfuerzo que hago para liberarme. Las esposas se revientan, masajeo mis muñecas, al salir me encuentro a un cazador vigilando, lo rodeo con mi brazo por el cuello, ejerciendo la suficiente presión para noquearlo.

Otro hombre me sale al encuentro, antes de que pueda dar aviso, lo golpeo con el puño cerrado en medio de la cien, cae inconsciente, escondiéndolo en la habitación en la cual me tenían. Estas nuevas habilidades no me molestan, soy más fuerte, sentidos más agudos, me pregunto que soy capaz de llevar a cabo.

Pateo la puerta y me encuentro a Trevier golpeando a Dyon en el rostro con una manopla de acero.

-Confiesa. -Le exigía, mi compañero escupe sangre pero ni una palabra sale de su boca.

Tanto él como Malcom me miran sorprendidos.

-¿Cómo escapaste? -Cuestiona Malcom llevando su mano hacia atrás, pero antes de que pueda tomar medidas, yo ya me encuentro junto a él, desarmándolo.

-Buscas esto. -Le apunto a la cabeza con su arma. -Suéltalo. -Le exijo a Trevier. -Despacio y no intentes nada heroico.

Trevier no se mueve, permanece estático.

-Hazlo.-Le grito.

-Oblígame. -Aprieta la manopla manchada con la sangre del muchacho.

-No saldrás de aquí en una pieza Julián. -Añade Malcom. -No sé cómo diablos te has quitado las esposas, pero no podrán llegar muy lejos.

-Eso lo veremos.

Lo golpeo con la empuñadura del arma por la cabeza, disfruto el sonido de su pesado cuerpo al impactar el suelo.

-Qué decías.-Me le planto a Trevier. -No eres tan valiente sin que esté esposado ¿Oh sí?

-No te tengo miedo Julián. -Saca pecho.

-Pues deberías. -Me acerco a él.

Trevier me embiste con el puño en alto, sostengo su mano en el aire. Las mejillas se le enrojecen y pequeñas gotas de sudor se deslizan por el cuello, de la fuerza que ejerce para agredirme, pero su intento es como el piquete de un mosquito, apenas lo siento. Por el contrario, presiono escuchando como los huesos de sus dedos se quiebran.

Grita liberando el dolor, lo doblego haciendo que quede de rodillas.

-Te lo pedí bonito, me harté de ser amable, ¿Dónde están las llaves de las esposas?

Trevier dirige su mirada hacia la bolsa del pantalón de Malcom.

-Sácala. -Lo suelto, su mano está inhabilitada, la sostiene con la otra.

Se arrastra hasta Malcom y me da la llave.

-Dulces sueños. -Lo golpeo, quedando inconsciente. Me apresuro a liberar a Dyon.

-¿Qué haces? -Susurra.

-Rescatándote ¿no lo ves?

-Eres un maldito loco.

-Agradécemelo después. -¿Puedes caminar?

-No estoy tan mal. -Se pone de pie.

-Toma su arma. -Señalo a Trevier.

Dyon lo hace pero para mi asombro le dispara en una pierna. Lo observó sin entender.

-Se lo merece, créeme, comenzó a pegarme sin siquiera hacerme alguna pregunta.

-Y dices que yo soy el temperamental, ya larguémonos de aquí.

-No podemos avanzar mucho, lo sabes. -Toca su mandíbula.

-¿Estás bien? -Interrogo al notar el estado de su pómulo.

-Luego evaluaré los daños.

Salimos de ahí con dirección al elevador, hay cámaras por todas partes, así que es improbable que alcancemos si quiera salir del ascensor. Pero cuando las puertas se abren no hay nadie esperándonos, por el contrario Alexander aparece.

-Se van a quedar parados como tarados, Andreína ha bloqueado las cámaras pero no por mucho tiempo, así que muevan esos traseros señoritas.

Arquee una ceja, ¿desde cuando uno de mis pupilos me hablaba con tanto ímpetu e irrespeto?, si no dependiera de él para huir lo amedrentaría. Corrimos por los corredores, Andreína nos guiaba por donde ir, hablándole a Alexander por un comunicador en su oído, evitando encuentros indeseados.

-Aquí, y disculpe por hablarle antes en ese tono señor.

-Despreocúpate, en otro momento arreglaremos.

Las facciones de Alexander se descompusieron.

-Es broma.-Añade Dyon suavizando la situación.

-No, no lo es. -Me apresuro a decir.

-Al final del pasillo encontrarán a Dorothy, ella los guiara a una salida segura.

Sin ceremonias protocolarias para agradecer, continuamos el recorrido, hasta toparnos con ella. Abría una escotilla de ventilación.

-Deprisa. -La señala.

Antes de entrar nos da algunas armas automáticas.

-Saldrán por detrás, al callejón, suerte.

-¿Cómo supieron de nuestro escape? -Quise saber.

-Andreína tenía intervenidas todas las cámaras señor, por instrucciones de Clane, él presentía que usted intentaría una estupidez, esas fueron sus palabras.

Ese desgraciado sí que me conoce, sin más preguntas ambos entramos al pequeño orificio, entro con dificultad, pero me logro movilizar a través de este. Tal y como Dorothy nos confirmara, terminamos en el callejón, sin saber a dónde dirigirnos, abandonamos la base como traidores. Todo esto es culpa de Sara y Gasper, a veces me cuestiono si ellos no serán los que estarán confabulados para desacreditarme, pero no me alcanzara la vida para desquitarme, de eso yo Julián Evanson lo aseguro con tinta sangre.
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Hellooooooo, ¿Qué tal el capítulo? ¿Les gustó? Como que las cosas se complican para Julián y Dyon? Próximo capítulo más sorpresas.

Sigan votando y comentando es un aliciente de que les agrada la novela.

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