CAPITULO 15
Foto de Sabanna.
El funeral de Eva ha sido muy emotivo, cientos de cazadores vinieron a brindar sus condolencias a Gasper, nunca lo he visto tan destrozado como hoy. La ceremonia se desenvuelve con normalidad, el Director me mira severo, sé que me culpa por la muerte de su hija, últimamente parece ser que soy el responsable de todo lo que sucede, espero no arme un escándalo, quiero llevar la fiesta en paz.
Después de una larga ceremonia, para mi alivio, nada ocurre, poco a poco el cementerio queda vacío, hasta encontrarme solo en frente de la tumba de ella.
-Lo lamento Eva. -Me disculpo con pesar.
-¿Por qué te disculpas?
No tuve que voltear para saber que es Dyon.
-Pude evitar su deceso, decirle a Darien que no la amaba.
-Te equivocas, aun así la hubiera asesinado y lo sabes; no te hubiera creído, para nadie era un secreto que ustedes estaban juntos.
Sonrío para mis adentros, a veces me sorprende la madures del chico.
-Va a llover. -Advierte.
Las primeras gotas mojan mi rostro, el cielo se oscurece, relampaguea, es la despedida, y el firmamento la llora.
-Nunca debí tener una relación con ella sin amarla.
-Eres humano, necesitas compañía, además creo que Eva conocía de antemano este detalle.
Mi vista viajó hacia la derecha donde el sepulcro de Pete, se encontra cubierto de flores.
-Ni siquiera pude ir a su entierro.
La lluvia golpeó con fuerza, en segundos estoy empapado, un paraguas me cubre, es Dyon.
-Vámonos de aquí, requiero emborracharme. -Lo miro con el rabillo del ojo.
-¿Hablas en serio?
-Nunca he hablado tan en serio en toda mi vida.
La canción "We are rock you" de Queen, sonaba estruendosa en mis oídos en el bar que escogí para ahogar mis penas. Llevaba consumido, una botella de whisky y dos tequilas, y ahora juego billar con dos hombres que se nos unieron y apostamos. Estoy un poco mareado, me tomo el tercer tequila de un trago.
-Más. -Le indico al cantinero.
-Es suficiente Julián. -Dyon me mira severo.
-¿Qué eres ahora? ¡mi maldito niñero! -Tu turno. -Le indico al gordo con unos tatuajes horribles en ambos brazos de una calavera con una serpiente saliendo de sus fosas nasales.
Hace el tiro pero al tercero pierde, su amigo continua, gana la mesa, pago mi apuesta y la subo, están de acuerdo. Lo que ellos no saben es que Arnold me enseñó bien a jugar billar, perdí a propósito para después patearles el trasero.
-Bola 9 en esquina derecha. -Un tiro perfecto. -Bola 5 en esquina izquierda, la redonda esfera verde, choca con la roja, y esta a su vez a la número 5. En menos de tres minutos he metido todas las bolas en los hoyos.
Sonrío satisfecho y recojo el dinero, cuento mis ganancias hasta que soy interrumpido por el regordete.
-Hiciste trampa. -Me reclama.
-¿Quién yo? -Me señalo fingiendo indignación.
-Eres un profesional, nos engañaste, quiero mi dinero de regreso.
Doblo los billetes, guardándolos en el bolsillo trasero de mi pantalón negro de vestir.
-Y yo digo que te vayas al demonio.
Ambos hombres abrieron los ojos indignados ante mis no tan amables palabras, el tatuado sonó las vértebras de su cuello.
-Julián dales el dinero. -Me aconseja Dyon.
-No, lo he ganado limpiamente.
Mi joven amigo pone los ojos en blanco, moviendo la cabeza a los lados.
-Stw te ha dicho que nos des nuestro dinero. -Añade el otro.
-Así se llama Tío Cosa -Refiriéndome al calvo, cuyos vellos, aunque ausentes de su cabeza, le cubren la espada, saliendo como cascada por sus brazos, sin tomar en cuenta el mostacho que decora su enrojecido rostro.
Stw convirtió sus labios en una línea, sujetó con firmeza el palo de billar. Esto se pone bueno.
-Última advertencia. -Me amenaza el alto, tengo que levantar la vista para visualizarlo, al menos mide 2 metros.
-Julián entrégales el maldito dinero. -Repite Dyon sujetándome del brazo, me libero de su agarre y les muestro el dedo de en medio como respuesta a su petición.
Apenas pude esquivar el golpe de Stw, intentó agredirme de nuevo pero sujeté el palo, se lo quité con facilidad, clavándole la punta en su enorme barriga, rebotó sin hacerle ni cosquillas, eso no me lo esperaba. Miré en dirección hacia donde hasta hace unos segundos Dyon se encontraba, me sorprendió no verlo a mi lado, lo busqué, encontrándolo sentado en la barra bebiendo una gaseosa, levantó la botella, sorbiendo un trago, supe de inmediato que no me auxiliaría.
Me debatí con los dos, lamentablemente por mi estado de embriaguez me dieron una paliza, pero ellos tampoco salieron intactos, me sacaron del bar, quitándome el dinero, me quedé tendido sobre la acera.
-Que desastre.
Visualizo a Dyon doble, observándome desde arriba.
-No te vi apoyándome. -Trato de levantarme sin resultado.
-Bromeas ¿Viste el tamaño de estos tipos? Solo un loco como tú se te ocurre enfrentarlos en completo estado de ebriedad.
-Y te dices llamar mi compañero. -El estómago me da un vuelco.
-No hablamos de vampiros, ven. -Me extiende su mano.
Con dificultad logro ponerme de pie, Dyon me sujeta por los hombros, caminar se me dificulta.
-Detente, detente. -Caigo de rodillas vomitando hasta los pensamientos.
-Esto es degradante Julián. -Me regaña el que alguna vez fue mi discípulo.
-Déjame solo. -Ya es bastante humillante que me vea en este estado.
-En tus sueños, vamos.
-Yo puedo. -Sujetándome de un poste de alumbrado público, logro la hazaña de enderezarme.
-Luces espantoso.
Esa voz femenina la reconocería en el mismo infierno, tanto Dyon como yo, volteamos al mismo tiempo.
-¡Debe ser una maldita pesadilla! -Expreso, frotando mi cara con mis manos, a su lado la joven de cabellos azules.
-A mí también me da gusto nuestro reencuentro. -Mi guiña un ojo. -¿Cómo permitiste que llegara a este estado? -Sus ojos verdes me escrudiñan. Puedo notar como mi compañero se tensa.
-¿Qué quieres Sara? -La interroga, moviendo su mano despacio hacia atrás, donde sé, esconde una estaca.
-Cálmate niño bonito, venimos en son de paz. -Sabanna encañona a Dyon por la nuca, obligándolo a levantar las manos.
-Sabanna. -La reprende Sara con tono autoritario, la chica baja el arma. -Te mostraré que todo lo que te he dicho es cierto, pero debes venir conmigo.
Comienzo a reírme como un desquiciado, con una serie de sentimientos merodeando mi cabeza, explotando en una risa que cimbra, mi ya agudizada migraña.
-¿Qué es tan gracioso? -Pregunta la princesita disgustada.
-Tú, la situación es un chiste ¿No lo crees? Hace tan solo unas semanas atrás, deseaba encontrarte con el firme propósito de eliminarte, tu querido hermanito me secuestra, después me culpa de la muerte de Ofelia, a quien ha sido tu madre la que reclamó su vida, y te atreves a venir ante mí con una loca historia de libro barato, ¿y pretendes que te crea?
-En teoría sí. -Se cruza de brazos.
La cabeza me comienza a dar vueltas, quiero agregar algo pero las palabras no llegan a vocalizarse, doy un paso al frente, perdiendo el equilibrio y el sentido en el proceso. Cuando despierto, la cabeza martillea, un vaso con algo efervescente es colocado al frente de mí, sujetado por Dyon.
Tomo el contenido, suspirando, logro notar el sonido de motores, enfoco mi vista, estamos en un avión.
-Se te haciendo costumbre secuestrarme. -Le digo a Sara, quién me observa sentada a unos cuantos metros de mí.
-No querías venir por las buenas, así qué. -Se encoge de hombros.
-¿Y tú qué? Me sorprende que aceptaras.
-Como si tuviera opción, además siento curiosidad. -Dyon ladea su boca.
-Te crees esas patrañas. _Afirmo.
-No confío en ellos. -Mueve los labios sin pronunciar nada. --Alle on ates laso, aínet sal ed redrep.
Los cazadores ideamos un lenguaje que solo nosotros podemos entender, en caso de querer comunicar algo sin que nadie más que nosotros captáramos el mensaje. Algo tan simple como hablar al revés. Dyon me dijo "Ella no está sola, tenía las de perder"
De inmediato percibí la presencia de más vampiros, los mismos que estaban con ella en aquel lugar cuando me propuso unírsele.
-¿Qué idioma es ese? -Sabanna interroga a Sara.
-Ni idea. -La pelirroja arquea una ceja, mostrando una mirada de cautela.
Cierro los ojos, no sé qué me dieron pero comienzo a sentirme mejor.
-Vamos a aterrizar. -Se escucha una voz ronca desde la cabina del piloto.
El descenso me desestabiliza unos momentos, las náuseas regresan, pero logro controlar mi respiración. El avión aterriza, para luego detenerse. Un vampiro con cara de pocos amigos, pasa a nuestro lado, nuestra presencia le incomoda, no puede disimularlo, yo tampoco me siento de maravilla fraternizando con el enemigo.
La puerta se abre, es de noche, Sara se levanta, con su sombra junto a ella, debo admitir que la chica es linda, con rostro de niña, sin embargo, no creo que Sabanna sea tan inocente como aparenta.
Somos los últimos en abandonar la aeronave, un vehículo 4x4 nos espera, es negro con vidrios polarizados.
-¿Vienen? -Sara toma asiento adelante, Sabanna atrás. Dyon y yo intercambiamos una mirada, al parecer solo seremos nosotros. Sin mucho ánimo subimos al vehículo.
-Esto es pésima idea. -Manifiesta el chofer.
-No pedí tu opinión.-Sara da por terminada la conversación, perdiéndose su vista hacia afuera, el auto inicia su marcha.
-Al menos puedo saber dónde estamos. -Quiero saber.
-Pensilvania. -Responde la pelirroja. ¿Por qué no me sorprende? En absoluto silencio, continuamos el recorrido.
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¿Cómo vieron el capítulo? sorry me quedó cortito, un abrazo y graciasssss por leer mi novela.
Prometo que en el próximo capítulo se revelarán muchos misterios. Atentos terrícolas
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