CAPÍTULO 1
Les dejo foto de Julián.
Diminutas perlas cristalinas como rocío en la mañana, recorren el rostro del novato, la mayoría de ellos son asesinados el primer día que van a cazar. Cada dirigente debe ponerlos a prueba en las diferentes misiones que se nos asignan.
Cuando eres cazador te escogen un compañero, que a menos que mueras, será para el resto de tus días mortales, o hasta su retiro, pero pocos han podido llegar a esta etapa. El mío es Clane, un maldito loco que me ha salvado el pellejo tantas veces que he perdido la cuenta, pero fue herido hace tres noches por lo que ahora se recupera, no puedo esperar a tenerlo de regreso.
-¿Estás asustado niño? -Le pregunto al notar como muerde el labio inferior y juega con la estaca en su mano.
-Cuatro años entrenando con usted y aun no me llama por mi nombre. -Me espeta molesto. Dyon siempre ha sido de carácter explosivo, me recuerda un poco a mí a su edad.
-No me interesa, que es diferente. _Mi vista viaja hacia la desolada calle, una mujer camina deprisa, por su uniforme trabaja en el supermercado de la esquina, la jornada laboral termina a las doce media noche. Blanco fácil para vampiros, están atacando en esta zona, creo que la usaré como carnada.
-No le interesa, ¿Qué significa eso? -Inquiere indignado.
Lo analizo, acaba de cumplir los dieciocho años, sus ojos verdes me miran con disgusto, es uno de mis mejores estudiantes, por eso lo traje a patrullar, veré cómo se comporta en una confrontación real.
-No lo tomes personal. -Respondo tratando de ocultar una sonrisa, la situación me divierte, no es el primero ni será el último que me reclame lo mismo.
Va a contestar cuando lo callo, veo varias sombras aproximándose ¡Bingo!
-Prepárate. -Le indico.
-¿Qué? -Interroga.
Con la mirada lo guío donde he visto las siluetas.
-No hay nada ahí. -Añade achicando sus ojos tratando de visualizar el objetivo.
-Sólo hazlo, no me cuestiones.
Salgo de nuestro escondite y me sigue, luego le señalo que se dirija al otro lado, obedece.
La joven siente que la persiguen, quizás ese sexto sentido que todos tenemos, vuelve a ver hacia atrás varias veces y apresura el paso.
Estoy ansioso, preparo mi ballesta, medieval pero certera, siempre en el blanco.
Me muevo pero con la mano le advierto a mi acompañante que se mantenga en su sitio. Son cuatro vampiros, uno esta cerca de ella a sus espaldas, los otros le cierran el paso.
-Hola muñeca -Le dice el que tiene en frente, la pelirroja retrocede chocando con el de atrás que la sostiene por los brazos.
-Por favor déjenme ir, no tengo nada de valor.
-Oíste eso, no tiene nada de valor. _Repite el más alto y todos sueltan sonora carcajada. Miro de reojo a mi pupilo, esta tenso esperando que yo actúe. Le doy luz verde asintiendo con mi cabeza y él sale al encuentro de los cuatro, me quedo observando, tengo interés de saber cómo se desenvuelve.
-Déjenla ir. -Pronuncia, acercándose con cautela. Ellos apenas y lo determinan.
-Miren otro plato de comida. _Agrega sonriendo.
-Se los advierto. -Quiere lucir intimidante pero se le quiebra la voz.
-Déjenmelo a mí. -El moreno traquea los dedos y hace sonar las vértebras de su cuello al moverlo a ambos lados.
La vista del muchacho viaja a los alrededores, me está buscando, pero no saldré, que me demuestre que tan bueno es.
-¡Maldito Julián! -Murmura entre dientes, una sonrisa torcida se dibuja en mi cara. En la academia nos enseñan a leer los labios, es una estrategia que puede ser muy útil cuando requieres comunicarte sin ser escuchado.
El moreno se va contra él pero Ding Dong lo esquiva. Sí, suelo entretenerme poniéndole apodos a mis pupilos, es más fácil que aprender sus nombres.
Los demás observan, la muchacha está aterrada, más cuando el moreno enseña sus colmillos amenazante.
Ding Dong y el vampiro se debaten en una entretenida contienda, le he enseñado bien, es rápido y ágil, se deshace de él en poco tiempo. A diferencia de las estúpidas películas, los vampiros no se convierten en polvo al morir, a los que han nacido siendo vampiros no les afecta la luz del día, a diferencia de los convertidos que sufren serias quemaduras si se exponen al sol, algunos incluso tienen empleos y conviven con los humanos, prefieren la noche para cazar.
El agua bendita funciona, pero solo si ha sido purificada con un ritual especial, las estacas los eliminan pero debes clavarlas justo en el corazón o decapitarlos. Las cruces, un triste mito, las balas de plata funcionan, pero no los matan, únicamente los debilitan, a menos que las encajes en su corazón o en la cabeza.
Los otros dos se enfrentan contra él ¡Que cobardes!
-Es un cazador. -Expresa el calvo a su compañero.
-Nunca andan solos, el otro tiene que estar cerca. -Hace la observación su colega.
-No hay nadie más. -Les confirma Ding Dong en posición de defensa.
Los vampiros intercambian una mirada, no están tan convencidos. Llevan a cabo un minunioso escaneo de la zona, me oculto y trato de no hacer ningún ruido que revele mi presencia, pueden escuchar incluso mi respiración. Cuando eres cazador aprendes técnicas de contención del aire, permitiendo que pase lo necesario para oxigenar tus pulmones.
-Déjenla ir. -Les ordena otra vez amenazante, parece que al deshacerse de un vampiro le ha dado más confianza. Espero que no juegue a superman como lo hacen casi todos, esos son los que menos duran y he dedicado mucho tiempo en su entrenamiento para perder tan costosa inversión.
-No tienes apoyo de los tuyos. _Afirma el calvo sonriendo, seguro de que está solo.
Arremete contra él, cayendo ambos a lo largo de la acera. Ding Dong se lo quita de encima empujándolo con sus piernas y con un salto hacia adelante se pone de pie, tengo que admitir que me gusta la forma en que maniobra, es veloz. El vampiro se estabiliza de inmediato y con ayuda del otro lo atacan, el chico pasa por encima de uno, usándolo como trampolín y clava la estaca en el pecho del alto, eliminándolo. El calvo aunque luce contrariado, lo sujeta por la cintura y lo levanta un poco del suelo. Mi compañero lo golpea con su cabeza, justo en la frente, son sensibles en esta zona. Aturdido el vampiro lo suelta, el futuro cazador aprovecha este momento para sacar un cuchillo de hoja larga de plata que tiene a un lado de su pantalón, sujeto con una banda de cuero y lo corta rasgando su garganta. Toma impulso y da un salto, lo patea en el pecho y cuando el sujeto cae, se inclina sobre él insertando el puñal a la altura del corazón, está hecho.
-Ahora es tu turno. -Le indica al último que se esconde detrás de la pelirroja.
-Aléjate o ella muere. -Muestra sus colmillos y se acerca al cuello de la asustada víctima.
Ding Dong desliza la pequeña navaja que oculta en su chaqueta, la sostiene con la mano y antes de que el vampiro se percate de sus planes, la lanza y la incrusta en la parte frontal del cráneo.
Cuando la joven se siente libre, corre hacia él.
-¿Estás bien? -Le pregunta.
-¿Qué eran esas cosas? -Consulta ella con voz temblorosa.
-Vampiros. -Contesta el chico con naturalidad.
-Los vampiros no existen. -Afirma ella.
Se encogió de hombros, para luego decir: -Te llevaré a casa.
La joven no objetó, es mejor así, algunos insisten en dar aviso a las autoridades.
Los miro alejarse, aprovecho para recoger los cuerpos y prenderles fuego en un callejón sin salida, las vivaces llamas iluminan la madrugada.
Siento unos pasos a mis espaldas, me volteo con rapidez mientras que un silbido roza mi oreja, sostengo en mi mano el puño de Ding Dong que venía en mi dirección. Lo aprieto con fuerza hasta que lo hago doblarse del dolor, quedando de rodillas ante mí.
-¿Es en serio? -Lo cuestiono con una sonrisa burlona.
-Suéltame. -Me pide.
-Sólo si me lo pides bonito. _Respondo ejerciendo más presión.
-Eres un desgraciado Julián. _Espeta adolorido y enfadado. Lo libero, no me sirve con una mano dañada. Lo veo masajeandola.
-Sólo quería ver cómo te desenvolvías y superaste mis expectativas.
-Maté a cuatro por si no te diste cuenta. -Enuncia con orgullo.
-Ya estaban muertos. -Añado con humor negro.
-No le veo la maldita gracia.
-Solo eres un novato, y el hecho que hayas ganado hoy no significa nada. No dejes que se te suba a la cabeza, no siempre será así.
Comienzo a caminar al escuchar las sirenas de las patrullas acercarse, ya alguien les habrá informado sobre la fogata, o quizás la misma pelirroja se dio a la tarea de llamarlos después de todo . Ding Dong me sigue y nos alejamos de ahí.
***********
Llego a la guarida de los cazadores. Esta oculta en un edificio abandonado, después de caminar por los amplios corredores nos topamos una pared con la pintura desprendiéndose y agrietada por la humedad. Una cámara oculta nos divisa, al reconocernos la pared gira, e ingresamos al otro lado.
-Bien hecho Ding Dong. -Le digo antes de que se marche a su pabellón.
-Dyon, me llamo Dyon. -Profiere molesto.
Con una sonrisa torcida me dirijo a la sala médica donde tienen a los heridos, son cerca de las 3:00 a.m. abro la puerta con cuidado, pero la luz de la habitación está encendida.
-Al parecer no puedes vivir sin mí. -Prorrumpe Clane, quién leía el periódico.
-¿Qué haces despierto tan tarde? _Le reprocho.
-La maldita costumbre, no puedo dormir aunque quiera y se niegan a darme más morfina, el dolor me está matando, y mira que hay pocas cosas que me hacen quejarme.
-¿Has hablado con los médicos? _Apunto, mirando su pierna.
-Sí, dicen que no pueden darme más de la dosis asignada, patrañas.
Su pierna no luce bien, el vampiro la partió en tres partes, tuvieron que operar, la tiene con yeso, sostenido el hueso con pines.
-Bueno ellos sabrán. -Tomo asiento al lado.
-Me dijeron que mis días como cazador han terminado.
-¿Qué? -Brinco de inmediato de la silla.
-Lo que oíste, mi recuperación demorará mucho tiempo, sin tomar en cuenta la rehabilitación. El doctor me indica que al retirarme el yeso, tendré que usar bastón, no estaré en condiciones de hacer persecuciones a campo abierto, me han dado de baja forzosa. Los pines se quedarán, no los van a retirar.
-Lamento escuchar eso. -Añado con el semblante sombrío.
-No, yo soy el que lo lamenta Julián, me descuidé, debí ser más precavido. Ahora te asignarán a otra persona como tu compañero.
-No. -Camino hacia la puerta, pero me detengo. -No quiero volver a pasar por eso.
-Lo sé. -Me responde. -Pero no te dejarán trabajar solo y lo sabes.
Clane y yo hemos sido compañeros desde que éramos adolescentes. Cada quién conoce como piensa el otro, le entregaría mi vida con los ojos vendados. Volver a familiarizarme con un perfecto extraño, no me apetece en lo absoluto.
-¿Cómo te fue con Dyon? -Me pregunta, cambiando el tema.
-Mejor de lo que esperaba, supo desenvolverse, mató a cuatro en su primera noche.
-Me imaginé que lo tirarías a las bestias, a veces me pregunto si tienes sentimientos o lo escondes en tu subconsciente.
-Las emociones te hacen débil. -Me defiendo.
-Alguna vez pensaras diferente, acuérdate de mí. Yo no tuve elección a la hora de ser cazador, soy hijo de cazadores y por lo tanto continuamos su legado, para mí es un deber, pero tú en cambio, lo disfrutas.
-Debes aprender a amar lo que haces. -Me cruzo de brazos
-Sí claro. -Suspira. Somos interrumpidos por una enfermera
-Julián, no puedes estar aquí. -Me regaña.
-Ya me iba, te veré mañana. -Me despido.
-Dale una oportunidad al chico, tiene potencial. -Me recomienda.
-Lo pensaré. -Salgo con dirección a mi recámara. Sin quitarme la ropa me tumbo en la cama, no he cerrado los ojos cuando me he quedado dormido.
*******
Hola a todos, Destinos Cruzados la tercera entrega de la saga del Rey Vampiro, ha sido oficialmente terminada, por lo que ahora me dedicaré por completo a Cazador. Las actualizaciones serán los fines de semana, así que buena lectura, y no dejen de comentar y apoyarme con sus votos.
Saludos terrícolas, un fuerte abrazo desde Costa Rica. 🤗
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