12: Maquinando neuronas ajenas y débiles

El entorno de Thaddeus consistía en un apartamento estrecho y con escasas pertenencias, donde su entretenimiento era tan limitado como su movilidad. Las personas a su alrededor eran menos de las que podía contar con los dedos de una mano; sus dos progenitores.

La noche había caído un día más en la infinidad de la semana, Thaddeus estaba sentado en un sofá, con las piernas abiertas y con el regazo ocupado por un cojín que le servía para apoyarse y tener una mejor postura al leer lo que tenía en manos. Una revista vieja acerca de las babosas.

Babosas. Thaddeus sabía qué eran y su importancia, sin embargo, nunca había visto una, jamás vio una babosa en esa pequeña casa de donde nunca antes salió. Se preguntaba si eran tan pequeñas como lo decía la revista, si serían tan escurridizas o de utilidad como el artículo lo mencionaba.

Su padre decía trabajar en productos que potencian a las babosas y las hace mejores, pero, aún con un padre que trabaja con esas criaturas, Thaddeus nunca conoció a una babosa.

- Thaddeus.

La imagen de su padre se desvaneció tanto como el pensamiento de las babosas, el niño alzó la cabeza y se halló con la segunda persona que existía en su vida.

Thaddeus contestó con la voz pausada: -¿Sí, madre?

- la cena ya está lista, ¿Me ayudarías a poner la cena?

El niño estaba cómodo en su lugar y naturalmente contestó: -no quiero.

Su madre pidió:- Thaddeus, ¿No vas a ayudarme?

- me preguntaste si te ayudaría, y yo digo que no, estoy bien aquí. No quiero ayudar.

Su madre lo observó detenidamente y entonces extendió su mano para pasar sus dedos por su mejilla la cual apretó con suavidad, logrando captar más la atención de su hijo.

- es importante que ayudes a las personas aunque te lo hayan preguntado. -aconsejó en tanto le compartía una sonrisa de serenidad.

Thaddeus se mostró confundido y cuestionó:- eso es... Cómo mandonear.

- ¿Ah sí? -ella se tomó el tiempo de entenderlo y también estuvo confundida- ¿Por qué como mandonear?

El niño se explicó: -si me preguntas por ayuda, pero igual tengo que ayudar es como mandar... Mandonear a escondidas, porque escondes el mandado con una pregunta.

La formulación de Thaddeus había dejado en completo silencio a su progenitora, ella movió su cabeza hacia un lado haciendo que su cabello de plata se deslizara por un hombro. Finalmente extendió sus manos hacia el niño y le llenó de caricias en su cabello.

- tal vez sea así, pero, ¿No te gustaría que, si pidieras ayuda, te ayudaran?

- sí, pero... -el cerebro de Thaddeus llegó a su límite de intelecto, se dió por vencido y cerró sus ojos cuando las manos de su madre le mimaron su cara.

- ven ayúdame.

El niño movió su cabeza en afirmación y dejó su cómodo lugar para seguir a su madre en el cercano comedor, en donde despejó la mesa y fue a traer los platos y cubiertos.

Tras ordenar la mesa, Thaddeus se distrajo con las cucharas que serían usadas para la sopa de ese día, sus grandes ojos se fijaron en el reflejo del metal.

- madre, ¿Por qué estoy al revés? -le preguntó mostrando una cuchara.

La mujer se sobresaltó por la repentina pregunta, creyendo que algo pasaba, se giró solo para hallar a su hijo con una simple cuchara. Esto la hizo suspirar y llevó su dedo indice a su labio, pues acababa de quemarse con la sopa.

- creí que habías dado una voltereta silenciosa o algo. -murmuró con cansancio, aún así se acercó al niño- a ver... ¿Al revés? Oh, sí, estás al revés. -tras inspeccionar el cubierto, también vio el raro reflejo.

- ¿Por qué es eso? -le preguntó Thaddeus.

Ella negó con la cabeza: -no lo sé, aunque, si puedo decir que es algo científico.

- ¿Cie... Qué? -una palabra tan complicada tomó desprevenido al pequeño.

- científico, significa explicar cosas raras, como el que te veas de cabeza a través de la cuchara. -la mujer hizo el esfuerzo para darle un concepto entendible.

Thaddeus no pudo entender a lo que su madre se refería, aún así, siguió sintiendo interés por la cuchara. ¿Siempre tuvo el reflejo al revés?

La cuchara ahora le resultaba un tema de interés así como las babosas.











Thaddeus había dejado atrás el manantial del descenso, pues había regresado al punto donde él y Will fueron encontrados anteriormente. El cuerpo aún le dolía lo suficientemente como para que inclinarse hacia abajo fuera un problema.

Se quedó en esa posición y con los movimientos pausados sus dedos alcanzaron las carpetas que había recogido, el contenido estaba esparcido y como no podía excederse en estirarse tuvo que inclinarse más y gatear por un momento. Cuando finalmente todo fue recogido a pesar del desorden, él sostuvo esas hojas con firmeza.

Las necesitaba.

Solo debía recibir lo que quería, idear un plan para marcharse de ese nido de insanidad y nunca más volver a poner un pie en los límites de ese territorio que lo estaba consumiendo pedazo a pedazo desde el interior de sus entrañas hambrientas. Él inhaló y exhaló, la idea de irse por su cuenta lo empezó a tentar, sin embargo...

- oh, mira aquí viene mi compañero.

El dueño de esa irritante voz no lo dejaría en paz, y tenía la sensación de que aunque quisiera alejarlo de una patada en el trasero, no se desharía de él ni de quien iba a ser un tercero en el viaje de regreso.

Thaddeus vio como Will se levantaba del suelo y usaba sus manos para que Ruin también lo hiciera, la criatura no parecía animada a levantarse así que automáticamente sus piernas flácidas y esqueléticas se deslizaron hacia los lados y quedó arrodillado con la cara mirando a un punto perdido.

Era patético, pero no lo diría en voz alta, no quería que el Shane iniciara con uno de sus regaños de adulto autoproclamado.

- sí, aquí estoy. -confirmó enfatizando la segunda palabra con los ojos en blanco- ahora, si ya terminaron su tratado, ahora deberíamos hablar de mis demandas.

Pudo notar que Will hacía una mueca no muy discreta mirando hacia otro lado, alzó una ceja en su dirección y se tragó un bocado de disgusto.

- muy bien, joven Blakk, veamos de qué manera Ruin puede ayudarte.

- deja de hablar así.

Will alzó las cejas con confusión casi falsa: -así, ¿Cómo?

A Thaddeus casi no le quedaba paciencia, pero no quería perderla, debía de centrarse si quería acabar con el asunto prontamente:- así, como si fuéramos niños de preescolar.

- aquí hay uno. -señaló el otro con obviedad.

En ese momento, la criatura se dignó a finalmente hablar, su voz sonó con idocia: -yo no... Preescolar. Tú y tú... Sí.

Parecía haberse ofendido, pero era pésimo dando una contestación a la cual siquiera se le podía prestar atención.

Thaddeus inhaló profundamente y luego le siguió la corriente brevemente: -sí, lo que tú digas. Ahora, devuelta al tema... ¿Hay una manera de salir de aquí? Porque lo que yo quiero me lo darás, pero dudo mucho que eso esté aquí.

- aquí... Agua, comida y luz.

El joven sacudió su cabeza: -yo no quiero eso.

- pero tú sí querías... Hace rato. Agua.

Él volvió a negar y tuvo que llevarse una mano hacia su cabeza. Nunca tuvo que tratar con niños, no recordaba la última vez que lidió con algún infante, siempre se mantenía alejado de estos, no por compasión, sino porque sabía a la perfección que eran insoportables, más de cualquier idiota con lanzadora en mano.

Ahora estaba corroborando totalmente su razón para no involucrarse con quienes eran incapaces de siquiera mantenerse por su propia cuenta... Will no contaba, era un adolescente, seguía siendo insoportable pero al menos tenía un ápice minúsculo de sentido común.

- si antes no perdí la cabeza ahora la voy a perder. -aseguró mientras se pellizcaba el puente de su nariz. La voz le pesaba como un yunque de estrés.

- déjamelo a mí. -dijo Will, no fue un ofrecimiento, sino un aviso. -Ruin, oye.

Rui ya se había perdido, mirando hacia el cinturón de Will, luego si cabeza se alzó más para ver al adolescente.

Will le habló con una voz más blanda: -mi compañero...

- deja de llamarme así, no somos...

El Shane lo cortó de inmediato e incluso dió un paso largo para ponerse de espalda a Thaddeus y ver de frente a la criatura: -mi compañero agradece la comida y el agua, pero no es lo que él quiere. Él quiere... Mejorar como lanzador.

No era exactamente lo que Thaddeus quería, pero era una parte de lo que ambicionaba. Exigir más no era conveniente, tampoco detallarlo, se mordió la lengua y simplemente dejó que Will hablara, era mejor dejarlo a cargo de hablar con ese adefesio.

- lanzador... Lanzar babosas. -detectó Ruin.

Will lo alentó:- exacto.

- pero, lanzar es... Lanzar. Lanzar.

El Shane miró por encima de su hombro, sus ojos hicieron contacto visual con el Blakk, era claramente un gesto para que también interviniera y siguiera con la conversación.

- dijiste que te lo deje a tí. -mencionó reacio sin cuidar su tono de voz.

Entonces Will lanzó una advertencia ridícula pero problemática:- le diré que quieres lazos decorativos para tu lanzadora.

Thaddeus lo veía con la capacidad de hacerlo y arruinar sus propósitos, así que resignándose y agarrando con fuerza las carpetas desorganizadas entre sus dedos magullados, fue su turno de hablar.

- lanzar babosas es más que eso. -trató de usar un vocabulario fácil ya que esa abominación no tenía las neuronas suficientes para comprender algo simple. -es preparar babosas, hacer... Ejercicios, también es pensar un montón en cómo usarlas.

- se usan... Si lanzas. Lanzar.

Ruin se quedó atorado en su simplicidad y poco pensamiento, lentamente detectó una corriente de agua ruidosa y se desvió hacia un lado con la voz abierta y balbuceante.

Thaddeus hizo una mueca de desesperación y sus manos se cerraron en puños que arrugaron las carpetas que sujetaba, dió un paso hacia adelante, no sabía cuál era el impulso que se estaba brotando de su interior.

Entonces lo descubrió, quería usar su lanzadora, lo haría. Mas, fue retenido cuando la mano de Will se extendió y sus dedos se enroscaron en su muñeca.

- no harás eso. -la voz y expresión de Will denotaban su renuencia.

Thaddeus espetó:- no está colaborando y siento que él podría competir contigo en quien destruye primero mi paciencia.

- es un niño.

- la Caverna de Ensueño lleva años muerta y él sigue vivo, ¿Lo llamarás niño cuando claramente es mayor que nosotros dos juntos?

Sin embargo Will reiteró: -es un niño.

Nuevamente, Thaddeus pudo percibir esa sensación, esa condena sensación de escalofríos al ver a la cara de Will, empezaba a detestar la manera en que usaba su expresividad para contenerlo. Así como lo hizo cuando estaban en la cima del edificio de Lucrum Limax.

Lentamente Thaddeus soltó su agarre a su lanzadora, sacudió su muñeca y se liberó del agarre del Shane, entonces se giró en dirección a donde estaba esa deformidad y se aproximó.

Agachándose se apoyó de una rodilla, llegando a su altura se dispuso a hablarle: -oye.

Ruin dejó de mirar la corriente de agua y su cabeza se giró en dirección a donde se hallaba el lanzador más grande.

- él te habló de las cosas que tendrás en las Noventa y Nueve Cavernas, ¿No? Mencionó un pastel.

Ruin sacudió su cabeza, la energía que tuvo antes por lo que tendría en el futuro retorno a su cara, Thaddeus tomó provecho de ese estado de animo fugaz.

- ¿Sabes que hay pasteles buenos y malos?

- pasteles... ¿Se portan mal?

- no, saben mal. -corrigió de inmediato- pero también hay pasteles que saben bien. Lanzar babosas, es como hacer pasteles, o lanzas bien, o lanzas mal. Y yo... No estoy lanzando mal, pero tampoco lo hago bien.

- y tú quieres lanzar bien.

Esa deducción fue una luz al final del túnel de irritabilidad, finalmente había algo que fue formulado, entonces todavía había oportunidad de usar al adefesio.

- eso mismo, y quiero que me ayudes con eso. -finalmente llegó a su punto.

Esa claridad fue suficiente, pues Ruin tuvo una expresión de realización al captar el mensaje: -yo te ayudo en... Lanzar. Lanzar bien.

- ¡Sí! Eso es...

Iba a continuar cuando se dió cuenta de que el alivio que había debido empezó a revolver sus entrañas vacías y secas. Él no dijo nada más, se levantó con esfuerzo y detenimiento para volver a ver desde arriba la posición baja de esa criatura.

- sí, así es, ayúdame con eso.

- no.

Thaddeus cayó rápidamente en desesperación: -ahora sí, ¡Ven aquí!

Mas, antes de poder usar su arma para golpearla contra el cráneo expuesto de esa monstruosidad, fue tumbado al suelo desde atrás por el único espectador.

- ¡No he llegado hasta aquí por una negación de un maldito...

- ¡Cuida tú vocabulario!

- ¡¿Tú me hablas de vocabulario?!

La tierra debajo de ellos los volvió a ensuciar, y aún más ya que sus ropas seguían húmedas luego de sumergirse en el agua tiempo antes. Thaddeus tuvo que darse media vuelta para poder encarar al más joven y tratar de retenerlo. Ya no iba a golpear a la criatura, pero tampoco iba a dejar que Will lo dominara de esa manera.

Las manos de Thaddeus se alzaron para alcanzar las de Will, y aparentemente este iba a hacer lo mismo. Ambos se sacudieron y forcejearon lo suficientemente como para que sus cuerpos se posicionaran opuestamente.

La visión de Thaddeus cambió cuando finalmente contuvo a Will contra la tierra y piedras, la agitación continuó pero solo quedó el forcejeo mutuo y rel retorcimiento de sus extremidades en un intento de lucha sin ganador.

- yo quiero... yo puedo no. Puedo no. Quiero, no puedo.

Eso fue más claro y por un momento Thaddeus dejó de imponer su fuerza sobre los brazos del otro lanzador, de igual manera, este prestó atención. Ambos miraron hacia un lado donde estaba aún en el suelo la criatura.

- aquí sí. Arriba no, arriba es feo.

Con rapidez y antes de que Ruin perdiera el enfoque de la conversación, Thaddeus habló: -lo es, pero también es feo quedarse aquí. Quieres sentirte bien, ¿No? Yo quiero lanzar bien, quiero hacer las cosas bien. Así que dame algo, para que recibas algo.

Tal vez había hablado más de lo que le hubiera gustado, pero la necesidad había tomado el control de su cuerpo así como la desesperación.

Finalmente, él dejó su posición sobre Will y este se apartó, en esos segundos de desánimo mutuo por esa pelea, la criatura se esforzó y se levantó apoyándose sobre su pie y su hueso. Su cuerpo se balanceó y dejó de tener su flojera inicial, entonces habló.

- allá... Subir.

Había alzado su brazo más largo y lo extendió en la misma dirección de donde habían venido. Eso significaba que solo había una ruta por la cual ir arriba, Thaddeus hizo un breve contacto visual con Will, luego bufó hacia un lado.

Trepar iba a ser el menor de los problemas. Pero si era la única manera de conseguir lo que quería y de huir, no tenía más remedio que lidiar con su pesar y cansancio.

Tal y como siempre lo había hecho.

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