10: El umbral hacia el siguiente camino
Numerosos golpes débiles y planos fueron escuchados con más claridad por ambos lanzadores, no pudieron saber la causa, pero lo que sí supieron era que no debían huir.
Inmediatamente Thaddeus fue a tomar otras carpetas que estaban en el archivero de donde sacaron la primera. Si las carpetas estaban ordenadas por importancia entonces debería ser suficiente llevarse las siguientes cinco como mínimo.
Los golpes retornaron siendo más nítidos y cercanos, y algo mas llegó con estos.
La sala de investigaciones se quedó atrás a medida que avanzaban, la piel gélida y húmeda por el suspenso les empezó a sofocar como el hecho de que no volvieron a escuchar más sonidos que el de sus botas golpeando el suelo. ¿Fue una paranoia suya? Pero, de ser así no debieron escuchar y ceder al mismo tiempo a una posible ilusión.
Las puertas en los pasillos eran una por cada largo tramo. Había una inmensa necesidad de ingresar a cada una, pero también un gran deseo por no acercarse.
No fue hasta la puerta del Laboratorio № 01 que los lanzadores decidieron ingresar por precaución, esta se hallaba dividida en dos partes.
- ¿Entramos? -sugirió Will.
Thaddeus asintió silencioso, ya que él tenía las carpetas que tomó anteriormente, fue el otro quien se acercó a empujar las puertas hacia delante para adentrarse.
En el interior se encontraron con un auténtico laboratorio, el equipamiento era tan numeroso y amplio que fue complicado no admirar que Lucrum Limax sí que disponía del material necesario para sus obras. Exploraron cuidadosamente, usando la única linterna que tenían para alumbrar su entorno, hasta que se detuvieron frente a lo que sería un enorme pizarrón oscuro en el que aún se podía distinguir los trazos de tiza.
- ¿Entiendes algo de química o... Física? -cuestionó el Shane al no comprender lo que aparecía en la pizarra.
Thaddeus se tomó su tiempo para poder entender lo que visualizaba, no era muy claro lo que estaba escrito pero consiguió descifrar una parte.
- parece que intentaron modificar algunas babosas fandango induciendolas a un tratamiento para la simbiosis. -mencionó y se giró a ver a Will, el rostro de este sugería una explicación más simple-. Significa que trataron de hacer dependientes a las fandangos con otros organismos.
- ¿Dependientes? -esa palabra parecía llamar la atención del más joven-. ¿Algo así como una pareja disfuncional?
- básicamente. -Thaddeus decidió dejarle con este ejemplo rodando los ojos-. Aquí se menciona la fórmula para hacerlo.
Will se acercó e intentó leer el contenido de la pizarra con aparente esfuerzo, fue en vano ya que Thaddeus observó cómo los ojos enérgicos del otro se desgastaron en una confusión que lo dejó con una expresión complicada.
El Blakk no se molestó en explicarle más y siguió observando la fórmula que se había elaborado. Aunque, al llegar a las conclusiones que estaban trazadas en el lado izquierdo, su rostro se complicó al ver que los resultados fueron calificados como erróneos.
- y no lo lograron. -mencionó Will al ver el escrito de error al final de la pizarra-. ¿Qué clase de persona seria capaz de alterar a las babosas?
- una clase que sabe a dónde quiere llegar. -contestó Thaddeus, él había encontrado una gran innovación en la fórmula a pesar de haber fracasado.
En ese instante, sintió la mirada de Will sobre él, este habló: -o a donde quiere perderse.
El Blakk arqueó una ceja y entonces recibió un regaño: -no mires con tanta admiración lo que hicieron. Es increíble, pero no admirable.
- ¿Me darás clases para juzgar críticamente? -retó Thaddeus.
Will también retó:- ¿Necesitas esas clases?
Un destello nació del contacto visual que hubo entre ambos lanzadores, esta luz invisible pero perceptible agudiza los sentidos de estos hasta tensar sus rostros y hacerlos duros.
Nuevamente, los golpes planos y debiles retornaron a sus oídos y los sacaron del hundimiento del desacuerdo al que llegaron sin darse cuenta. Sus cabezas se giraron hacia el lado donde se encontraba la entrada por la que llegaron.
¡PUM!
Las puertas fueron azotadas lado a lado con estruendo y violencia, una ráfaga de viento tocó los rostros pálidos de los lanzadores, ellos cerraron los ojos por la mitad de un segundo para luego agudizar sus sentidos y prepararse para lo que fuera que estuviera siguiéndolos.
Mas, no hubo nada, solo un pasillo vacío al otro lado de la entrada.
- hm, falsa alarma. -gruñó Thaddeus, en vano fue el pánico que le recorrió la espalda.
- yo... No diría lo mismo.
La voz juvenil y confiada del Shane se había debilitado, el mayor se volteó a verlo, pero solo encontró a un muchacho atemorizado y con la piel cambiando de colores, vio su alrededor, pero no encontró nada fuera de lugar mas allá de la expresión ridícula y cobarde que ahora traía.
- algo...
Thaddeus arqueó una ceja impaciente: -algo, ¿Qué?
- algo... Está en mi pierna.
Thaddeus bajó la cabeza, no veía nada, nuevamente vio al otro lanzador con incredulidad, planeaba regañarlo ya que creía que se trataba de una ridícula broma como el niño que era, sin embargo, su cara no cambiaba y seguía duro como la piedra.
Puso los ojos en blanco y dijo sarcástico:- muy convincente, Mercy.
El oído de Thaddeus detectó los mismos golpes planos y débiles en la distancia aproximarse, él giró su cabeza para volver a ver la salida, esperando que no se tratara de otra falsa alarma.
Extremidades diminutas hicieron contacto con su pierna. Extremidades delgadas como ramitas se deslizaron por su pierna aumentando de tamaño, subiendo poco a poco, pedazo por pedazo hasta llegar a su muslo. Pedazos de masa diminutas que ejercieron una presión suficiente para colgarse de él.
Él lanzador bajó su cabeza con la mandíbula temblando tanto como sus pupilas encogidas, y aunque no encontró nada, veía como su pantalón era arrugado y retorcido por los pedazos de masa no más grandes que la palma de su mano.
Cuando nuevamente volvió a compartir mirada con Will, ambos se quedaron en un silencio que les pesaba como la respiración.
- ¡AAAAAAHHHHH!
Un grito nació de dos, el pavor y el horror fueron desatados de tal manera que sus voces llenaron espacios más allá del laboratorio, lugar del cual salieron más rápido que una babosa en acción. Aunque sus botas resbalaron al llegar a las puertas y Thaddeus casi caía de rodillas, fue tirado de un hombro por Will para a continuación correr a una velocidad descomunal.
Solo cuando huyeron dejaron atrás las masitas que se desprendieron de ellos.
- ¿¡Qué fue eso?! ¿¡Qué fue eso?! ¡¿Qué, maldita sea, fue eso?! -gritó Will a pesar de que su garganta le ardió.
- ¡Da igual lo que haya sido, corre, ardilla, CORRE! -exigió Thaddeus.
Tal vez estaban saltando una enorme cantidad de información sobre el tétrico subsuelo donde se hallaban, pero, este era el menor de los problemas si un ente desconocido hizo contacto con ellos de la manera menos humana y realista.
Corrieron tanto que tal vez los metros fueron superados por la huida de los deformes guardias de seguridad. La agitación habia causado que la linterna que Will sujetaba se sacudiera de un lado a otro, entorpeciendo la huida, dejando atrás varias puertas y paredes, pasillos y escombros.
No se detuvieron hasta que sus cuerpos se hallaron al borde del colapso, las espaldas y cabezas empapadas de sudor fueron sofocantes junto al poco aliento que les quedaba, sus pechos subían y bajaban con cada jadeo ruidoso que salía de sus bocas secas.
Con las extremidades temblando, ambos buscaron apoyo en el desconocido espacio en el que ahora se hallaban, colocando sus espaldas y brazos contra los muros, las piernas temblaban tanto que Thaddeus terminó resbalando al suelo, sus dedos incluso sudaban al punto que las carpetas se mojaron, mientras que Will tenía su espalda pegada a una pared junto a las palmas de sus manos que descendieron hasta sus rodillas, dejando caer la linterna al suelo en el acto.
- no volveré ahí... ¡No volveré... Jamás en mi vida! -con la voz rebanada por arduos jadeos, Will hizo esta declaración.
- por... Primera vez... Estoy de acuerdo... Contigo. -la firmeza de Thaddeus se había quebrado por el pavor que acababa de experimentar.
La sensación de pequeñas masas trepando en ellos había surgido nuevamente, ante esto, a cada uno les dió escalofríos y como si hubieran compartido la misma idea, bajaron sus manos hacia sus propias piernas deseando quitarse esa horrible e inquietante sensación.
Uno, dos, tres y más minutos no fueron suficientes, no para los lanzadores que acababan de desgastar gran cantidad de energía al huir despavoridos como si de babosas estropeadas se tratasen.
Con el aliento menos agitado, Will expresó: -eso fue... Horrible, horrible, no importa que fue, fue... Fue... Horrible.
- espantoso, diría yo. -opinó Thaddeus con la cara deformada en una mueca.
- eso también. -añadió el Shane y entonces cerró sus ojos dándose un respiro- es imposible que alguien esté aquí.
- ¿Qué quieres decir con eso? -cuestionó Thaddeus sin comprender la finalidad de lo dicho.
Entonces Will explicó: -digo que es imposible que, quien nos haya llamado, viva aquí. Pero, lo hace, está aquí en alguna parte, debe... -tomando una pausa, su rostro se angustió en medio del temor- debe estar pasando por cosas horribles y espantosas.
No había manera de invalidar el argumento del adolescente, sin embargo, había lugar para tener una posición diferente. Algo que Thaddeus hizo: -o debe ser el causante de esas cosas.
La linterna en el suelo seguía desprendiendo su luz brillante, así que Thaddeus pudo ver lo confundido y consternado que estaba Will.
- piénsalo, te pidió ayuda, a tí que no dudas en cumplir con eso llamado deber, y me ofreció ayuda, a mí que necesito innovar mis métodos. Nos ha tentado. No sería imposible que esto en realidad se haya tratado de una trampa.
A esta postura, Will no dio una respuesta inmediata, pero al cabo de un momento pudo exponer: -pero, de ser así, ¿Por qué? ¿Por qué nos pondrían una trampa? ¿Justamente a nosotros? No hemos hecho nada en su contra, ni siquiera sabíamos de su existencia hasta que nos llamó.
En ese instante, Thaddeus pudo detectar una ingenuidad irritante en el otro, así que viéndolo con las cejas fruncidas, desvío su mirada a otro lado: -no es necesario un motivo para lastimar a las personas.
Tal vez era la primera cosa con significado que Thaddeus había compartido luego de toda la travesía. Cuando se dió cuenta de lo que dijo, él complicó su expresión y trató de no dar la cara.
Sus ojos pararon a las carpetas que aún tenía, ahí tenía una parte de todo lo que había buscado, tal vez era suficiente.
- ya viste todos esos cadáveres, viste esos monstruos de allá arriba, leíste lo que es en realidad este lugar, sentiste... Esas cosas, hiciste todo eso y yo también. -agregó y se resignó a voltearse para verlo a la cara con severidad a pesar del cansancio-. Para este punto, debemos buscar una manera de irnos si no queremos toparnos con, vaya a saber quién, qué otro tipo de rareza o monstruosidad...
- no.
Thaddeus estaba listo para organizar los papeles que había tomado, pero entonces recibió una negativa que, si bien no era una sorpresa, no era conveniente.
Él cuestionó: -¿Qué acabas de decir?
- dije que no. -dijo Will nuevamente, con los ojos enérgicos y llenos de terquedad-. Voy a seguir adelante.
- ¿Estas escuchándote? ¡Ya hemos ido demasiado lejos! -protestó.
Sin embargo, Will no iba a ceder, mucho menos permitirse ser engañado:- hemos ido tan lejos como TÚ lo has querido. No creas que no me he dado cuenta de que estás asegurándote ya con esas cosas que tienes ahí. -reclamó señalando acusatoriamente las manos ajenas.
La rigidez de Thaddeus había retornado al ser acusado, él amargó su expresión: -¿Y eso qué tiene? Considerando que esto se trata de una trampa, esto es lo mínimo que puedo tomar.
- ¡No estamos seguros de que sea una trampa! ¡Ni siquiera tú estás seguro!
- ¡Es mejor que confirmarlo corriendo el riesgo de morir o pasar alguna atrocidad!
Will no había continuado, al menos por unos segundos, pues estos los usó para tomar una enorme bocanada de aire hasta enrojecer sus mejillas para luego expulsar a gritos:- ¡Pues prefiero tomar el riesgo, a que ser un grandísimo cobarde, imbécil, sin escrúpulos, inservible, amargado, idiota cara de mierda, estúpido y causa perdida!
Hubiera sido aceptable que el Shane se limitara a lanzar una sola palabra de su pésimo vocabulario, tal vez un par. Pero, no solo se había excedido en sus ofensas, sino que también había tocado puntos clave en Thaddeus.
El lanzador golpeó el suelo con las carpetas, apartándolas para luego ponerse de pie y antes de darle oportunidad al más bajo, lanzó su mano izquierda contra él para sujetarle el cuello de su camiseta. Sus dedos le temblaban, mas no fue impedimento para atrapar a quien se había atrevido a retarlo tan osadamente.
La agitación ocasionó que Will golpeara con su bota la linterna en el suelo, esta rodó alejándose.
- repite lo que acabas de decir. -demandó rugiendo cada palabra a medida que su diestra se alzaba cerrando sus dedos en un puño.
Fuera de lo esperado, Will le concedió la repetición de su gran ofensa:- p-prefiero tomar el riesgo, a que ser un grandísimo cobarde...
Thaddeus exigió aún alzando su puño:- sigue.
- imbécil, sin escrúpulos, inservible, amargado, idiota cara de mierda...
- ¡Sigue!
- e-estúpido...
- ¡Dilo!
- ¡Causa perdida!
A pesar de los ocasionales titubeos, Will no se había detenido ni siquiera cuando el puño de Thaddeus estuvo listo para ser lanzado contra él, incluso se forzó a seguir por su propia voluntad reflejada en aquellos ojos tan brillantes como el cristal lumino.
Cristal que Thaddeus iba a quebrar.
La oportunidad se alejó como la luz de la linterna, Thaddeus había bajado la mirada hasta el suelo y buscó la lámpara de vitalis cristal, hasta que metros más adelante vio que este se había detenido en un enorme montículo.
Este montículo se movía, tan silencioso y letal, retorciéndose hasta emitir sonidos elásticos y agudos, alzándose ante la luz de la linterna, estirando numerosas extremidades largas, unas más grandes que otras. La superficie viscosa y brillante tembló como gelatina hasta dividirse, enormes globos oculares se giraron en sí mismo hasta que se fijaron flojamente en sus lugares.
Gárgaras fueron emitidas por numerosos agujeros que se deformaron hasta crear un enorme orificio que se agrandó en una enorme mueca sin labios, llena en su interior de dientes que iban desde los más tontos hasta los que se asemejaban a agujas. No había simetría, ni armonía, mucho menos lógica.
Una enorme babosa, una babosa tan gigantesca que la luz de la lámpara no pudo iluminar más allá que un tercio de su ser. Se levantó y sacudió sus enormes tres ojos de un lado a otro.
Las posiciones de Thaddeus y Will habían flaqueado al ver esa babosa, ellos lentamente se separaron, temiendo que cualquier movimiento brusco fuera a ser su sentencia.
Tras haber recogido las carpetas, Thaddeus dió dos pasos temblorosos que le costaron, pues estos pisaron algo tan duro y crujiente como los huesos con lo que se había topado en su travesía.
Entonces se dió cuenta de que, el lugar al que llegaron era el nido del responsable de los esqueletos.
Ojos redondos, con espirales blancos en movimiento se fijaron en el lanzador y luego en su compañero a pesar de la oscuridad.
- corre. -balbuceó Thaddeus.
Will estaba perplejo, apenas pudo musitar:- no...
- ¡CORRE!
Esta orden fue suficiente para que la babosa abriera su boca retorcida y echara un grotesco alarido que llevaba uno y mil chillidos de babosas, mientras que los dos jóvenes emprendieron una nueva huída por sus vidas.
Ese había sido un depósito de babosas, lo decía el letrero junto a la compuerta por la que salieron.
El agotamiento, hambre, pesar y dolor habían desaparecido, la adrenalina y terror llenaban sus cuerpos de energía y esto fue mayor cuando se percataron de que ahora estaban siendo perseguidos por esa babosa que a pesar de su tamaño, podía encajar en los pasillos deslizándose con su propia mucosidad, estirando su piel y teniendo pegada a esta la linterna de Will.
Llenos de motivación quisieron desviarlo de camino, pero, por cada esquina y pasillo que cruzaban, esa criatura aún les seguía el paso, no se detenía, por más estrecho fuera el lugar, ni por más que los lanzadores derribaban muebles metálicos de su entorno para retrasarlo.
La agitación llevada hasta ese momento podía desestabilizar ciertos puestos, así que tras ser sacudido como trapo desde hace numerosas horas; el peluche viejo y mediano que Will tenía en su cinturón se desprendió. El Shane se percató de esto, e inmediatamente frenó la carrera por su vida para poder recuperar el juguete.
Sujetando el muñeco por una pata trasera, lo tuvo de vuelta justo a tiempo, pues la babosa se había aproximado tanto que su aliento putrefacto y ácido llegó a la nariz del joven. Con un nuevo espanto en su ser, corrió y volvió a alcanzar al otro lanzador mientras volvía a ajustar el juguete a su cinturón.
- ¡Por aquí! -exclamó Will.
Tomando la mano libre del Blakk, lo llevó hacia una de las puertas que estaban en su camino, el espacio estrecho no era problema para la babosa, sin embargo era notorio que le tomaba algo de tiempo adaptarse y resbalar por la entrada. Esto fue usado a favor de los lanzadores, quienes vieron por delante otra puerta abierta que al parecer los conducía a un área más abierta.
Al cruzar hacia el otro lado, no fueron más allá de unos cuantos metros cuando sus pies dejaron de tocar una superficie y quedaron suspendidos en el aire, para posteriormente ser atraídos por la gravedad.
Exclamando del pavor, ambos buscaron donde sujetarse y el instinto los ayudó a hacerlo, pues la mano de Will sujetó los dedos de Thaddeus, y Thaddeus dejó caer las carpetas para sujetarse de lo que era un pedazo de roca que se apiadó de ellos.
- ¡No me sueltes! -imploró Will, y aunque la mano de Thaddeus se sentía sudorosa y resbaladiza, se esforzó hasta las uñas para no perderlo.
Y Thaddeus le consoló de forma peculiar:- ¡Ojalá pudiera!
Sus cuerpos temblaron, especialmente el de Thaddeus, además de soportar su propio peso tenía que lidiar con uno extra que iba a arrancarle su mano en cualquier momento. No había manera de ver con claridad, al menos no la hubo hasta que sobre sus cabezas vieron la distintiva luz de su última linterna que se iba haciendo cada vez más nítida.
Esto los alarmó.
Thaddeus anunció- voy a soltarme.
Y Will gritó:- ¡¿Qué?!
- ¡Ahora!
- ¡Espera! ¡Espera, maldito hijo de...!
Los dedos del Blakk se dejaron llevar por su debilidad y el deseo de morir de otra manera que no fuera por esa criatura. La gravedad hizo su trabajo al hacerlos descender a una velocidad espantosa mientras sus gargantas ardían al gritar por, quizás, una última vez.
Sus cuerpos impactaron contra un montón de escombros y rocas poco planas, los golpes sufridos no se detuvieron, dado a que continuaron por rodar colina abajo, agregando nuevas lesiones a su colección. No tuvieron fuerzas para detenerse, ni siquiera para moverse cuando finalmente llegaron a una superficie plana y fría en donde las carpetas y su contenido ya habían caído mucho antes que ellos.
Seguían despiertos, pero sus cuerpos les exigían dejarse llevar y cerrar los ojos por un tiempo indeterminado. Lograron escapar, pero, ¿A qué costo? Ahora estaban cada vez más lejos de una salida, y más perdidos en una búsqueda dudosa.
- ¿Estás... -la voz debilitada de Will sonó- ...bien?
- cállate. -contestó Thaddeus.
Ambos confirmaron que el otro seguía vivo. Los párpados dolían, pero cada uno logró levantarlos contra pronóstico, dándose cuenta de que ya no se encontraban en la oscuridad.
Su entorno brillaba, habían luces tenues y tan débiles como ellos que brotaban de las piedras por las que cayeron. Esto les permitió verse el uno al otro, encontrándose uno frente a otro con sus caras en posiciones paralelas y con los ojos perdidos en el otro.
Thaddeus sangraba por la cabeza y Will por la nariz. Thaddeus tenía un lado de su ojos oscurecido en rojo, Will tenía su labio y mentón partidos.
Débilmente y con los brazos temblando, Will se alzó apoyándose sobre sus manos, Thaddeus solo pudo soltarse con sus codos, los dos contra el suelo y buscando en su entorno los restos de su vida.
- vamos... A morir. -declaró Will levantando una sonrisa pesada.
- sí... Lo haremos. -confirmó Thaddeus arrastrando sus palabras.
El sabor de la derrota tenía un gusto muy semejante a la sangre acumulada en sus bocas, sus manos y brazos estaban por romperse y ceder al pesar para quedarse ahí. Mas, fueron detenidos por nuevos sonidos.
Esta vez eran pausados, suaves y de un ritmo torpe, uno tras otro, iban acercándose a ellos.
Al ser Will quien está mejor posicionado, él arrastró su cuerpo hacia quedar frente a Thaddeus, cayendo al suelo en el acto, mas volviendo a alzarse para dar la cara al siguiente monstruo que iba a acabarlos.
Los ojos nublados de ambos pudieron enfocar una silueta acercándose, por cada paso se hacía más claro.
Una voz pequeña salió de este: -bienvenido y bienvenido.
Era la primera vez que alguien de esa caverna les hablaba, esto despertó el interés en los lanzadores, pero también una alarma en cada uno, pues aún no sabían de qué se trataba.
Mas, no tardaron en reconocer de quién se trataba cuando este se aproximó lo suficiente.
- ¿Eres... Tú? -consternado y abatido, Thaddeus hizo esta pregunta.
La criatura movió su cabeza de arriba hacia abajo: -yo soy yo. ¿Tú y tú son tú y tú?
El Shane y el Blakk movieron sus cabezas en afirmación detenidamente.
- ah, sí, tú y tú, son tú y tú. -confirmó la criatura. En su boca negra se formó una sonrisa de miel-. Yo soy yo, yo quise ayuda, quise dar ayuda. Yo soy yo, yo...
Sacudió una de sus extremidades contra su pecho y se balanceó hacia un lado.
- yo soy Ruin, Ruin, soy Ruin.
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