07: El personal de seguridad obliga a dos idiotas a huir.
La organización era mucho más extensa y enorme de lo que aparentaba, pues lo que se crearía que sería un solo mapa del edificio, terminó por ser varios. Habían numerosas áreas y sectores cuyas funciones eran todo un caos para aquellos poco familiarizados con la arquitectura, cada mapa tenía al rededor de dos metros de alto y uno y medio de ancho. Las leyendas adjuntas a las indicaciones eran complicadas de seguir.
— Estimado señor Sting, tenga en conocimiento que debe de dirigirse a la empresa constructora en la Caverna Rústica para cumplir con los últimos detalles de la acreditación a nuestra expansión. —leyó Will un manuscrito adjunto a aquella carpeta de mapa, o mejor dicho, mapas—. ¿Eso significa que se ampliaron?
— eso es demasiado obvio. —reprendió Thaddeus con irritación, entre los dos, él era el más concentrado al inspeccionar los mapas que colgaban del pizarrón frente a ellos.
Se habían quedado en una gran sala en la cual habían dos puertas que daban con el pasadizo y no tenían ventanas. Esto con el fin de que, las luces de sus linternas no sean vistas y tengan dos rutas de escape en caso sean seguidos nuevamente. Sobre la enorme pizarra de concreto estaban colgadas sus dos lámparas para alumbrar su visión a los gráficos. La pared no era lo suficientemente amplia para todos los mapas, así que habían organizado el mapa principal junto a las partes más interesantes.
Will tenía dificultad leyendo los mapas, así que se concentró en memorizar ciertas rutas que habían en el edificio, entradas y salidas. Miró a un lado, el supuesto extraño estaba bastante concentrado, se veía como un gran ejecutivo o empresario analizando los siguientes movimientos en su trayectoria laboral.
— ¿Cuál era tu punto al buscar estos mapas? —preguntó Will. Por un instante, la seriedad de Thaddeus se quebró ante la voz del otro—. Es decir, sí, el mapa de allá abajo no era claro, así que se tenía que buscar algo más nítido. Pero, ¿Cuál era tu punto? Yo lo hice para no perderme y al menos saber dónde buscar a quien he venido a ayudar.
Thaddeus inhaló y exhaló para dar una advertencia: —escucha bien, si sigues de curioso, la próxima vez que un monstruo o abominación vaya a devorarte, no haré nada para detenerlo.
Will se sobresaltó debido a un escalofrío, sin embargo, abstuvo su temor: —vienes por la misma persona que yo vengo a ayudar, ¿Por qué?
— ¡No te interesa!
— si no me respondes, la próxima vez, no seré yo quien esté en peligro.
Se volteó a ver al Blakk, y al hacerlo, la mitad de su cuerpo fue iluminada por la luz de las linternas, mientras que la otra mitad era devorada por la oscuridad. Fijó su mirada sobre los ojos de Thaddeus para darle a entender que no estaba jugando.
La gentileza en el Shane se había opacado por su demanda.
Thaddeus le observó con detenimiento, fue inamovible y Will tuvo que explicar: —fui permisivo antes, quise llevarme bien contigo. Pero, desconozco de tus intensiones. Debo saber a qué has venido, porque si resulta que vienes a salirte con la tuya o lastimar a la persona que quiero ayudar, tendré que cumplir con mi deber de derrotarte.
Cierto, antes quiso ser amigable, permitió condiciones a las que se unió con el fin de tener una buena convivencia para sobrevivir y conseguir su objetivo. Mas, era momento de detenerse a ser más autoritario, a fin a cuentas, tenía un objetivo que cumplir.
Objetivo cuyo camino, a pesar de ser tétrico y abominable, tenía que conseguirlo. Ya que esto le daba más razón para ayudar a quien le había estado llamando hasta el cansancio en sus sueños.
El Blakk frunció el ceño y no habló por un tiempo, el cual al rededor de un minuto, un eterno minuto, en el cual Thaddeus tenía los ojos clavados sobre Will y viceversa.
— simplemente, vengo para tomar información para mejorar mi precisión. —reveló con calma, cruzándose de brazos se apoyó en un pie para continuar—. Llegué a leer un poco de esta organización, se dedica generalmente a promover y financiar proyectos científicos y tecnológicos, tanto en humanos como en vida salvaje. Luego, tuvieron los fondos suficientes para levantar su propio proyecto. Proyecto, que tenía como fin revelar los secretos que las babosas aguardan junto a unos supuestos mundos.
La palabra secretos, le fue algo incómoda a Will, fue inevitable comparar los secretos de las babosas con aquellos dichosos secretos de los lanzadores de los que en algún momento su maestra le habló superficialmente ya que apenas iniciaba su entrenamiento. El lanzador agudizó su mirada hacia el otro demandando más respuestas.
Y Thaddeus prosiguió: —esa cosa, persona o lo que sea que me llamó, dijo que iba a ayudarme. Y la ayuda que yo necesito, son los registros de ese proyecto.
El Shane buscó algún rastro de falsedad en las palabras del otro, hizo el máximo esfuerzo por encontrar sus mentiras y confrontarlo, sin embargo, la convicción y franqueza en el Blakk era clara, tanto que el menor dudaba. Aún así, decidió bajarle algunas rayitas a su intensidad y calmar sus facciones, las cuales le dolían al estar tan tenso frente al mayor.
Se masajeó e infló sus tensas mejillas.
Tomando algo de aire, Will opinó y bajó sus manos: —entonces no hay mucha diferencia en lo que haremos.
— eso estaba claro desde un inicio. —aseguró Thaddeus—. Ahora deja de ser tan irritante, Shane.
Ignorando la posición que había tomado antes, un genuino resplandor se posó sobre Will: —no soy un Shane, soy un Mercy.
Un ojo de Thaddeus tembló y entonces su rostro se deformó en una mueca. Parecía que la bestia de la irritabilidad iba a estallar, de no ser por algo de su sentido común que le llegó como a una bendición: —es imposible hablar contigo.
Continuamente, Thaddeus se deshizo de los mapas de los primeros dos pisos que estaban a lado del plano principal del edificio. Los dobló hasta darles el tamaño de una hoja común para luego agacharse a tomar el portafolio que estaba entre él y el otro joven.
Will no fue insistente, mas, le imitó al agacharse y preguntó: —¿Qué buscas? —al preguntar esto, el otro se detuvo.
Pareciera que Thaddeus iba a negarse a contestar, hasta que luego de un momento, informó cortante: —dos puertas. Forma pentagonal, abertura diagonal.
La escasa capacidad de Will para las matemáticas le limitó a quedarse en blanco al no comprender al primer instante las indicaciones. Luego, algo se encendió sobre su cabeza y al captar la idea junto a otra, tomó un grupo de planos luego de ver su fecha de registro en las esquinas dobladas. Thaddeus se detuvo al ver lo que el Shane planeaba.
— dijiste que luego de financiar tantos proyectos, levantaron uno propio. Por lo tanto, si hay un proyecto que debe ser activado debe de hacerse un espacio para este. Así que... —tomandose un instante, su rostro se iluminó y entonces tomó un plano cuya fecha era la más reciente entre tantas de los cuarenta.—. debería haber un plano en el cual esté registrado una actualización de la infraestructura de la organización.
Dicho esto, se levantó y tras desplegar el mapa, tomó dos chinches del pequeño montón que había en la parte inferior de la pizarra, los clavó en los extremos y tras dar un breve vistazos, extendió su dedo índice en dirección a una ilustración de la misma puerta con las características dadas por Thaddeus. El mayor observó con las cejas algo alzadas, por un instante, ese gesto pareció ser uno de aprobación.
— ya sabemos a donde ir.
La carpeta era llevado por Will, mientras que Thaddeus se encargaba de leer el mapa doblado, estos objetos eran llevados en sus manos derechas mientras que sus izquierdas sujetaban sus lámparas, las cuales a pesar de tanto descontrol, se mantenían brillantes e iluminando a los lanzadores.
Eran dos diminutos puntos en todo el edificio, siendo cuidadosos con su rumbo el cual tenía como destino el primer nivel. Habían retornado por el mismo lugar por el que vinieron, bajaron del noveno al octavo piso por las escaleras de emergencia, luego tomaron las escaleras corrientes, las cuales eran mucho más seguras que las de emergencia.
Una vez llegaron al primer nivel, se aseguraron de que no hubiera alguna criatura al rededor. Y aunque al final no encontraron nada, se mantuvieron alertas, pues la calma era un delicado momento en el cual podría saltarles encima alguna otra criatura.
— hay que ir a la parte trasera de este piso, habrán dos pasajes, el principal nos llevará hacia un área restringida que dará con la entrada a los sótanos. —informó Thaddeus a medida que avanzaba con la mirada subiendo y bajando del mapa.
Will asintió en silencio, manteniéndose detrás de él, Thaddeus le dió una mirada breve y entonces avanzó sin más que decir. En tanto avanzaban, el más joven se daba cuenta de que tendrían que caminar más de lo esperado, como el otro se encargaba de guiarlos, él tendría que estar alerta, teniendo sus orejas bien paradas como las de un sabueso de babosas y los ojos tan abiertos como las de un búho.
Su estómago gruñó cual pequeño monstruo, quiso llevarse una mano hacia su vientre para consolarse, pero estaba ocupado. Nunca había estado tanto tiempo sin comer, probablemente ya era de madrugada y hasta entonces habían pasado al rededor de dos días desde que llegó a esa caverna. Debió de haberse puesto encima algo de comida y no guardarla en su mechabestia junto a sus babosas.
Sus gruñidos se hacían cada vez más fuertes hasta el punto en que no sabía si estos provenían de él o del exterior. Hasta que un instante, se quedó confundido al escuchar algo más que sus gruñidos. Se detuvo y se giró a ver tras suyo.
Tap. Tap. Tap.
Rush. Rush. Rush.
Crack. Crack. Crack.
Will no necesitó alzar demasiado su lámpara para ver a lo lejos a la criatura que le había seguido previamente. El guardia tenía su cabeza volteada a un lado y con un hueso perforando su cuello, probablemente por la patada que Thaddeus le había propinado, ahora qué lo veía con más detenimiento, la cara de este estaba rellena hasta los labios, mientras que sus ojos estaban hinchados y sobresaliendo de sus cuencas.
Tras el guardia, habían otros con su mismo uniforme. Las formas variaban, alguno no tenía cabeza se la habían arrancado a juzgar de la columna vertebral notoria, otro tenía la boca tan grande que parecía que se la abrieron como si de una maleta se tratase, las extremidades de varios estaban deformes y tenía más articulaciones que un humano, altos y bajos, con o sin piernas. La mayoría tenía tics intensos y temblores en sus cuerpos anormales.
Thaddeus estaba bastante centrado en su lectura, hasta que escuchó a Will dejar caer la carpeta, se giró a ver por encima de su hombro y al tener la misma visión que el menor, su tez morena se había puesto mortalmente pálida.
El aire había abandonado los pulmones de ambos, los labios se les cerraron sin tener oportunidad de expresar el frío horror. El corazón se les había estrujado a tal punto en que sus latidos se detuvieron con brevedad.
— ¡IIIIIIIIIIHHH!
— ¡Aaaaahhh!
El grito ronco del guardia se agudizó al pronunciar la tercera vocal, seguido de Will y Thaddeus quienes lanzaron un alarido junto al hielo de horror que los había petrificado. Impulsandose de sus pies, ambos echaron a correr con dirección al pasaje que el Blakk había mencionado, los pies eran pesados de llevar por el pánico, mas, el anhelo por sobrevivir les había obligado a levantar los pies de plomo.
Latidos violentos golpeaban sus pechos, apenas iban por los primeros cinco pasos de corrida, una avalancha de guardias fue tras ellos.
TAP. TAP. TAP.
RUSH. RUSH. RUSH.
CRACK. CRACK. CRACK.
El suelo temblaba ante la persecución, y el polvo del abandono se había alzado creando débiles nubes a cada paso y arrastre, aquellos que no podían usar sus piernas ya que eran inexistentes, extendían sus manos y reptaban sus pechos contra el suelo, aquellos sin las extremidades superiores estaban en las mismas, pues al no tener brazos, amenazaban o simplemente caían al suelo a falta de equilibrio. Aunque las criaturas estaban limitadas, esto no era impedimento para seguirles el paso al par de lanzadores.
Eran como una cucharada, limitada por su tamaño, pero con una enorme capacidad de perseguir a una persona.
— ¡¿En qué momento se fue a buscar a sus amigos?! ¡¿Y cómo es posible que se haya repuesto de esa patada que le diste?! —echó grito el Shane, teniendo los brazos agitandolos al mismo ritmo que su prisa.
Thaddeus contestó con tanto fastidio como horror:— ¡No me reclames como si tuviera las respuestas!
— ¡Eran preguntas retóricas, estúpido!
Ambos llegaron a una división de dos pasajes, tomaron el más amplio y azotaron con sus antebrazos las puertas que tenían por delante. Las cuales tenían un enorme letrero encima del marco, que recalcaba que esa un área restringida para el uso del personal.
La prisa era tanta junto a la nube oscura de miedo en sus cabezas, que no notaron que, en aquellas puertas, manchas y salpicaduras oscuras las adornaban dándoles la bienvenida.
Cinco segundos después, las puertas fueron azotadas nuevamente por detrás, en un momento de curiosidad, Will miró por encima de su hombro y esto solo le sirvió para darse cuenta de que las criaturas avanzaban cada vez más, echando gritos desde los más agudos hasta los más gruesos.
Incluso con su apariencia masacrada y deforme, sus expresiones estaban empapadas de furia. Lo cual indicaba, que mientras más avanzarán el par de lanzadores, más y más disgustados estaban esas criaturas, lo cual les generaba más rapidez.
La gran mano de Thaddeus le tomó del cuello y lo jaló hacia un lado, obligándolo a arrastrar sus pies y volver la vista al camino. Se dió cuenta de que estaba a punto de chocar contra un muro.
— ¡Gracias!
— ¡Cállate y corre!
El área restringida al que habían llegado se veía desgastada y aún más oscura que el resto del edificio. Teniendo sus linternas en manos tuvieron que agudizar sus visiones, pues en su huida se iban topando con contenedores y estanterías demacradas, en un último segundo.
Sus perseguidores les estaban alcanzando, Will ya empezaba a tener la cabeza plagada de imágenes de su niñez, sin embargo, estos recuerdos se vieron interrumpidos cuando notó que Thaddeus se detuvo por un instante, extendió sus brazos y sujetando una estantería la derribó en el momento justo en que las criaturas pasaron, atrapando en el acto a la mayoría de estos y sacandoles gemidos horrorosos para el oído.
Una minoría conformada por el guardia inicial junto a otros tres se detuvieron un solo segundo, segundo en el cual su cabeza se sacudió y aulló con violencia. Incluso si era regordete y feo, tuvo la capacidad para impulsarse de sus brazos cortos y lanzarse contra Thaddeus.
Sin saber en qué momento sus pies se movieron en dirección contraria, Will se había interpuesto para lanzar un puñetazo contra el apretado y redondo rostro de la criatura. Esta se hizo a un lado escupiendo un diente canino. Sin tiempo a esperar una reacción, el par de lanzadores volvieron a huir mientras el Shane se limpiaba su puño con su camiseta con terror.
El aguante de su huida decaía cada vez más, estaban gastando las pocas fuerzas que tenían al tener sus estómagos vacíos. Por lo tanto, el ver al frente una puerta pentagonal y con sus puertas abiertas lado a lado fue un enorme alivio.
Sin embargo, la avalancha de guardias atrás suyo se presentó nuevamente luego de haberse desecho de la estantería, así que su alivio no duró demasiado tiempo.
El cuerpo ardía con cada movimiento, el corazón golpeaba el pecho y el sudor les estaba empapando hasta los codos. Y cuando creían que su situación no podía empeorar, las botas de ambos hicieron crujir el suelo.
Ambos bajaron las cabezas y con ayuda de sus linternas, se dieron cuenta de que no era el suelo lo que sonaba, sino los huesos de un cadáver que acababa de pisotear. Este cadáver siguió de otro, y otro, y otro, no había siquiera tiempo para pensar en evadir la enorme cantidad de cadáveres descompuestos. Se dieron cuenta de que, el resto de la ruta por delante estaba testada de esqueletos de quienes solían ser parte de aquella organización.
El alma de cada lanzador se alzó de su lugar advirtiendo con irse al otro lado.
— ¡Oh, demonios! —maldijo Will con espanto, cada vez que pisoteaba un esqueleto, su cuerpo brincaba por el escalofriante crujir, cosa que le estaba complicando su huida.
Habían ingresado a un estrecho pasaje metálico y blanco, mientras más avanzaban, más cadáveres eran los que pisaban, varios de estos tenían batas farmacéuticas, otros uniformes, y unos cuantos algunos trajes oscuros. Gran porcentaje estaban en posiciones anormales, teniendo las mandíbulas abiertas, como si hubieran muerto dando su último grito de vida.
El final del pasaje había llegado y con ello, un risco en cuya orilla ambos lanzadores frenaron, levantando tierra con las suelas de sus botas y tirando pequeñas rocas al vacío.
— ¿Alguna idea de cómo salir de esto? —preguntó Will y retrocedió unos tres pasos por precaución.
Thaddeus no contestó, pero apretando su mano contra la manija de su lámpara, contrajo y brazo y lo lanzó en dirección al vacío.
La luz azulada del vitalis cristal iluminó su soledad, girando en el aire lentamente, atraída por la gravedad cayó en lo que parecía ser el otro lado del abismo, la lámpara se rompió junto al cristal, el estallido fue lejano, pero los pedazos quedaron quietos en la superficie. Tras haber presenciado esto, se pudo observar una sola oportunidad para escapar.
— hay que llegar al otro lado. —declaró Thaddeus con firmeza.
Will entró en pánico:— ¿¡Y cómo se supone que hagamos eso?!
TAP. TAP. TAP.
RUSH. RUSH. RUSH.
CRACK. CRACK. CRACK.
El obstáculo puesto por Thaddeus había retrasado considerablemente a las criaturas, pero estas iban a alcanzarles, cada paso, arrastre y crujido se aproximaba cada vez más, inundando los oídos de los lanzadores de babosas. Will se quedó observando el camino por el que acababan de llevar. Su nuez de Adán del muchacho subió y bajó, sus ojos estaban tan abiertos que parpadear era casi imposible. La sangre se le estaba helando y lo único que podía hacer era aferrarse al poco tiempo de vida que tenía y a su lámpara.
Algo metálico y largo fue disparado aquello se incrustó en una lejana superficie rocosa. Esto le sacó de su ensimismamiento, Will volvió a mirar al frente a ver qué había sucedido, entonces una brazo le sujetó por debajo de su tórax, largos y gruesos dedos apretaron su piel sobre su camiseta y fue arrastrado hacia delante.
— ¿¡Qué haces?!
— ¡Sujétate!
Los pies de Will dejaron de tocar la superficie y lanzó un grito.
Sus brazos tuvieron que aferrarse a lo único que tenía con él y aquello era el cuello del otro lanzador, Thaddeus los hizo saltar del risco y sus cuerpos descendieron a una abrumadora velocidad.
Sin embargo, además de haber caído también estaban siendo arrastrados hacia delante por alguna fuerza, Will aún teniendo su voz suelta, notó que el brazo de Thaddeus estaba extendido en el aire y de su guante un cable fino de metal se desprendía rígidamente hacia arriba.
Balanceándose hacia adelante y dejando atrás a las criaturas, ambos estuvieron a pocos metros de llegar al otro lado, en tal posición, el cable que Thaddeus había usado se rompió y entonces ambos cayeron en el mismo suelo donde había quedado la linterna sacrificada.
Nota: ¡Feliz año nuevo! Y feliz navidad atrasada... ¿Debería agregar el Feliz Halloween atrasado? Idk
¡Tengan un buen año!
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