00: Dos lanzadores dentro de su zona de confort
- ¿Caverna de Ensueño?
Shanai asintió con pausa, llevó su taza de hierbas aromáticas hacia sus labios y bebió. Will la observó hacer este gesto y esperó una explicación a su clara duda. Nunca había escuchado de aquella caverna.
Aunque se esperaba un contexto sencillo y quizás fuera de lo concurrido, el semblante severo de la mujer dió a entender que sus próximas palabras no serían agradables de escuchar, aún así Will la observó con determinación.
- en los años llamados cuarenta, una caverna resaltó por encima de las demás debido a una repentina muerte de la caverna misma. Todo fue inhabilitable así que hubo una migración de los pobladores.
Will alzó las cejas: -¿Es eso... Posible? ¿El Clan Sombra lo sabe? ¿Las babosas de ahí no eran suficientes?
- no fueron las babosas. -negó la mujer con calma-. O al menos, eso es lo que se cree. Will, ¿Sabes lo que fue la Era Psique? -le preguntó y el otro negó- era una época en la que solía ser común que los científicos y doctores realizaran actos crueles a sus pacientes y clientes con tal de tener avances en la psicología. Fue en esa época en la que la Caverna de Ensueño murió.
El rostro se Will se complicó y sin poder articular palabra alguna se dispuso a escuchar la continuación de su maestra.
- se dice que solía ser una caverna oscura desde ya antes, quienes vivieran ahí no tenían la felicidad asegurada. Era el nido de aquellos que querían saber de los secretos en la mente humana, topoide, troll, ogro, híbrido y aún más especies.
Bebiendo otro poco de hierbas, Will aprovechó el silencio para expresar: -¿Alguna vez usted lo averiguo de cerca?
Ella negó con la cabeza, dejando la taza de té entre sus bajo decaídas: -incluso los más longevos como yo, carecemos de muchas experiencias y conocimientos. El máximo acercamiento que llegué a tener con esa caverna, fue una cría de babosa que llegó a mí desde afuera de su hábitat, la pequeña durmió eternamente en mi palma.
Esto dejó ciertamente consternado a Will, quien ya no pudo expresar alguna otra duda. Estaba acostumbrado a pasar por situaciones peculiares que muchas veces podía controlar gracias a su entrenamiento y esfuerzo, pero algo que iba más allá de lo que podía comprender había aprisionado su corazón.
La Cuenca Shanadu estaba desolada debido a que la noche se aproximaba, y alrededor la brisa corrió suavemente. Will dió una mirada hacia abajo, encontrándose con su arsenal interesados en la historia de su mentora y algo asustados, el adolescente extendió su mano apenas y consoló a sus babosas.
- lo máximo que sé de esa caverna, es que se estaba buscando una manera de erradicar el mal en las Noventa y nueve Cavernas.
Will alzó las cejas: -¿Es eso posible?
- no. -fue clara la mujer y no fue necesario dar explicaciones-. Está oscureciendo, deberías de irte a descansar.
La propuesta no pareció ser mucho del agrado de Will ya que su semblante se complicó: -¿Qué es lo que sucede ahora, muchacho?
Will agachó brevemente la cabeza, planeaba responder, pero no lo hizo. Shanai no se mostró confundida ante la reacción del adolescente, podía comprenderlo, a tal grado que incluso no hacia falta más que un gesto bajo.
- el camino que estás tomando, no es y nunca será fácil.
- lo sé, aún así me siento nervioso. -admitió-. A veces me pregunto, ¿Puedo corregir el legado que se me dejó?
Shanai se tomó un momento de silencio para luego decir con cuidado: -no puedo decir que algún día lo vas a conseguir. Pero, lo que sí te puedo decir, es que cada esfuerzo y detalle que impliques en tu camino, te será útil tanto para tu objetivo, como para tu mismo espíritu.
Will asintió con blandura y levantándose de su lugar, se despidió de su maestra tras tomar a sus babosas las cuales tuvieron que ir a sus cartuchos y marchar a casa.
El viaje duró unas pocas horas, no fue a su guarida principal ya que le tomaría días llegar, así que fue a un refugio improvisado que tenía cerca cada que iba a estudiar con la maestra Shanai. Este refugio quedaba a un par de cavernas de distancia, una ubicación muy cercana.
Cruzó por algunas rocas altas de un área desolada dónde una cortina de vistosas lianas verdes lo recibió, tras hacerse entre estás e ingresar con su mechabestia. Tras haber iluminado el lugar con una bengala, dejó su transporte y se deshizo de sus implementos como lanzador. Se fue hacia una hamaca hecha por el mismo, en la cual se dejó caer luego de que sus babosas fueran a otra hamaca más pequeña en la cual descansarían.
Aunque estas no estaban muy cansadas en realidad.
- estoy realmente cansado. -comentó con pesar y al ver a su arsenal con tanta energía frunció un poco el ceño-. No entiendo cómo pueden tener tanta energía, yo apenas llevo unos meses como alumno de la Maestra Shanai y me siento como la mi... -antes de poder completar su grosería más de una babosa le observó con desaprobación- ah... ¿Un trapeador usado? -sugirió a lo que la desaprobación se esfumó.
Mientras estuviera con sus babosas no podría lanzar maldición o grosería alguna.
Will Shane a menudo era visto como un joven de aires severos y solemnes, pareciendo más un adulto que un adolescente que ni siquiera iba a la mayoría de edad. Sin embargo, esta era imagen que tenía que darle al mundo.
En realidad era un muchacho rebelde que mostraba tanto su peor y mejor lado hacia su arsenal y maestra. Siempre directo, teniendo una mirada abierta y atenta a su alrededor.
Estando ya demasiado agotado para seguir hablando, Will se dispuso a descansar hasta el día siguiente.
En cuanto despertó, la cueva están siendo parcialmente iluminada por el exterior. Will necesitó de algunos minutos de mirar al vacío de su existencia para levantarse y prepararse para partir.
Cada cierto tiempo, era llamado por la maestra Shanai para cumplir su deber como alumno al aprender tanto de la experiencia como de relatos. No era fácil comprender ciertas metáforas e indicaciones con palabras tan complicadas, hacia falta tener un diccionario cerca para entender a Shanai. Aún así, era satisfactorio aprender algo nuevo.
Will no tenía compañía además de sus babosas, no era desagradable, pero eso lo limitaba a tener que ser un solitario sin mucho que compartir.
Una vez listo y tras haber comido algunas latas de duraznos y frijoles, el lanzador salió de su escondite rumbo a su guarida principal, en donde tendría que encontrarse con su tío Gimo y coordinar algunas misiones. A Will le tocaban las más recurrentes mientras que su tío se hacía cargo de las más demandantes y peculiares.
A veces Will quería ir a las misiones más peligrosas, mas su tío siempre le decía que aún no estaba listo y que debía ir de a poco. Algo estresante pero cierto.
Viajando durante horas y haciendo paradas para detener a algún ladrón o malhechor, Will había llegado a su guarida.
Thaddeus agachó la cabeza en el justo instante en que iba a ser atacado por una demoledora ajena, la cual de manera estruendosa estalló contra algunas setas a un lado que quedaron destruidas y cayeron. El joven hombre tuvo que girar el manubrio de su mechabestia para así no ser aplastado por los restos del gran hongo que salieron volando.
Miró hacía atrás y observó a un par guardias de seguridad persiguiendolo, los cuales siguieron arremetiendo contra él al disparar numerosas babosas que cada vez eran más y más violentas y que estallaban cerca a la mechabestia que había robado.
No era precisamente la mechabestia por lo que lo perseguían sino por un maletín que había tomado prestado. Por supuesto, lo que habría dentro sería lo suficientemente importante como para que esos tipos lo siguieran tan insaciablemente.
La persecución le empezaba a irritar, así que tomando su lanzadora con seguridad disparó algunas veces usando algunos trucos y perdiendolos en el camino al haberlos engañado. Estaban en una caverna donde la vegetación era densa y el suelo era tan accidentado que en más de una ocasión, Thaddeus casi perdía el control.
Pero por obra de su propio esfuerzo, salió ileso y una vez estuvo lo suficientemente lejos tomó rumbo a Caverna Escoria. En el camino se deshizo de la tela que cubría su rostro para no ser identificado, y en cuanto llegó a su lugar encargó a un empleado suyo que se deshiciera de la mechabestia.
Su llegada no fue bien recibida ni tan mal recibida, la gente de la caverna tenía en claro que a su nuevo líder no le gustaba ser recibido ni visto demasiado. Así que tranquilamente fue hacia su edificio en el cual hacia sus operaciones como empresario y dirigente. Era un lugar espacioso y perfecto para trabajar cómodamente.
Pero él quería más, y por ello planeaba tomar las vías ferroviarias abandonadas, invertir y ganar de ello.
Una vez en su oficina principal dejó el maletín sobre su escritorio mientras que su arsenal se alejó de su lanzador cómo era de costumbre. Estos estaban acostumbrados a tratar con aquel hombre así que sabían cuándo estar cerca y cuando alejarse para no recibir lección alguna.
Organizó algunas carpetas y portafolios como era de costumbre, él no toleraba el desorden así que preparó su área de trabajo antes de ponerse a investigar lo que le robó a un anciano científico de la Caverna Futuria.
Una vez listo y tras haber tomado asiento tras su escritorio pretendía leer el contenido de aquel maletín, sin embargo, no lo hizo ya que las puertas de su oficina fueron tocadas, él dió una mirada al cronograma que tenía a un lado y sabiendo lo que era hora tuvo que ceder el paso.
Maurice había llegado con una tabla organizadora en una mano mientras que con la otra había arrastrado a un hombre casi anciano. Este era de contextura debilucha y vagabunda con harapos, tenía graves lesiones tanto en el rostro como en el resto de partes de su cuerpo, algunas de sus uñas estaban ausentes mostrando carne fresca y dañada.
- ah, Drucker. ¿Vienes a pagar lo que me tienes debido? -preguntó Thaddeus alzando las cejas- ya vamos más de un año en esto.
- lo sé, lo sé... Pero... No he podido... Otra vez... -se había quedado sin palabras pues estas ya las había repetido numerosas veces en el pasado-. Señor Blakk, deme un poco más de tiempo, ¿Puede? Por favor... mi esposa ya no está, tengo que alimentar las bocas de mis niños...
- ¿Tu esposa no te daba igual así como tus hijos cuando eras un comerciante exitoso? Aunque, tampoco es que fueras exitoso, estabas en tu burbuja, ni con el préstamo que me pediste fuiste capaz de crecer. -había atacado el joven hombre viendo con indiferencia al pobre hombre.
Drucker imploró: -solo un tiempo más, voy a devolverle cada pieza de oro que me prestó y... Haré lo necesario, pero por favor, déjeme vivir... Mi esposa se fue dejándome a los gemelos recién nacidos y robando lo que estaba ahorrando para usted, por favor comprenda.
Thaddeus le hizo una seña a Maurice y este asintió, por más que el pobre hombre suplicó terminó por ser sujetado del poco cabello que tenía para luego ser golpeado contra el suelo sacándole un gritó adolorido.
El joven hombre se levantó de su lugar dando pasos lentos hasta llegar al adolorido tipo, se agachó solo para hablarle: -la comprensión en la privacidad, nunca es válida en el área laboral.
Se levantó y haciendo un gesto de desdén, Maurice soltó al pobreton que sollozaba y se lamentaba.
- tienes dos meses. Si no eres capaz de devolverme el préstamo con interés incluído, entonces tus hijos pagarán tu deuda.
Dicho esto, Maurice sujetó al tipo y arrastrándolo lo sacó de ahí.
Thaddeus se llevó una mano hacia su frente, agitado de tener que lidiar con gente como aquel sujeto. Piden dinero para luego no devolverlo, si bien saben de sus circunstancias entonces no deberían de tomar ese riesgo.
Dejando el tema a un lado y queriendo quitarse de encima la molestia que le dejó aquel padre de familia pobre, abrió el maletín que ahora era de su pertenencia y descubrió que no habían más que hojas demasiado viejas en donde había información ciertamente intrigante.
Una caverna que murió hace años de la cual casi ni se sabía por su poca relevancia por excepción de ser el nido de lunáticos. Thaddeus leyó la primera hoja en donde habría un informe más detallado para luego pasar a la siguiente.
Aunque antes de hacerlo, Maurice había regresado de echar al deudor. Teniendo ahora en la mano, ya no su tabla de organizadores, sino un grupo de tres cartas las cuales Thaddeus recibió de inmediato.
Leyó el contenido de las dos primeras con aprobación, pero al llegar la tercera sus dedos se aferraron al papel con cada palabra que leía.
- sé que quería una aprobación total para tener a la Caverna Rústica de su lado. Pero ellos no aceptan por más dinero se les de por debajo de la mesa.
Esto enfureció fuertemente a Thaddeus el cual no necesitaba contexto.
Hace unos meses solicitó apoyo de varias cavernas para poner en marcha el papeleo para así empezar su proyecto y tomar las vías de aquel expreso abandonado. Claro, esto tomaría demasiado tiempo previo al papeleo y más aspectos.
Ya tenía a varias cavernas de su lado, sin embargo la más importante no le brindaría su ayuda. Ellos tenían dinero hasta en la ropa interior, por supuesto no necesitarían oro, sino reconocimiento. Reconocimiento, que los Shane daban a menudo y se hablaba de ello.
Thaddeus era conocido como un gran lanzador temerario pero no lo suficiente, y ahí es donde entran los Shane, que tienen reconocimiento por su linaje de proteger a Bajoterra, ya sea disparando babosas o haciendo algún trabajo benéfico como algunos inventos y trabajos sociales.
En un arranque de ira Thaddeus lanzó la cara de negación a un lado y continuamente dió un golpe en su escritorio haciendo temblar la superficie con fuerza, desparramando plumas y aturdiendo el teléfono fijo.
- reorganiza mi cronograma. -le ordenó para salir de su oficina echando humo de sus orejas.
¿No iban a estar de su lado por las buenas? Perfecto, Thaddeus haría todo el trabajo por la malas de ser necesario. Estaba camino a la gloria y reconocimiento total, no iba a permitir que todo su trabajo fuera en vano.
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