Un caballero rubio y tez canela se dirigía rumbo a la entrada de su mansión, con porte elegante y mirada hechizante... Cualquier mujer que pasara frente a él se enamoraba al instante de esa mirada sensual que demostraba ese hombre orgulloso.

Solo tenía ojos para una mujer y esa era su pareja... Shaina, de suaves facciones, tez blanca y muy sensual, cabellos verdes y siempre orgullosa por vivir en el estatus económico  que Milo le brindaba. Todo su interés se vio reflejado en la cuantiosa suma de dinero cuando conoció al rubio, dejando a un chico de cabellos castaños con el corazón destrozado.

Lentamente tomó la perilla de la puerta y entró a su lujosa mansión, fruto de su esfuerzo como buen jefe de su empresa "Antares".

-¡Cariño ya llegué!- Gritó Milo esperando ser recibido por su esposa, mientras se quitaba lentamente su corbata roja.

-¡Oh Milo, que bueno que llegaste!- Saludó la joven de cabellos verdes con un vestido largo en tonos púrpura y con zapatillas plateadas, mientras descendía de aquellas escaleras de mármol, para poder saludar a su esposo.

-Siempre tan bella mi hermosa dama- Milo la tomó de la cintura y besó la comisura de sus labios.

-Milo... Me llamó Saori, dijo que vayamos a su  mansión para recoger las invitaciones de la gran cena que ofrecerá dentro de tres días, se llevará a cabo una subasta- Sonrió sin dejar de tomar del rostro al heleno.

-Mmm... me imagino que quieres ir ¿Verdad?- Preguntó con mucha curiosidad.

-Pero claro que si Milo. Siempre saca las mejores joyas en subasta y las quiero para mí- Se fué acercando nuevamente al rubio para poder susurrarle en el oído- ¿Acaso tu mujer no se merece lo mejor?- Se fué alejando lentamente sonriendo de lado mientras miraba a su pareja, sabía en el fondo que nunca se negaba ante sus caprichos, por más insignificantes que sean.

-De acuerdo, si quieres prepárate y vamos por las invitaciones-

-Quisiera acompañarte amor mío pero, vienen a realizarme mi rutina de limpieza facial y no me dará tiempo- Contestó Shaina soltándose lentamente del agarre del rubio.

-De acuerdo, iré de una vez  en lo que disfrutas de tus sesiones de belleza- Milo sonrió y tomó su saco para poder ir a buscar a Saori y les diera las invitaciones de aquella cena que ofrecería esta ocasión.

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El señor Julián Solo era un pretendiente de la señorita Saori, siempre trataba de cortejarla para que aceptara ser su pareja pero siempre se negaba.

Ambos se encontraban en el jardín de la mansión platicando sobre la supuesta subasta que llevaría a cabo.

-Señorita Kido ¿Puedo saber que es lo que subastará, quiero adelantarme para saber si hay algo de mi agrado para adquirirlo antes que los demás- Cuestionó el joven de cabellos azules y traje coqueto en tonos blancos relucientes.

-Lo de siempre joven Solo, mi abuelo siempre tuvo mucha riqueza y esta es la única forma que puedo sacarla... Además si tengo algo que ofrecer pero solo será para aquellos que realmente estén interesados en esa joya escarlata- Respondió la chica de cabellos lilas.

-¿Joya escarlata?- Preguntó con curiosidad.

-Así es, es un tema muy complicado pero solo lo hago para darle otra vida a ese joven que tengo en la torre-

-Por favor Saori- Respondió con más confianza- No me salgas con tu cuento que lo cuidas y quieres lo mejor para él, sé que hablas de  ese chico que se llama Camus y te apuesto que lo quieres ofrecer al mejor postor- Respondió con suma seriedad.

-¿Có...Cómo lo sabes?- Preguntó nerviosa retrocediendo con cuidado.

-Lo sé todo de ti porque me atraes... Sé todo porque siempre he tratado de conquistarte y nunca cedes, así que me dedique a meter cámaras en tu casa sin que te des cuenta- Comenzó acercarse de forma intimidante- Ofréceme algo a cambio para que no hable más de la cuenta... Es más puedo darte al mejor comprador para ese chico, sé que pagará lo que pidas por él- Respondió mientras la acorralaba en un árbol cercano del jardín.

-¿Me quieres a mi... Cierto?- Titubeó nerviosa ante la cercanía de ese joven de cabellos azules.

-Suena tentador. Sabía que cederías con esto... No saques a esa joya que guardas con cautela, en la cena te presentaré al mejor postor, tú solo cumple con tu parte y todos ganamos- Julián tomó del mentón a la chica de cabellos lilas y comenzó a besarla con intensidad.

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Milo llegó a media plática de ambos jóvenes, desde que llegó a la mansión Kido lo dejaron pasar y la servidumbre le dijo que Saori se encontraba en el jardín.
Eran conocidos muy cercanos y prefirió ir a buscarla él mismo en el lugar donde le dijeron.

Cuando llegó al jardín y observó todo tuvo que esconderse detrás de un árbol y escuchó la mitad de esa conversación  ajena.
Solo tenía una duda... ¿Qué era esa tal joya escarlata de la que tanto hablaban?

-Espero que esa joya sea hermosa, le gustará a Shaina ese detalle- Susurró mientras se alejaba con pasos lentos del jardín, mejor esperaría a Saori dentro de la mansión para no importunar.

Cuando estuvo un poco lejos de ese par de tórtolos, dirigió sus pasos para la entrada de la mansión pero de pronto alzó la  vista hasta donde se encontraba una pequeña ventana a lo alto...

Pudo ver un a un chico de cabellos rojizos mirando a través de esa ventana observando al exterior. Jamás lo había visto en su vida, se quedó analizándolo  con detenimiento grabando cada detalle físico de ese  chico, admitía que era lindo.
El momento se interrumpió cuando el chico de cabellos escarlata sintió la mirada de ese joven rubio sobre él, bajó su mirada para encontrarse con esa mirada de Milo quien no paraba de observarlo.

Rápidamente Camus asustado se alejó de la ventana y la cerró de un solo golpe... Jamás en su corta vida nadie lo había mirado de esa forma con ese gran detenimiento.

-¿Él me miró?- Susurró mientras bajaba lentamente al suelo para poder sentarse apoyando su espalda en la pared.

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Milo no podía creer lo que acaba de observar... Jamás se había topado en su vida con una persona así de hermosa.
Su esposa Shaina es una mujer linda, no lo negaba pero todo ha sido a costas de lo que el heleno le ha pagado: ropa de marca y elegante, algunos detalles de su cuerpo arreglados con cirugía y solo eso... Ningún sentimiento de por medio.

-Ese joven es hermoso- Susurró mientras recordaba en su mente cada detalle que se le quedó grabado de ese chico misterioso que miró por pura casualidad.

-Esto es extraño... Según Saori no tiene ningún familiar aquí. Conozco a toda la gente que trabaja en la mansión... Pero ese chico no lo había visto nunca- Pensaba para si mismo, ese chico le ha despertado una sensación extraña: querer saber más de él..

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