Capítulo 8

Itachi estaba acostado en su cama del departamento, no tenía ganas de ver el rostro de su familia, sabía que el Uzumaki había salido de misión, sólo quería descansar de todo, descansar de su familia, descansar de su clan, descansar de sus sentimientos por el rubio, tapó su rostro lleno de frustración, llevaba semanas evitando a Naruto, lo extrañaba demasiado, deseaba verlo, había tratado de ser fuerte, pero entre más se alejaba, más lo pensaba, más lo deseaba, más lo necesitaba, se estaba volviendo loco por alguien que no sentía más que agradecimiento por él. Se levantó en pantalón de chándal sin camisa, hacía calor, salió de la habitación, entró a la cocina, sirvió un vaso con agua, lo tomó de un solo trago, al final se recargó en la barra de la cocina con el rostro bajo -¿te encuentras bien? -Itachi abrió sus onix demasiado al escuchar esa voz tan conocida, no lo había sentido, ni escuchado, estaba demasiado metido en sus pensamientos, se puso un poco nervioso, respiró hondo, con discreción sacó el aire, logró adquirir nuevamente su rostro en blanco, levantó su rostro, vio al rubio demasiado cerca de su cara, tragó pesado poniéndose nuevamente nervioso, sonrió ligero disimulando, se alejó un poco del pequeño o perdería el control -no te preocupes, sólo estoy un poco abrumado por mis padres -las gemas del rubio observaron su rostro con duda, no pudo evitar observar su pecho y abdomen bien formados, su piel se veía suave y firme, era nívea, tenía un color hermoso, mordió su mejilla con disimulo, levantó sus gemas nuevamente sacudiendo esos extraños pensamientos -¿quieres hablarlo?-

Itachi lo vio con cuidado quedando unos segundos perdido en el pequeño sonrió ligeramente -te ves cansado, ¿cómo te fue? -Naruto se recargó en la barra con los codos y su rostro en sus manos, su mirada era triste -bien, sólo, me sentí extraño, me causó mucho dolor ver la muerte de Gaara, exploté -Itachi abrió sus ojos con terror -¿murió? -Naruto mordió su mejilla -bueno sí, pero una anciana de su aldea hizo un jutsu extraño, lo revivió a cambio de su vida -

El Uchiha comenzó a preparar de comer mientras lo escuchaba más tranquilo, la muerte del kazekage le hubiera causado muchos problemas y más seguridad para la aldea, además, la angustia de saber que también pudiera pasarle lo mismo al rubio -no pude evitar gritar, saqué mis propias frustraciones con la anciana -Itachi lo vió con cuidado, se veía dolido el Uzumaki -le grité que era su maldita culpa, sino le hubieran encerrado ese demonio, nada de eso le hubiera pasado a Gaara ¿quién les dio el maldito derecho a llamarnos jinchurikis?,;terminé por gritarles a todos "nunca se han preguntado ¿cómo se sentía?, ¿quiénes son para decidir el destino de alguien más?"- mordió sus labios angustiado.

El Uzumaki mordió sus labios reprimiendo el llanto -por un momento sentí que mi padre estaba frente a mí, salvó mi vida a cambio de la suya y aún si, le tengo rencor -Naruto bajó su rostro ocultando su vergüenza -soy un idiota -Itachi apagó la estufa, se acercó a él, jaló del pequeño sin poder evitarlo lo abrazó con fuerza, el Uzumaki abrió sus gemas con sorpresa, pero no sé negó a esa muestra de consuelo, a su calor, comenzó a llorar en sus brazos aferrándose a su pecho desnudo, se dejó consolar, podía sentir su gran mano acariciar suavemente su cabeza y su espalda -cuando llegamos a su aldea, los aldeanos lo recibieron con emoción y sonrisas, no pude evitar pensar que eran hipócritas ¿por qué cuando lo raptaron no hicieron nada para detener al sujeto?, últimamente no puedo ver a la gente del mismo modo, cada que los veo los rechazo como ellos a mí, el daño que me han hecho vuelve a mi mente, no me deja aceptarlos y querer encajar como antes.

Itachi absorbió su aroma disimuladamente, disfrutó ese pequeño abrazo, disfrutó consolarlo y tenerlo entre sus manos -no te culpo por pensarlo, no te culpes por hacerlo, es normal que después de tanto tiempo por fin comiences a valorarte, a darte tu lugar -Naruto se aferró un poco más a su cuerpo, al escuchar que no estaba mal -con respecto a tu padre, nadie te juzga, ni siquiera pienso que él lo haga, es un proceso, cuando te sientas listo lo perdonarás, estoy seguro de ello, él te amaba, un padre que ama da todo por sus hijos, hasta la vida -el Uchiha siempre quiso un padre como el cuarto Hokage, el suyo era un idiota sin sentimientos.

El Uzumaki por un segundo sintió en su nariz el delicioso aroma del mayor, olía a bosque, ese aroma le encantaba, lo relajaba, por eso huía a esa laguna cada que la realidad lo superaba, se separó lentamente, sonrió lindo -gracias ttebayo, gracias por escucharme y por estar aquí, sé que es tu momento de descanso y escape, yo... -rascó su brazo con vergüenza -y yo te molesto con mis problemas -Itachi negó, ese abrazó lo había recargado y le había dado fuerza también él, se sentía mejor -no es así, terminaré de cocinar, mientras date una ducha -Naruto asintió, salió corriendo a su habitación.

....

Naruto veía el techo de su habitación con la mirada perdida, no podía sacar de su mente la imagen del Uchiha semidesnudo cocinando, abrazándolo, su calor y cariño, su aroma ¿qué demonios le sucedía?, había sido tan amable con él, giró sobre su cama, abrazó con tristeza su almohada, recordó las palabras de su jiji -"Naruto, quiero que escuches bien" -el pequeño había sentido dolor con sus palabras -"no eres una persona normal, no eres un hombre" -el rubio apretó su almohada un poco más -"eres lo que se conoce como un doncel, eres un hombre que en un futuro podrá tener hijos, sé que es complicado de entender, lamento decírtelo de esta manera, pero no sabía cómo hacerlo, tienes que mantenerlo oculto del mundo, si se llegan a enterar, serás cazado como un animal, así que sé serio con tu condición" -Naruto cerró sus ojos con frustración, había llorado por días maldiciéndose una y otra vez después de la declaración del anciano, no era un hombre, ni una mujer, era un maldito fenómeno ¿quién podría fijarse en él? ¿quién podría amarlo?, la respuesta era nadie, desde ese día supo que su destino era estar solo, suspiró quedito pensando en el Uchiha, era un chico hermoso, recordaba ese día que había tocado sus labios el mayor, por un momento imaginó que lo besaba con cariño.

Itachi por su lado de igual manera pensaba en el Uzumaki, se levantó de su cama con duda, salió de la habitación hacia la cocina, ya era demasiado tarde, tomó un vaso con agua, lo bebió, trató de calmarse, se sentó en la sala viendo a la nada, se recargó dejando caer su cabeza hacia atrás, abrió sus onix ligeramente viendo las grandes gemas observarlo con cuidado desde el pasillo, no dijo nada, simplemente cerró sus ojos esperando ver ¿qué era lo que pasaba con el rubio?, minutos después abrió sus ojos ligeramente nuevamente viendo que seguía escondido tras la pared observando insistentemente, ¿qué sucedía? abrió sus onix por completo encontrando las gemas del Uzumaki.

Naruto salió mostrando que abrazaba una almohada como si fuera un peluche, usaba un pequeño short y una playera sin mangas para dormir, lo vió avanzar con velocidad y sentarse a su lado con un poco de distancia -¿tampoco podías dormir? -Itachi negó -¿te molesta si me siento a tu lado? -el Uchiha sonrió ligero, negó. Naruto se acercó un poco, subió sus piernas hacia su pecho con la almohada entre sus brazos y piernas, la mitad de su rostro la ocultó en ella, sólo sus grandes gemas eran visibles, el Uchiha aún en su posición lo observó con cuidado, los dos guardaban silencio, pero se sentían cómodos uno al lado del otro.

El Uzumaki se movió un poco, quería sentir el calor del Uchiha, recargó su brazo en el del mayor. Itachi levantó una ceja con sorpresa y duda, sonrió ligero al verlo acercarse a él, a sus ojos se veía hermoso, frágil. En un acto un poco atrevido, levantó ese brazo que rozaba, por atrás de su cuello lo rodeó del hombro acercándolo a su pecho. Naruto se había sorprendido bastante, pero no se negó, al cual más, se dejó hacer, podía sentir las caricias en su hombro, cerró sus gemas absorbiendo su aroma a bosque, su rostro con timidez se acomodó en su pecho escuchando los latidos del corazón del mayor, se sentía cómodo, tranquilo, no supo más de él. Itachi lo observó por un momento, sonrió al verlo de esa forma en su cuerpo, cuando la respiración del pequeño le indicó que estaba dormido, acercó su rostro, besó su frente suavemente -descansa pequeño -Itachi cerró sus ojos con una sonrisa, se perdió en sus sueños.

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