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Capítulo 26: Prioridades


Elevo ambas manos sobre mi cabeza, pero ni Dorian ni Marlon cambian de posición. El primero continúa con el arma apuntando al suelo y el segundo con el cañón de la pistola presionado contra la frente de Dorian.

Escucho los pasos de los agentes que se acercan a nosotros, aunque no demasiado. Se detienen a varios metros de distancia. Me atrevo a echar un vistazo por encima del hombro y me encuentro con cinco hombres uniformados a la vista, todos con sus armas apuntando a Marlon. No sé si haya más escondidos, en espera de alguna señal, o si son todos los que han venido.

Un nudo se me forma en el estómago al imaginar que todo esto pueda salir mal. La idea se me ocurrió cuando Anya comprobó el cuerpo inerte de García, sacó las llaves, le quitó otra arma... y un teléfono celular.

Decidí quedarme. ¿Por qué? No lo sé.

Necesitaba escuchar respuestas. Todavía lo necesito, pero antes los culpables deben pagar, las víctimas y demás inocentes deben tener la seguridad de que son libres, que ya no corren peligro. Antes de obtener información, todo esto tiene que acabar... y hacer esto fue lo único que se me ocurrió.

¿Es estúpido? Sí.

¿Peligroso? Demasiado.

¿Me importa? Ni un poco.

Si algo llegara a sucederme... por lo menos tendré la certeza de que he contribuido algo, aunque sea un poco, a mejorar este lugar.

—Deberías escucharlos —susurra Dorian de pronto. Su mano aún se encuentra en mi espalda baja, en un intento por... ¿protegerme? ¿Evitar que haga algo aún más estúpido?

—¿Y dejar que me encierren? No, gracias.

—Tal vez es hora de terminar con todo esto. Podemos buscar ayuda...

La risa sin humor de Marlon interrumpe las palabras de Dorian.

—Ayuda... ¿Para qué? Ya es tarde. No me la dieron cuando la necesité. ¿Por qué lo harían ahora?

—Marlon, aún no es tarde.

Me asomo por el costado de Dorian y miro a Marlon, que sonríe de esa manera tan escalofriante.

—Tú mejor que nadie debería saber lo tarde que es. Para ambos... aunque tus prioridades hayan cambiado tanto.

Algo, un brillo depredador en los ojos de Marlon, me advierte de lo que está a punto de hacer. No logro explicar cómo lo sé, un sexto sentido supongo, pero tengo la certeza de que piensa acabar con nosotros sin importarle lo que los agentes puedan hacer con él. No lo pienso dos veces cuando veo su dedo índice acariciar el gatillo...

Siento los latidos de mi corazón en los oídos, el rugido de mi sangre, cuando tomo el arma de la mano de Dorian. Intento recordar la rápida lección que me dio Anya acerca del uso de una pistola, antes de salir de mi escondite tras su espalda y apuntar a Marlon.

Sin embargo él es más rápido y no duda, no como lo hago yo.

Ese segundo de vacilación me cuesta la ventaja.

Bang.

Solo un instante de debilidad... y termino con una bala incrustada al costado del abdomen.

El impacto llega al mismo tiempo que la explosión llena mis oídos. Y justo después llega el dolor. Intenso, confuso y ardiente. Se expande en olas hasta alcanzar mis pulmones y estrujarlos, impidiéndome respirar.

Doy un paso hacia atrás con el arma todavía entre mis dedos, pero mis movimientos son torpes. Me congelo. Bajo la vista... y ahí está. Una mancha de sangre que crece con cada segundo que pasa. Mis dedos temblorosos presionan la herida y noto que el corazón comienza a latirme con más fuerza. Estoy tan sorprendida por el impacto, por el dolor, que no noto el caos que se ha desatado a mi alrededor.

Dorian se le ha echado encima a Marlon y ambos buscan hacerse con el arma. Los agentes gritan a nuestro alrededor... algo que no logro comprender.

Miro mi mano una vez más y observo que la sangre comienza a correr aprisa por mis dedos, gotea entre ellos antes de caer al suelo.

Doy un paso hacia atrás, desequilibrada. Miro la escena frente a mí, pero mi cabeza está embotada, me siento confundida. Me inclino hacia adelante, pero unos brazos fuertes me sostienen.

Todo empieza a girar.

A lo lejos escucho a alguien gritando mi nombre.

—Blum... Blum...

Dorian.

Intento contestarle... pero la oscuridad me traga.


***


Despierto desorientada. La ingente cantidad de luz en la habitación me lastima los ojos, por los que vuelvo a cerrarlos al tiempo que gimo con desaprobación.

—¿Blum?

Me quedo muy quieta al escuchar aquella voz.

Abro los ojos...

—¿Anya?

Ella me mira con preocupación, pero sonríe. Acaricia mi cabello.

—¿Cómo te sientes?

Me paso la lengua por los labios secos y la miro sin entender.

—Eh... sedienta. —Intento incorporarme, pero un agudo dolor en el costado me hace gemir y volver a mi posición inicial—. Y dolorida.

—Acabas de salir del quirófano, es normal.

Sirve agua en un vaso y me ayuda a beber con cuidado. Mientras calmo mi sed, comienzo a recordar algunos retazos de la última vez que estuve consciente. El disparo de Marlon y mis dedos manchados de sangre. El dolor.

La voz de Dorian llamándome.

La cabeza me punza cuando intento recordar más, pero ahí acaba todo. Las palabras de Anya traspasan mi neblina mental.

—¿Quirófano?

—Perdiste muchísima sangre. Llegaste en estado crítico. Por un momento creyeron que no lo lograrías.

—Pero...

La entrada de una enfermera nos interrumpe. Sonríe al ver que estoy consiente.

—Señorita Dove. ¿Cómo se siente? —pregunta ella también.

—Como si me hubieran disparado.

Ella sonríe con pesar.

—Sufrió una laceración profunda del parénquima renal y de un vaso sanguíneo. Se le hizo una endoscopia para reparar lesiones menores en su intestino, pero el riñón tuvo que ser extirpado debido a que sufrió lesiones de mayor grado.

Asiento con la cabeza, a pesar de que no he entendido la mitad de lo que ha dicho. Solo sé que me han sacado un riñón.

—Y... uhm, ¿no hay problema con eso? Quiero decir, ¿voy a tener complicaciones?

La enfermera procede a decirme todos los cuidados extras que debo tener, como cuidar mi alimentación y beber mucha agua, pero que en general un riñón puede mantener correctamente el organismo. Puedo vivir con él sin problemas, al parecer, y eso es lo único que quería escuchar.

Dejo escapar un suspiro cuando ella se va.

—Odio los hospitales.

Anya sonríe.

—Somos dos.

Trago grueso cuando el silencio se apodera del lugar.

—¿Y Colton?

—En los tribunales. —Sonríe sin humor—. Lo citaron como testigo para el juicio. Nosotras seremos llamadas también —continúa—, solo están esperando que te den de alta, pero han estado toda la mañana fuera como buitres acechando. Tanto los federales como la prensa. Desean escuchar tu versión de los hechos.

Mi ceño se frunce.

—¿El juicio? ¿Testigos?

—Sí, Blum. El juicio de Dorian Hawke. Está en prisión preventiva, acusado de secuestro, trata de personas, homicidio, extorsión... —Hace una mueca—. Al parecer tiene muchos años metido en esto.

—Pero el otro hombre, Marlon... ¿Él también está acusado? ¿También tendrá su juicio?

Anya sacude la cabeza muy despacio.

—No, Blum. Él está muerto. Dorian lo asesinó después de que te disparara.


Ya sé, muy cortitooo, pero tuve que reescribirlo varias veces porque no me gustaba como quedaba. Mañana les traigo otro como compensación por hacerles esperar, promesa ♥

¡Denle amorcito con sus votos y comentarios, porfis, se los agradecería mucho!

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