05
05 - Inspirando confianza
Contengo una mueca de fastidio al ver la larga fila frente a mí. Estoy cansada, me duele la cabeza y estoy de un humor de perros, pero no tengo otra opción: debo aguantar.
Después de que Dorian se fuera —ya varias noches atrás—, di mil vueltas en la cama, mas no pude conciliar el sueño. Era cerrar los ojos y lo recordarlo sobre mí, mirándome con esa intensidad característica de él, jadeando de placer, gimiendo mi nombre... Me di tres duchas frías durante la madrugada.
Me gustaría decir que conforme pasa el tiempo su recuerdo se difumina gradualmente en mi memoria, pero no es así; al parecer siempre va cobrando más fuerza y nitidez, hasta el punto de hacerme tener unos sueños de lo más vívidos. El resultado: no haber podido dormir más de tres o cuatro horas seguidas en lo que restó de la semana.
Para cuando mi alarma sonó esta mañana a las siete, yo ya tenía horas que me había rendido de intentar dormir debido a otro de esos sueños, en donde mis hormonas me hacía saber lo mucho que habían extrañado estar cuerpo a cuerpo con ese hombre. Me levanté con el pelo aún húmedo de la última ducha fría, me vestí sintiendo las extremidades pesadas y vine directo a la universidad, con la esperanza de que al ser temprano no hubiera tanta gente.
Está claro que me equivoqué, si el centenar de personas por delante de mí es una señal.
Gimo bajito al tiempo que me tallo un ojo. Siento los párpados pesados y no puedo reprimir un bostezo. Por regla general no soy una persona madrugadora, pero tener que despertar temprano tras una noche exenta de descanso y con los músculos todavía adoloridos por la sesión de ejercicio intenso con Dorian me pone de malhumor, cosa que también es rara en mí.
—Disculpa, ¿aquí es la fila para los horarios?
Miro sobre mi hombro a la chica que me saca de mis cavilaciones con su pregunta y asiento mientras trato esbozar una sonrisa. Parece tan perdida como yo me siento.
—Sí, es para ver al coordinador de Negocios.
—Oh, gracias.
Sonrío en respuesta. Estoy a punto de girar de nuevo, cuando algo en ella me parece familiar y me hace echarle un segundo vistazo.
—¿De casualidad no fuiste tú hace unas noches a la panadería? —pregunto dubitativa. La chica me observa un momento, recelosa, sus párpados entrecerrados, pero tras unos segundos analizando mi rostro parece ubicarme porque sonríe y asiente.
—Tú eres quien me atendió, ¿no?
—La misma.
—Lamento tanto haber llegado a última hora.
Rio al escucharla disculparla justo como esa nocje.
—No pasa nada, fuiste la mejor venta que tuve. Soy Blum. —Estiro mi mano tras presentarme. Ella la toma y sacude enérgica.
—Anya.
—Mucho gusto.
Comenzamos una conversación educada mientras esperamos que la fila avance y me entero de que también entrará a primer año. Me dice vive casi a las afueras de la ciudad con su padre, pero no cuenta mucho más, solo que está emocionada por retomar los estudios. Cuando le pregunto qué le llevo a abandonarlos ella parece no escucharme, porque cambia de tema con facilidad.
Tocamos temas muy triviales, como el clima y lo pequeña que es la ciudad, y noto que Anya parece andarse con cuidado alrededor de los temas personales. No es invasiva a la hora de hacer conversación y yo la imito, me alejo de los temas que puedan parecer muy íntimos. Solo bastan cinco minutos hablando con ella para que me agrade. Sin embargo, mientras charlamos me doy cuenta de algo muy curioso en ella: a pesar de que su rostro es casi el de adolescente, sus ojos parecen ser... mayores.
No puedo explicar con exactitud lo que me transmiten. Parecen algo turbios y eso contrasta con su sonrisa infantil, por lo que no sé con exactitud cuál podría ser su edad. Le estimo veinte si acaso, no creo que tenga más de veintinuo. No puede ser mucho mayor que yo, pero algo en su mirada... Algo en ella me hace creer que sabe mucho acerca de la vida. Cosas que nadie debería conocer nunca.
Mi curiosidad pica. De repente quiero hacer mil preguntas, aclarar las dudas que van surgiendo conforme continúo charlando con ella.
¿Qué es aquello que empaña sus ojos? ¿De dónde vienen esas sombras?
Mientras le hablo un poco más del negocio y cómo voy a manejar los horarios una vez que entre a clases, la noto distraída. Me doy cuenta de que cada pocos segundos mira a su alrededor, por encima de su hombro, y cuando alguien pasa a nuestro lado, una tensión casi imperceptible se instala en su cuerpo.
Quiero preguntarle si está bien, aunque algo me hace morderme la lengua y actuar como si no hubiera notado nada. Tal vez el que ella sonría tensa, intentando transmitir calma cuando en sus ojos puede leerse algo de tribulación. Nunca me he considerado buena socializando, pero sí leyendo a las personas. Es por eso —porque noto su intento de encajar y actuar con normalidad— que no menciono nada respecto a su actitud nerviosa. Sé lo que es intentar acoplarse y que señalen todas tus peculiaridades, que te hagan sentir rechazada por ser diferente y no encajar en el molde.
—Entonces... ¿tomarás en la mañana o en la tarde? —pregunto tras un silencio alargado.
Anya me observa un par de segundos y se encoge de hombros.
—El horario que sea está bien para mí, aunque preferiría en la mañana.
—Igual yo.
Para nuestra buena suerte, la fila avanza rápido y en menos de una hora ya tenemos los horarios en nuestras manos. Ambas quedamos en la mañana y, al parecer, en el mismo grupo.
—Debo confesar que me agrada mucho la idea de que estemos en el mismo grupo. No soy buena conociendo nuevas personas.
Mi admisión parece dejar sorprendida a Anya, lo que me hace reír.
—¿De verdad? Me pareces de lo más sociable.
—Por lo general no lo soy, pero tú me generas confianza.
—Es curioso, ¿sabes?, pero tú también me inspiras confianza.
Anya me mira como si no pudiera creer lo que acaba de decir, sin embargo sonríe, aunque unos segundos después desvía la vista a un punto frente a ella. Su sonrisa se ensancha un poco más, así que giro en busca de lo que le hace sonreír así y no me sorprende cuando veo al mismo hombre que la acompañaba unas noches atrás.
—¿Es tu novio? —curioseo. Ella asiente.
—Sí.
—Parece viejo. —Me muerdo la lengua al darme cuenta de lo que he dicho y por poco no me doy una bofetada yo misma—. Quise decir mayor. Parece... mayor que tú. No es que sea viejo, solo...
«Ostras, Blum, la estás cagando de nuevo, cierra el pico».
Aprieto los labios juntos antes de desviar la mirada, y para mi alivio Anya ríe.
—Entiendo lo que quieres decir.
—Lo siento. Mi lengua se desconecta de mi cerebro a veces.
—Suele pasar, no te preocupes.
Me remuevo nerviosa sobre mis pies cuando veo que él va acercándose a nosotras. La curiosidad puede más conmigo y al final pregunto:
—¿Cuántos años tiene?
—Colton tiene treinta, pronto treintaiuno.
—¿Y tú?
—¿De cuántos parezco? —Sonríe curiosa.
—Diecinueve, tal vez veinte.
—Casi —ríe—. Tengo veintidós.
—¿De verdad? Tienes cara de bebé.
Rueda los ojos al escucharme, pero no deja de sonreír.
—Me lo dicen siempre.
—¿Qué te dicen siempre? —pregunta su novio al llegar.
Ella lo mira con adoración y solo entonces —solo cuando él le rodea los hombros con un brazo y la atrae a su cuerpo— ella parece relajarse del todo.
—Que parezco una niña y tú un viejo rabo verde.
Los ojos de él se fijan en mí al escuchar a Anya y yo desvío la mirada, nerviosa. ¡Yo no he dicho eso!
—¿Parezco un viejo verde?
Aunque no lo veo sé que esa pregunta está dirigida a mí. Me atrevo a mirarlo por el rabillo del ojo para encontrarlo sonriendo de medio lado, con burla. Tiene una ceja alzada y yo me pregunto cómo puede hacerlo y verse así de bien. Si yo intento enarcar una ceja termino arrugando la cara como una pasa.
—Yo no...
—¡Hola! —La llegada de un chico me salva de responder—. Mañana va a haber una fiesta por el inicio de clases y estamos invitando a todos los nuevos que vienen a inscribirse. Es aquí cerca. —Mientras dice esto nos tiende un panfleto a cada uno—. Empieza a las nueve y acaba cuando llegue la policía.
Se ríe de su mal chiste y yo leo la información de la hoja en mis manos mientras él sigue y habla muy animado. Al leer la dirección, sonrío un poco. Conozco el lugar. Es un edificio de apartamentos que se renta principalmente a universitarios y es conocido por las fiestas constantes que se desarrollan ahí con cualquier pretexto.
—Espero que vayan, chicas. Tú también, amigo. —Le palmea un hombro a Colton antes de alejarse y vuelve a indicarnos con un gesto que nos espera.
Miro una vez más el panfleto en mi mano y sonrío. Parece que será divertida.
—¿Van a ir? —le pregunto al par frente a mí.
Anya y Colton se lanzan una mirada que no puedo descifrar.
—Tal vez —dice ella.
—No es seguro —recalca él.
Hago una mueca. La verdad es que quiero ir, pero no deseo llegar sola y estar parada en una esquina solo viendo a los demás divertirse.
—Está bien...
—¿Vas a ir tú?
—Quiero. —Me encojo de hombros—. Pero tampoco quiero ir sola y...
«No tengo quien me acompañe».
Me callo este último pensamiento porque siento que se escucharía muy patético de mi parte, como si estuviera rogando por un amigo. En su lugar, me encojo de hombros otra vez.
—Si quieres... Si quieres puedes darme tu número y te aviso qué pasa —ofrece Anya. Sonrío con sinceridad y parpadeo un par de veces antes de asentir y dictarle los dígitos.
La observo teclear en su teléfono, pero soy demasiado consciente de cómo su novio me mira con ojos entrecerrados. Pareciera como si desconfiara de mí y no sé por qué.
—Listo. Ahora te dejo, tenemos que irnos.
Quiero preguntar a dónde —otra vez mi curiosidad asomando la cabeza—, pero al final me muerdo la lengua, sonrío y asiento. No quiero hacerla sentir incómoda con mis singularidades.
—Vale, que te vaya bien. A ambos.
—Gracias.
—Espero verlos mañana —digo.
Anya me mira y sonríe, pero no responde. Solo sacude la mano en mi dirección antes de comenzar a alejarse en dirección a la salida. Yo suspiro. Solo espero no haberla hecho sentir presionada con esa última declaración.
La verdad es que este capítulo iba a ser mucho más largo, pero preferí subirles hoy este pedacito y mañana el otro ♥ ¿Les agrada mi regreso? /u\
Capitulo dedicado a la bella Nerea61991 ♥ Ya no te hago esperar dos años, I promise.
Si ya me han leído desde Hechizado, sabrán que este tipo de historias (eróticas con algo se misterio) tardo mucho en escribirlas porque no son mi fuerte, pero estoy intentando hacerlo lo mejor posible y espero que les agrade el resultado ♥ Nos leemos en los comentarios y en la actualización de mañana :3
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top