En el pueblo de caughtwood hay un monstruo, todos viven atemorizados por él, desde que entras en ese lugar ya no puedes salir, se convierte en un laberinto, ya no recuerdas la salida, como si se llevara toda tu memoria y esperanzas desde que pisas el pasto seco de aquella cárcel, porque si, se convierte en tu cárcel, o en una maldición que te deja sin salida.

El frio aire de caugthwood llega a rosar mis brazos, es un aviso de que comienza mi martirio, el monstruo anuncia su llegada con el siniestro rose de una brisa congelada, que se cola por tus huesos y te causa un malestar, en ese terrible momento sabes que el llegará.

¿Te preguntas que es lo que hace aquel monstruo? Se los contaré, te acecha y se adentra en tu mente torturándote, te priva de la libertad, si intentas escapar te persigue hasta volverte totalmente loco ¿saben qué? Él no te da el placer de morir, es un destino peor que la muerte.

Miraba a mi alrededor, todos los colores parecen haberse disuelto con la lluvia que amenazaba cada día al pueblo de caughtwood, todo a mi alrededor parecía gris y aquellos niños con los que estaba atrapado parecían fantasmas, por sus rostros pálidos parecían que estuvieran muertos y a no ser por sus pechos que subían y bajaban realmente lo creería.

Después de unos segundos volvía a perderme en mis pensamientos, mirando las frías rocas como si fuera lo más entretenido del mundo.

Ya no recuerdo el momento en que entre en este lugar, ya no sé a qué sabe la libertad, sé que necesito salir de aquí antes de que me consuma por completo, estoy cansado a pesar de que estuve escondido todo el día en este hoyo que encontré entre las rocas.