Capítulo 4 El duelo
Lo más difícil después de perder es regresar a esa casa sabiendo que ya no sentirás el calor de su toque, no volverás a ver su sonrisa, escuchar su voz, que poco a poco notar como su aroma se va perdiendo de su almohada, de su ropa, incluso comer se vuelve un martirio. Y para un Omega esa sensación es aún más profunda, puesto que se trataba de su Alfa, aunque no haya sido marcado por él, habían hecho un profundo vínculo.
Había pasado dos días después del funeral, Tanjiro despertó esa mañana en la cama, mirando a su derecha donde cada mañana Rengoku le daba los buenos días antes de levantarse, estiró su mano para tocar su almohada, se podía ver la pesadez en su mirada. Tras unos minutos se tuvo que levantar, debía ir a trabajar, aunque el director del hospital le había dicho que tomará los días que necesitará, el no pudo hacerlo, trabajar al menos lo distraía de sus pensamientos.
El Omega se cambió y salió de la habitación para ir a la cocina, cada mañana preparaba algo de café y té, pero esa mañana como las últimas habían cambiado mucho, Tanjiro se le quedo viendo como el agua hervía mientras miles de pensamientos atravesaban su mente, cuando de pronto la puerta se abrió, eso lo hizo saltar, volteando a la entrada, la persona que apareció allí fue Giyuu, que parecía regresar de correr.
—Giyuu-san, es usted, buenos días.
—Buenos días—el Beta saludo, mientras pasaba de largo.
Este se había quedado por las palabras de Shinobu, aunque la idea de su cabeza que debía irse seguía presente.
—¿Volvió a salir a correr?—le dijo Tanjiro, él se detuvo, sin mirarlo y asintió—.Me alegro, es sano hacer ejercicio, tal vez debería hacer lo mismo, aunque con los horarios del hospital será un poco difícil ¡Je, je! Además mi complexión de Omega no me deja hacer músculos como los demás—le dijo, más Giyuu esta vez se dio la vuelta para verlo.
—Encontré un apartamento, pienso que al final del mes podría irme—le reveló, a lo que Tanjiro se quedó sorprendido, no esperaba esa respuesta.
—Entiendo, me alegro por usted—le contesto, aunque la sonrisa en su rostro se borró por completo.
Más tarde, en el hospital Tanjiro fue regañado por sus superiores, Hana y Aoi, las dos eran las más cercanas al Omega, Hana siendo su jefa y Aoi como su compañera.
—El director dijo que tomaras el tiempo que necesitarás, Tanjiro.
—Lo siento Hana-san, pero trabajar es mi mejor terapia—le sonrió tímidamente.
—Aun así Tanjiro, deberías descansar un poco más—Aoi sumamente preocupada.
—Estoy bien, en serio—les dijo con una sonrisa, tomando una charola de un carrito para irse a trabajar con un paciente.
Tanjiro atravesó la sala de camillas, deteniéndose un breve momento donde Rengoku había caído, sus manos temblaron un poco, para luego reponerse y continuar con su trabajo.
Después de que Tanjiro se fue, Giyuu fue a revisar los últimos detalles del departamento que estaría rentando para vivir, estaba un poco lejos de donde vivía en esos momentos. El agente inmobiliario le describía las características, más el ex soldado no parecía ponerle atención, dado que pensaba en la cara que mostró Tanjiro cuando le dijo que se mudaría.
«¿Por qué pudo esa cara? Bueno, tal vez porque no quiere quedarse solo en momentos como estos, pero es mejor para Tanjiro, alguien como yo no podría aportarle nada, ni siquiera hablo mucho, y además no puedo hablar sobre...ya no importa, se lo dije, debo hacerlo, alejarme de él cuándo pueda para no molestar más...si, es mejor...»
—Y la cocina es muy amplia para un apartamento como este, seguro que le gusta cocin...—el agente pasó la vista hacia su brazo y cerró la boca, fingiendo una sonrisa—.Tomioka-san, ¿le gusta el lugar? Si no, puedo mostrarle más.
—No, está bien.
—Oh, perfecto, podremos firmar los papeles para el fin de mes, ¿le parece?
—Si, gracias, entre más pronto mejor.
Después de eso recibió una llamada, se trataba de Shinobu que aún estaba en la ciudad, ella había pedido un permiso por un mes para la boda de su hermana mayor que sería en dos semanas. Los dos se vieron en un café cercano al hospital, dado que Giyuu debía asistir a su terapia esa tarde.
Shinobu agitó su mano desde la mesa junto a la ventana, Giyuu la vio y se dirigió a ella. Esta vez vestía un vestido purpura de botones al frente, además de un cinturón negro con el cabello ligeramente atado, aunque con poco maquillaje. Él se quedó un poco abrumado por verla vestir diferente a como solía hacerlo en el frente.
—Me alegro de que aceptaras mi invitación, Giyuu.
—Si, bueno, no tenía nada que hacer.
—¡Ja, ja! Caballeroso como siempre—comentó ella, aunque noto que seguía parado junto a la mesa, notando como la veía—.Ah, entiendo, notaste que luzco bonita, que buen ojo tienes—se burló Shinobu.
—No hagas bromas, solo te ves diferente—Giyuu molesto tomó asiento, viendo el menú.
—Si, ya lo sé, los encantos no sirven contigo—la sonrisa de la mujer era tan brillante que podría enamorar a quien sea.
—Ya deja eso, ¿para qué me citaste?
—¿Qué? ¿Acaso no puedo beber una taza de café con un amigo?—ella colocando los codos sobre la mesa para verle, Giyuu se sintió cohibido, cada que alguien lo llamaba amigo le abrumaba mucho.
—Bueno, son dos cosas, la primera es saber ¿Cómo está Tanjiro?—le preguntó, la mesera tomó la orden que Giyuu hizo y se fue, dejándolos solos de nuevo, fue cuando este suspiro y hablo.
—Supongo que bien, está yendo a trabajar como todos los días, come, duerme, es todo.
—Giyuu ¿En serio llamas a eso que está bien?
—¿Qué quieres decir?
—Digo, es Tanjiro, tal vez no lo conoces bien, pero el suele evitar exponer sus sentimientos para no preocupar a otros, Rengoku me dijo una vez que incluso soportó el dolor de un dedo fracturado por una caída en la escalera hasta que termino el turno para no darles problemas a los demás por tener que irse.
Eso dejó a Giyuu un poco consternado, su bebida llegó junto a unas rebanadas de pastel, Shinobu se sorprendió que pidiera tanto.
—Que bien luces, ¿te comerás todo solo?
—No, son para los dos—le dijo este, bebiendo tranquilamente.
La mujer sonrió, pese a lo antipático que podría llegar a ser, Giyuu siempre pensaba en los demás, así que tenía la esperanza de que viera lo que intentaba hacer, puesto una semana antes que Rengoku muriera había recibido una llamada del Alfa.
Hace tres semanas...
Había una cierta tranquilidad en el campamento militar, Shinobu hacía sus rondas con sus pacientes cuando uno de los soldados y enfermero llegó para decirle que tenía una llamada de Tokio, ella miro la hora, eran casi las 8 de la noche por allá.
Decidió tomarla en su oficina, cuando se sentó vio a Rengoku en la pantalla.
—Eras tú, pensé que se trataba de mi hermana presionándome de nuevo que fuera su dama de honor—dijo ella.
—¡Ja, ja, ja! Aún no estoy por casarme, pero sería interesante verte con vestido de dama.
—Deja tus bromas, Kyojuro, dime ¿Cómo está el paciente que te envíe?
—De eso quería hablarte, el director y yo decidimos ofrecerle entrar en el programa, pero lo rechazó.
—¿Qué dices?
—Si, no quiso tomar, tener un brazo nuevo, sentirse completo de nuevo, sé que no debo presionarlo, pero siento que eso podría ayudarlo incluso con su demonios internos.
—Así que te diste cuenta.
—En realidad fue Tanjiro, es más sensible que yo, el día que lo conocimos me dijo algo muy curioso, él dijo que su olor era de tristeza y enojo, no sé si porque sea un Omega sea más perceptivo que yo, pero incluso le ha logrado que le hable un poco de su pasado, aunque se cierra de inmediato. Yo también con el tiempo llegué a notar que guardaba mucho. Dime Shinobu ¿Cómo puedo hacer que Giyuu acepte nuestra ayuda?
En ese momento la mujer se quedó pensativa, desde que conocía a Giyuu había visto en él un soldado dedicado, siempre dispuesto a servir al frente, yendo a lugares casi imposibles para salvar a las personas, pero desde el incidente donde todos sus compañeros murieron, él se había sufrido mucho, pero aunque ella incluso quiso hablar con él al respecto, no ha dicho una sola palabra de lo sucedido.
—Me gustaría decirte que puedo convencerlo, pero no puedo. Lo conozco desde hace 5 años, en todo este tiempo nunca he logrado que me hable de su vida, aunque por el contrario, él escucha atentamente todo lo que le digo de mí, Giyuu es así. Tal vez deberías buscar la ayuda de alguien más, ¿no dices que Tanjiro ha hablado con él?
—Si, pero no quisiera que Tanjiro se sintiera presionado con esto.
—Te entiendo, podría tomarlo personal.
—Por cierto, Giyuu fue de gran ayuda en el último celo de Tanjiro, evitó que intentara atacarlo.
—¿Lo dices en serio?
—Si, cada que pasa por el celo, temo mucho que algo le pase, pero gracias a que estuvo aquí, no le hice nada a Tanjiro, en especial que esta vez ocurrió inesperadamente. Siento que puedo confiar en él, hasta si algo me llegara a pasar, ¿no es gracioso?
—No digas esas cosas tétricas, Kyojuro.
—¡Ja, ja, ja! Si, verdad.
Su rostro sonriente desde la pantalla fue lo último que Shinobu vio de su amigo, para poco tiempo después enterarse de su muerte.
Ahora, rememorando todo aquello, le preocupaba el hecho que Giyuu quisiera alejarse ahora de Tanjiro, claro que sonaba egoísta tratando de que se quedara a su lado como última voluntad de su amigo, pero si al menos eso fuese para ayudarse mutuamente hasta que sus corazones sanarán. Después de todo, son dos almas parecidas de cierta forma ¿podría pedirle que no se vaya y se quedará con Tanjiro más tiempo?
—Mayor...¿Mayor Kochou?—Giyuu llamándola, sacándola de sus pensamientos, ella le sonrió comió un poco de pastel de fresa.
—Es delicioso, deberías llevarle algo de esto a Tanjiro.
Giyuu se le quedó mirando el trozo, dejando la cuchara abajo.
—¿Tú crees que le guste?—le preguntó, fue cuando ella tuvo un pequeño presentimiento, posiblemente Rengoku tendría razón.
—Si, creo que sí—le sonrió ella.
—¿Había otra cosa que quería hablar?—le preguntó, dejando un lado en pastel para beber de su café.
—Así, es que quiero que me acompañes a la boda de mi hermana como pareja—le soltó la mayor, eso logro que Giyuu escupiera el café y comenzara a toser—.Imagino que no tienes nada más que hacer, así que ayúdame a evitar salir con uno de esos amigos idiotas del novio.
—¿Yo, en una boda? ¿Contigo?
—Hay calma, no es de otro mundo, solo vamos a la ceremonia, comemos y tal vez un baile-
—¿Yo, bailar?—Giyuu no podía imaginarse bailando. Shinobu se levantó de la mesa y tocó su hombro.
—Bueno, renta un traje, esa para el 27—le guiño el ojo y se fue, dejando al pobre sentado ahí tratando de concebir lo que acababa de pasar.
. . .
En el hospital, el ala de psiquiatría estaba vuelto un caos, de nuevo otro de sus pacientes había escapado y de nuevo se trataba de ese chico que Giyuu conoció el primer día, Muichiro Tokito. En cuanto salió del elevador vio a los enfermeros pasar de un lado a otro, entre ellos Zenitsu.
—Ah, Tomioka-san, que bueno que llegó, de casualidad ¿No ha visto a Muichiro? Ese mocoso escapó otra vez.
—No, lo siento.
—¡Demonios! Tengen va a matarme, se suponía que debía cuidarlo mientras lo sacaba a pasear con los demás pacientes—el rubio en estado de pánico.
—Ayudare—Giyuu se dio la vuelta para buscar en los otros pisos.
Mientras lo buscaba, todos en el hospital lo saludaban, ya era conocido por la mayoría del personal, en especial, porque en aquella ocasión fue él quien ayudó a detener a los que dispararon a Rengoku. Incluso el director estaba agradecido con él por salvar a su personal, aunque Giyuu no quería ningún reconocimiento, dado que fue Rengoku quien dio la vida por ellos.
Al llegar al primer piso y las puertas del elevador se abrieron, topándose con Aoi, la enfermera que conoció en el incidente.
—Oh, Tomioka-san, ¿pasa algo?
—Un chico escapó de psiquiatría.
—No me diga, Muichiro-kun, ¿de nuevo?
Giyuu asintió, a lo que ella envió un mensaje a sus compañeros de piso para alertar si lo veían llamaran a psiquiatría, sin alarmar a nadie más.
—Ya envíe el mensaje, muchas gracias, Tomioka-san.
—Si—asintió él, pero recordó lo que llevaba en la mano—.Por cierto, ¿podría darle a Tanjiro esto?—le mostro la caja que llevaba consigo, era el pastel de antes. La chica reconoció el símbolo en la caja.
—Oh, es pastel de esa cafetería, dicen que es delicioso.
—Si, bueno, me vi con alguien ahí, pensé que podría traerle algo...
—Lo entiendo, pero debería darse personalmente, Tanjiro está en estos momentos en descanso, debería verlo en la sala contigua—le indicó ella, despidiéndose sin que pudiera decirle algo más, dado que Giyuu no esperaba dárselo personalmente.
El Beta suspiro y no tuvo más remedio que ir, así aprovecharía para buscar a Muichiro, al llegar a la sala que tenía un par de mesas, una cafetera e incluso un refrigerador con microondas al lado, pero nada de Tanjiro.
«Creo que salió, ¿y si lo dejo por aquí?...» pensaba el ex soldado.
Lo que no sabía, era que Tanjiro estaba en el baño, el Omega ocupaba un cubículo esperando parado junto a la taza mientras parecía esperar algo, tras un par de minutos más, reviso lo que había puesto sobre la taza, era un pequeño dispositivo, al tomarlo, dio un gran suspiro y lo vio con detenimiento.
—No puede ser...—murmuró, puesto que lo tenía en las manos era una prueba de embarazo casera, la cual tenía dos rayitas en el indicador, lo que quería decir que era positivo. Tanjiro se quedó perplejo, puesto que ahora se daba cuenta que estaba embarazado.
—¿Y eso que es?—una voz de arriba de las puertas del cubículo lo llamó, el sobresalto fue tal que cayó sentado en la taza.
—¡Aaah! Pero ¿Qué?—al mirar con detenimiento se trataba de Muichiro que estaba trepado viendo con descaro a Tanjiro—¿Tokito-kun? ¿Qué haces aquí?
—Nada, solo viéndote, eh, dime ¿Qué es eso? ¿Qué significa esas dos rayas?
Tanjiro de inmediato lo oculto detrás, para luego guardarlo en su caja, saliendo del baño.
—Tokito-kun seguro que todos te buscan.
—Puede ser, no lo sé—dijo sacudiendo sus hombros, el Omega se lavó las manos y miró al chico de 17 años.
—Sabes que no debes huir, se preocupan por ti, Zenitsu debe estar hecho un lio ahora mismo. Vamos, te llevaré de regreso.
—Pero, no quiero volver, me dan medicina que sabe feo.
—Bueno, puede que sepa feo, pero es buena para ti—Tanjiro extendió su mano hacia el chico, que tras mirarla por unos segundos, olfateo algo en el aire, luego se acercó un poco más, Tanjiro se sintió cohibido y trato de dar un paso atrás, pero Tokito tomo su mano fuerte—¿Qué pasa?
—Hueles bien, me gusta—Tokito se acercó más y más, lo que hizo reaccionar a Tanjiro, dándose cuenta de algo importante, ese chico en realidad era un Alfa.
—Sabes, creo que deberías esperar aquí, iré por Zenitsu—le dijo tratando de huir, pero Tokito jamás había olfateado algo como el, su aroma le llamaba mucho la atención, así que no dejo que Tanjiro se alejara—.Tokito, por favor.
—Me gusta mucho, déjame oler más—le dijo bajo el efecto de sus feromonas, aunque Tanjiro usaba sus supresores como era debido, esos medicamentos que ayudaba a los Omegas a aminorar los efectos de su cuerpo, esta vez, al verse frente a un Alfa joven como Muichiro que parecía apenas despertar sus instintos Alfas, no le servirían de nada, debía alejarse lo antes posible. Tokito dejándose llevar por su Alfa interior se abalanzando sobre Tanjiro, sujetándolo contra el lavabo.
—¡Tokito-kun, por favor!—lo que Tanjiro guardaba en aquella caja se cayó, debía impedir que lo tocara en esa parte, su nuca o se volvería incontrolable, forcejeando con el chico, que apretó sus muñecas—.Tokito-kun, me lastimas—el Omega aun con el brazo lastimado.
No parecía querer parar, Tanjiro no quería herirlo tratando de golpearlo o algo parecido para librarse, dado que era inconsciente de lo que hacía, pero cuando ya no parecía haber otra posibilidad, alguien llegó por detrás y con un golpe desmayo a Tokito.
—¿Tokito-kun?—Tanjiro al verlo caer, apenas pudo sostenerlo, al mirar se trataba de Giyuu que de alguna forma escucho su voz desde fuera del baño—.Giyuu-san, es usted.
—¿Estás bien?—el Beta lo ayudó a cargar al chico, echándolo como si nada sobre su hombro, sorprendiendo a Tanjiro.
—Ah, sí, solo que se vio afectado por mis feromonas.
—¿Estás en celo de nuevo?
—No, no, solo que al parecer Tokito-kun despertó como Alfa, son más sensibles en la adolescencia—le sonrió nervioso, pero Giyuu pudo ver esa sonrisa de nuevo.
"Tal vez no lo conoces bien, pero él suele evitar exponer sus sentimientos para no preocupar a otros..."
Este recordó las palabras de Shinobu en cuanto a Tanjiro, los tres salieron de ahí, llevándolo hacia el área de psiquiatría donde Zenitsu que había entrado en pánico al fin se alivió de verlo, aunque extrañado de que Giyuu lo dejará fuera de combate.
—Les agradezco mucho, Tomioka-san, Tanjiro.
—Fue Giyuu-san quien hizo todo—le dijo el Omega, pero Zenitsu tomó la mano de este entre las suyas.
—Son mis salvadores, así Tengen no va a regañarme, espero que no se entere.
—¿Qué no me enteré de que?—Tengen tenía un minuto de haber llegado y estaba justo detrás de Zenitsu, viendo como cargaba a Tokito en una silla de ruedas.
—¡Aaaah!—el rubio se asustó tanto que salió huyendo, dejando a Giyuu y Tanjiro con una gota de sudor en sus frentes.
—No puedo creerlo, gracias por encontrarlo—les dijo el médico, notando un tenue aroma—.Tanjiro, dime ¿Cambiaste de supresores?
—¿Ah? No, yo...saben, debo irme—les dijo, puesto que él sabía a qué se debía su cambio de olor, saludo con una leve reverencia a los dos y se retiró hacia el elevador.
Giyuu se le quedó mirando, recordando que aún debía darle la caja, que aún tenía en su mano.
—Tanjiro...—se acercó a este, el Omega se le quedó mirando—.Traje esto para ti, por favor cómelo, espero te guste.
—¿Un pastel?—Tanjiro lo vio, lucía delicioso—.Gracias, Giyuu-san, lo comeré—le sonrió.
De lejos Tengen pudo ver esa escena, algo dentro de sí le hizo notar algo, pero no dijo nada, regresando a su consultorio. Giyuu se presentó poco después para su terapia, pero como otras veces se sentó en el sofá sin decir nada.
—Dime Giyuu ¿Cuál es el objetivo de esta sesión?
—¿Eh? Supongo que hablar.
—Exacto, pero ni una sola vez has dicho algo de tu pasado.
—Lo siento, no soy muy hablador.
Tengen sintió como una vena salto en su sien, tras calmarse decidió cambiar el enfoque.
—¿Puedo preguntar cómo te sientes?
—Me siento bien.
—Me refiero a lo que pasó con Kyojuro.
—Supongo que bien—pero al decir eso, el psiquiatra noto como apretó los puños, siendo una señal que iba por el camino correcto.
—¿Qué has decidido hacer? Por el momento vives con Tanjiro, ¿no?
—Voy a mudarme a fin de mes.
—¿En serio? ¿Por qué?
Mientras ellos platicaban, Tanjiro regreso a la sala de descanso, viendo que no había nadie más, se sentó colocando el pastel sobre la mesa, mirándolo con detenimiento por unos momentos, hasta que recordó lo que debía, ya no pudo procesar lo que salió en la prueba, sacó la caja de su bolsillo y la miró de nuevo.
—¿Qué haré ahora?—murmuró Tanjiro.
En la sesión, Giyuu seguía batallando con las preguntas de Tengen, aunque esta vez se había vuelto incómodo.
—Porque, bueno, es lógico, no puedo vivir para siempre con Tanjiro.
—¿Por qué?
Esa pregunta de nuevo, sacó a Giyuu de su pensamientos.
—Bueno, sin Rengoku no creo que deba quedarme, él era mi médico.
—Significa que solo estabas en su casa porque era tu médico.
—Tengen, podría ir al grano—Giyuu siendo claro porque sus sugerencias ya lo estaban molestando.
—¡Ja, ja! Es cierto, lo siento, solo que vi a Tanjiro sonreír sinceramente desde la muerte de Kyojuro, y fue contigo.
—Eso no tiene nada que ver conmigo.
—Le trajiste un pastel.
—Solo porque la Mayor Kochou lo sugirió.
—Ah, ya veo—Tengen se acercó a Giyuu, que sintió una intención agresiva del Alfa—.Mi mejor amigo cuido muy bien de Tanjiro, solo espero que él sea feliz en el futuro.
—Disculpe, doctor, creo que eso no depende de mí—Giyuu contestando, mirando al frente como si fuese un soldado ante su superior. Pronto Tengen soltó una risa, lo que volvió a sacar de sus casillas al Beta—.La sesión terminó.
—Ah, ah, está bien, como gustes, la próxima sesión será más intensa, te haré hablar de una vez por todas de lo que pasó en el campo de batalla—lo señaló desafiándolo.
—Claro—este se levantó para irse, pero justo cuando abría la puerta una persona de cabello cano apareció ante él, tenía una gran cicatriz en la cara.
—¿Ah?—esa persona lo vio como un bicho extraño.
—Disculpe—Giyuu le hizo un gesto con la cabeza para pasar al lado del hombre recién llegado.
—Giyuu, recuerda lo que te dije—Tengen le dijo sentado desde su silla, pero al escuchar ese nombre el sujeto tomó el hombro de Giyuu.
—Quiero hablar contigo.
Las dos miradas se encontraron, Giyuu podía sentir la agresividad de este y viceversa, alejándose con un movimiento cauto de su hombro.
—¿Qué necesita de mí?
—Si eres Giyuu Tomioka, entonces es a quien necesito.
Tengen salió para ver lo que pasaba, pero curiosamente conocía al extraño.
—Sanemi, eres tú.
—Hola Tengen, préstame tu oficina—abrió la puerta de golpe, y con un gesto le indico a Giyuu que entrara de nuevo, al otro no le quedó de otra más que aceptar.
Ahora los tres estaban sentados, el hombre al que Tengen llamo Sanemi resultó ser un detective, mismo que llevaba el caso del incidente, buscaba a Giyuu para unas preguntas sobre lo sucedido ese día.
—Giyuu, él es Sanemi Shinazugawa, detective de homicidios—lo presentó, luego se dirigió al otro—.Hacía mucho que no venías, dime ¿ya no somos amigos?
—Nunca fui amigo de un idiota como tú.
—¡Ja, ja, ja! Aún estás molesto porque esa chica no te hizo caso por mí.
—Muérete—refunfuño Sanemi.
—Lo siento, aun no es mi hora—continuó burlándose Tenge.
—Como dije, vine a buscar a este tipo—señaló a Giyuu.
—Ya veo, tienes asuntos con mi paciente.
—¿Es paciente tuyo?—Sanemi se enfocó en Giyuu.
—Mucho gusto—Giyuu contestó muy serio.
—Ah, como sea, vine por el caso de Hakuji Akaza y Satoru Manabu, los de arriba me presionan por cerrar esto, ya que Manabu es hijo de uno de los jefes de policía, que murió a manos de ese idiota de Akaza. El fiscal está buscando indulgencia para Manabu, alegando algo estúpido como que no estaba en su cabales.
—No me digas—eso no le agrado a Tengen, porque fue uno de los que disparó a Rengoku.
—Si, el punto es que Manabu también levantó una denuncia contra ti—señalo de nuevo a Giyuu.
—¿Contra mí?
—Si, dijo que tú le quebraste la mandíbula con la patada que le diste, por eso quiere demandarte, todo esto lo usa como pretexto, pero quería hablar contigo antes.
—Ese hijo de perra, ¿en serio vas a dejar que se salga con la suya? Giyuu salvo a las personas en esa sala, no sabemos qué hubiera pasado si el tipo ese continuaba disparando.
—Eso lo sé, ciertamente me importa un carajo, si cometió un crimen, es un desgraciado que no merece misericordia y debe pagar lo que hizo, pero como dije, me están presionando—enfocándose ahora en Giyuu—.Quiero que me digas, ¿Qué fue lo que pasó ese día?—solo que antes que Giyuu contestará, el sujeto observó su brazo derecho—.Espera un momento, ¿no tienes un brazo?
Aquello hizo molestar a Giyuu, por su terrible falta de tacto, a lo que Tengen comenzó a carcajearse.
—¡Ja, ja, ja! Si que eres un idiota ciego.
—¡¿Qué dijiste? No había visto que le faltaba un brazo—Sanemi sujeto a Tengen de la bata—.Cállate, imbécil.
—Es que no puedo creerlo, le preguntaste si le faltaba un brazo, ¿no es obvio?
—¡Ya basta!
Giyuu levantó la mano para llamar su atención, Sanemi dejó de pelear con Tengen.
—Bien, eso contesta mis dudas, ese hijo de perra no podrá hacerte responsable, después de todo eres un sujeto con una capacidad diferente.
—No solo eso, también fue un soldado retirado, que ganó medallas por salvar vidas, ¿en serio crees que proseguirá una demanda contra un héroe?—Tengen satisfecho con lo que estaba pasando.
—Tienes razón, terminemos esto, solo dime lo que paso para llenar el reporte correctamente.
Después de un rato de soportar a esos dos, Giyuu al fin firmó su declaración de lo sucedido, además de que solo podría ser citado a la corte para reafirmar lo que dijo ante el juez, Sanemi le dijo que no debería tener problemas en el futuro. Aunque el tipo fue increíblemente grosero, al parecer hacía valer la justicia sin importar quien cometiera el crimen. Aun así, no le agrado para nada a Giyuu y esperaba no tener que tratar con él de nuevo.
Esa tarde cuando regresó al departamento, espero a Tanjiro en la sala, tomando por sorpresa al Omega que esperaba estuviera dormido porque ya pasaba de las diez de la noche.
—¿Giyuu-san? Pero ¿Qué hace despierto aun?
—Quería hacerte una petición.
—Eh, pero ¿no podría esperar a la mañana?
—Lo lamento, tienes razón, mejor hablemos en la mañana—Giyuu avergonzado por ello, así que se levantó del sofá para irse a su habitación, solo que Tanjiro lo detuvo.
—Ah, espere, ya que está despierto, podemos hablar si gusta—el Omega viendo al otro ser tan serio.
Los dos se sentaron en el sofá, Tanjiro dejo sus cosas en la mesita, mientras que Giyuu se mantuvo recto a su lado.
—¡Je, je, je! Giyuu-san nunca se relaja.
—Si—el Beta bajo los hombros pero no pudo mantenerse así mucho tiempo, lo que hizo reír a Tanjiro.
—Bueno ¿En qué le puedo ayudar?
—Iré a una boda.
—¿Una boda?
—Si, la Mayor quiere que sea su acompañante, pero me pidió que llevara un traje, desconozco donde puedo conseguir uno y cuál sería el correcto, siempre he usado ropa sencilla o uniformes militares.
Tras lo que le dijo, Tanjiro se quedó en blanco ¿En serio le estaba pidiendo consejos para una boda? El Omega al fin reaccionó y decidió tomarlo con seriedad.
—Mañana es mi día libre, si gusta puedo acompañarlo a comprar algo.
—Entendido, agradezco—Giyuu asintió mostrando una pequeña sonrisa, Tanjiro la vio y no podía creerlo, era raro verlo sonreír—.Buenas noches.
—Si, buenas noches—el Omega se levantó para ir a su habitación, solo que en un movimiento inesperado, de su mochila se cayó la caja con la prueba de embarazo, Giyuu se agacho para recogerla, solo dándole un vistazo, noto lo que decía, más solo desvío la mirada y se la entregó a Tanjiro.
—Con permiso—le dijo, pero el rostro de Tanjiro lucia lloroso, eso lo tomo por sorpresa, incluso pensó que había hecho algo malo.
—Giyuu-san.
—¿Pasa algo?
Este comenzó a llorar, como si hubiera desatado toda su tristeza y frustración en esos instantes, sujeto a Giyuu, recargándose en su pecho, dejándolo aún más consternado.
—Lo siento...
Tras un rato logró calmarse, Tanjiro levantó la vista para encontrarse con aquellos ojos azulados, algo que el Omega no se había percatado. Ambos volvieron a sentarse, siendo el enfermero que no dejaba de sollozar.
—Se que ya no debería llorar, pero es que no puedo, cada día puedo oler su aroma en la almohada, duele mucho y...ahora que estoy embarazado, no sé qué hacer.
—¿Cómo?—Giyuu volvió a ver la caja que estaba en la mesa, no había leído mal, si decía "prueba de embarazo".
—Se que debo ser fuerte, lo intento, pero ya no puedo fingir. Siento odio por esa persona que lo apartó de mí, quisiera poder...jamás lo perdonaré—el Omega sacando todos esos sentimientos en palabras, pero eso hizo a Giyuu reflexionar y no le gusto en ese rostro que siempre se mostró amable llenarse de ira, él aspiró profundo y colocó su mano en las mejillas de Tanjiro, dejándolo inmóvil.
—El tiempo ya no puede retroceder Tanjiro, sé que debes sentir ira, una ira incontenible de no poder perdonar—mientras hablaba, esas mismas palabras le hacían reconocer lo que él mismo sentía, al no haber salvado a su escuadrón—.Pero no llores, no desistas, si dejas mejor que eso te de fuerzas para pelear, sé que podrás superarlo todo, no estás solo—Giyuu le obsequio de nuevo esa sonrisa sincera, el corazón de Tanjiro palpito fuerte, sentía en sus palabras tanta amabilidad que provocaron en el Omega lo abrazara, Giyuu se quedó quieto, podía sentir su corazón latir tan rápido y tan fuerte, eso lo asustó, jamás lo había sentido.
—Gracias, Giyuu-san.
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