«Esta noche...Serás mía»
Emma miró a Max; aún cayendo gotas del cielo gris, mojandola aún más al igual que él. Se detuvo a mirarlo, dandose cuenta de lo que estaban haciendo. Esto era más allá de la cita, pensó Emma, esto no debia pasar. No debia besarlo, o bailar con él por el prado mientras la lluvia los empapaba. Miró luego encima del hombro de Max, donde ellos hace unos momentos estaban sentados, disfrutando del picnic hecho por él.Pensó en Alex, aquel chico de Cabellos de Oro con ojos grises como un día gris; aquel chico que la sostiene en sus brazos y la mira con tanta ternura y amor; aquel chico que le dice a cada minuto de su vida cuanto la ama. Una punzada atravesó su pecho, su corazón apretujandose. Sintió como la culpa la embargaba, estar allí con Max, y Alex en la casa del lago consolando a su amigo,Joshua. esperandola para tenerla en brazos y decirle Te amo Emma. La chica empujó a Max levemente, con el entrecejo fruncido el la miró.- ¿Qué pasa?
- No Max. No puedo.- Ella se alejó unos pasos de él y miró al suelo cubierto de pasto (Hierba) verde cubierto de dientes de león. Max se acercó a ella y la tomó de los hombros y la miró pero ella no se inmuto de aquello.
- Emma, está bien, esto...Tu, yo...solo...
- No. Max, esto no debió pasar, al igual que aquella noche en la colina cuando nos besamos por primera vez. No debio pasar.- Ella levanto la mirada y vio como Max le miraba como si le doliera lo que ella habia dicho.
- Pero crei que...esto...La cita, tú, yo...estabamos felices hace unos segundos. ¿Por qué lo tienes que arruinar?.- El la miró de soslayo, como si le enojara que ella hubiera interrumpido lo romántico.
Emma lo miró con el entrecejo fruncido. ¿Es que Max se está burlando de ella? Eso la cabreó. Sintió como el fervor del enojo engullia en su interior.- ¿Por qué? Tú ni siquiera estás interesado en mi. Solo haces esto para ganar el trato. ¿Por qué arruino el "Momento Romantico"? ¡Por que tengo novio y no soy como tu, no soy como tu, que hieres a las personas que se cruzan en tu camino solo para obtener lo que quieres! ¡Tan solo estar aqui contigo hace que la culpa me carcoma por dentro! ¡Alex esta en la casa del lago mientras yo estoy aqui contigo! ¡Lo estoy engañando por ti!
- No lo estas engañando Emm...
-¡Claro que lo estoy! ¡Estoy besandome con el novio de mi amiga! ¡Willa me odiará si descubre esto! Esto es asqueroso...Lo que estamos haciendo...- Max fruncio el entrecejo aun mas, tanto que las pequenas lineas de su frente resaltaban. Sus ojos chocolates estrechos y sus labios en fina linea. Sus hombros tensos y manos apretadas en punos.
- ¿Esto...es asqueroso para ti? ¿Nosotros?.- Su voz denotaba dolor y tensión.
Emma se enojó aún más. Este espectaculo que Max estaba montando, como si ella en realidad le importara. Como si esto lo que ellos hacian era algo importante para el... El solo actua, pensó Emma, quiere engañarme.- Ay, por favor. Ni siquiera te importo.- Emma hizo un leve movimiento con las manos restando importancia. Max se acerco a ella y acunó sus manos en el rostro pálido de ella.
- No lo sabes...No sabes cuanto me importas...
- ¡No! Ya cállate! ¡Yo no te importo! Solo mientes y mientes! ¡Quisiera odiarte...!.-Max se alejó de ella y la miró con atención, como si estuviera reflexionando lo que ella dijo.
-¿Quieres odiarme? osea que no me odias...Tu sientes algo por mi..
Emma sintió como un frío recorria su espina dorsal y como su corazón salía de su caja tóracica, palpitando a galope.- No...Yo...- ¿Cómo mentir? ¿Cómo decirle algo que le hiciera creer que no lo amo sino que le odio? ¿Cómo mentir sin que mi corazón duela? penso Emma.- Te odio, quiero odiarte más, yo nunca sentiria algo por ti.- Mintio, sintiendo como el dolor se instalaba en la boca del estomago. Dijo lo último y dió la vuelta sobre sus talones y empezó a caminar. Escuchó como Max la llamaba, pero no miro hacia atras. Ella deseaba que él la siguiera y que le dijera que si le importaba, que el la amaba. Pero no fue asi, el no la siguió; solo observó como ella se alejaba del prado, como la lluvia caia a borbotones empapándolo.
Emma caminó saliendo de aquel lugar, caminando lejos de alli. De aquel hermoso momento que ella arruinó. Pero ella sabía, que Alex estaría en su mente, la culpa en su consciencia diciendole que estar con Max es como si le apuñalara a Alex por la espalda. Sintio como las lágrimas asomaban detras de sus ojos. Las retuvo, odiaba llorar.
Luego de una hora ya estaba en la casa del lago, caminó por la gran entrada que indicaba el gran terreno de la casa luego caminó por el pasto directo a la puerta principal de la casa. Estando en la sala de estar notó que no habia ningun alma alli, podía escuchar su respiración agitada por el cansancio, y como el frío la azotaba. Sus ropas mojadas y su pelo húmedo. Mordió sus labios. Sintió el sabor metálico de la sangre en su boca. Se mordió aún más fuerte para sentir dolor físico, para olvidar el dolor que la carcome por dentro, la desdicha que siente. Subió los escalones y notó a Alex caminando hacia ella por el corredor. Este sonrio y se acerco a ella.
Su sonrisa se esfumó de su rostro y la preocupación se colo. La miró preocupado. Al verla empapada, temblando de frío y su labio inferior lleno de sangre.- Emma ¿Qué paso?.- La abrazo y ella acunó su cara en el hombro de él. Alex sintió como ella sollozaba y gemía, sintió como las lágrimas mojaban su camisa suelta de seda.
- Lo siento Alex.- Gimió- Lo siento. Perdóname.- Emma lo miró alejándose de su hombro, recordando la cita que hace una hora tuvo con Max, sus brazos rodeandola, sus suaves labios besandola, hablando de Los juegos del Hambre y la hermosura de la creación. Recordó a Max con el rostro dolido. Sintió como la culpa la mataba. ¿Cómo decirle a Alex que no lo ama? ¿Cuando llegara el momento indicado de decirle la verdad?
- ¿Que...? Emma no tengo que perdonarte nada, perdoname tu por suspender la cita...
- No Alex...Lo siento.- Sollozo y lo abrazo.- Prometeme que me perdonaras. Prometemelo.- Alex la apretó aún más a su cuerpo. Ella sintió el caliente que el emanaba en ella. Su cuerpo se estremeció ante el contacto.
- Está bien Emma. Te perdono.
De lo que sea que hayas hecho. Vamos. Debes secarte y sanar el labio.- Caminaron por el pasillo directo a la habitación de el y Joshua.
- No me dejes.
- No te dejare. Jamás.
Max miró al cielo, las gotas cayendo rápidamente, el cielo gris. El chico miró hacia atras y vió el manto de cuadros rojo y blanco mojado y arrugado, donde la guitarra de el reposaba tranquila y la cesta de comida también.
Dejo todo alli tirado y fue directo a su auto. Estando ya en el automovil piso él acelerador y se dispusó a manejar.
Media hora despúes se encontraba en un bar, tomando tequila. Una mujer se sentó a su lado coqueteando, pero el ni siquiera la miró.Su mente solo pensaba en Emma, gritandole que lo odiaba, que lo queria odiar aun mas. Eso le dolio, como si le hubieran dado un puñetazo en el estomago con un bat de beisbol.- Otro.-Gritó al barmán alzando el pequeño vaso de cristal vacío.
- Hijo, no deberias tomar tanto...
- Solo deme más.- Gruño, sintiendo como el tequila surgia efecto en su mente y cuerpo.
- Ya has tomado una botella completa...
-¡Otro!.-Grito enojado estrellando el vaso en el piso. Todos voltearon a verlo alarmados pero luego siguieron sus asuntos. El barman lo miro con compasion y sirvió otro vaso mas.
- Ahoga las penas hijo...- Dijo alejandose. Max lo miró mareado y notó que este era un hombre mayor, de unos cuarenta años, pequeñas lineas dibujadas en su rostros y su columna vertebral jorobada.
Gruño y se tomó el tequila de un trago. Tratando de olvidar...A aquella chica de ojos azules que esta ocupando su mente y...Corazón.
- ¡Emma! ¿Estas bien?.- Preguntó Rose junto a Willa notandose preocupada.
- Estoy bien solo fue lluvia...- Dijo Acomodandose en la cama de Alex. Este se encontraba en la cocina haciendo sopa de pollo para ella, lo que considero tierno en esos momentos ya que Alex siempre esta pendiente de ella.- Dejenme dormir si? Siento como si me lanzaran un millón de ladrillos al cuerpo.
- ¿Osea que te han lanzado ladrillos alguna vez?.- Dijo Rose caminando a la puerta con Willa. Esta ultima estaba de veras preocupada por Emma.
- Rose...- Dijo Emma pero Las dos chicas ya la habian dejado sola en aquella habitación. Emma se sentó en la cama acomodandose en el espaldar y sintió como el aroma de hombre la azotaba. Alex entró al cuarto con un tazón humeante; Sopa, pensó Emma mirando como él se sentaba junto a ella. Él la miro de reojo, como si tratara de ver a traves de ella.
- ¿Qué paso? Dime Emma por que no soporto verte así...
- Alex...-Dijo alargando su nombre en sus labios agrietados y con sabor metalico de la sangre.
- No. Quiero que me digas que pasa. ¿Crees que no he visto como lloras cada noche desde que llegamos aqui? ¿Crees que no noto el dolor en tu rostro? Morire de dolor si te veo desdichada e infeliz Emma. No soporto verte sufrir, es peor que la muerte. Verte asi es como si me torturaran lentamente arrancando mis entrañas. Dime Emma. ¿Que pasa?.- Acarició el rostro de la chica.
- Solo debes saber que...Esto ya no va a pasar.
- ¿Lo prometes?
- Lo prometo.
Max conducia a toda velocidad, sentia como el tequila lo consumia. Sentia el fervor en su cuerpo. Condujo a la entrada de la casa del lago, aparcó el auto y salio de él, entrando a la casa. Notó que la sala de estar estaba a oscuras, no habia ningun alma allí. Están durmiendo, pensó Max y subió los escalones. Caminaba a duras penas sosteniendose de la pared del corredor. Ya estando en la puerta de la habitación indicada, tocó. Una persona más pequeña que él, con el pelo rizado y rubio, abrió la puerta, estaba bostezando. Cuando abrió los ojos dijo.-¿Max? ¿Qué hac...?.-Pero la pregunta quedó estancada en sus labios, pues Max la tomó de la cintura y la besó apasionadamente, Willa trato de apartarlo, pero esos suaves labios se lo impedian. Arrojó sus manos al cuello de él y le correspondió al desenfrenado beso.
- Willa..Will..- Dijo Max entre sus labios.- Te deseo Will...
- Max. Yo...- Lo beso.- ...También te dese...- Max se adentró a la habitacion de Willa con ella entre sus brazos y besos, con una patada cerró la puerta y empezó a quitarle la fina camisa de seda a ella. Willa un poco torpe desabotonó la camisa de cuadros de Max, pero el no soportaba la lentitud de ella y se la arrancó. La tiró a la cama suavemente y se puso encima de ella, notando el encaje color negro que cubría los pechos de Willa. Sonrio y la besó de nuevo, bajando los pantaloncitos de pijama de ella. Dejandola en panties y sujetador.
- Esta noche Will, seras mía.
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