16. Diva no se hace, se nace

Estabas tirada en tu habitación intentando dibujar un mono en un monociclo hasta que sentiste rugir tu tripa y decidiste que ya era hora de bajar a comer algo, y de paso le dirías a tu padre que vaya contigo para hablar con él, puesto que no habías intercambiado demasiadas palabras con él desde Moscú.

Caminabas al lado de su oficina cuando escuchaste la voz del capitán Rogers, sabías que era una grabación porque era imposible que él estuviera ahí.

Te acercaste a la puerta con sigilo para poder escuchar mejor.

Todos necesitamos una familia, los vengadores son tuyos puede que más que míos. Yo he estado solo desde los dieciocho años, nunca he encajado en ninguna parte, ni si quiera en el ejército. Mi fe se basa en la gente imagino, en los individuos. Y me alegra decir que en su mayoría no me han decepcionado. Por eso yo tampoco puedo decepcionarlos, las cerraduras pueden sustituirse pero sería mejor no hacerlo —decía Steve.

De verdad necesitabas saber si se pasaba horas escribiendo esos discursos o le salían al natural, porque eran la ostia.

Sé que te hice daño, creí que no contando lo de tus padres os evitaba ese sufrimiento, pero ahora me doy cuenta de que era a mí a quien se lo evitaba. Os pido perdón —te mordiste el labio sabiendo que también hablaba de ti—. Espero que algún día lo comprendáis —se tomó un momento para tomar aire—. Ojalá coincidiéramos en lo de los acuerdos, de verdad. Sé que tú actúas según tú valores, es lo que podemos hacer, lo que debemos hacer.

La llamada de Steve fue interrumpida por una voz robótica.

Llamada prioritaria del secretario Ross, ha habido una fuga en la prisión de la balsa.

Casi das un grito por la emoción, estaba claro que eran los vengadores quiénes habían escapado, y eso significaba que Pietro también estaría afuera.

—Sí, pásamelo —contesto tu padre.

—Tony tenemos un problema —habló Ross

—Sí espere —respondió Tony divertido.

¡No!, ¡No! —el millonario le dejó en espera y se acomodó en su sitio con una amplia sonrisa en el rostro.

Respiraste hondo y entraste en su despacho.

—Hola papá —dijiste haciendo ver qué no habías escuchado la conversación anterior.

—Hola cariño —te dijo levantándose y abrazándote por el hombro mientras os sacaba de la sala — ¿Necesitas algo?

—Iba a ir a comer, por si querías venir conmigo.

El pareció pensárselo unos segundos, hasta que por fin comenzó a caminar llevándote contigo.

—¿Quieres pasta? Puedo hacer macarrones...

—Nada de eso —te interrumpió—. Iremos a cenar fuera.

—No hace falta, podemos cocinar algo aquí.

—Que no, además, ya tengo pensado un lugar que te encantará.

—Si tú lo dices —reíste.

—Anda, ve a ponerte algo decente —hizo una mueca desagradable—. A no ser que quieras ir con un pijama de Winnie Pooh.

Negaste con diversión y corriste a tu habitación en busca de algo que ponerte.

Tony estaba esperándote en la entrada, algo impaciente porque llevabas media hora preparándote.

Dejó de maldecir por tu poca puntualidad cuando por fin te vio llegar, solo que no estabas vestida tal y como esperaba.

—Ya estoy, ¿Nos vamos? —preguntaste acercándote a el millonario.

—Wow... Estás... —comenzó a tartamudear—. No sé qué decir.

Sentiste como tus mejillas se enrojecían por sus palabras, te miraste a ti misma en el reflejo de la puerta y tenías que admitir que te veías increíble.

Llevabas puesto un traje negro por completo desde los zapatos hasta la americana, incluso los botones eran negros, haciendo que tu cara resalte por encima de todo lo demás. Te había puesto algunos anillos plateados junto con unos pendientes de cadena musketeer del mismo color. Para el peinado habías optado por una coleta alta trenzada, y tú maquillaje, a pesar de ser discreto tampoco pasaba desapercibido.

Básicamente todo en ti estaba increíblemente sexy en ese momento, y tú tenías la autoestima en los cielos en ese momento.

—He decidido probar algo nuevo —admitiste.

—Te diría que lo hagas más a menudo, pero no me parece justo —arqueaste una ceja—. No es justo que el traje se te vea mejor a ti que a mí, se supone que soy el centro de atención, ¿Cómo se supone que la gente se va a fijar en mí contigo a mi lado? —hizo puchero.

—Diva no se hace, se nace —le guiñaste un ojo antes de irte mientras aguantabas la risa.

—El termino diva se creó cuando yo nací —no podía ser Tony Stark si no tenía la última palabra, claramente.

Te sorprendió que tú padre no te había llevado a un restaurante lujoso como siempre lo hacía, si no que os llevó a la torre Stark, a un nuevo piso que habían construido durante vuestra ausencia.

—¿Qué es esto? —preguntaste mirando a tu alrededor.

La sala estaba decorada con un montón de cosas que hacían referencia a los demás Vengadores, y tenía un gran ventanal que dejaba ver todo nueva York. Estabas deseando que se hiciera de noche para poder ver el atardecer junto con tu padre, es decir, lo habías visto muchas veces, pero no recordabas ninguna con tu padre a solas. Realmente no teníais muchos momento padre e hija, así que este sería un día para recordar.

—Mandé a crear esta nueva sala específicamente para nosotros, sé que siempre estoy ocupado y no tengo tiempo de cuidar a mi única hija, así que quiero compensar mi ausencia.

Tuviste que aguantar un nudo en la garganta para no ponerte a llorar ahí mismo.

—Es increíble —dijiste aún en shock.

—Ven, también he contratado a un Chef para poder cenar bien —te llevó hasta una mesa con dos platos de pizza.

—Ahora soy yo la que no tiene palabras —reíste.

El negó con la cabeza y se metió un trozo de pizza en la boca.

—Oye, esto es increíble, en serio —repetiste—. Y te lo agradezco muchísimo, pero tal vez a la próxima podríamos probar a hacer algo casero —sugeriste—. Ya sabes, hacer experimentos en la cocina e intentar no quemarla, hacer un maratón de películas mientras comemos comida basura.

—Me lo apunto para la próxima vez —te sonrió.

Continuasteis hablando de temas triviales hasta que salió el tema de la pelea en el aeropuerto.

—Lo siento por no apoyarte en eso —te disculpaste—. Solo defendía lo que creía justo.

—Está bien, al fin y al cabo no estabais del todo equivocados —admitió, lo cual te sorprendió—. Yo también he cometido errores, y supongo que me arrepentía, creí que así lo arreglaríamos todo, aunque claramente no funcionó.

—Bueno, no pueden estar escondidos para siempre... -—te quedaste mirando tu plato ya vacío— En algún momento volverán.

Hablaste en plural, porque sí, echabas mucho de menos a Nat y a Steve, pero a quién más extrañabas era sin dudarlo a Pietro.

—¿Qué hay entre tú y Sonic? —preguntó sin rodeos.

—¿Qué?, ¡Nada! —negaste rápidamente.

-Por favor Ray, no nací ayer. Os vi en aeropuerto, y de todas formas se ve en como os miráis el uno al otro.

—¡¿Nos viste?! —definitivamente no te esperabas eso. Pensaste que estaba tan ocupado peleando que no se daría cuenta de que tú y Pietro os estabais liando en medio del caos.

—Todos os vimos —aclaró—. Y no debe ser fácil no saber donde está ahora mismo, ¿Verdad?

Decidiste dejar de hacerte la loca y abrirte con él.

—Es complicado... —comenzaste—. Le rechacé varias veces por todo lo de Josh, pero durante la pelea me salvó de un golpe, y acabamos muy cerca, no sé qué pasó pero lo besé y el correspondió —hablaste tan rápido que casi pensaste que no te había entendido, pero por su cara pudiste ver que te había entendido perfectamente.

—Por lo que cuentas, el llevaba esperando eso un tiempo, ¿Por qué dudas entonces? —preguntó.

—No sé... Tal vez tengo miedo de que sea como Josh.

—Escucha, he visto como te miraba cuando ni si quiera te dabas cuenta, ese chico está loco por ti, y si hace algo dudo que su hermana brujita le dejé los huevos donde los tiene ahora.

No pudiste evitar reír por su broma.

—¿Ves? Solo tienes que sonreír así y tendrás todo lo que quieras en la palma de tu mano — aseguró.

—De todas formas no sé dónde está, y el no ha venido a buscarme...

—Escúchame bien Raya Stark. Cuando quieres a alguien no hay barreras ni fronteras que puedan separaros, y conociéndote sé que cuando quieres algo vas a por ello sin que nadie te detenga. Así que si de verdad lo amas vas a ir y vas a buscarlo por mar y tierra, vas a decirle lo que sientes y después vas a darle una buena patada de mi parte por apoyar al equipo Cap.

Te sorprendieron sus palabras a la vez que te motivaron.

Tenía razón.

Querías a Pietro y el te quería a ti, ¿Qué hacías todo el día en el complejo sin ir a por él?

Estaba decidido, tu siguiente misión iba a ser encontrar a Pietro.

Shit, se me ha quedado un poco corto el capítulo, pero espero que os guste esta parte de relación padre e hija <3

-Mai

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