Tanto Masaru como Mitsuki, simplemente se volvieron a esconder atrás de Dazai con pucheros, Chuya seguía ayudando a Kunikida a limpiarse, mientas le mandaba una mirada de desaprobación a Dazai, quien simplemente desviaba la mirada desentendido, puesto que no regañaría a sus hijos por eso y no se dejaría regañar por Chuya aunque que decidió preguntar algo.

— ¿Por qué no me avisaste que vendrías?

—Fue algo de urgencia, Akutagawa me dijo cuando apenas llegué y me informo que ya le había comentado a Atsushi, así que no vi la necesidad de comunicarte mi llegada.

—Bueno si lo hubieras hecho esto no habría pasado.

—No comiences a darme la culpa de todo Dazai.

Los jóvenes veían la típica discusión de sus padres como si nada, a decir verdad ya era algo cotidiano, así que simplemente observaron su alrededor, como si las paredes fueran lo más interesante de la vida, aunque algo les llamo la atención, algo estaba abrazándoles las piernas al observar hacia abajo, notaron a una niña de cabellos oscuros y luces blancas con unos ojos que daban con un amarillo y morado, usaba un vestido de color blanco con moños rojos.

—Hermanito Masaru, Hermanito Mitsuki.

—Yoshida —dijeron ambos.

—Juguemos.

—Yoshida, deja a Masaru y a Mitsuki, ellos están ocupados —dijo Atsushi.

—Pero ellos si pueden jugar conmigo y no como Fumi, ella aún se come sus babas.

—Es una bebe, es lógico —dijo Akutagawa tomándola en brazos.

Ambos gemelos solo veían esa escena Yoshida, la hija mayor de Atsushi y Akutawaga que ya tenía 9 años y Fumi de solo 2 años, sí que no habían perdido el tiempo, ellos tenían sus problemas pero sabían llevarlos y eran una hermosa familia.

Por otro lado sus padres, últimamente peleaban más y discutían por todo, aunque ahora que posiblemente sabían de la condición de su madre ahora tenía logia su mal humor y los ascos hacia el alcohol.

Ambos fueron a la oficina del presidente como si nada, abrieron la puerta de la oficina encontrándose con Yukichi Fukuzawa y Haruno charlando, más al verles pararon.

Los niños fueron hacia el peliplateado para sentarse en el escritorio y se quedaron en silencio, el mayor no se negó, eso ya era costumbre, los jóvenes miraron los papeles en el escritorio reconociendo la letra de este, eran documentos escritos por el mismo Ōgai Mori, su abuelo si podían llamarle de alguna manera, Haruno se retiró un momento de la oficina dejando a los tres solos.

—Papá Chuya y el tío Akutagawa ya llegaron —Dijo Mitsuki.

—Ya están discutiendo —aviso Masaru aun mirando los documentos.

—Los esperábamos más tarde, pero si ya han llegado entonces debemos empezar —dijo Fukuzawa.

—Sera lo mejor, o si no acabarán destrozando la oficina, hace 4 días destrozaron la sala y apenas ayer se pudo reponer —Agrego Mitsuki.

—Ya no fue nada lindo quedarnos sin televisión.

—Exacto.

Fukuzawa solo cerro los ojos y suspiro para después ver a los jóvenes, quienes aún veían los papeles con detenimiento, e interés personal, después de todo tenían que parecerse a uno de sus padres en cuestión de inteligencia y para la suerte de todos salieron a Dazai, el mayor simplemente acaricio sus cabezas haciendo que le mirarán y  Fukuzawa se separó de ellos y recogió los papeles para marcharse.

— ¿Qué crees que haya sido eso?

—No lo sé, pero debe ser algo grave si necesitan de nuestros padres ¿Verdad Mitsuki?

—Ciertamente, la desaparición de embarques junto a las personas no es normal.

—Alguien tratara de atacar Yokohama, pero esa manera es absurda ¿Por qué llevarte a la gente normal y no a los dorados?

—No están buscando dinero de esto seguro, ni rehenes simplemente es como si fueran su combustible.

— ¿De qué hablas?

—En términos sencillos, desde que comenzó esta "gran" desaparición, la frecuencia a aumentado si bien no tienen un patrón sus desaparición aumentaron con cada desaparición, es como si eso les diera más motivación para emitir más secuestros.

— ¿Pero qué pasará una vez que los trabajadores de los puertos se acaben? Si es como dices su combustible se acabará.

—Buscara otra manera, nada indica que no pueda salir de los puertos ese solo es su medio más utilizable.

— ¿Crees que quieran evitar que salgan de Yokohama? —dijo Masaru mientras observaba el techo y se cruzaba de brazos.

— ¿Eh?

—Después de todos los puertos son lugares donde barcos salen de los alrededores de Yokohama para comercio pero es lo que hacen salir, eso se utiliza más que una autopista o un avión del lugar.

—Pero si fuera así debería haber informes de desaparición en esos lugares de desplazamiento.

—Según el informe del abuelo Mori, un avión de su pertenecía desapareció.

—No sabemos si ahí viajaba algún dotado.

—Es el punto, sabemos que los dorados no son su blanco, al contrario prefiere evitarlos, después de todo si es alguien con una habilidad que actúa por medio de alimento de personas sin habilidad encontrarse con alguien que tenga una sería un peligro ya que perdería, si habilidad no es de combate.

— ¿Entonces de que es?

—Esta es la mayor cuestión.

Los jóvenes suspiraron pesadamente y cerraron sus ojos para poder pensar mejor, pero nada se les ocurría, sus pensamientos fueron interrumpidos por Haruno, quien entraba con unos pequeños pudines para ellos quienes lo aceptaron felices y comenzaron a desgastarlos con la chica acompañándoles.

Cuando terminaron los 3 salieron de la oficina, no había nadie ya que estarían en la sala de justas, solo estaban las secretarias de turno haciendo su trabajo, ambos suspiraron y se dirigieron a la azotea, a pesar de que Dazai les había prohibido ir ahí no le hacían caso.

Masaru se dejó caer al suelo dejando que el aire del lugar le refrescara, por su parte Mitsuki miro el horizonte para poder relajarse, pero su vista vio una gran nube de humo porvenir a lo lejos, tallo sus ojos y al mirar nuevamente no había ninguna nube de humo, alzo una ceja más no comento nada.

—Oye Mitsuki.

— ¿Que sucede?

—Soy yo o en el cielo se vio una nube de humo.

— ¿Qué?

—Acabo de ver una nube de humo, una de color negro o como neblina.

—Así que no fui el único...