Capitulo. 1💜
El lugar estaba en silencio, ya que la mayoría dormía. Era la casa del dúo más fuerte de Yokohama, que hace dos años había estado en peligro, pero eso era cosa del pasado. Actualmente, ellos vivían muy bien con su familia, incluyendo sus dos hijos, Masaru y Mitsuki, quienes habían desarrollado muy bien su don, tanto así que sorprendían mucho a sus padres.
Para ellos o era tanto puesto que era algo normal, después de todo habían pasado 9 años desde que obtuvieron sus habilidades o dones, además al igual que su padre eran unos prodigios. Su apariencia había cambiado drásticamente y sus aromas también.
Masaru, era igual o un poco más alto que Dazai, midiendo su hijo 1.87. Había decidido por el estilo de cabello de Chuya dejándolo largo, además de usar un estilo muy libre, como su padre cuando tenía 16, cabe resaltar que ahora el tenia uno que otro arete y perforación, que Dazai no estaba muy de acuerdo pero ahí estaba Chuya para estar del lado de su hijo, su aroma a cabo por quedarse con la sensación de aroma a camelias con una leve combinación de whisky, cuando se enoja, molesta o se siente triste, su aroma se solía amargar, pero da un aroma como a carbón, aunque Dazai lo comparaba con los cigarrillos. Es muy juguetón y coqueto, su timidez quedo atrás, eso pasa cuando le dejas pasar mucho tiempo con Dazai y le dejas ver como coquetea.
Mitsuki por su parte, su altura era igual a la de su hermano. Mide 1.87, su tipo de estilo era como el de Chuya, pero era más formal y su cabello estaba más ordenado que el de su hermano, aunque también tiene el cabello largo como Chuya, como en la infancia su forma de actuar y vestirse, era idéntico a la de Dazai, aunque de vez en cuando usaba un sombrero. A diferencia de su gemelo él no tenía perforaciones, su aroma se convirtió en lirios y vino, un Petrus para ser exactos, cuando suele enojarse, molestarse o estar triste su aroma se amarga llegando a dar un olor a sangre. Llega a ser frio y distante, Chuya suele compararlo con un Dazai de 15 años, aunque Mitsuki es más expresivo que su padre en ese entonces.
Eran día normal en la casa, desde aquel accidente, Todos procuraban estar alerta. Aunque por el momento todo era tranquilo, después de todo aquel accidente ocurrió hace 9 años, por lo que era muy poco probable que algo malo pasara, y mucho menos sabiendo que Fyodor estaba muerto o al menos eso se supone.
Los Gemelos habían crecido grandiosamente, Cada uno estaba postulando para una universidad, pero aun no sabían cual en realidad, Chuya y Dazai no los presionaban eso les bastaba, aunque de vez en cuando le pregunten.
Masaru y Mitsuki, se levantaron algo temprano, se acercaron a la cocina y se sentaron en la mesa para poder desayunar. Normalmente no se levantarían temprano pero esta vez sentían algo raro. Vieron cómo sus padres entrar a la cocina aun con algo de sueño. No era tan temprano después de todo, aunque tuvieron que observar cómo se daban un beso sus padres, los gemelos hicieron caras de asco, aunque solo para hacer molestar a sus padres.
—Consigan un cuarto.
—Le da un golpe en la nuca— Cállate Masaru, son capaces de hacerlo.
—Solo decía vinieron de su cuarto no es para que se lo tomen a pecho.
—Ellos obviamente lo van a hacer.
—No pueden, al menos no por el momento.
De la nada Chuya paso y le dio un golpe en la nunca también, Masaru le observo ofendido más nunca le reclamaría a él, a su hermano si pero no a sus padres, por lo que mejor opto por ir a la cocina para ayudarle con el desayuno.
Dazai solo por su lado soltó una risa y se sentó al lado de Mitsuki, quien solo veía divertido a su hermano y a su padre, Dazai decidió llamar su atención soltando un poco su aroma, cosa que resulto, haciendo que le observara.
—¿Alguna razón para levantarse temprano?
—Nada en particular, solo nos despertamos más temprano, ¿Iras a la agencia?
—Si Kunikida no me llama, si, aunque casi no hay trabajo.
—¿Podemos acompañarte?
—Le observo unos minutos para después cruzarse de brazos— ¿Es sobre la universidad? —Su hijo asintió a lo que el suspiro— Supongo que querrán hablar con todos para saber su decisión, aunque siendo sinceros me sentiría mas tranquilo si trabajan con Chuya o conmigo.
—Lo pensaremos, pero no está demás tener otra profesión de repuesto.
—¿Universidad?
—Yokohama City University.
—¿Masaru?
—Kanagawa University.
—¿Sus dones?
—Están mejor que antes, aunque a veces se activan solos, en momentos muy incómodos.
—De acuerdo.
De la nada su plática fue interrumpida, puesto que Masaru salió casi cargando a Chuya, eso asusto un poco al castaño así que se acercó, Masaru dejo reposando en una silla a Chuya.
—¿Qué paso?
—Papa Chuya empezó a vomitar al olfatear un aroma, supongo que el mío.
—No fue el tuyo fue del Cangrejo.
—¿Ahora mi comida te da asco? —Indago curioso Dazai— ¿Qué eso no te pasaba con Masaru y Mitsuki?
—No me jodas...
El castaño y el peli naranja, se miraron algo preocupados, no es mala noticia pero apenas iban a dejar a sus polluelos volar, como era posible que tuvieran otro bebé.
—Masaru les observo y después suspiro llamativamente— eso pasa cuando coges en medio de un celo combinado, —Chuya y Dazai le miraron ofendidos pero eso le importo poco— oye Mitsuki, ¿Qué eso también no sucedió con nosotros? Fuimos concebidos por un celo.
—¿Cómo mierda sabes eso? —Dijo con algo de disgusto.
—Saque cuentas y vi los antiguos calendarios de Papa Chuya.
—Y eso pasa cuando le das mucha libertad a tu hijo y se vuelve un descarado, espero que a este bebé no le des tanta libertad Chuya.
—Cállate, Masaru es un buen Chico, y no hables como si ya lo dieras por hecho.
—Personalmente yo no percibo nada pero eso también me paso con ellos, además dicen que las crías perciben mejor el aroma de otro tumor de 9 meses, así que...
Dazai se apartó levemente de Chuya dándole espacio a sus hijos, Masaru se posó del lado derecho de Chuya, mientras que Mitsuki en el izquierdo, se agacharon un poco, comenzaron a olfatear, cerrando sus ojos, Chuya solo les miro fastidiado y soltó levemente su aroma, observo como ambos hicieron una mueca al mismo tiempo, se retiraron y abrieron sus ojos para después cruzarse de brazos y hablar en código.
—Si siguen hablando así, les pateare el trasero —Ambos jóvenes le miraron algo extrañados— ¿Qué?
—Tienes Aroma a Leche... —Comenzó a decir Mitsuki.
—Pero no podemos estar seguros realmente, es casi imperceptible, y por las fechas en las que tuvieron su celo, indicaría que estas de 2 meses.
—¿Papa Chuya tuvo su celo esta vez? —Pregunto Mitsuki al castaño quien negó— Es probable que lo estés, pero es mejor decirle a La Tía Yosano o al Abuelo Mori que te den un chequeo o prueba de sangre.
—En su defecto de aroma, pero por si acaso, Felicidades, crearon oro tumor de 9 meses que esperemos que sea uno y una niña si no me voy a enojar.
—¿Por qué te enojarías? —Pregunto Chuya.
—No quiero otro niño, es más fastidioso, tengo a Mitsuki para eso.
—Lo mismo digo, suficiente tengo con Masaru, hablando de eso ¿A dónde se fue ese niño tímido y nada sínico?
—Preguntale a Papá Dazai, ¿Desayunamos? Tengo hambre.
—Iremos a checar a Chuya después, por ahora comamos tranquilos.
Masaru se encargó de la comida ya que Chuya no podía acercarse, por los aromas, Dazai se quedó ahí consolándole por las náuseas, mientras Mitsuki preparaba la mesa. Después de 5 minutos, Masaru regreso con el desayuno y comenzaron a comer, pero apareció el suceso de todas las mañanas.
—¿Mitsuki podrías...?
—Aquí tienes —dijo pasándole el envase de jugo.
—Gracias, y también...
—Eso será después de comer, Papá Chuya dice que no debemos fumar en la casa.
—Bien, como digas. —Hizo un puchero.
—Chicos, —dijo Dazai— podrían dejar de hablar así.
—Ya ves lo que sentimos cuando ustedes lo hacen —dijo Masaru.
—Masaru, reprendió Chuya.
—Lo siento, Papá Chuya...
—¿No creen que están usando mucho su don?
—Ustedes lo usan a diario.
—Excepto Papá Dazai, él nunca lo usa.
—Es verdad, él nunca lo ha usado, solo pocas veces —dijo Mitsuki riendo.
—Es un desactivador portátil —Dijeron al mismo tiempo entre risas.
—Oigan...
Ellos reían fuertemente, mientras a Dazai le daba un tic en el ojo. Se había ofendido, y Chuya no ayudaba porque también se reía. Ya sabían de dónde habían sacado su forma de ser y su inteligencia para los insultos. En momentos como esos, Dazai maldecía que tuvieran también sus genes. Esos niños también eran prodigios cuando querían.
Dazai suspiró, miró el techo, después la cocina y al lado de la cocina. No estaría mal pasar por ahí y tomar algo. Estaba por levantarse cuando Masaru habló.
—Papá Dazai va a ir a tomar un bocadillo sin haber comido todavía todo, y también buscar una soga.
—Eh... y-yo no... —dijo Dazai.
Fue detenido por la mano de Chuya, quien le apretaba fuertemente el hombro y le sonreía irritado. Esa era una señal de que si decía algo estúpido, no iba a repetirlo esta vez. Dazai suspiró y miró a sus hijos, que siguieron comiendo como si nada. De verdad habían desarrollado muy bien su habilidad, pero ¿cómo era posible que cambiaran el tiempo de aproximación de vista de tiempo? Ni Oda fue capaz de hacer eso, ya que solo fue capaz de ver de 5 a 6 segundos en el futuro. Pero sus hijos, ellos no solo veían eso.
—Masaru, Mitsuki, hablamos en serio, están usando mucho su habilidad —dijo Chuya.
—Eso lo sabemos, pero no es como que pudiéramos evitarlo, se activa cuando quiere en los momentos indicados aun no resolvemos ese inconveniente.
—Mitsuki tiene razón, se activa cuando menos lo piensas, podemos activarla por cuenta propia, pero también lo hace sola.
—Deben tratar de controlarla —dijo Chuya.
—Pero tú no la controlas, Papá Chuya —dijo Masaru.
—Yo soy un caso especial, y además claro que la control, no en su totalidad, pero lo hago.
—El hecho de que tengas un dios no lo hace diferente —dijo Mitsuki, desviando la mirada.
—No lo hace diferente pero eso les puede causar inconvenientes y lo saben, además si quieren vivir una vida normal eso se los impedirá ya que nunca estarán alerta. Ustedes están bajo la protección de la agencia de detectives, donde el inútil de su padre va, no digo trabajar, porque ni eso hace.
—¿Qué el problema no era con ellos? —dijo Dazai, alzando una ceja.
—Es la costumbre.
—Bien, entendemos eso, pero no s como que pudiéramos hacer algo al respecto, trataremos de hacer lo menos obvios pero es todo —Aclaro Mitsuki suspirando.
—Concuerdo con Mitsuki, para ustedes no es complicado ya que no ven el futuro, pero es fastidioso, digo esa cosa se activaba en el momento de darme un regalo, gracias a eso no pude sorprenderme 4 años seguidos, eso fue horrible.
—Cuando vas a una sala de cine y está por terminar una película y tu propia habilidad te dice el final.
—Ok, entendemos pero Chuya tiene razón, al menos inténtenlo. Además, tengo ciertas dudas, ¿cuánto tiempo en el futuro son capaces de ver?
Los gemelos se vieron entre sí, y después miraron a sus padres, suspirando. Deben decirles, si o si, o nunca les dejarían ir. Ya lo habían visto en el futuro, así que sin más, el mayor de los dos comenzó a hablar.
—Individualmente vemos alrededor de 2 minutos, si estamos los dos, de alguna manera nos las arreglamos y vemos 4 minutos, claro que esta tiene la limitación del tío Oda, si estamos en peligro dentro del récord de 1 o 2 minutos y no lo vemos, bueno, se activa la trampa —dijo Mitsuki.
—¿Cómo es que tiene más tiempo de vista? —preguntó Dazai.
—Ni idea, solo así aparece, no es como que supiéramos la respuesta a todo eso, Papá Dazai —sentenció Masaru, bebiendo su jugo, Ya había terminado de comer.
Dazai miró a Chuya, irritado, culpando de ese carácter al pelirrojo. Este se defendió y negó con la cabeza, apuntándole sonriente, para después levantarse y recoger los platos.
Dazai miró a sus hijos, de verdad eran una copia exacta de ambos, aunque uno y otro tuvieran la personalidad contraria a su apariencia. Suspiró pesadamente y después sonrió al ver a sus hijos reír por lo que sea que estaban hablando. Amaba su familia, no importaban las discusiones, solo eran peleas que ellos tenían cotidianamente que sabían que eran bromas o se sabían arreglar, y los gemelos lo tomaban a gracia. Todo estaba bien... por ahora.
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