Capítulo Ocho
Jimin yace en el suelo de la sala de ensayos, su respiración aún agitada por el esfuerzo que había realizado apenas unos minutos antes. Después de cuatro días difíciles, en los que se había sentido perdido en sí mismo, finalmente estaba retomando las prácticas. Casi no logra asistir al concurso benéfico, agradeciendo en silencio que las lluvias repentinas de los últimos días lo hayan pospuesto hasta el sábado.
Aunque su cuerpo permanece aquí, su mente vuela hacia la noche anterior, abrumándolo de vergüenza sin razón aparente. Sin embargo, Yoongi fue tan dulce, tan comprensivo; incluso lo dejó en su cama y lo envolvió con ternura, como si fuera el ser más frágil del mundo. Recuerda vívidamente sus dedos trazando suavemente sus rasgos, los latidos reconfortantes de su corazón resonando en sus oídos, la calidez reconfortante de su abrazo. Anhela desesperadamente un milagro que le ayude a inhalar el aroma del cuello del alfa; solo el pensamiento enloquece a su lobo interior. Jimin deja escapar un suspiro de frustración mientras despeina sus cabellos con las manos.
— ¡Basta! — grita al aire, como si ese pedido pudiera detener sus pensamientos.
¿Qué estaba pensando? Había una avalancha de emociones revoloteando en su pecho. Se encontraba atrapado en una tormenta de sentimientos contradictorios; por un lado, el miedo se apoderaba de él, pero por el otro, sabía en lo más profundo de su ser que Yoongi no era una persona mala. De alguna manera, intuía que había un punto de conexión entre ellos, pero no lograba comprender cuál era. Anhelaba dejar salir el llanto que amenazaba con desbordarse ante la avalancha de pensamientos incontrolables que invadían su mente.
Recuerda que su decisión de optar por encuentros casuales en lugar de una relación estable, fue en gran parte influenciada por su ex novio, Taemin. Este individuo altamente inestable llenaba su mente con pensamientos negativos, siempre envuelto en deudas y ocultando aspectos de su vida. Permitió que Taemin ejerciera un control destructivo sobre él, llevándolo al borde del abismo en repetidas ocasiones. La relación se tornó tóxica y abusiva, dejandolo con cicatrices profundas que tardaron mucho en sanar. Fue normal que luego de esa experiencia desarrollara un temor persistente a ser lastimado de nuevo, lo que lo mantuvo alejado de cualquier compromiso amoroso.
¿Por qué se torturaba con esos pensamientos ahora? A pesar de conocer a Yoongi, su relación apenas rayaba en la superficie; sus conversaciones se limitaban a banalidades y la monotonía de la vida. No era nada fuera de lo común, sin embargo, siempre se encontraba cara a cara con ese sentimiento de extrañeza hacia él.
Esa mañana, Jimin se contuvo de tocar la puerta que llevaba al estudio del productor. La vergüenza lo invadía ante la idea de un encuentro cara a cara con Yoongi, temeroso de que sus dudas se disiparan al instante. No era el miedo a que las cosas terminaran igual lo que lo asustaba, sino la posibilidad de encontrarse atrapado en una situación donde necesitara a Yoongi de forma permanente. Aun así, era viernes, y como cada viernes, esperaba verlo y hablar de lo que sea.
Busca entre sus cosas su celular, y encuentra el último mensaje de Yoongi que le informaba que había llegado a casa sano y salvo la noche anterior. Observa los mensajes que han intercambiado, la mayoría son respuestas suyas, acompañadas de emojis y fotos de cosas cotidianas. Se da cuenta de que Yoongi rara vez comparte detalles de su vida y solo reacciona a lo que él envía o a las preguntas que le hace, limitándose a respuestas breves.
"Mañana es el concurso benéfico, ¿recuerdas? Espero verte allí. :p"
Escribe el mensaje en su teclado, pero duda antes de enviarlo. Se pregunta si sería demasiado insistente. Su lobo interior aúlla con preocupación, así que decide borrar el mensaje. Aun así, siente el deseo de comunicarse con Yoongi, por lo que rápidamente piensa en el nuevo sabor de helado que vio anunciado en el camino.
"¡He descubierto un nuevo sabor de helado! Deberíamos probarlo juntos."
Después de enviar el mensaje, Jimin espera ansioso la respuesta de Yoongi. Se muerde el labio inferior y mira fijamente la pantalla de su teléfono, esperando ver aparecer la respuesta de Yoongi. Pasados unos minutos que parecen eternos, finalmente llega la respuesta.
"Es viernes"
Una sonrisa se forma en su rostro, iluminando sus ojos mientras niega con la cabeza por la corta pero directa respuesta. Con el intercambio de mensajes, Jimin siente un calorcito en el pecho, reconfortado por la pequeña conexión que comparte con Yoongi. Era más que un compañero de trago ocasional; era alguien genuino, que valoraba su compañía sin segundas intenciones. Una amistad real, que aunque no tan íntima como la que tiene con Jin, parecía encaminarse hacia ese cálido camino.
Yoongi se debate internamente mientras más se acerca la hora del encuentro con el Omega, sintiendo cómo los nervios se intensifican con cada minuto que pasa. La idea de dejar a Taehyung solo lo inquieta, pero también se enfrenta al dilema de revelarle la existencia de Jimin. Temeroso de las preguntas incisivas que su amigo le hará y de las respuestas que deberá dar, las cuales no serían solo suyas sino también de Jimin, Yoongi se encuentra en una encrucijada, sabe que no hay nada que pueda hacer al respecto. Sabia que si seguía por ese camino con el Omega, Jimin y Taehyung se terminarian conociendo tarde o temprano.
Tae es ajeno a los debates mentales de su amigo, solo habla de todo y nada a la vez, toca todo lo que ve y luego insiste en que el siguiente paso que Yoongi daría sería a la fama. Yoongi solo responde con pequeños sonidos que hace con su boca, o asiente aun no entienda realmente el rumbo de la conversión. Su mente divagaba lejos, en sus recuerdos, en los de anoche para ser exactos. Jimin a primera vista parecía lleno de luz y energía, pero anoche, su tristeza y los espacios vacios, le dijeron que tal vez no era tan asi.
— Gracias Yoongi, por escucharme — ironizó Taehyung, diciendo las palabras lo suficientemente fuerte para ahora sí captar la atención de Yoongi — . Eres el mejor amigo de mierda.
Yoongi rasco su nuca avergonzado una vez fue descubierto, pensaba disculparse, pero
un aroma a vainilla lo hizo levantarse de golpe de repente, confundiendo aun más al pobre Taehyung que se preguntaba si ya no era tan divertido como antes. Yoongi camino hasta la puerta, sorprendiendo a Jimin con el puño en el aire, estuvo a punto de tocar, pero Yoongi fue más rápido que él. Ambos se encontraron con la mirada y Jimin dio una tímida sonrisa como saludo.
—¿Vas a venir? —preguntó de forma retórica el omega a Yoongi, quien había perdido la noción del tiempo desde hacía unos minutos.
—¿Puedo llevar a un amigo con nosotros? —dijo Yoongi en cuanto percibió la presencia de Taehyung, que estaba curioso detrás de su espalda.
La expresión de Jimin se tornó en una mueca de confusión. Yoongi nunca mencionaba personas cercanas a él, y Jimin no tenía idea de si tenía hermanos o familia cerca. Mucho menos imaginaba que tenía un amigo tan cercano como para invitarlo a sus encuentros de cada viernes. Jimin levantó un poco la mirada, ya que el chico tras la espalda del alfa era un poco más alto que él. Este lo observaba con los ojos muy abiertos, sin apartar la mirada de la suya. Jimin se sintió incómodo por un momento. ¿Por qué lo miraba como si estuviera en trance?
Jimin parpadeó, sintiéndose observado de una manera que lo hizo retroceder ligeramente. La intensidad en los ojos del desconocido le provocaba una incomodidad que no pudo evitar. Se preguntaba qué pensaría este nuevo individuo al verlo allí, de pie frente a la puerta de Yoongi.
—Ah... hola —saludó Jimin, tratando de romper el silencio incómodo que se había formado entre ellos.
Taehyung le devolvió el saludo con una sonrisa amistosa, pero sus ojos seguían mostrando un brillo peculiar, como si estuvieran tratando de descifrar algún enigma oculto.
—¡Hola! —respondió Taehyung, extendiendo la mano hacia Jimin en un gesto amigable—. Soy Taehyung, amigo de Yoongi.
Jimin asintió con educación y estrechó la mano de Taehyung, tratando de disimular la intranquilidad que sentía en su interior. La idea de que Yoongi tuviera amigos fuera de su círculo habitual era algo que no había considerado antes, y la presencia de Taehyung despertaba una curiosidad y una preocupación inexplicables en él.
—Encantado, soy Jimin —respondió, tratando de ocultar la confusión que lo embargaba mientras mantenía su sonrisa ante la energía palpable de Taehyung, quien parecía irradiar entusiasmo por todos lados. No pudo evitar notar cómo Yoongi había pasado de estar frente a él a encontrarse ahora detrás del chico.
—Espero que no te moleste que me una a donde sea que vayan —señaló Taehyung con su característica energía, estrechando su mano de un lado a otro en un gesto animado, mientras Jimin luchaba por mantener la compostura ante el repentino cambio de dinámica.
—Para nada, solo me tomaste por sorpresa —respondió Jimin con una sonrisa, haciendo un esfuerzo por detener el agitado movimiento de la mano de Taehyung antes de que provocara un huracán en el pasillo.
—Ya para, le vas a arrancar la mano —. Regaño Yoongi a su amigo, quien parecía mover la cola de un lado a otro si se lo preguntaban.
—Lo siento —Se disculpó Taehyung, ahora sí soltando la mano del omega—. Solo me emociona que Yoongi tenga más amigos.
Yoongi observó la interacción entre Jimin y Taehyung mientras cerraba la puerta del estudio. Era evidente cómo Jimin se esforzaba por mantener el ritmo, ya que Taehyung bombardeaba con una serie de preguntas sin darle apenas tiempo para responder una antes de lanzar otra. En un instante, los ojos avellana de Jimin se encontraron con los de Yoongi, como si buscaran ayuda en ellos. Yoongi curvo sus labios en una suave sonrisa por ese detalle, Jimin encontró un destello de complicidad, una chispa de entendimiento que se deslizó entre ellos como un secreto compartido. Era un gesto que se quedó grabado en la mente de Jimin.
Mientras tanto, Taehyung continuaba con su efusividad, ajeno a la conexión silenciosa entre Jimin y Yoongi. Sus preguntas seguían llegando una tras otra, sin dar tregua a Jimin, quien luchaba por mantenerse a flote en medio de la marea de palabras.
—Entonces, ¿cómo conociste a Yoongi? ¿Tocas algún instrumento o tienes algún pasatiempo conectado a el de él? —preguntó Taehyung, con los ojos brillantes de curiosidad mientras observaba a Jimin.
El omega apretó los labios, reprimiendo la sonrisa juguetona que amenazaba con aflorar. Desde que redefinió su relación con Yoongi y ya no buscaba más noches de desenfreno en el escritorio de algún desconocido, se había comprometido a no mencionar el tema ni hacer insinuaciones que pudieran incomodar al alfa.
—Bueno, ¿estamos listos para irnos? —interrumpió Yoongi de inmediato, rompiendo a propósito el momento de conversación.
—Claro que sí —respondió Taehyung con una sonrisa amplia.
Pronto, Yoongi se sumó al entusiasmo general. Jimin, por su parte, se sentía cada vez más cómodo en la compañía del chico que acababa de conocer. Mientras se dirigían hacia la salida, una sensación de emoción llenaba el aire. Y en medio de todo eso, Jimin se permitió sentir una chispa de felicidad, esa que se le escapa de las manos desde hace ya mucho tiempo.
De camino a la heladería, Taehyung no volvió a bombardear al pobre omega con sus preguntas. Más bien, Jimin descubrió que Taehyung conocía a Yoongi desde que ambos tenían memoria; sus padres se habían encargado de que asistieran a la misma escuela todos los años, por lo que eran tan cercanos como dos hermanos podían ser. También señaló que, a diferencia de Yoongi, que era hijo único, él tenía que lidiar con un hermano mayor y ahora sobrinos. A Jimin le parecían graciosas las anécdotas del chico, y aunque Yoongi no hablaba mucho, notaba que algunas de ellas lo avergonzaban un poco, como cuando reveló que conoció a Taehyung porque éste solía robarle sus juguetes.
Una vez dentro de la heladería, los ojos de Jimin brillaron al divisar el cartel que anunciaba el nuevo sabor a miel.
—Invitaré los helados ya que me colé en la reunión —Señaló Taehyung con una sonrisa pícara.
—¿Probamos todos el mismo sabor? —propuso Jimin entusiasmado.
—Yo prefiero el de siempre —reveló Yoongi con tranquilidad—. No me gusta la miel.
—¡¿Qué?! ¿Cómo no te puede gustar la miel? —Jimin preguntó incrédulo, con una expresión de asombro en su rostro.
—Yo podría probarlo contigo —se ofreció Taehyung, extendiendo una mano amistosa hacia Jimin.
Aunque Jimin hubiese preferido una respuesta positiva, asiente con una sonrisa hacia Taehyung.
—¡Muy bien! — . Exclamo Taehyung —. Entonces dos de miel ¿ y tú Yoongi?
—Vainilla.
Mientras Taehyung se alejaba del grupo para pedir los helados, el pedido de Yoongi llamó la atención de Jimin. ¿Realmente siempre elegía vainilla? No se había dado cuenta a pesar de todos los viernes que habían compartido. Sin querer, recordó aquella charla bajo el toldo de la tienda, observando la torrencial lluvia, donde Yoongi le había dicho que olía a un campo de flores de vainilla.
El recuerdo de esa conversación inundó la mente de Jimin, trayendo consigo un torbellino de emociones y preguntas. ¿Por qué Yoongi había mencionado ese aroma en particular? ¿Había sido solo una casualidad o tenía algún significado especial para él? Jimin se encontró perdido en sus pensamientos, contemplando la posibilidad de que Yoongi compartiera ese detalle como un indicio sutil de algo más profundo.
Pero se convenció rápidamente de que era lo esperado, por lo que era poco probable que tuviera algún significado especial. Por un instante, se sintió un tanto ridículo. Así era él, reflexionó; no podía evitar anhelar la atención de los demás, deseando ser alguien importante para quienes lo rodeaban.
—Luces mejor —. Aprovechando la ausencia de Taehyung para abordar el tema, Yoongi interrumpió los pensamientos del omega.
—Quiero estarlo —respondió Jimin con determinación.
—No tienes que decirme la razón de...—intentó empezar Yoongi, pero fue interrumpido.
—Pero quiero —. Jimin lo miró directamente a los ojos—. Quiero que seamos ese tipo de amigos que dicen las cosas, que me preguntes y si no estoy listo para decírtelo hoy, entonces pregúntame al día siguiente. Que no dejemos de hablar del tema hasta que estés seguro que estoy bien y aunque no lo necesites o creas que no, yo haré lo mismo.
Yoongi se encontraba profundamente conmovido por la sinceridad y la vulnerabilidad que Jimin estaba mostrando en ese momento. Deseaba arduamente poder corresponder de la misma manera, liberándose de la insistente voz interior que le recordaba la necesidad de mantenerse fuerte y nunca mostrar debilidad. Ansiaba ser el tipo de amigo que Jimin necesitaba desesperadamente, pero la simple idea de permitir que alguien vislumbrara su verdadero ser lo aterraba. Desde hacía mucho tiempo, se había distanciado de su auténtico yo, y el temor de retroceder y abrir la caja de Pandora de sus emociones reprimidas le inundaba con una sensación de desasosiego.
Su lobo agacha las orejas avergonzado ante la simple idea.
Mientras se sumía en estos pensamientos, Taehyung regresó con los helados, interrumpiendo la corriente de su mente. Con mucho cuidado, Taehyung distribuyó los conos, asegurándose de que cada uno recibiera el sabor que había pedido.
Jimin aceptó el helado con gratitud, agradeciendo el gesto amable de Taehyung. Sus ojos se iluminaron y la conversación paso a estar pendiente para algún futuro no muy lejano. Al contemplar el suave tono dorado del helado de miel. Llevó el cono hacia sus labios y dio un primer bocado, dejando que el dulce sabor inundara sus sentidos. Cerró los ojos por un instante, recordando lo escaso que era conseguir miel en Busan, casi una rareza.
— Será mejor que nos sentemos —propuso Taehyung al notar la expresión incómoda de Yoongi, debido a la multitud que entraba en busca del nuevo sabor de helado.
—¡Sí! solemos sentarnos en aquella de allá. —señaló Jimin, indicando la que estaba más alejada de la puerta de entrada.
—¿Solemos? —preguntó Taehyung con una mirada insinuante hacia su amigo, mientras avanzaba con el par hacia la mesa señalada — . ¿Suelen frecuentar esta heladería ?
Gracias por llegar hasta aquí.
La relación de Yoongi y Jimin avanzara de una manera lenta, porque ambos personajes tienen espinas en el corazón. Recuerden que el amor empieza por uno mismo y luego se puede compartir.
por otro lado Taehyung es un personaje importante para la trama, intenten adivinar por que mediante este capitulo. JSJSJSJS
A quien lea esto, quiero que sepas que adoro las criticas constructivas, no tengas miedo de dejar tu opinión siempre y cuando no sea vulgar o sea escrita con la intención de lastimar.
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