Ataques
Fue un error no decirles a mis padres la verdad sobre mi divorcio y todo cuanto sufrí. Hoy día entiendo que mi deseo de cuidar de ellos fue superado por el sentido común. El regreso de Augusto a mi vida y la amenaza a mi felicidad me hizo replantear si era bueno guardar silencio.
Con Patrick por fuera del país en unas vacaciones bastante extrañas, mi padre al frente del rancho, todo se complicaba más. El rostro del hombre dormido a mi lado me trae cierta paz y alzo la mano hacia su rostro.
Delineo sin tocar cada uno de sus rasgos. Es posible que lo vea desde el corazón, para mí no hay nadie más hermoso que Travis. Nariz respingada y pequeña, labios carnosos, pestañas largas y rostro en forma de diamante.
No se considera un buen partido, no es consciente de todas sus virtudes, siendo esa la mayor de todas. Físicamente, hay muchos mejores que él, pero no ocurre lo mismo cuando se trata de su alma y corazón.
Amo a Travis y mi mayor deseo es que lo crea, poder gritarlo al mundo. Apoyo mi rostro en la almohada deleitándome de su imagen en ese lado de mi cama. Es la quinta vez que amanece en conmigo, nunca le había pedido hacerlo por vergüenza y él no se animaba.
Hasta hace una semana, con la aparición repentina de nuestras exparejas. Aquella coincidencia me gusta crees que es solo producto del azar. Aunque, una voz interna me diga que no.
Salgo de la cama con cuidado de no despertarlo, es domingo y él suele salir de las cobijas tarde, yo también. Siendo el único día de la semana de descanso, es apenas lógico que eso suceda. Sin embargo, deseo tener un detalle y decido bajar a hacerle el desayuno.
Mi madre me envió un mensaje invitándome a pasar el día en casa. Una invitación que se extendía también a Travis, conocía la poca estima que le tenía y no quería que le hiciera pasar un mal rato. Ella podía haber invitado a Augusto de nuevo y no creía poder soportarlo.
Media hora después vestida y decida a complacerle ingreso a la cocina. Mis largas conversaciones con sus padres y hermanos me han ayudado a conocer la parte de él de la que no le gusta hablar o no reconoce. Sus gustos, virtudes, hobbies, en que emplea su tiempo libre, etc.
Empiezo a sacar todo lo que necesito de la despensa y refri con los detalles de aquel almuerzo sorpresa de mis padres. Desde ese día no he vuelto al rancho, hablo con mi padre todos los días y con Patrick. Mamá sigue enojada conmigo por lo que le dije y yo con su manera de menospreciar a Travis.
Flashback
Jamás creí que, cuando mis padres me dijeron que tenían una sorpresa, se referían Augusto. La imagen del hombre que tengo ante mí, la asocio al que quiso destruir mi vida, por más que él intente ser amable, así es como yo lo veré en adelante. La incomodidad en la mesa es notoria, mi padre parece darse cuenta, intenta hacerme reír.
Mamá, por su parte, no parece darse cuenta, no deja de ver a mi ex con una sonrisa. Su comportamiento me recuerda a las críticas de Tabatha sobre aquellas madres que se enamoran de las posibles parejas de sus hijos.
Juego con los cubiertos dentro de la comida escuchando un chiste de Augusto. No recuerdo el hecho en sí, lo que sí tengo registro es que fue cuando fingió ser un buen esposo. Siendo específica antes de pedir el divorcio más exactamente al enterarse de que no era dueña de nada.
—Magdalena se está durmiendo o la comida no le gustó—habla al Augusto al darse cuenta de que no participo.
Sostiene en sus manos el tenedor y juega con él observándome con intensidad. Aquel gesto simple y sencillo que antes lo asociaba con una explosión de mal humor o algún ataque en mi contra. Saber que ha perdido el poder de hacerme pequeña con ese simple gesto me hace sonreír.
—Lo siento, estaba en otro lado —me excuso —no esperaba encontrarte aquí —me sincero.
Papá deja los cubiertos y me mira apenado, mamá un poco molesta. Solo mi padre puede saber el motivo de mi incomodidad y me pregunto si llevar su misma sangre tiene que ver.
—Creo saber los motivos —dice papá —Travis. Aconsejé que lo invitaran, la idea inicial era festejar el año de ustedes juntos, pero tu madre concluyo que era una mala idea. —sonríe viendo a mi madre y niega —son adultos y el matrimonio concluyó en buenos términos. La presencia de Augusto es solo de negocios, fue por el único motivo que le permití verle.
Augusto cesa el movimiento del cubierto que deja de manera silenciosa en la mesa. Vuelvo a sonreír, esta vez más intenso y en nada tiene que ver con que mi padre tiene razón. Se trata del gesto de dejar el cubierto en el plato.
Mi ex se está esforzando por ser otra persona, debería saber que se encargó que conociera cada uno de ellos. Sobre todo, esos que antecedían a palabras llenas de desprecio, ofensa o malos tratos.
—¿Travis? —pregunta alejando su mano del objeto y fijando sus ojos en mí —¿Te refieres al abogado del rancho?
"—Suéltalo con violencia. —le dice mi sonrisa al verle alejar las manos del plato y apretarlas entre sí sobre la mesa — Escupe de tus entrañas toda tu frustración. Muéstrales a mis padres el tipo de hijo de puta que eres."
—Magdalena es novia de Travis —empieza a decir papá mientras mamá parece querer golpearme con sus cubiertos —hoy cumplen un año ¿Cierto cariño?
—En realidad solo se están conociendo... el chico es inseguro. Muy amable, de buena familia, pero le falta... ser audaz.
—No hables por nosotros ma. —le interrumpo dejando los cubiertos. — No lo conoces tanto como yo. Muchos desearían tener la nobleza, corazón y sentimientos de Travis —miro a Augusto y le sonrío —me siento cómoda y feliz con a su lado.
—Creo que tu madre quiso decir que aún no llevas el anillo —se apresura a decir papá.
—No es por Travis. —insiste mamá —llegó hace un mes con un hermoso anillo y solicitando permiso para ser formal. No entiendo por qué no lo llevas, se veía muy decidido.
—Creo que es hora de irme —les digo dejando la servilleta en la mesa y rodando la silla.
—Cariño, has probado bocado —explica papá señalando mi plato —no me gusta que salgas...
—Déjala Malcolm, desde que está con ese chico es otra. —me reta mamá y sonrío.
Augusto, que hasta el momento ha escuchado todo con una sonrisa en los labios, se incorpora al ver que yo lo hago. No miro en dirección a mi mamá, no hace falta que lo haga para que se descubra, me molesta su proceder. Es posible que Travis no tenga el dinero de Augusto, ni su posición social. Pero me ama y yo a él, eso debería ser más importante que cualquier cosa.
—Si te refieres a más decidida, no me dejo manipular y sigo mi corazón... si mamá soy diferente —comento en calma observándolos a cada uno de ellos y me detengo en Augusto —no soluciono las cosas con llanto y no soy moldeable... ¡Me gusta lo que soy!
—Pero ¿Qué te sucede jovencita?
—No mucho más —respondo viéndola con pesar—solo que me cansé de ser pisoteada. Aprendí amarme y respetarme, Travis me enseñó a hacerlo.
Fin del flashback
El ruido del teléfono de la casa me saca de mis pensamientos y tomo la extensión que está en la cocina.
—¿Magdalena? —es mamás y suspiro. —Buenos días, cariño.
—Buen día, mamá ¿Cómo está, papá?
—Bien cariño, está en los establos viendo las reses con Augusto —sostengo con fuerza la bocina, cierro los ojos e inspiro lento.
¡Aquí vamos!
—Lamento mucho lo ocurrido ese día —sigue —tu padre me hizo dar cuenta de lo imprudente que fui. Solo quiero lo mejor y este pueblo no hay nada...
—Te equivocas, pero no sé qué no hay nada que haga cambiar de parecer. —comento lanzando los huevos a una cacerola —quiero creer que es tu deseo de verme feliz y si es así, te aseguro que lo soy.
—¿Más que con Augusto?
—Mamá... —el tono es de advertencia y ella carraspea.
—Entiendo —habla con voz preocupada —No llamaba a fastidiarte, mi deseo es que seas feliz y siento que ...
—¡Por Dios mamá! —le interrumpo —si tu llamada es para decirme lo buen hombre que es Augusto, temo que debo colgarte. Hay doce meses de mi matrimonio que tú desconoces.
Tiemblo por la rabia que me produce su incomprensión y me las arreglo para no dañar el desayuno que preparo. De nuevo se excusa asegurando que no es racional desde que no sabe con exactitud donde está mi hermano.
—¿No se supone, está en Francia? —pregunto y solloza.
—¿Has hablado con él hoy?
—No ¿Por qué? Me dijo que lo hacía hoy al medio día. —guarda silencio y lo que responde lo hace en voz baja.
—Él conoció una chica ¿Sabes? En esas aplicaciones de citas. Era de París, llevan dos años hablando y en videollamadas...
—Aja —le digo viendo la figura de Travis aparecer en mi campo de visión.
En pijama, sin camisa descalzo y con el cabello revuelto. Se instala detrás de mí, besa mi cuello y me aprieta contra él. Le doy al altavoz y le digo que guarde silencio.
—¿Mamá? ¿Estás allí? —insisto y solloza.
—Cariño, tu hermano estuvo en París solo dos días —llora —hace una semana hizo una compra en Roma. Acabo de ver los estados de la tarjeta, ahora le marco y está apagado. Su última conexión fue hace doce horas.
—Patrick sabe cuidarse muy bien Mami, de seguro se fue con esa chica —le calmo —y como no quiso escuchar nuestras bromas no nos ha dicho nada.
Travis junta las cejas y niega saliendo de la cocina. Mamá sigue llorando, insistiendo en que algo le sucedió. El Patrick que le llamó desde el aeropuerto, no fue el mismo que habló con ella en la noche. Desde ese día lo notaba triste, pero decía que solo extrañaba el rancho.
—Conmigo no ha cambiado —confieso —hablé con él anoche, por mensajes le pregunté sobre su regreso y el porqué de las vacaciones —pienso un poco lo que me dijo en búsqueda de algo importante y no encuentro nada.
—¿Qué te dijo?
—Solo dijo necesitar de ese viaje, —recuerdo y mamá parece calmarse —me dijo que hablaríamos al medio día, iba a estar ocupado en la mañana.
Le pido esperar hasta a esa hora, Patrick nunca incumple una promesa. Cuelgo la llamada y Travis entra con el móvil en manos rostro preocupado.
—¿Sabías de esa chica? —niega y suspiro fuerte —mamá es su mejor amiga y seguro quiso la opinión femenina —hablo más para mí.
Las horas pasaron volando, Travis y yo estábamos, nos sentamos a ver TV sin muchas ganas de nada. Cada uno con el móvil en manos, cargado al 100, dispuestos a viajar si era posible.
A eso de las once de la mañana el teléfono de Travis sonó, era de la fábrica. Le reportaron un corto circuito en unas de las máquinas que había ocasionado un incendio. El mio sonó cinco minutos después y cuando me disponía a acompañarle.
Era mamá, había encontrado a mi padre inconsciente en el estudio. Varios empleados le ayudaron a llevarlo al hospital, lloraba asustada porque no podía ser que perdiera a sus dos amores de esa forma.
—Te dejo de paso en el hospital —me calma apretando mi mano y besándolas —verás que todo estará bien. El incendio no es grave, Patrick tuvo sexo salvaje con esa francesa y tu padre no es delicado.
—¡Ojalá! —acaricia mi rostro antes de volver la mirada a la vía.
—El hospital tiene a los mejores especialistas —sonrío al ver su rostro de suficiencia porque dos de ellos son sus hermanos —le pediré Avery que vaya y les ayude, también, a Simone.
Admiro ese gesto de verle el lado positivo a los eventos malos; aunque cuando se trate de mis sentimientos hacia él, los dude todos.
****
Avery Odam, era el mayor de los hermanos de Travis. Tan rubio como su padre, pero ojos marrones como todos sus hermanos. Alto, delgado, pero nada soso en el vestir o actuar. Era el Cardiólogo de hospital a quien llamaron para la urgencia que se presentó con mi padre.
Simone, su hermana, hizo presencia por cortesía y pedido de mi hermano. Sus padres estaban con su hijo atendiendo el incendio. No se sabía nada al respecto.
Eso, el infarto de mi padre y ser las dos de la tarde sin tener noticias de Patrick me tenían asustada. Todo pareció calmarse cuando Augusto sugirió ver los estados de su tarjeta, en él debería estar el nombre del hotel.
Mamá estaba feliz ante esa idea y fue él personalmente quien se encargó de llamar. Augusto no deja de abrazar y calmar a mi madre, haciendo el ambiente bastante incómodo con Simone. Me mantengo al margen de ambos, me limito a llamar una y otra vez a mi hermano.
Hasta que Augusto se acerca con la noticia que Patrick había abandonado el hotel la noche de ayer a las diez. Pagó en efectivo y retiró todas sus cosas. Simone no parecía gustarle el control que Augusto tenía de la situación y me sentía apenada por su incomodad.
Un mensaje de Travis me trae alivio y sonrío al mostrárselo a Simone quien se nota aliviada. Han logrado controlar el incendio, no hay nada que no pueda recuperarse y viene en camino.
Travis
Lo primero que hace Magdalena al verme es lanzarse a mis brazos y llorar. Su padre está delicado de salud y las veinticuatro horas que siguen son importantes.
—¿Tuvo un sobresalto? —le pregunto a su esposa y niega.
—¿Qué intentas decir? —Taylor sale al paso y Magdalena se pega a mí indicándome calmarme.
—No es el momento Taylor —le calmo —es una simple pregunta, la última vez que le dio algo así, fue por el puro sangre que se malogró y hubo que sacrificar.
Alice me da la razón al afirmar en silencio sin dejar de llorar. Augusto no se ve feliz por mi comentario. El color sube a su cuello y ojos, sin entender que causa su mal humor.
—Olvidaba lo buen amigo que fuiste mientras estuvimos casados Magdalena y yo. Es un buen momento para restregarme que aprovechaste nuestra mala situación de casados para enamorar a mi esposa. —mi hermana lanza una exclamación y Magdalena aprieta mis manos.
Yo tengo claro que solo quiere provocar una indiscreción de mi parte. No es el momento para ese tipo de discusiones y él debe saberlo.
—Como sea —habla viendo a mi hermano llegar —la avioneta aterrizará en dos horas, el hospital en la capital lo estará recibiendo ¿Enviaste su historial clínico como te pedí?
—No —responde mi hermano en calma —Es irresponsable sacar a Malcolm—sigue Avery y el hombre niega mirando a madre e hija.
Magdalena no está en condiciones de dar una opinión, menos su madre. Ambas luchan para no pensar en que Patrick tuvo quizás un accidente y por eso no se sabe nada.
—¿Es por quién soy? —le enfrenta y Avery lo mira sin pestañear —el exesposo de Magda ¿Tan mal profesional son este país?
—Las veinticuatro horas que siguen después de un infarto, son decisivas para el paciente. Mi trabajo en este hospital es salvar vidas, no cumplir caprichos o ayudar a terceros a ser su. Mejor show—mira a Alice Mallory antes de —usted tendrá la última palabra, pero si decide sacarlo... deberán firmar un documento en donde se responsabilizan si algo le sucede al señor Malcolm Mallory.
—Debemos esperar, —habla Magdalena con voz pausada y limpio sus lágrimas. —esperaremos.
—Sí, es mejor esperar esas horas. En ese tiempo Patrick puede aparecer.
—Malcolm sufrió un infarto y este pueblo no tiene la tecnología ...
—Ya la escuchaste Taylor —le interrumpo ya molesto —ellas quieren esperar y este hospital lo ha sacado de todas las crisis.
—¿Te molesta que tome el control de la situación? O no tengas los medios para ayudar —se burla —creo que los Mallory han visto la clase de oportunista que eres...
—Define ¿Cuáles Mallory? —interrumpe Patrick y suelto a Magdalena que lo busca ansiosa, sonrió al ver qué madre e hija corren y lo abrazan —Debiste decirme que este imbécil estaba aquí... —nos dice a ambos viéndonos con reproche —tuve que saberlo por papá.
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