Epílogo
Después de un tiempo, Dazai y Chuuya volvieron a sus actividades.
Todos en la universidad les preguntaban por los gatos, emocionados. Incluso los profesores preguntanban. Ellos siempre respondían lo mismo, que estaban hermosos.
También habían apuntado a los gatos en una guardería para mascotas, para poder ir a la universidad tranquilos y sin preocupaciones.
Aunque cuando tenían días libres no los llevaban y se pasaban todo el día juntos.
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Ese mismo día era sábado, y habían quedado con sus padres para hacer una súper cena familiar. Con sus padres y hermanos, y los gatos, por supuesto.
Habían decidido hacer esa cena para por fin darles a conocer su relación. Que aunque no pasaba del mes y medio, iban en serio, y querían contarlo para sentirse más libres.
Dazai sabía que no iba a haber problema con su familia. Después de todo, sus padres y sus hermanos mayores también eran parte de la comunidad, y sería irónico que los rechazaran.
En cambio Chuuya estaba preocupado, no es porque no quisiera hacer pública su relación, sino que no sabía cómo iban a reaccionar su madre y hermana.
Aunque sabía que ellas no serían capaces de rechazarlo, pero aún así su cabeza no dejaba de sobrepensar las cosas.
-Chuu~ - Un Dazai bien vestido apareció por detrás y lo abrazó. Sacándole todo pensamiento al instante.
-Te ves hermoso... - Susurró Chuuya, procurando de que Dazai no escuchara nada.
-¿Dijiste algo Chibi? - Preguntó divertido, sonrojadolo.
-¡Te ves horrible! - Gritó nervioso.
Esa situación hizo reír a Dazai.
-Mentiroso, ve a cambiarte, se nos va a hacer tarde - Dijo.
Chuuya salió corriendo a buscar su ropa, para luego encerrarse en el baño.
Unos minutos después Chuuya salió arreglado.
Pero lo que más llamó su atención fue su rostro.
Se había delineado con negro al final del ojo haciéndo resaltar su color y forma.
Y un brillo de labios con un tono rosado, que hizo que Dazai solo deseara besarlo y morder lo hasta cansarse.
Aún con esos pensamientos se acercó a él.
Chuuya se dio cuenta de que se estaba acercando, y quiso preguntar.
-¿Qué vas a- - Su pregunta fue cortada cuando unos labios se posaron sobre los suyos. Él correspondió un poco después, saliendo de la sorpresa.
Estuvieron un rato así, ellos dos solos, disfrutando el beso.
Cuando se separaron Chuuya tenía las comisuras de los labios manchadas de rosa, transparente, pero aún así se notaba.
-Bastardo, ahora tengo que arreglarlo - Se quejó, dándole una patada en la pierna.
-¡Ay! - Se quejó de dolor, las patadas de Chuuya sí que dolían.
-Agradece que no te di en otro lado - Dijo Chuuya, burlándose.
Dazai por instinto se tapó sus partes bajas.
Chuuya se rio y fue a arreglar su maquillaje.
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Ya era hora de ir, ambos salieron de la casa junto con los gatos.
Fueron caminando, el camino se les hizo corto, aunque tampoco era mucho el recorrido.
Cuando llegaron tocaron el timbre, y unos segundos después abrió la puerta una pequeña niña de cabellos rubios y vestido rojo.
Inmediatamente volvió a cerrarla cuando vio la cara de su hermano.
-¡Elise! - Un grito se escuchó y seguidamente Mori abrió la puerta.
-Ya conoces a tu hermana, dice que te odia, pero sabes que en el fondo te quiere mucho - Dijo esto último en un susurro.
-¡Mentira! - Dijo Elise desde dentro de la casa.
Chuuya rio, definitivamente esta enorme familia le caía bien.
Luego entraron, miró por todos lados, pero todavía no habían llegado ni su madre ni su hermana.
-¡Los gatitos! - Gritó Yumeno, acercándose a los transportines.
Chuuya los sacó y empezaron a jugar.
-Buenas tardes señor sombrero elegante - Saludó Ranpo. Quien era acompañado por un avergonzado Poe.
-Bu-buenas tardes - Dijo en un murmuro, pero todos lo escucharon.
-Bueno, yo me voy a ayudar a tu padre a hacer la cena - Se despidió Mori.
El silencio en el salón era algo incómodo.
-Vamos a mi antigua habitación, seguro que podemos encontrar algo con lo que entretenernos - Le dijo Dazai a Chuuya.
Subieron por las escaleras sin avisar a nadie, aunque por el camino se encontraron con Akiko, que estaba bajando, y la saludaron.
-No vayas a hacer nada cochino con Chuuya ahora - Le susurró a Dazai con una sonrisa burlona y luego siguió bajando las escaleras como si nada.
Las mejillas y las puntas de las orejas del castaño se sonrojaron con fuerza, y de su boca no pudieron salir más que balbuceos.
Por suerte Chuuya no había llegado a escuchar nada, pero se quedó algo confundido con el comportamiento del castaño.
Al llegar a la planta alta se dirigieron hacia una puerta al final del pasillo, esta tenía un cartel en donde ponía su nombre.
Dazai abrió la puerta y sonrió melancólico. Hacia mucho tiempo que no estaba allí, prácticamente desde que se mudó.
Ambos entraron, Dazai se sentó en la cama, y mientras, Chuuya daba vueltas por toda la habitación, mirando todo lo que había.
-Eh, ¿y esto? - Murmuró para si mismo Chuuya.
Estaba en frente de una estantería, con unos cuantos trofeos.
-Primer premio, torneo de matemáticas - Leyó - Primer premio, mejor texto literario - Leyó varios de los que estaban, la mayoría eran primeros premios, aunque había algunos segundos.
En esa misma estantería, en una esquina había un libro, lo cogió y vio que era bastante pesado.
Se sentó junto a Dazai y lo miró. No había mucho polvo encima, solo una fina capa. Sopló para quitarlo, y pudo ver unas palabras.
"Álbum de fotos".
Chuuya lo abrió, y la primera imagen que vio fue una de la familia completa.
Pasó las páginas, las fotos eran mayoritariamente de los hermanos cuando eran más pequeños. Y de varios momentos divertidos.
Dazai se veía tierno, aunque en algunas fotos parecía un pequeño diablillo.
Vio cada una de las las fotos, y aunque sentía la mirada de Dazai sobre él, no paró de pasar las páginas.
Una que le llamó la atención fue de la familia en Disney. En las fotos, Dazai salía con unas orejas de Mickey Mouse, también con una cara de felicidad pura.
Sus pensamientos sobre lo lindo que se veía fueron cortados por el grito avisando de que la cena ya estaba lista.
Dejó el libro sobre la cama y bajaron juntos para comer.
Ahora habían otros pensamientos invadiendo su cabeza, y eran los de presentarse como pareja.
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Cuando bajó ya estaban su madre y hermana allí, ambas con un lindo kimono.
Las saludó con un abrazo y empezaron se sentaron en la mesa.
El silencio en general era cómodo, aunque para Chuuya era algo tenso.
Dazai cogió su mano por debajo de la mesa, entrelazando sus dedos, y dándole un pequeño apretón para tranquilizarlo.
Acto seguido, los dos se pusieron de pie, atrayendo la atención de todos en la mesa.
-Chuuya y yo estamos saliendo - Dijo Dazai directo.
Chuuya se asustó por como lo había dicho.
-¡Lo sabía! - Gritó Kyoka emocionada.
-Mori~ me debes dinero - Dijo Kouyo.
-¿Q-qué? - Preguntó Chuuya aturdido.
-Hice una apuesta con Kouyo, dependiendo de cuando hicieran pública la relación ganaba uno u otro - Dijo resignado Mori.
-Se notaba mucho - Dijo Ranpo con una paleta en la boca, que no sabía ni de dónde había salido.
De repente Chuuya sintió una gran calidez en su pecho, cómo podría haber dudado de ellos desde un principio.
La cena continuó tranquilamente entre risas y bromas.
Y pensar que todo eso había ocurrido gracias a los estúpidos de sus gatos
Fin
Doy por concluida esta historia, muchísimas gracias por todo el apoyo que he recibido por parte de ustedes.
Gracias por haber leído la tremenda estupidez que se me ocurrió una madrugada. Les juro que no pensé que llegaría a tanto.
Gracias por sus votos y comentarios, los aprecio muchísimo.
Incluso doy gracias a esas personas que no votan ni comentan. Pero que siempre están presentes en cada actualización.
Y por si no lo sabían, el día trece de este mes, esta historia cumplió un año.
Les quiero un montón, y espero poder verlos en próximas historias.
TQM
Fecha en la que se escribió el capítulo : 19/03/2022
Fecha en la que se publicó : 19/03/2022
1280 palabras.
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