Lo pensó bien y demasiadas veces para estar seguro de tomar la decisión correcta. Ser boxeador fue su sueño desde niño uno que pudo  cumplir mucho mejor de lo que se imagino, con mayor reconocimientos y con el apoyo del que fue su mejor amigo desde la infancia. La persona más importante en su vida, el que traería a sus hijos al mundo. Sabia que el deporte que amaba era peligroso y que por cualquier descuido algo más grave que un hueso roto podía pasarle, quería ver a sus hijos crecer y malcriar a sus nietos cuando fuera tiempo.

La decisión estaba tomada y no había vuelta atrás.

- ¿Seguro?- acaricio el pequeño bultito que decidió dejarse ver de un día para otro, recibió una patada en su mano. 

- Más que seguro, estos niños y tu son más importantes que mi carrera.

- Pero es lo que te gusta.

¿Quien lo entendía? Unos años atrás hubiera estado casi saltando en un pie por esa noticia, y ahora parecía que no quería que dejara su sueño atrás, pero lo que Krest no sabe es que sus sueños siempre se cumplieron, empezando cuando correspondio a sus sentimientos, además en todos y cada uno de sus sueños esta él incluido, y así sera hasta el ultimo día de su vida.

- Oye, tu los has dicho, lo que me gusta.- lo abrazo con fuerza, dejando su mentón sobre la cabeza de su esposo- pero a ti te amo y a estos niños o niñas también, ustedes son más importantes.

En ese momento agradecía haberle hecho caso a su enanito y ejercer su carrera profesional por lo menos un año, así tenia experiencia enseñando y podría trabajar sin muchos problemas en cualquier colegio, si esos niños debían prepararse, no era un profesor con mucha paciencia con esos alumnos que se inventan malestares para no correr o hacer ejercicio.

Cuando dio el anuncio de su retiro y los motivos, pudo darse cuenta de que rompió varios corazones, más de una fan lloro por que se lo "habían ganado" cosa que encontraba estúpida, si desde que comenzó a ser conocido dejo en claro que estaba casado, pero que la identidad de su pareja era un secreto no quería a nadie sobre su familia.

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Con seis meses de embarazo Krest comenzaba a creer que se parecía a una pequeña pelota con patas, ya sabían que los culpables de eso eran sus dos pequeños niños, sus gemelos a los que ya los llamaban por los nombres que escogieron: Dégel y Mystoria.

- ¡Oh por los Dioses!

Ese grito casi hace que tirara su libro que estaba leyendo. Avenir y Hakurei los fueron a visitar después de no verse por mucho tiempo, solo hablarse por teléfono.

- Si pareces una pequeña pelota.

- ¡Hakurei!- le dio un zape en la cabeza.

Su relación siempre le pareció curiosa, la mayoría del tiempo parecían solo amigos pero si alguien intentaba coquetear con alguno de los dos salia a la luz la fiera a proteger a su pareja.

- Mejor preocúpate en pensar cuando me vas a dejar así a mi.

La risa de Zaphiri  se escucho por todo el lugar, nadie se espero esa explosion, termino llorando por tanto que rió.

- Cangrejo, dale buen servicio a tu borrego, que mis mocositos tiene que tener amigos para jugar, no solo a su primo.- se limpio un lagrimita que se le escapo.

- Bueno si me prestas tu habitación, puedo comenzar a fabricarlo ahora mismo.

- ¡El golpe que te voy a dar ni Sage te lo va a poder curar!

La locura era tan normal en su casa cuando no estaba solos que tomo sus cosas y se fue a descansar, últimamente  sus bebés estaban más inquietos en las noches y no lo dejaban dormir, había noches en las que Zaphiri se desvelaba con él y otras tantas en las que dormía con un verdadero tronco, como lo envidiaba.

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Salían de la consulta del obstetra, sus niños estaban creciendo bastante bien, solo faltaban dos meses para que nacieran, para tenerlos entre sus brazos que no podían esperar ni un minuto más para que nacieran, aunque sabia que debían seguir esperando hasta que llegaran a termino y no corrieran peligro alguno. Lamentablemente  no siempre las cosas pasan como uno quiere que sucedan.

Cuando ya estaban a unas cuadras del hospital, cerca de un parque  Zaphiri  se alejo para devolverle su pelota a unos niños que jugaban, tiempo que alguien aprovecho para algo más.

Supuso que al verlo con esa enorme pancita que se cargaba ese ladrón creyó que seria presa fácil y en parte tenia razón.

Solo sintió como su billetera era sacada de su bolsillo, se olvido por completo de su condición en intento alcanzar al tipo que le había robado, no espero que sus pies decidieran enredarse y lo hicieran caer, todo su peso termino sobre sus niños.

La fuerte punzada de dolor le recorrió el cuerpo entero, solo pudo acostarse de lado sobre el suelo.

- ¡Krest, ¿Que sucedió?- Zaphiri  volvió apenas lo vio en el suelo, solo alcanzo a ver al otro tipo correr sin mirar atrás, pero ese sujeto no le importaba en los mas mínimo ahora, lo importante era ver la salud de su pareja y sus hijos.

- ¡Me duele!- sostenía su pancita con fuerza entre sus manos mas asustado que nunca antes en su vida.

Zaphiri no lo pensó ni un segundo, valiéndose de toda la fuerza que tenia y de la fama que aun lo perseguía, cargo a su cubito como sino pesara nada y le pidió a la primera persona que se le cruzara que lo llevara al hospital de inmediato.

Un parto prematuro era inevitable, eso estaba claro pero si lograban a llegar a tiempo más tiempo tenia los doctores de hacer algo y esperaba que ese toro que llevaba el embarazado de su pareja pudiera salvarlo a los tres.

No quería perder a ninguno.

🍎

Esto también me duele a mi 😭

ScorpioNoMilo.💕