23.
Lo único que le faltaba; una caída por las escaleras que lo dejo con una mano con un esguince de grado uno, y con la culpa al tope. En un descuido termino resbalando, pegándose en la cabeza y asustando tanto a Milo que su pobre nieto tuvo contracciones antes de tiempo. Puso en riego sin querer a esos pequeños que vienen en camino, los que ahora mismo se entretenía viendo como se movían en el interior de su madre, haciendo rabiar a Milo por lo bruscos que eran.
- Ya quiero que salgan.- se tiro en el sillón como si su vida dependiera de ello.
- No los apures Bichito, es mejor que este dentro tuyo todo el tiempo que puedan.
Sin querer su tono de voz salio algo triste, el que para su suerte su nieto no pudo identificar al estar distraído con los movimientos de su pancita.
- Lo sé, pero en serio aveces no me dejan dormir, el que sea que este al lado derecho le gusta comenzar a moverse a la dos de la mañana y no parar hasta casi las tres.
Coincidencia o no él le pasaba lo mismo cuando esperaba sus niños, uno de ellos se movía como loco en la noche, tal vez para fastidiar a su hermano. Siguió hablando con Milo hasta que se fijo en la hora, debía ir a un chequeo por lo de su mano, no quería, nunca le gusto ir al medico no importaba de que especialidad fuera. Pero la mirada acusatoria de su nieto prácticamente lo estaba obligando a ir, no le quedo de otra.
Le recordo a la infinidad de veces en las que Zaphiri lo obligo a ir al medico, las unicas veces que fue por su propia voluntad cuando esperaba a sus bebés, o cuando Dégel o Zaphiri enfermaban de algo.
Écarlate envío a Yato, su hijo menor, con él en caso de cualquier cosa. El chiquillo le agradaba no se parece tanto en lo físico Kardia pero en la personalidad son casi iguales, ademas a él le debía que esa caída por las escaleras no pasara a mayores.
- Lo estaré esperando aquí señor Krest, si no me encuentra es que me fui a molestar a Kardia.
- De acuerdo, espero no demorar tanto.
El chequeo y la terapia que tuvo no fueron tan largas, lo que robaría su tiempo llegaría después. Cuando salio de la consulta Yato no estaba por ningún lado, lo más probable era que haya cumplido su palabra de ir a molestar a su hermano, iba a ir a buscarlo al área de Neurológica, cuando se cruzo con una mujer de cabellos plateados, la que le sonrió algo nerviosa, nunca olvidaría el rostro de ese pequeño hombre que la interrogó por casi una media hora la primera vez que se conocieron.
Seraphina rogaba que no supira nada de lo que paso con Camus, suficiente tenia con la amenaza de Kardia.
- Seraphina, ¿No es así?
Pudo sentir que le tembló cada parte del cuerpo por el tono tan serio que sintió en su voz.
- ¿Necesita algo?
Cordialidad ante todo, aunque por dentro estuviera muriéndose de la preocupación.
- Si de hecho. Necesito hablar contigo respecto a mi nieto. Si no tienes nada importante que hacer me gustaría hablar ahora.
Ella trago saliva. Sabia que con Kardia se no acababa la cosa, y presentía que Krest seria aun peor que ese hombre de cabellos azules. Entrego unos papeles a un doctor y estuvo lista para recibir su condena. Lo llevo a una de las consultas que a esa hora de la tarde estaban desocupadas.
- Bien, quiero escuchar tu versión.
- ¿Mi versión?
- Si, así sabre que tan severo seré contigo.
- ¿Esta enterado de lo que paso?- comenzó a jugar con sus dedos, tratando que el mayor no se diera cuenta de eso. Cuando este asistió a sus palabras supo que no saldría bien librada de esa conversación- No quise hace nada malo, es solo que... No se como sucedió, un día simplemente lo vi tan triste, tan enojado y más serio de lo normal que quise distraerlo de alguna manera, y cuando me di cuenta ya lo estaba tratando como trataba a Dégel antes de que formara su noviazgo con Kardia. Debí detenerme lo sé, pero se parece tanto a su hijo que confundí el cariño que aun le tengo a Dégel y ya sabe lo que paso.
- Empezaste bien, pero después ya no. Cuando te diste cuenta que lo confundiste de alguna forma con Dégel debiste parar de inmedito. No es que este muy contento con el incesto que hacen mis nietos, pero tampoco admito que hayas utilizado de alguna forma a Camus.
- No quise...
-¡Al principio no quisiste! Tu misma lo dijiste, pero después según veo ni te importo hacerlo con tal de estar con alguien que pudiera reemplazar a Dégel, aún peor que es tan parecido no solo físicamente.
Bien decía Zaphiri que cuando se metían con su familia despertaban a una fiera dormida, una que podía verse delicada y pequeña, pero que es mucho más fuerte y peligrosa de lo que aparenta; una pequeña fiera de hielo.
La mirada de desprecio que le dio junto con esa seriedad que nadie mas que su amado bicho y su familia podía quitarle, logró intimidarla lo suficiente.
- Lo siento tanto, ¡La situación se me fue de las mando y cuando me di cuenta ya no había nada que hacer!
- Eres una mujer joven Seraphina, aun puedes encontrar a alguien a quien amar de verdad y que te ame. No te aferres a un amor no correspondido, porque si ellos no lo hacen, sere yo quien ponga contra ti una orden de alejamiento, tanto de Camus como de Dégel. Ya veras que hacer con tu trabajo si eso llega a pasar.
Dicho eso se levanto de donde estaba sentado, dejando a la enfermera sin saber que responderle, pero entendiendo que la amenazada de Kardia queda pequeña con la de ese hombre.
Krest camino por los pasillos buscando a Yato, estaba seguro que termino preocupando a ese niño.
- ¡Señor Krest! Al fin lo encontré. ¿Donde estaba?
- No te preocupes, solo atendiendo un asunto.
🍎
Enanito de armas tomar, ¡Oh si!
ScorpioNoMilo.💕
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top