12.5

Sus piernas corrían buscando esa biblioteca que le dijo su papá, abrió la primera puerta que se encontró.

- Esta no es.

Volvió a cerrarla, debía encontrar ese lugar antes de que el abuelo Itia lo descubriera. Paso despacio por la habitacion del mayor tratando de no hacer ruido, no quería que lo descubrieran. La siguiente habitación debía ser ya que no había otra puerta además de esa. Corrio a ella para abrirla con ganas.

- ¡Cuantos libros!

Esa habitación estaba repleta de libros, estantes llenos de ellos. Nunca vio tantos juntos, se alegraba mucho que su papá le haya dicho como encontrarlos. Entro listo para recorrer el lugar. Tomo en sus manos cada libro que llamo su atención, de mitología o cuentos, historias épicas o de dibujos. Todo ante la atenta mirada de un hombre que veía enternecido esa emoción que mostraba por su colección.

- ¿Te gustan?

Dégel pego un grito del susto, pero ni aun así soltó los libros, sino que los aferro más contra su pecho con tal de no se le cayeran. Quedo mirando mas que asustado a Itia el que solo pudo reírse un poco.

- Lo siento por asustarte, ¿Como encontraste este lugar?

El niño lo pensó un poco, su papá le había dicho que a nadie le dijera que fue él, pero también le dijeron que era malo mentir.

- Mi papá me lo dijo.- echo una rápida mirada al libro del mayor.

- A tu papá nunca le gusto mucho leer, pero a tu mamá si. Con Krest me ponía a leer aveces.

- ¿Como que?

- Historias para su edad, era muy pequeño más que tu.

- ¡Yo soy grande!

Itia le acaricio los cabellos con cariño, ya no recordaba la ultima vez que tuvo a un niño con él en su biblioteca, lamentaba que toda su colección después quedarán olvidada. Ninguno de sus nietos era muy afín a la lectura.

Dégel lo saco de sus pensamientos cuando llego con uno de sus tesoros entre sus manos.

- ¿Ese te gusta?

- ¡Si! Me lo leía mi mamá cuando era más pequeño pero se nos perdió en un viaje.

Por el brillo de sus ojitos violetas le dejo claro el cariño que le tenia a esa historia. Sonrió con cariño, ese niño le recordaba tanto a su difunto esposo.

- Te lo regalo.

- ¿¡En serio?!

Asintió. Ya sabia a quien dejarle su biblioteca, a ese pequeño que sabría aprovecharla bien.

Un pequeñito extra que se me ocurrió 😍

ScorpioNoMilo.💕


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