Capitulo 3

POV AUTORA:

Todo quedo en un silencio sepulcral, las mujeres y niños veían asustados e impresionados las armas plateadas de la pelirroja.
Lisa miraba sorprendida a la niña, reconociendo el apellido al instante, era perteneciente a la familia enemiga de su esposo, era una cazadora.

Obispo: matenla! Envíen a esta pagana al infierno con los suyos!-ordeno con gran rabia, siempre pensó que cumplido su misión al exterminar a los van helsing y expulsar a los belmont de Valaquia, al parecer estaba equivocado.

Sin pensarlo, sacerdotes y aldeanos se acercaron a ella alzando sus armas amenazantes.
El primero en acercarse fue un sacerdote quien planeó atacarla por la espalda, el hombre alzo su cuchilla contra la espalda de ella e intento apuñalarla.

Fue cuestión de segundos para que la sangre manchara el suelo de la catedral, un alarido de dolor resonó por las paredes de piedra y una mano ensangrentaba reboto en el piso.

Annabeth: atacar por la espalda es de cobardes.-dijo fríamente.

Ante de que el hombre pudiese reaccionar, la muchacha dio otro movimiento con su espada, haciéndole un profundo corte en el cuello, matándolo al instante.

Annabeth: quien es él siguiente?-pregunto mirando cínica a todos los demás.

Sacerdote: maldita perra!!-grito abalanzándose sobre ella.

Lo siguiente que presenciaron fue la cabeza del sacerdote volando al menos dos metros lejos de su cuerpo.
Con rabia y temor, todos se lanzaron cobardemente hacia ella.
Brazos, piernas, ojos...trozos de carne, todo era mutilado por las pequeñas espadas, la sangre brotaba como cascadas de los cuerpos de los hombres manchando el piso y la blanca piel de la pelirroja.
Horrorizados ante el escenario de todos los hombres siento mutilados por una niña, el alcalde y la mayoría de las mujeres corrieron lejos de la catedral.
El obispo contuvo las ganas de vomitar ante la idea de que pronto seria el siguiente si esa niña llegaba a su encuentro.
Una idea llego a él, esa niña no lo tocaría si tenia algo más importante que cuidar.

Obispo: dame eso, inútil, yo mismo acabare con esto.-gruño tomando la antorcha del sacerdote y caminando  amenazante hacia la doctora.

Un grito de terror alerto a la van helsing, dando un cabezazo en plena nariz al hombre que la aprisionaba, logro liberarse del agarre y dio media vuelta solo para presenciar la horrible escena del obispo prendiendo fuego a la paja a los pies de la doctora tepes, comenzando con la sentencia.

Annabeth: doctora!!-grito asustada, dirigió una mirada de ira al sonriente obispo.-maldito bastardo.-gruño comenzando su carrera hacia la hoguera, matando o esquivando a quien se le atravesará en el camino.

Lisa: esposo mio...-sollozo soportando las quemaduras en sus piernas, su vista comenzaba a ser borrosa por el humo se poco a poco se colaba en sus pulmones.

Annabeth empujo fuera del escenario al obispo y tomo impulso para lanzar una de las dagas de su cinturón para lanzarla hacia la cuerda que aprisionaba a la mujer, las cuerdas ahora rotas cedieron ante el peso de la rubia y esta cayo semi inconsciente hacia las llamas pero gracias a sus buenos reflejos, la menor logro atraparla en sus brazos.

Annabeth: doctora tepes? Reaccione!-pidió colocándola suavemente en el piso

Lisa: ahh..gr..gracias...-susurro antes de caer inconsciente

Aliviada de tenerla viva, volvió a cargarla en brazos y se levanto con cuidado para lastimarla aun más.

Annabeth: todo estara bien, se lo prometo.-susurro suavemente

Obispo: no le mientas! Solo acabas de largar su agonia, salvar a una bruja, cometer genocidio, ir en contra de la iglesia y servir a satanás, por estos crímenes seras sentenciada a muerte.-declaro mirándola con odio y asco.

Annabeth: "que el diablo se lleve al tirano y a todos sus secuaces".-respondió.-tu castigo te sera dado cuando menos lo esperes, y tu y todos aquellos que han asesinado en ti nombre pagaran con sangre sus pecados.

Obispo: amenazas a un hombre del señor...

Annabeth: solo es una advertencia.-responde dando algunos pasos hacia atrás

Obispo: atrapenlas!-grito colérico

La van helsing dio un gran salto hacia atrás, siendo cubierta por las llamas y el humo de la hoguera, precavidos en caso de algún ataque los hombres la siguieron, evadiéndo el humo y lo que lograron ver fue la inconfundible caballera roja de la menor perdiéndose en el bosque, sin dudarlo fueron tras ellas.

Lejos de allí...

Cerca de las fronteras de la gran ciudad un hombre joven disfrutaba de las caricias de la suave y fría brisa del anochecer, caminaba con notable elegancia y serenidad aunque añorando el volver a su hogar y a los brazos de su adorada madre.
Con una ligera sonrisa respiro el aire tan conocido y familiar de Valaquia pero algo desconocido lo alerto.

Humo.

Bajo su mirada hacia la ciudad y vio una gran columna de humo extendiéndose desde la catedral, alertado busco el aroma a menta de su progenitora, en cuanto lo encontró distinguió otros olores a su alrededor que no le agradaron en lo absoluto.

La menta estaba rodeada del olor metálico de la sangre y el humo, además de otro olor que no supo reconocer.
Sin dudarlo dio un salto desde la pequeña montaña y se transformo para llegar a donde podía sentir a su madre.
Mentalmente se juro que quien se hubiera atrevido a lastimarla, le arrancaría la cabeza.

Bosque de valaquia...

Podía escuchar perfectamente los pasos de los hombres valaquianos detrás de ella, antes podía haberlos perdido con facilidad corriendo mas rápido o escalando algún árbol pero tomando en cuenta de que tenia a una mujer herida en brazos ninguna de esas opciones era viable.

Annabeth: carajo..-gruño al ver de reojo la luz de las antorchas

Desesperada busco algún lugar donde ocultarse sin dejar de correr, y encontró en escondite perfecto en un enorme arbol hueco caído, con algo de dificultad logro meter debajo a la rubia y después ella misma se introdujo.
El espacio era reducido pero siento ambas de estatura pequeña y delgadas, fue suficiente para ocultarse.
Con nerviosismo sintió a los aldeanos pasarcerca de su escondite y con gran alivio los sintió irse en otra dirección.
Salio dos minutos después de que el ruido de las pisadas cesó, con cautela salio del árbol y busco en todas direcciones alguna luz de fuego, gracias a dios no vio señales de vida humana por lo que procedió a salir completamente del agujero y con cuidado saco a la doctora para seguir caminando lejos de Valaquia.
Sabia que ya estaba lo suficientemente alejada de la multitud pero de ninguna manera dejaría de avanzar, no mientras tuviera a la doctora tepes inconsciente en sus brazos.
Dio un suspiro de cansancio y dio dos pasos más cuando una presencia la hizo detenerse abruptamente, como todo cazador de su clan, era capaz de sentir la energía demoniaca estuviera lejos o demasiado cerca.
Desgraciadamente podía sentir al ser demasiado cerca de ellas, y sus sospechas se confirmaron al ver que de entre los arbustos emergía un colosal lobo blanco con ojos dorados.

De ser un hombre lobo ya la habría atacado, este reflejaba en sus ojos su intelecto avanzado, solo podía ser una criatura en especifico...

Annabeth: genial, tenia que ser un vampiro.-murmuro mientras la enorme bestia la miraba con rabia.

Continuara...

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