El último Acólito. Sanar. Recordar un Pacto

Las puertas del ascensor de repente se abrieron, saliendo Drácula del mismo, encontrándose con el Caballero Negro a las afueras. Pero Zobek solo dijo mientras salía de su oficina.

Zobek: ¡Una gran victoria, amigo mío! -Dijo con una actitud alegre y realmente complacida. El Caballero Negro solo dice mientras que acompañaba a Drácula.

Caballero Negro: Aún queda uno. -Zobek solo confirma con su cabeza eso.

Zobek: Y me temo que es cuestión de tiempo que nos encuentre. -El solo camina hacia su escritorio.

-Tras la muerte de sus dos hermanos, el tercer Acólito ya no se oculta. Y está usando todo su poder para encontrar a los responsables. -El Caballero Negro solo dice mientras que Zobek enciende su nuevo puro con sus poderes.

Caballero Negro: Es mas poderoso que los demás, y no parece temer a nada. -Zobek solo dice mirando a donde estaban sus dos aliados.

Zobek: Este Acólito domina el control definitivo sobre las personas. Poder religioso. -El Caballero Negro solo dice de nuevo.

Caballero Negro: Hay un conclave en la basílica de la ciudad. Los líderes de la Iglesia llevan semanas encerrados. El Acólito debe ser uno de ellos. -Zobek solo dice mientras que Drácula estaba en silencio.

Zobek: ¿Recuerdas nuestro trato, Gabriel? -Drácula no dice nada, pero Zobek prosigue.

-Destruye a los Acólitos antes de que Satán sea invocado. -De repente en lugar aparece la Vampire Killer.

-Y Tendrás el descanso eterno que deseas. -Drácula solo observa su legendaria arma de su época humana. Sinceramente, ya no estaba seguro de si era lo que en verdad quería.

Al principio sólo empezó esta misión para poner fin a su vida, pero con todo lo que vivió en el castillo, con sus difuntos amigos amigos y familia, empezó a ver las cosas de otra manera.

-Cada segundo cuenta. -Drácula no dice nada y simplemente gira su cuerpo hacia atrás.

-Ve con él. -El Caballero Negro solo hace caso y empieza a seguir a Drácula. Mientras que Zobek solo mira la legendaria arma de los Belmont.

Unos minutos después...

Por toda la ciudad se estaban escuchando disparos y rugidos, mientras que por los techos de la misma, se encontraban corriendo Dracul y el Caballero Negro.

En dirección donde estaba el tercer y último hijo de Satán, para detener que su padre regrese al mundo de una vez por todas.

Pero cuando finalmente ambos caen de un edificio solo en una zona, baja, viendo ambos que estaba en el lugar donde se escondía su enemigo, y justo cuando ambos se iban a mover.

De repente las estatuas se rompen y aparecen unos seres encapuchados que ambos reconocieron como: Monjes oscuros.

Pero antes de que sus enemigos se lancen hacia ellos, de repente todos solo comienzan a desaparecer, justo cuando Drácula solo subió una de sus manos, desintegrándolos.

Y el Caballero Negro solo dice viendo cómo Drácula parecía que ya estaba al mismo nivel de hace siglos.

Caballero Negro: Nada mal. -Dijo y ambos comienzan a correr hacia una de las entradas de la zona.

Cuando la abren, los dos solo escuchan unos sonidos más adelantes dentro del lugar, y ambos lentamente se mueven por la zona, mientras que escuchaban la voz de un hombre por el lugar.

Hasta que ambos se detienen cerca de una esquina, viendo ambos un poco al tercer y último Acólito que estaba diciendo unas palabras. Por debajo de una imagen de Satán.

Y Drácula solo dice hacia su compañero.

Drácula: Ahí está el Acólito. Debemos destruirlo antes de que invoque a Satán. -El se gira e intenta moverse, pero el Caballero Negro puso una mano en su hombro.

Caballero Negro: Tú no vas a ir a ninguna parte. -Dijo, pero Drácula solo da un grito mientras que se ponía de rodillas por la repentina energía en su cuerpo.

Y cuando abre sus ojos de nuevo, notó que estaba en otra zona, al mismo tiempo que escucha la voz de Trevor.

https://youtu.be/vopfzJdgqYI

Trevor: ¡Lo conseguiste! -Drácula estaba confundido mientras miraba a su hijo, quien solo dice señalando a una zona.

-Por ahí está la salida del castillo. ¿Recuerdas? -Drácula solamente dice mientras que miraba a la distancia.

Drácula: El Salón del Trono. -Dijo, y de repente la puerta que estaba más adelante se abre. La cual estaba al otro lado Akame, quien solo estaba sonriendo, y padre e hijo caminan hacia ella.

La cual solo dice tomando una de las manos de su marido.

Akame: Vamos, Gabriel. Todos estamos esperando que nos acompañes a salir de este castillo, de una vez por todas. -La familia solo comienza a caminar por el puente que estaba en dirección hacia el salón del trono.

Drácula solo estaba viendo toda la zona en silencio, mientras que su esposa e hijo lo guiaban hacia ese lugar.

Pero cuando entraron por una zona abierta, los tres vieron un libro a la distancia. Causando que ambos solo suelten las manos de Drácula.

Quien solo gira su mirada hacia atrás, viendo a su familia, sus amigos y a Wave y Kurome.

Pero sólo Akame camina hacia donde estaba su esposo y colocando una mano en su mejilla.

-Lo que has venido a buscar está en ese libro, Gabriel. -Dijo, pero de repente él solo y ella solo ponen sus frentes contra el otro, deseando no separarse de nuevo, pero ella solo dice colocando su mano libre en el pecho de su marido.

-Siempre estaré contigo. Y te amaré por toda la eternidad... Tatsumi. -El Príncipe de las Tinieblas sólo siente cómo su amada se separa. Y ve cómo ella camina hacia donde estaba su hijo.

La cual lo toma de la mano, y junto al resto solo caminan hacia la salida de aquella zona, dándo a entender que ellos ya dejaron el castillo. Solo quedaba que él hiciera lo mismo.

Pero cuando gira su mirada donde estaba el libro, tan solo ve el objeto que le dio Najenda hace siglos encima del libro.

Pero él solo gira su mirada hacia un lado, observando todos los poderes que consiguió en su cruzada contra los Señores de las Sombras.

Y el tan solo dice viendo cada uno de ellos.

Drácula: Hace muchos siglos los abandoné... cuando renuncié al hombre que fui. -Todos sus poderes antiguos y las reliquias solo estaban brillando, pero él tan solo dice.

-Me estaban esperando. ¿No? -De repente las magias de luz y sombra volaron hacia su dirección, y entraron a su cuerpo, empezando las mismas a girar, mientras que Drácula sentía cómo su poder aumentaba cada vez más, hasta que la luz desapareció.

Siendo seguido por las alas blancas que se pusieron en su espalda, las cuales en su lado izquierdo salió el ala demoniaca y en la siguiente el ala de ángel.

En sus pies, las botas de Cornell se habían acoplado de nuevo, sintiendo Gabriel la velocidad aumentaba que las mismas le daban.

Y en su brazo izquierdo, el guantelete negro había entrado de nuevo, acoplándose de nuevo en el cuerpo de su portador.

Pero cuando finalmente las reliquias y poderes regresaron a su cuerpo, él solo caminaba hacia donde estaba el libro. Pero sintió otros dos pasos de pies a su izquierda y derecha.

Drácula miró a su izquierda y vio a...

Se veía a sí mismo. A Gabriel. Su antiguo yo antes de ser un vampiro, llevaba aquel viejo traje de la Hermandad.

Drácula supuso entonces quién estaba detrás de él a su derecha. Se volteó y su suposición fue acertada.

Ahí estaba su yo de su juventud, su primera identidad. Tatsumi. Aquel muchacho que viajó a la Capital sólo para ayudar a su pueblo natal, y terminó luchando contra un emperador manipulado.

El joven Tatsumi sólo dijo aquella duda que tenía si se hubiera visto en su futuro.

Tatsumi: ¿Aún somos... buenas personas... o seguimos siendo monstruos? -Preguntó la personificación de su parte inocente y humilde. Dracul sólo podía decir una cosa ante esa incógnita que tenía de sí mismo ahora.

Drácula: ...No lo sé. Pero... quisiera volver atrás. Ojalá pudiera empezar de nuevo... y hacer las cosas bien. -Dijo aceptando el remordimiento de sus errores pasados. Pero Gabriel, la parte racional de él, fue quien respondió.

Gabriel: Tal vez no podamos volver atrás y borrar lo que ocurrió. Ni podemos olvidar lo que hicimos mal. Pero tampoco hemos de olvidar las cosas buenas que hicimos. -Dijo con esa voz pasiva, haciendo énfasis en sus acciones pasadas, tanto buenas como malas, y cómo deben aprender de ellas.

-Debemos recordar lo que nos dijo ella. Siempre podemos arrepentirnos. Aprender. Siempre hay una oportunidad de enmendar nuestros errores. -Dijo haciendo recordar a Drácula lo que dijo el espíritu de Akame antes de partir al más allá.

-Podemos... ser... mejores.

Drácula se mantenía callado, viendo a Gabriel y a Tatsumi dándole un asentimiento con la cabeza. Este era su momento. El momento de cambiar. Aceptar el pasado. Vivir el presente y redimirse por el futuro. De reconstruir lo que se quebró hace tiempo.

Ya ahora libres de una vieja carga, El Dragón, el Campeón y el campesino, caminaron al mismo ritmo hacia el libro.

El cual solo se abre ante la presencia del Dragón. Sólo Drácula estaba ahí ahora, pero de nuevo estaban juntos sus tres yo. Volvían a ser uno solo. Mientras pasaba páginas, Drácula veía muchas imágenes de siglos atrás.

Mostrando el libro cada detalle que había olvidado, incluso aquella noche cuando la Hermandad y sus aliados atacaron el castillo.

Cada batalla, cada asesinato. Incluso la gran explosión.

Pero cuando nota la parte luego de la explosión, cierra sus ojos un momento.

Drácula sólo había abierto sus ojos, observando el arma del líder del ataque a su castillo.

Hasta que siente una presencia donde estaba él, y solo mira hacia una cortina de humo. Donde una presencia se estaba formando.

Drácula: ¿Trevor? -Preguntó confundido, pero entre el humo, sólo se revela la imagen de su hijo, en su actual ser, quien dice.

Alucard: Trevor murió hace mucho tiempo, padre. -Dijo el Vampiro Albino dando unos pasos al frente.

-Tú me hiciste como soy ahora. Me paro frente a ti, renacido, como un Vampiro... Yo soy Alucard. -Drácula solamente le pasa la Cruz de Combate a su hijo, quien solamente la atrapa.

Drácula: ¿Por qué estás aquí? -Dracul solo comienza a dar unos pasos hacia la izquierda.

-Tú mejor que nadie sabes que no puedo morir. -Los dos solo comienzan a verse mientras que se mueven hacia los lados.

-Mi inmortalidad también corre por tus venas. -Dijo mientras que su hijo solo suelta la Cruz de Combate.

Alucard: Cierto. Pero sólo mi padre... Gabriel Tatsumi Belmont... puede destruir a Drácula. -Drácula solamente dice hacia su hijo en un tono vacío.

Drácula: Es muy tarde para mí. -Dijo a su hijo, quien solo pregunta un simple...

Alucard: ¿Cómo puedes estar tan seguro?

-Las raíces del mal son profundas... E irremediablemente hasta en el corazón de los hombres. Es su verdadera naturaleza. -Dijo mientras que a su mano llegaba el arma de la Hermandad cuando estiró un poco su mano hacia el suelo.

-Su destino. -Él solo mira hacia su hijo fijamente, quien también solo hace lo mismo.

-Yo fui su guerrero más devoto... Un campeón de la Luz. Pero caí... caí en la oscuridad. -Él solamente muestra el arma de la Hermandad a su hijo y la agarra con sus dos manos.

-Y ahora... soy temido como Príncipe de las Tinieblas. Irónico, ¿no crees? -Su hijo no dice nada, mientras su padre solo hace fuerza en el arma de la Hermandad.

-El poderoso Zobek se esconde de mí como la rata cobarde que es. Incluso el mismísimo Satán ni se atreve a salir del Infierno y enfrentarse a mí. -Alucard no dice nada, pero solo sigue escuchando.

-Pero si yo desapareciera ahora, Alucard... ellos simplemente tomarían mi lugar. El mal prevalece. Es el orden natural. -Él sólo sigue haciendo más fuerza en el arma, escuchando el metal rompiéndose.

-El mundo... es así. -Él sólo rompe el arma de la Hermandad y la tira al suelo. La cual deja de sacar energía. Una forma de de metáfora de lo que aprendió en aquella desventura.

-Abandona... toda... esperanza. -Dijo a punto de girarse para ir a su castillo derrumbado. Pero de repente Alucard dice.

Alucard: No. -Su padre estaba confundido por lo que acababa de decir.

-¿Qué tal si hubiera un modo de destruirlos para siempre? ¿De liberar a la humanidad de la tiranía? -Drácula sólo se voltea para irse.

-Si te creyeran muerto... saldrían a la luz una vez más, ¿no es así? -Su padre lo mira confundido, pero su hijo solamente saca la espada que estaba en su cinturón, la cual su energía para Drácula era muy conocida.

-Esto... es Crissaegrim. -Dijo mostrando su espada en todo su esplendor hacia su padre.

-Forjé esta arma con el fragmento del Vampire Killer que clavaste en el pecho de Carmilla. -Drácula solo estaba en silencio, mientras que seguía escuchando.

-Lo encontré en el castillo hace años, tras el final de nuestro último enfrentamiento. -El solo sube su espada, mostrando su reflejo y el de su padre con el metal.

-Pero para hacerla, también combiné la estaca con... -Su padre terminó la oración al reconocer la esencia en la espada.

Drácula: Murasame. La espada de tu madre. -Dijo dejando relucir su melancolía, viendo el arma que fue forjada con un fragmento de la suya y la de su esposa.

Alucard: Exacto... Si tu corazón fuera atravesado con esta espada, caerías en un sueño sin fin. No te mataría... pero menguaría tus poderes y no podrías despertar mientras la espada permaneciera clavada. -Él solo baja un poco su arma y solo dice de nuevo.

-No es... la muerta auténtica que deseas... pero Satán creerá que has muerto. -El solo da unos pasos hacia delante.

-Siglos pasarán y sus Acólitos iniciarán los preparativos para su regreso. -Su padre solo sigue escuchando.

-Zobek... sin duda percibirá que... -Drácula termina la oración de su hijo.

Drácula: Satán va a volver... Y será presa del pánico. -Dijo tocando con un dedo el filo de la espada, sintiendo su arma y el de su amada en ella.

-Zobek sabe que no es rival para Satán, así que me buscará a mí, con la esperanza que yo siga vivo en alguna parte. -Él solo se aleja para pensar sobre el plan que escuchó y su hijo solo guarda su espada.

Alucard: En el momento justo... quitaré la espada de tu pecho. Me asegurare de que Zobek te encuentre. Él sabe que sólo con tu ayuda podrá destruir a los Acólitos y así evitar que Satán vuelva al mundo. -Drácula en aquel momento viendo su castillo, dice destacando un riesgo muy garrafal en el plan.

Drácula: Estaré muy débil. Zobek detectará el engaño fácilmente. -Alucard solo dice en aquel momento.

Alucard: El largo sueño fragmentará tu memoria. Zobek tan sólo verá confusión. -Drácula solo dice.

Drácula: No recordaré esta conversación, y Zobek no verá más que sombras en mi mente. ¿Pero cómo estás tan seguro de que colaboraré con él? -Alucard solo dice algo evidente y el motivo. Momentos después de que su padre lo mire de nuevo.

Alucard: Porque... a cambio, él te ofrecerá lo único que verdaderamente deseas. La auténtica muerte. Paz eterna. -Tras reflexionar en esas palabras, Drácula quedó impactado al saber de lo que estaba hablando.

Drácula: Zobek tiene el Vampire Killer. -Su hijo solo confirma el mal presentimiento de su padre.

Alucard: Tú lo hiciste pedazos, pero él encontró los fragmentos y reconstruyó el arma. Solo él puede concederte el descanso eterno. -Drácula no dice nada y solo sigue escuchando a su hijo.

-Tendrás que permitir al último Acólito finalizar los rituales para traer a Satán a este mundo. ¡Podemos atraparlo aquí... y podemos destruirlo! ¡Para siempre! -Drácula no dice nada, pero su hijo solo dice.

-Pero para que eso suceda, tendrás que recuperar tus poderes y enfrentarlo en ese momento crítico. -Drácula solo dice, no creyendo la ironía del plan de su hijo.

Drácula: Me estás pidiendo... que libere al mundo de Satán, ¡de nuevo! ¡Que lo sacrifique todo por la humanidad... De nuevo! -Alucard sólo confirma las palabras de su padre.

Alucard: Así es. Esta es tu única oportunidad de tener a Zobek... y a Satán a tu alcance. -Su padre solo baja su mirada hacia una de sus manos. Donde aprieta un poco la misma y su sangre estaba saliendo. Alucard tenía razón, no habría otra oportunidad de poner fin a todo esto.

Entonces cuando sube su mirada, ve a su hijo dando su respuesta.

Drácula: Entonces hazlo. Atraviesa... el acero que blandió tu madre... -Él solo camina hacia el frente y su hijo solo saca su espada.

-¡En mi corazón!... ¡Antes... de que me... arrepienta! -Alucard tan solo atraviesa con su espada el pecho de su padre, y atravesando su corazón. Causando que el mismo solo diga sintiéndose débil.

-Hijo... ¿Cuándo... volveré a verte? -Su hijo solo dice colocando una mano en su hombro.

Alucard: Cuando ponga mi mano en tu hombro... padre. -Dijo. Y entonces Drácula cayó al suelo, completamente inconsciente, mientras su hijo observaba su estado con la mirada baja.

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