Capítulo 30: Puedes beber mi sangre.

El molesto sonido de la alarma me despertó, y lo arroje contra la pared rompiéndolo. No bebí sangre en todo el día de ayer y noche tampoco porque no encontré a Miguel por ningún lado. Medí una ducha rápida y me coloqué mis jeans claros, una camisa azul y mis botas negras. Me observe por un momento en el espejo y note que mi piel se estaba poniendo más pálida de lo normal, ya había perdido mi bronceado, mis ojos se encontraban de un rojo intenso. Pase mis manos por mi cabello me coloqué mi chaqueta de cuero negra y mis lentes negros. Sé que mis ojos no se aclararan por un buen rato, ni si quiera después que beba sangre.

Cuando estaba en camino al comedor, rápidamente pude sentir el olor a sangre de los donantes que estaban en el castillo. Entre rápidamente, pude escuchar que me llamaban, pero no hice caso y entre a la sala de donantes, no me importaba si Miguel no estaba aquí entraría con o sin él. La sala estaba completamente vacía hasta que Scott salió del pasillo donde estaban los donantes asignados y me miro preocupado.

—Alex ¿Te encuentras bien? —preguntó Scott mientras se acercaba.

— Me encantaría decirte que sí, pero no— dije quitando mis lentes y Scott se detuvo en seco— ayer no bebí sangre en todo el día, estoy débil después del ataque del sábado en la noche.

— ¿Donde esta Miguel? — preguntó Scott serio.

— No lo sé Scott, solo déjame entrar a mi cubículo, por favor — suplique.

— Alex, sabes que tengo una orden, que no puedo dejarte entrar sola —dijo Scott acariciando mi rostro.

—Entonces entra conmigo — dije tomando sus manos.

Sentí el aroma de la sangre de ayer de nuevo e inhalé cerrando mis ojos y mis colmillos salieron. — Maldición Alex, contrólate — pensé— abrí los ojos y vi como Scott me miraba preocupado, su mente estaba en blanco, no sabía qué hacer, empezó a caminar de un lado a otro y luego maldijo en voz bajo y me tomo de la mano y entramos a uno de los cubículos, pero estaba vacío. Lo mire confundía esperando que algún donante entrara, pero no, en cambio lo vi a él sentándose en la silla.

— No correré el riesgo de que bebas sangre de un humano y lo mates y eso me cause un problema — dijo Scott quitándose la camisa— puedes beber mi sangre.

— Scott, no puedo hacer eso— dije negando.

—Solo hazlo Alex, estas pálida, demasiado pálida, a decir verdad — exclamo Scott.

Me acerque a su cuello, inhale podía sentir su sangre. Mis colmillos rozaban su piel, lo miré y el asintió, mordí su cuello y empecé a beber de su sangre, era muy deliciosa. Quería detenerme, pero no podía, me senté en las piernas de Scott mientras seguía bebiendo. Scott se había reclinado en la silla y pasaba sus manos por mi espalda delicadamente, me separe de él y lo mire un poco agitada, note como la respiración de Scott subía y bajaba pesadamente.

— ¿Estas bien? — le pregunte acariciando su rostro.

— Increíble cariño— dijo Scott sonriendo— tienes un poco de sangre aquí — dijo mientras se acercaba y pasaba su lengua por la comisura de mi labio.

— Tu sangre, es muy deliciosa —dije a milímetros de él.

—Me gustaría probar la tuya, pero aun sigues estando débil — comentó pasando su pulgar por mis labios.

Mantuve los ojos cerrados mientras Scott pasaba su pulgar por mis labios, había escuchado que beber la sangre de otro vampiro aumentaba el deseo entre ellos y puedo sentir que es cierto. Siento como su sangre me atrae más hacia él, deseaba tanto que me besara. Abrí mis ojos, coloque mis manos en su cuello mientras me acercaba no apartaba la mirada de sus labios, el coloco su mano en mi cintura y me beso. Nuestro beso era intenso, nuestros labios se habían unido y hecho uno solo. Scott había empezado a quitar mi chaqueta, el cual dejo caer al suelo, empezó a subir sus manos por debajo de mi camisa. Se separó de mí y comenzó a besar mi cuello, luego mi clavícula. Sentía la urgencia de quitarme la camisa también, pero algo me detuvo y me separe de él.

— ¿Sucede algo? — pregunto Scott con la respiración entre cortada.

— Algo está ocurriendo — dije levantándome de sus piernas— debemos salir.

— Estas seguras de que ocurre algo— dijo Scott mientras se colocaba la camisa.

— Sí, vamos, algo pasa en el comedor —comenté mientras recogía mi chaqueta y salimos hasta el comedor rápidamente.

Cuando íbamos saliendo de la sala de donantes, los gritos o más bien gruñidos se podían escuchar. Y era la manada de Dante que estaba en el lado de los vampiros en el comedor discutiendo con algún vampiro, no alcanzaba a ver bien ya que había muchos chicos lobos agrupados. Estaban diciendo algo que claramente alcance a escuchar.

— ¿Dónde está la chica vampiro? — decía Dante molesto.

— De que chica estás hablando, vienes aquí con tu manada a discutir y ni si quiera sabes a quien estabas buscando— exclamó Miguel.

— Me refiero a la chica con la que estabas el sábado Miguel— dijo Dante mirándolo desafiante.

Sin duda estaban hablando de mí. Me acerqué a ellos rápido y empecé a caminar entre la multitud hasta llegar a ellos.

— Te refieres a mí, Alpha — dije arrogante y me detuve detrás de él.

Dante se giró y se acercó a mi— A ti te estaba buscando vampiresa — dijo Dante deteniéndose— Quiero saber dónde está Skay.

— ¿Skay? — Pregunté cruzando los brazos — Oh, te refieres a la chica lobo, no lo sé y tampoco creo que está cerca— dije sin importancia.

— Tu pudiste atrapar al imbécil que hizo esto y no lo hiciste — gritó molesto.

— Primero, no sabes nada de lo que ocurrió después de quedar inconsciente — lo fulmine con la mirada— segundo, hice mucho y encontrarte fue una de ellas, quizás si no lo fuera hecho estuvieras muerto lo más probable— dije amenazándolo — y tercero estuve muy cerca de atraparlo, pero como no sabes, el responsable es un mago y se pudo escapar con facilidad— declaré.

Todos se quedaron en silencio en cuanto termine de hablar, Dante me estaba mirando sorprendido y no sabía que decir al respecto. Sentí mis manos ponerse caliente, para luego sentir el fuego crepitar en mis manos de un tono naranja. Los chicos lobos empezaron a retroceder y Dante dio unos pasos atrás para distanciarse.

Miguel se había acercado y Scott empezó a masajear mi hombro para calmarme.

"Relájate Alex "—pensó Miguel.

Respire profundo, cerré mis ojos e intente calmarme, el masaje que me daba Scott me estaba tranquilizando un poco, abrí mis ojos y señale a Dante.

— La próxima vez, pregunta las cosas con amabilidad, no entiendo cómo es que no te deje ahí — dije mirándolo de arriba a abajo.

Iba a volver a la sala de donante junto a Miguel, pero de un momento a otro hubo un estallido y nuevamente volvió el sonido a mi cabeza. Tropecé con una de las mesas y vi como Miguel se sujetaba en una silla cercana y Scott tapaba sus oídos bruscamente. Muchos estaban corriendo, había gritos de dolor, pero lo que me daba más curiosidad era que los más afectados éramos los vampiros. El mago murmuraba sus conjuros tratando de proteger el comedor de lo que fuera que estuviera atacando.

Los lobos y las hadas se estaban agrupando y preparándose para cualquier cosa que pasara después de esto. Intentaba resistirme al dolor, pero era casi imposible, el dolor era el doble más fuerte que el sábado. Algunos vampiros estaban de pie normal debían tener el don del escudo físico y protegían a los más cercanos a ellos para que recuperaran su fuerza.

Un grito se escuchó del lado donde se encontraban las hadas e hizo que mi cuerpo se estremeciera. Los gritos de las hadas suelen ser dolorosos para los que están a su alrededor es como clase de don que ellos tienen. — Pero jodido don que tienen esas criaturas —pensé retorciéndome de dolor— Y sin decir que son realmente buenas con las armas de cualquier tipo.

— Beth baja ese cuchillo — gritaba un hada de cabello verde mientras retrocedía.

—La chica reía irónicamente negando— Crees que retroceder te salvará de morir —dijo Beth mientras caminaba con un cuchillo largo en la mano.

— ¿Pero qué diablos crees que haces Beth? — gritaba un chico, mientras se colocaba al frente de ella.

— Hago, lo que debí hacer hace mucho tiempo— dijo Beth riendo — Christofer apártate, esto es entre Julie y yo — dijo mirándolo fijamente.

— Beth, sabes que no fue mi intención hacer eso, en verdad lo siento mucho —sollozaba Julie en el piso.

— No tendré piedad contigo Julie, así como tú tampoco la tuviste— dijo Beth haciendo girar el cuchillo en su mano para luego lanzarse contra Julie.

En cada esquina del comedor empezaban a discutir y luego a pelear entre ellos mismos. Me encontraba sentada en el suelo, el dolor había empezado acusar, Miguel como pudo copio uno de los dones de Escudo mental para protegernos a los que estábamos cerca. De pronto escucho como Scott empieza a reír fríamente apoyado de una silla.

—Miguel, Miguel, Miguel —repetía Scott negando — eres una idiota amigo.

—¿De qué hablas Scott? — dijo Miguel viéndolo mientras seguía expandiendo el escudo.

—Invitaste a Alex, al baile sabiendo que ella estaba saliendo conmigo— dijo Scott frunciendo el ceño.

— Oh vamos amigo, no estarás molesto por eso ¿o sí? —preguntó Miguel.

—Lo hiciste al propósito — murmuro— Lo hiciste por venganza — dijo Scott mientras caminaba hacia Miguel.

—Scott detente — demandé y se giró hacia mí.

—¿Por qué lo haría? él está tratando de separarte de mi — dijo Scott mientras señalaba a Miguel.

— Scott solo para, harás que Miguel pierda el escudo —dije detenidamente y trate de levantarme, pero fue inútil el intento.

Aún seguía débil, no había recuperado mis fuerzas totalmente, quería sangre.

"Y la tendrás" —pensamiento de alguien.









Holaa pequeños mortales :3

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