capitulo 7
Pequeños sollozos entre suspiros se escuchan bajo las sábanas, ahí está frey hecho bolitas sufriendo todavía por lo que sigue creyendo que es una humillación de lo sucedido hace unos días atrás. Ni siquiera a querido ir al colegio por lo mismo temeroso que sus compañeros se hayan enterado de lo sucedió, aunque sus padres se hayan encargado de eliminar todo rastro o prueba que diga que estuvo en esas rejas, frey sigue sin estar tranquilo.
—Frey, mi vida. Abre la puerta.—Pide su madre casi suplicante.
‹Si hubiera sabido que esto iba a pasar entonces no hubiera estado acuerdo en que viniera ese bastado, pero quería evitar que mi pequeño se casara con un viejo por eso estuve de acuerdo en abrirle las puertas de esta casa sin importar la apeste a estiércol a cerdos, pollo, vaca, que traía consigo.
Sin embargo eso no está funcionando ya que ese bastardo salió huyendo, y hasta el momento mi esposo no a podido encontrarlo. Le sugerí que fuera hablar con esa mujer tal vez ese bastardo había ido ahí, pero no se puede porque hubo derrumbe lo cual a cubierto la carretera como cualquier otro paso hacia el pueblo.
Maldita la hora que decido suceder tal desastre, no obstante es beneficioso para nosotros porque de esa manera nada de lo que le dijo frey a ese maldito puede ser desmentido y mientras lo encontremos todo volverá a su posición original. Mi hijo siendo libre de ese compromiso y el otro casándose por el bien de la familia, apuesto que hasta estará agradecido cuando se case con ese viejo porque tendrá el dinero que nunca ha tenido aunque dudo que lo llegue a disfrutar.› Sonrió perversa.
No iba a dar por sentado todo y si tenía que ir ella misma por las personas importantes para Luciel, iría pero acabar con ellas para demostrarle a Luciel de sobre a quién debería de obedecer apartir de ahora.
—Vete, no quiero hablar con nadie.
Mi papá ni siquiera ha venido hablar conmigo desde que llegamos a la casa, me ha estado ignorando como si yo tuviera la culpa de lo sucedido. No es mi culpa nada de esto es mi culpa y si alguien es culpable ese es él por querer un matrimonio con esa familia, por obtener esos grandes beneficios dados por la familia Winslow no le importaría sacrificar hasta su hijo que asegura que tanto ama.
Extraño a Dagmar pero tampoco tengo cabeza para hablar con él, mucho menos quiero ponerlo en en en una situación difícil porque si se entera que está pasando el querrá venir hablar con mis padres y si se enteran que me gusta alguien que no es de mi misma clase social se enojaran. Puede que le digan cosas hirientes y no voy a permitir eso, Dagmar me gusta es el joven que quiero en vida.
—Quiero estar solo.
—No me hagas esto, hijo.—Se escucha muy preocupada.—Por lo menos sal y come un poco de frutas, por favor.—Suplica.—No quiero que te enfermes.
—No insistas.—Contesto.
Presentía que si salía mas allá de su habitación hacía el exterior él estaría recibiría miradas rara, juzgado sus acciones o cualquier cosa que haga aunque solo fuera su imaginación porque nadie sabe nada.
‹Todo está saliendo mal no debía ocurrir nada como esto, cuando plane que mi padre lo trajera a la casa no era para que se fuera al siguente día que ingreso, en mi mente mis planes eran tan perfectos pero ahora ya no lo son y todo por culpa de esa inesperadamente amnesia en Luciel causada por mi mamá.
Si ese golpe en la cabeza no lo hubiese vuelto inteligente en vez de estúpido, las cosas serían diferente en este momento. Siendo tonto sería todavía más fácil el tratar con Luciel, o por lo menos si perdió la memoria sería mejor que haya olvidado su existencia. De esa forma todos seríamos felices.
Él se casaba con viejo pero millonario y yo con el amor de mi vida, Dagmar. Mis padres disfrutan de los beneficios de ser con suegros de los Winslow. Ese plan era perfecto, ¿verdad? Pero, siempre hay un pero y ese es que Luciel se encuentra amnesico por culpa de mi madre que le lanzó ese objeto que le rompió la cabeza a Luciel.
Eso lo llevo a huir y encontrarse con ese hombro tan atractivo, pese a que por su culpa pase tiempo en la comisaría; no he podido sacarlo de mis pensamientos. Dagmar es guapo super masculino así como tiene buena presencia, es lo que toda chica o chico quiere tener. Sin embargo, ese hombre no se puede comparar con nadie es tan irreal su belleza y ese cuerpo tan sensual. Esos ojos tan fríos y aura imponente logra que mi corazón se acelere al igual que mi cuerpo se caliente... No, no pensemos en eso.
Ese tipo tiene que pagar por verme humillado de esa manera, eso no sé quedará asi le haré sufrir de la peor manera, haré que venga y me ruegue que lo perdone pero no lo haré no hasta que bese mis pies, me diga que hará lo que pida.›
Frey dejo de estar lamentándose al igual que dejó a un lado sus abusadas fantasias que involucran a Elijah, como si pudiera destruir a Elijah en primer lugar. Frey sueña lo imposible al querer que Elijah le bese los pies.
—Frey.—Ella seguía al otro lado de la puerta.
—Esta bien ire a comer solo me daré un baño, ¿si?—Baja de la cama.
Ya es hora de volver a mi habitual yo, ir al colegio o salir a cualquier lugar donde “casualmente” me encuentro con Dagmar porque no puedo seguir llorando, si quiero que mis objetivos se cumplan tengo que volver a mover las piezas en lugar correspondiente.
—Dile al chefs que prepararé mi comida favorita.
—¡En serio!—Eso le alegro mucho.—Bien, te espero en el comedor.—Dicho eso se despidió, yendo a la cocina pero cuando bajo las escaleras se encontró con algo inusual.
En la puerta principal de su mansión se escuchó un disturbio de alguien pidiendo de por favor el entrar, pero el ama de llaves le decía que no era posible sino tenía una cita y que Frey se encuentra indispuesto lo que causó preocupación en ese joven, con más ganas de querer entrar y saber que tan grave se encuentra Frey.
—¿Qué está pasando aquí?—Pregunta, mirando de arriba a bajo al joven fuera de la puerta, lo cual no paso desapercibido para el contrario, sintiéndose incómodo puesto que; esa mirada la percibió como si lo estuvieran juzgado.
—Buenas tardes.—Hago una leve reverencia mostrando respeto así Elijah me haya advertido que, me golpearía si llegase a enterarse que bajé mi cabeza delante de personas que no merecen nada. No podía faltarle el respeto a la madre de la persona que me gusta.
Si vine aquí es justamente para saber sobre Frey de como está es lo único que puedo hacer ya que, él no contesta mis llamadas. Y ahora que sé del porque se alejó de mí, no puedo quedarme solo viendo como se aguarda todo aunque todo sigue siendo muy confuso para mí. Esa es la segunda razón por la que estoy aquí, quiero que nos sinceremos y hablemos sobre esto.
—Mi nombre es Dagmar.
Elijah me aconsejo que no dijera mi apellido tampoco que se me ocurriera decir algo al respecto relacionado con su prometido, ni le ha pedido ser su novio y lo llama de esa forma. Y también me dijo que viniera después del trabajo, ¿por qué? No lo sé pero era eso o no venir a la casa de los Day.
—Mucho gusto, señora.—Ella es la madre de Frey, es muy hermosa como la describió solo que su mirada es un poco extraña.—Soy un buen amigo de Frey.—No sé si es por el nerviosismo pero siento que ella me está juzgado, ¿por qué?
No es que ella estuviera en lo correcto al juzgarlo por su apariencia pero Dagmar tampoco se estába ayudando si su vestimenta no es la más limpia, a los ojos de los demás solo era un joven de escasos o salariado trabajando en alguna construcción por la suciedad en sus botas y pantalón chipeado de cemento.
Él acaba de salir de trabajar porque su padre le ha dejado en claro varías cosas, que podrá ser un joven maestro pero antes de tomar el mando de la empresa tiene que aprender y empezar desde abajo, trabajando de sol a sombra como cualquier otro empleado bajo su mano. A él también se le fue enseñando de la misma manera cuando su padre estaba vivo. Solo ahora, él es menos estricto con su hijo porque tampoco quiere que baje sus calificaciones en el colegio, por lo tanto Dagmar solo trabaja dos o tres horas dos veces por semana.
—Pregunte que esta pasando aquí no quién eras.—Dijo con un tono que dejaba saber su disgusto.
‹¿Desde cuándo mi precioso hijo le dio por ser una persona caritativa? Ofreciendo amistad a pobres diablos como este. O, ¿lo está amenazando de alguna manera? ¡Todo puede suceder hoy en día, peor cuando Frey es tan hermoso! Un niño de buen corazón que no duda en ayudar a los indigentes cómo este.
Tengo que decirle a Frey que está bien que haga amigos pero que vea primero si esa persona es digna o no de pararse juntó a él, no quiero que por andar con chicos como estos. No quiero que Frey sea la comidilla entre las personas con clase.› Ella le daba mucha importancia a lo que decían las personas de su familia, no quiere que anden de boca en boca. De por si pronto se convertirá la mujer cornuda a la que su marido engaño.
—Le estaba explicando que no podía llegar solo así sin avisar.—Explica la ama de llaves.—También le comenté que el joven maestro no está recibiendo visitas.
—Ya veo.—Si es amigo de Frey no puedo solo azotar la puerta en su cara eso dejaría mal parado a mi hijo, eso no lo voy a permitir.—Pasa, Frey bajará en un momento.
—Gracias señ...
—Un momento.—Lo interrumpe y lo detiene en la puerta.—Antes de dar un paso mas quitarse los zapatos.—Frunce el ceño.—No lo tomes a mal pero el piso acaba de ser trapeado y sería molesto para los empleados el volver a limpiar.—Sonríe pero esa sonrisa no llega a sus ojos.—Ponte esas pantuflas.
—Comprendo.—Llevando sus manos tras las espaldas, volviéndolas un poderoso puño.
‹En mis pensamientos la madre de Frey era alguien amable como su hijo, que no le importaba la clase social pero me equivocó. Solo me han bastado unos segundos para darme cuenta que ella es todo lo que no toleró, una persona materialista que solo ve los beneficios que le puede dar la otra persona. ¿Cómo alguien tan amable como Frey nació está persona? ¿Su padre también será así? Para que me hago esa pregunta si ya tenía pensado casar a Frey con alguien que ni siquiera conocia.›
Dagmar se estaba dando cuenta del porque Elijah le aconsejo que fuera a visitar a Frey luego del trabajo, para que viera la clase de personas que son sus futuros suegros.
—No te sientes todavía, primero ella podrán ese cubridor de esa forma no se manchara el sofá.—No tenía pensado fingir lo que no es porque a sus ojos Dagmar era un don nadie.
—Ni siquiera son tan caros hasta una persona de clase baja podría comprarlos.—Susurró.
—¿Qué?
—Que no es nigún problema para mí el sentarme en el suelo.—Sigue siendo molesto que me traten como basura solo por qué creen que soy pobre pero me he acostumbrado a eso.
La primera vez me dí cuenta lo que pasan las personas de bajo estatus por personas como estás, que solo miran lo que te puede ofrecer la otra persona y si no tiene nada solo lo desechas.
—Mamá, solo comeré unas frutas ya que tengo que ir a buscar al tonto de Luciel.—Expreso.—No podemos permitir que ande suelto.
—Frey.
Ella se tensó al escucharlo hablar de esa manera, intentado hacerle saber que su amigo estába ahí y es que Dagmar estaba en punto donde no podría ser visto por Frey.
—¿Si?—No capta la mirada nerviosa de su madre.—Él tiene que casarse con ese señor.—Sigue hablando.—Y también quiero que destruyas a ese bastardo que le ayudó ese día, es muy atractivo pero tiene que pagar por verme humillado.
—¡Frey!
—¿Qué?...—Lleva su mirada a donde señala su madre solo para observar a un incrédulo, Dagmar.—...¡¿D-Dagmar?!... Yo... ¿cuando llegaste?
—Recién llegué.—Me gustaría decir que escuché mal pero lastimosamente no es así, esa voz enfurecida y llena de desprecio la escuché fuerte y claro.
Es la primera vez que escucho hablar de esa manera a Frey, ¿acaso todo esté tiempo fingió ser amable? ¿Tal vez solo está enojado porque Elijah se llevó a su hermano? No puedo engañarme a mi mismo tampoco hacerme el ciego o sordo solo porque Frey me gusta.
—Sin embargo, ya me estoy yendo.—En este momento solo quiero aclarar mis pensamientos, averiguar si todo lo que he visto de Frey es genuino o solo soy yo el fácil de engañar.
—¡D-Dagmar, espera!—¡Por que nadie me fue avisar que teníamos visita!—¡No es lo que piensas!—Lo agarra del brazo.—Mi madre está enseñado para una obra de teatro, ¿verdad?—Mira a su madre.
—Sí, así es.—¿Por qué mi hijo se aferra desesperadamente a ese don nadie?—Le pedí a Frey que ensayará conmigo así de imprevisto, donde quiera que vayamos uno de los dos recita sus líneas y el otro debe de responder.
—Mi madre hace el papel de hermana mayor y yo el...
—¿Entonces Luciel y esa otra persona son?—Pregunte, apretando los dientes para no gritarle ya lo sé todo, ¿a sus ojos me veo tan estúpido?
—Luciel es el nombre del villano.—Respondió ella en vez de Frey.—Es un villano que le lava el cerebro al protagonista.
—Vaya, que interesante obra.—Sonríe rígido.
Tengo que ir a disculparme con ese joven por dudar de sus palabras, después de todo Elijah puede que tenga razón y es está persona la que le rompió la cabeza a Luciel, volviéndose amnésico.
—Espero y me inviten me gustaría verla.
—Sí, así será.—Responde Frey.—Entonces, ¿qué te trae por aquí?—Sino dice nada es porque me creyó, ¿verdad?
—Solo vine a ver cómo estaba me preocupé al verte en el colegio.—Mira su reloj.—Pero veo que estás bien, hablamos después me tengo que ir.
—¿No puedes quedarte?—Pregunta.—Estaba por ir comer, ¿acompáñame?
—Me encantaría pero mi tiempo de descanso está por terminar.—Se libera del agarre de Frey.—Sera en otra ocasión.—Ve a la madre de Frey.—Nos vemos señora.
Ni bien cruzó la puerta cuando la mirada de Dagmar era muy complicada, tenía tantas emociones encontradas así como tristeza al dárse cuenta de un lado no que no conocía de Frey.
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