9- Mas desatres
Narra Natasha
Después de que el poseído por satán y yo terminamos de limpiar todo y arreglar todo el desorden que hicimos y aun nos tocaba hacer la cena, para la mala suerte así que nos ponemos en acción, buscamos por toda la cocina algo como para hacer la cena y lo único que encontramos fue pescados y vegetales en la nevera.
— ¿Esto es todo lo que hay? ¿Qué hacemos?
— Pescado frito con ensalada, claro digo yo — Responde y asiento levemente de acuerdo.
— Para ser un poseído por satán tienes buenas ideas, pero tenemos un problema yo no muy buena friendo cosas.
— Pero que bobadas dice, si eras tú que ibas hacer empanadas.
— Eran panecillos — Le corrijo obvia.
— Es lo mismo.
— Chicos no quiero desesperar los pero mi hora de la cena se está terminando y aun no hay nada en la mesa — Dice Xander con exigencias entrando a la cocina.
Murray y yo lo miramos mal — Vete — Le gritamos al unísono, estamos lo suficiente cansados para también soportarlos.
— Yo opinó que Xander tiene razón — Aparece Keyla — Y que también tengo hambre.
—¿Y? eso me debe importar.
— Pues claro — Dicen los mellizos — Estamos acostumbrado a cenar temprano y de calidad.
— Sabes a mí no me importa la calidad, con tal de que sea comestible todo bien — Grita Adam desde el comedor.
— Y opino lo mismo que el — Grita la chica voz de oso que también está poseída por satán.
— Si quieren yo los ayudo a cocinar para más rapidez — Se ofrece el hermano de la poseída entrando también a la cocina.
— Quieren todos callarse de una maldita vez, y de paso irse de la cocina — Grita Murray y todos obedecen de inmediatamente aterrorizados saliendo como rayos de la cocina — Beata a cocinar — Dice más enojado/serio de lo normal y eso daba miedo ya.
— Si.
— Tú la ensalada y yo los pescados ¿sí? — Asiento sin problema empezando de una vez.
Estaba bien distraída con la ensalada no sabía que cortar primero o de que la haría mi mente es un lío, Dios ayúdame con esto, no parece tan fácil como en los programas de cocina, no soy buena utilizando cuchillos por eso prefiero la repostería y hornear.
Veo a Murray con varios pescados en la mano cocinada perfectamente limpios y los ponía en platos, su lado de la cocina se veía elegante y limpia mientras el mío un mar de mala muerte con vegetales regados y picados por todos lados, solo se de repostería.
— Oye beata a lo tuyo, no has hecho nada — Me llama haciéndome sobresaltar.
— Estas muy cerca.
— Ah entiendo, te gusta lo que ves, eres una santa pecadora eh... — Sonríe moviendo las cejas en un intento fallido de verse coqueto y hago una mueca.
— Claro que no.
— ¿Y por qué no tienes nada hecho aún?
— Porque no sabía de qué hacerla, cada uno come cosas diferentes — Bufo pensativa y Este suspira.
— Eres muy complaciente hazla de lo que tú quieras y listo si se lo comen bien y si no también — Asiste limpiando sus manos con un paño — Ya tengo una idea, porque no mejor te enseño los trucos del pescado y dejamos los vegetales para después.
Dice calmado y lo miro rara — ¿Seguro? — Pregunto confusa y Este asiste — Esta bien.
— Solo mira bien lo que hago.
Este le da la vuelta al pescado con las manos que está friéndose, es algo sorprendente y eso prueba más que es hijo del diablo ya que el fuego no le hace ni cosquillas, luego de un par de minutos lo saca con las manos a la descubierta.
— Y eso no me va a quemar.
—No, está a fuego lento y los vas a freír con mantequilla no con aceites, así que tranquila y el truco es agarrarlo por la cola no pegar la mano directamente del caldero.
Hago todo el procedimiento que él dijo lo más calmada posible y todo iba bien hasta que alguien de afuera grita desde la sale — ¡¡TENGO HAMBRE!! A todo pulmón.
Me sobresalto por el ruido y mi mano entra en la salten junto con el pescado quemándome — Carajo — Chillo sacudiendo la mano como loca ya que duele mucho.
— La Beata diciendo groserías — Ríe y achicó los ojos enojada.
—No fue una grosería, fue que me queme — Lloriqueo.
—¿De verdad? Déjame ver — Dice ahora achicando los ojos con preocupación.
— No — Niego sosteniendo mi mano quemada.
— ¿Por qué?
— De seguro te burlas de mi — Bufo obvia alejándome y niega tomándome de la mano.
— Las quemaduras no son buenas déjame ver — Dejo agarrar mi mano y la miro por unos segundos y me arrastra hasta la lava platos, abre la llave y me entra la mano en el agua fría — No saques la mano de ahí hasta que te diga.
— Esta bien — Asiento, el busca desesperadamente algo en la nevera.
— Lo tengo — Dice con la salsa en la mano y cierra la nevera— Ahora si cierra la llave y ven.
Abre la lata de salsa y unta salsa encima de la quemadura en la palma de mi mano —Eso es para que el ardor pase — Explica mientras lo unta con suavidad y asiento.
— Gracias.
— Ya deja de estar estorbando — Responde raramente seco.
—¿Y la cena?
—Yo la termino, siéntate por allá y deja de molestar— Dice señalado una mini mesita con dos sillas.
Asiento caminando hasta la mesa — Auch — Chillo ya que agarre la silla con mi mano quemada sin darme cuenta.
— Es tu mano dominante cierto — Pregunta sin verme concentrado en la cocina y asiento obvia ya que es la derecha.
— Si.
Pasaron los minutos y no sé si Murray ha terminado de la cena o lo que sea, ya que solo estoy en mi mundo viéndolo de lejos moverse preparando cosas y me sumergí en mis pensamientos.
Parpadeo varias veces suspirando y cuando vuelvo a la realidad el poseído de Murray está arriba de mi tomándome los senos.
— ¿¡Que crees que estas asiendo maldito pervertido?! — Grito Mientras lo empujo bruscamente y este cae al piso de golpe.
— Beata ya está la cena, Maldición.
—Tú me estas corrompiendo idiota...
— Bueno, Bueno ya, Solo era para saber si estabas viva.
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Narra Murray
Vuelvo a lo mío, y la beata tiene cara de que la quemada aún seguía doliendo por su ceño fruncido.
— Por Dios ya quita esa cara, ya me estás dando pena — Carajo por esta beata me siento culpable, pero no es mi maldita culpa que ella no sepa cocinar bien — ¿Quieres ir a buscar a alguien más para que me ayude?
Pregunto, eso no es necesario, pero la quiero lejos de la cocina — No, yo soy tu compañera, y yo soy la que te tiene que estar ayudando — Bufa cruzada de brazos ¿Qué carajo?
—¿Que mierda estás hablando?, ¿estás loca o qué?, no ves que tienes una maldita mano quemada.
Esta parece que va a llorar y frunce el ceño mientras le tiemblan los labios ¿Y ahora que hice? — No me importa — Dice cabeza baja y con la voz algo quebrada.
— No jodas — Casi siempre me vale madre cuando una mujer está llorando por mi culpa, pero esta vez sí me esta importado y no sé por qué diablos, con su cara de cachorro atropellado me hace sentir ¡Raro! — Esta bien puedes ayudarme — Suspiro con fuerza.
—Si — Se limpió las lágrimas y se levantó de la silla sonriente como si nada — ¿En qué te ayudo?
— ¿Sabes hacer una salsa de ensalada? — Pregunto y esta asiente — Pues eso harás y cuando termines me dices.
Mientras ella hace la salsa yo me dispongo a terminar todo lo demás, y por fin terminamos sin más quemaduras ni desastre.
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