9.


Ten.

—Hijo, por favor —habló mamá del otro lado de la puerta —Debes comer algo, llevas ahí encerrado desde que llegué

—No tengo hambre —susurre, obviamente no escucho

—¿Puedo pasar?

—Mamá, quiero estar solo, necesito, estar solo

La puerta se abrió, dejando ver la silueta de mi madre.

—No, creeme amor, estar solo es lo último que necesitas —se coloco a mi altura

No se si fue por mi rostro, porqué en cuanto me vio detectó todo el desorden de emociones que llevaba dentro.

—Omma —la miré con los ojos cristalinos—Las estrellas no brillaran esta noche

—¿Qué pasó? —preguntó preocupada

—Es una sensación extraña —susurré—Esperar un mensaje suyo cada minuto, buscar su sonrisa, sentir su mano sobre la mía pero...

—¿Pero?

—Terminamos —tape mi rostro con las dos manos

—¿Qué? —se veía realmente sorprendida —Pero ustedes, se veían tan bien..

—Bueno, debo admitir que fue culpa mía, yo cometí un error

—Todos cometemos errores Chittaphon, no somos seres perfectos

—Pero ese estúpido error, me costó su presencia

—¿Y vas a rendirte tan fácil? ¿Simplemente vas a dejarla ir? ¿No trataras de remendar tu error?

—¿Cómo estás? —preguntó la rubia sentándose a mi lado.

—He estado evadiendo su mirada todo el día —reí —Y evitando las preguntas de Seúl Gi, ¿Cómo debería estar?

—Le has dejado el camino libre, ¿Estás consiente de ello? —me miro

—¿Crees que no lo sé? Me pasé toda la puta noche pensando en ello, en lo feliz que ella ha de estar, en mi padre, en que lo extraño tremendamente, en lo confuso y difícil que se volvió todo

—Lo sé —coloco un popote en la bebida de fresa—Toma, quizá hasta te olvidaste del desayuno, y quiero que te mantengas fuerte —dijo con desinterés

—Ah este punto, no se si realmente alguna vez fui fuerte

Ten

—¿Cómo ha estado? —pregunté —Últimamente mi vida no ha ido del todo bien, creo que lo necesito

Me quede observando su foto.

—Conocí a alguien —comencé —Ella, tiene dos caras, es alegría y tristeza, es aquella que puede comerse al mundo y es el mundo comiéndosela a ella, es control que lleva al descontrol total, es rareza que pocos pueden entender

Suspiré.

—Pero ... Algo ha cambiado en ella, hacia a mi, está distante, fría... Papá yo... La amo

Una lagrima resbaló por mi mejilla.

—Y nunca dejaría que alguien o algo la lastime, sin embargo yo la lastime... Nunca me había sentido así por alguien, me preocupo por sus sentimientos pero... No la merezco.

Sorbi mi nariz.

—Porque tomó malas decisiones que le hacen daño, soy malo para ella, pero no puedo cambiar y me niego a cambiarla... No sé que hacer, ahh papá, me gustaría que estuvieras aquí para ayudarme, porque yo... En este momento estoy eligiendo pero....

¿Y si elijo dejarla ir?

—¿Ibas a dejarme? —lo miré con una expresión neutra

—Son Hye...

—¿Por qué? —mis ojos comenzaron a cristalizarse —Creí, creí que todo iba a estar bien

—Me odio por lo que te hice hija

—Pero yo te perdone, yo...

—Pero yo no me he podido perdonar —me interrumpió —Odio quien soy, ya no hay nada bueno en mi Son Hye

—Eso no es verdad, papá tu...

—Yo... Estoy harto de perder mi tiempo, estoy harto de vivir, estoy casado todo el tiempo

—Papá...

—No se qué paso conmigo, todo por lo que me he preocupado se ha ido, estoy, arruinado, estoy, ¡Hecho una mierda! —gritó—Nunca me he sentido más solo, no tengo nada, a nadie....

—Estoy aquí —susurre entre lágrimas —Y me gustaría a mi papá de vuelta

—Jamás fui un buen padre para ti...

—Quizá no fuiste el mejor del mundo, quizá no eres el típico padre amoroso de película —lo miré—Pero me enseñaste algo que nadie me ha enseñado jamás

Me miró a los ojos.

—El mundo real —susurré—Me enseñaste a ser feliz, porque me mostraste el sufrimiento... No puedes ser feliz si no conoces la tristeza primero

—Son Hye...

—Así que... —lo interrumpí—Padre, si algún día decides regresar, dejaré dos tazas de chocolate caliente en la mesa, se que lo amas, deje de hacer todas esas cosas que odias, incluyendo mi carácter, ya no me enojo tan fácil, o trato al menos, ya encontré los pares de mis calcetines y cambié mi perfume a uno dulce como te gustaban, colgué fotografías por toda la casa —tomé su mano —Papá, sin ti soy un poco menos yo

El bajo la mirada. Dejando escapar un sollozo.

—Todo esto es... Por si regresas —susurré

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