7.
—¿Cuál es el plan? ¿Homicidio? Está bien, me gusta —sonrió la castaña asintiendo repetidas veces —Yo te apoyo
—¿Cuál plan? —respondí—No hay plan
—¿Dejaras que esa mocosa se salga con la suya? —preguntó la rubia alterada
—¿Qué debo hacer? —la miré tranquila —No me siento amenazada en este momento —le di el último trago a mi café —Entré todas mis inseguridades siempre estuve segura de el
Las dos chicas me miraron extrañadas.
—Quiero decir que confío en Ten —me levanté —No haré nada al respecto, ya, lo dije —comencé a caminar
—Últimamente todo es aburrido—cruce mis brazos y me acomode en la silla
—¿La escuela también? —preguntó
—La escuela especialmente —reí, baje la mirada y esta se posó en su muñeca —¡Que demonios! —susurré, tomé su brazo —¿Qué es ésto? —señale una cicatriz
—No es nada —arrebato su brazo de mi mano —¿Ya comiste? —preguntó tratando de cambiar el tema
—¿No es nada? —frunci el ceño —Papá...
—El tiempo terminará pronto, terminemos la visita bien
—¿Qué pasó? —lo miré— ¡Estoy preguntando que pasó! —grité algo alterada
—Yo lo hice —susurró
—¿Qué? —pregunté desconcertada
—Fui yo —me miró enojado —Yo, yo, yo, yo lo hice
—¿Es una maldita broma? ¿Por qué? ¡Como puedes ser tan inconsciente! —me levanté
—Son Hye, por favor, no sigas —repitió mi acción
—¿No has tomado tu medicamento? ¿Sabes lo difícil que es conseguirlo? —continúe —¿Podrías ser más agradecido?
—Son —apretó su puño
—Es lo único que tienes que hacer —grité —¿Es que acaso es tan difí...
Entonces algo me interrumpió.
Sentí un líquido recorrer mi labio inferior.
Mi mejilla se sintió caliente y mi cabeza había volteado repentinamente.
—Hija —pasó sus dedos bruscamente por su pelo —No, no, no —comenzó a negar repetidas veces, evitando mi mirada
—Papá —lo miré, su semblante había cambiado —Fue mi culpa, estoy bien —intenté tomar su mano
—¡No! —gritó evitando mi tacto —¡Qué no ves Son Hye? ¡Siempre terminas lastimada estando conmigo!
—Papá, dije que estoy bien, eh —limpié la sangre de mi labio —¿Lo ves? No pasó nada
—Mi hija —tomó mi mejilla delicadamente —Lo siento —sus ojos comenzaron a cristalizarse, de la nada lágrimas caían por sus mejillas descontroladamente —Soy un estúpido
La puerta de la habitación se abrió, dejando ver a dos policías y a la doctora.
—Son Hye ¿Qué ocurrió? —se acercó preocupada
—Oh, caí de repente de la silla —sonreí hacia di como si nada hubiese pasado—Estoy bien, no es nada
—Lo llevaremos a su celda —habló uno de los oficiales
—Bien, lo examinare después —respondió la doctora
—Vendré el próximo fin de semana —le sonreí a mi padre antes de verlo desaparecer por la puerta
—¿Segura que sólo te caíste?
—¿Peleaste? ¿Cómo es que siempre te lastimas? —preguntó mamá mientras limpiaba mi labio
Podía oír el enfado en su voz.
—Dije que choque con un poste de regreso —respondí resistiendo el ardor
—¿Podrías inventar una excusa mejor la próxima vez? —me miró
—Mamá...
—No diré nada —sonrió tratando de calmarse —Mientras no estés en drogas o alguna clase de pandilla, todo está bien —se levanto —Sólo ten cuidado ¿si?, seguro aparecerá un moretón en tu mejilla más tarde
—¿Estar bien sin el? —reí —¡Que tontería!
—Son Hye, por fin te encuentro, te busqué por todas partes —dijo corriendo hacia a mi la castaña
—¿Ocurrió algo? —pregunté
—Tienes que ver ésto —me entregó su celular el cuál tomé confundida
Mis pensamientos eran difusos.
Mi respiración era acelerada.
Mi pulso se detenía a los segundos.
—¿Qué es esto? —mis ojos comenzaron a cristalizarse, la furia, poco a poco iba apoderándose de mi
—Son Hye, se que lo han visto todos, pero antes de que...
—¿Quién lo subió? —pregunté
—Eso no importa Hye—río ligeramente
—¿Quién lo mando? —la miré seria
—Mali —respondió —Espera Hye, no hagas algo estúpido
Me deshice de su agarre.
Mis pasos fueron apresurados, la voz de Seúl Gi gritando mi nombre era casi inexistente.
En ese momento solo tenía un objetivo en la cabeza... Mali.
Las clases comenzarían en poco tiempo, aún así algunos alumnos todavía no entraban a sus salones, y se encontraban en el pasillo principal.
Incluyéndome.
Incluyendola.
—¡Oye, tú, pelirroja! —le grité llamando la atención de todos, ella volteó
—Vaya Hye, no te esperaba tan temprano —dijo guardando sus útiles en la casilla
Comencé a acercarme.
—¿Cómo está tu mejilla? ¿No crees que se pasó esta vez? ¿Que sigue? ¿El hospital? —preguntó riendo
—Vuelve a decir esa mierda una vez más, y te juro que va ser lo último que digas —dije una vez estando frente a ella
—¿Qué ocurre? —sonrió —¿Ahora si te sientes amenazada?
Lancé la puerta de su casillero logrando que su antebrazo quedara dentro.
Recargue mi mano sobre el.
—¿Tú amenazándome? ¿Desde cuándo tienes tantas hagallas? —sonreí de lado
Empuje con más fuerza la puerta del casillero, aún con su brazo dentro.
—Suelta —dijo apenas audible por el dolor
—No entiendo cual es tu maldita ganancia con esto —me reí, seguro parecía una psicópata —El video que mandaste ¿De dónde lo sacaste?
—¡Dije que me sueltes! —grito, presione más el casillero
—Preguntaré una vez más —volví a presionar —¡¿De dónde sacaste el maldito video?! —grité frustrada—¿Dónde? —empuje más
—Mi mamá —se quejo —Es la doctora de tu padre —dijo mientras las lágrimas salían descontroladamente —Estuve ahí este fin de semana, y vi por las cámaras como tu padre salió de control —el dolor era reflejado en su rostro —Así que comencé a grabar y luego el té golpeó
Mi labio temblaba.
Lágrimas no tardaron en salir.
—¿Por qué? ¡No tenías porqué mandarlo! —grité furiosa
—Fue estúpido, no debí grabar en primer lugar, lo sé —grito —Pero por favor, duele—suplicó
—Son Hye, ¡Detente! —gritó asustada—¡Está sangrando! —exclamó mi amiga
Todos murmuraban y hasta apenas era consiente de ello.
Deje de hacer presión liberando así su brazo. Ella lo tomó rápidamente.
—Sigue metiéndote en mis asustos —la miré directamente a los ojos —Y la única que lo lamentarás aquí, serás tú
—Señorita Son, sus compañeros opinan que usted es muy...
—¿Temperamental? —crucé los piernas
—Perra psicópata o pesimista es lo mas usado —respondió
—Bueno —sonreí —Debo admitir que es innovador
—Señorita...
—Me difamo, pero por alguna extraña razón, de las dos, soy la única aquí
—Aplastó su brazo con un casillero hasta hacerlo sangrar, obviamente terminaría en dirección —dijo serio
—Todo será usado en mi contra ¿no? —lo miré—No hablaré hasta que mi padre llegue
—Disculpe el retraso —habló mi padre entrando a la oficina
—De hecho, llega justo a tiempo
—¿Enserio Son Hye? ¿Un casillero?
—No lo lamento, si es lo que quieres saber —respondí con la mirada baja
—Pudo haber resultado peor —exclamó
—¿Estás enojado conmigo? —pregunté
—No —sonrió —Probablemente debería estar furioso, debería castigarte señorita, pero... Estoy feliz
—¿Qué? —lo miré sorprendida
—Es la primera vez que me llaman porqué tuviste un problema —sonrió —¿Sabes lo emocionante que es eso para un padre primerizo?
—Wow—reí —No me imaginaba una reacción de este tipo
—Cómo sea, hablaremos de esto más tarde en casa —beso mi frente —Y descuida, el video ya fue borrado y pagaremos los gastos médicos —sonrió —Aunque terminaste en detención por una semana, además de un castigo en la biblioteca
—¿Realmente lo hiciste? —cerré los ojos derrotada al oír su voz
—Yo....los voy a dejar, a solas —se retiro Seúl Gi incomoda
—Dime que no fuiste tú, por favor
—¿Estás seguro que debes preguntarme eso a mi? —lo miré
—¿Ya viste su brazo? —frunció su ceño
—¿Viste el video? —me crucé de brazos
—Por favor Hye, ella no sería capaz de hacerte algo así
—¿No? ¿Realmente la conoces?—lo miré cruzando los brazos
—Bueno, después de lo que hiciste, me di cuenta de que nunca terminas de conocer a alguien realmente
—¿Perdón? —fruncí el ceño —Ya, ya entendí —reí irónica —¿Ahora yo soy la mala de la historia?
—Ella no tiene la culpa de lo que tu padre te hizo
—¿No tiene la culpa? —pregunté desconcertada —le envío ese estúpido video a todos, ¡TODOS! ahora saben quien soy realmente, saben lo patética que siempre he sido —mis ojos comenzaron a cristalizarse —Ella no tenía porqué grabar ese estúpido video de mierda, mucho menos enviarlo
—¡Ella no lo hizo! —gritó haciéndome sobresaltar —Ella no lo grabó, ni siquiera sería capaz de mandarlo, la conozco
—Bueno, como has dicho tú —me acerque a el —Nunca terminas de conocer a nadie realmente —me giré dispuesta a seguir con mi camino
—Son Hye —suspiró pesadamente bajando la voz —Por favor...espera
—Olvídalo Chittaphon, lo arruinaste
1:45 a.m.
La habitación estaba oscura.
Había mucho silencio y me odiaba más a mí misma cuando había silencio.
Es como si todo el tiempo, estuviera caminando, perdida a la mitad de un bosque.
Algunas veces está bien, otras pueden ser incluso hermosas, pacíficas, pero, sabes que en algún momento, regresaras a esa partes oscuras, que sabias que estaban ahí, pero lo ignorabas, y es ahí, cuando las cosas se ponen difíciles.
Hacía mucho tiempo que no me sentía así, insignificante.
No había lágrimas.
Tampoco había sonrisas.
Solo un vacío.
Me sentía vacía.
Otra vez.
De pequeña, siempre había creado una barrera, vivía encerrada en una burbuja.
Mi carácter, era mi máscara.
Nadie conocía quien era realmente, solo veían lo que yo quería que vieran.
Y ahora todo el mundo lo sabía.
Me había vuelto vulnerable de cierta manera.
Entre más más personas me veían, más me dañaba la gente.
—¿Por qué? ¿Por qué?
se repetia una y otra vez en mi cabeza
El teléfono de la sala comenzó a sonar por cada rincón de la casa sacándome completamente de mis pensamientos.
Camine al pasillo. Oí un sollozo de mi madre.
De pronto, se escucho como alguien lo dejo caer, y ahí lo supe.
Algo no estaba bien.
Entre a la sala de urgencias lo más rápido que pude.
Cuando lo vi.
Estaba siendo transferido en una camilla por varios médicos.
—¡PAPÁ! —me empareje a ellos, había sangre por todas partes, las voces se oían en eco—¡papá! ¡¿Qué le pasó?!
Dos enfermeras me detuvieron de los brazos.
—Señorita, no puede entrar —habló una de ellas
—¡Es mi padre! ¡Tiene que dejarme! —comencé a forcejear para liberarme, siendo completamente inútil
—Hija, por favor —mamá me abrazo ocultado mi rostro en su pecho —Ven, tranquilizate
—¡¿Qué le están haciendo?! —las lágrimas a este punto eran incontrolables —¡¿Qué le pasó?! —mire a mamá —¡¿POR QUÉ NADIE ESTÁ DICIENDO NADA?! —me tumbe al suelo
—Shhh todo estará bien —habló con la voz entrecortada, se derrumbó a mi lado —todo saldrá bien —susurro
—¿Suicidio? —la miré incrédula—¿Está diciendo que mi padre intento quitarse la vida? —pregunté —¿Por qué? —reí desconcertada
—El maltrato causa estrés, y se asocia al trastorno del desarrollo cerebral temprano, esto puede alterar el desarrollo del sistema nervioso e inmunitario, en consecuencia los adultos que han sufrido maltrato en la infancia, corren mayor riesgo de sufrir problemas de conducta, sumándole los sentimientos de culpa...
—Suficiente —me levanté—Paremos un momento
Mi vista se centro en un punto fijo de la gran habitación blanca.
—Son Hye —me tomó de la mano—Se que esto debe parecerte muy...
—¡Dije que basta! —espete—Necesito...tomar un poco de aire —me solté y camine a la salida
Mali.
—Vamos Chittaphon, apresurate con esas palomitas —grité desde la sala
—Ya voy —grito de vuelta desde la cocina —es ésta cosa que no se apura
De pronto su celular comenzó a sonar.
Revise y vi en la pantalla su nombre.
No arruinaría mi tarde con el.
Colgué.
—¿Quién llamó? —apareció de repente en la sala
—Nadie importante —conteste
—¿No? Vamos, necesito el celular—intento quitarme su celular
—Vamos Ten, me prometiste una tarde contigo —le dije —Confiscaré esto —guarde su celular en mi bolso
—Mali, por favor —suplico
—No es Son Hye, si es por eso qué lo necesitas —respondí —Ella sigue enojada contigo, y yo estoy enojada con ella, ¿Ya olvidaste lo que me hizo?
—Bien , tú ganas —se sentó al lado mio derrotado —¿Qué veremos hoy?
Yo no sería una perdedora.
Y se lo demostraría.
Ambición.
Codicia.
Era algo importante para mi.
Perder....
No formaba parte de mi vocabulario.
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