6.
Mali
—¡Estoy de vuelta! —grito Ten mientras entraba a casa
—¿Qué tal el camino? —preguntó su madre
—Tranquilo —una sonrisa apareció en su rostro —Agradable
—Mi pequeño Ten —soltó una pequeña risa —No puedes ocultarlo, el rubor en tus mejillas te traiciona
—¡Qué! —oculto sus mejillas con las mangas de su sudadera
—Es una linda chica —sonrió —Amable, respetuosa, acomedida, y muy guapa, justo como la imagine
¡Es una linda chica!
Imitó un voz interior.
Linda mi trasero.
Esa chica no era linda.
Era una amargada, posesiva, que se estaba quedando con mi Ten.
—¿Cierto Mali? —dijo sacándome de mis pensamientos
—¿Eh? —levante la mirada —¿Qué ocurre?
—Le comentaba a Ten lo que dijiste, que necesitas ir mañana a comprar unas cosas
—Ahh si —respondí nerviosa —¿Podrías acompañarme?
—¿Es necesario hacerlo? —preguntó torciendo la boca —Es que yo...
—Chittaphon Leechaiyapornkul, ¿Qué dije de tu hospitalidad? —lo regaño su madre
—Bien —aceptó de mala gana —Estoy cansado, me iré a mi cuarto
—Creí que veríamos nuestra serie como todas las noches —lo detuve
—Lo siento Mali, hoy no será posible —se encogió de hombros
Y salió de mi vista.
Estaba comenzando a volverme loca.
Tenía que hacer algo.
No podía perderlo.
No de nuevo.
No otra vez.
—Lo siento Hye —se disculpo—¡Ah enserio quería ver esa película!
—Descuida, debes acompañarla, es nueva aquí, podría perderse —le respondí —Podemos ver la película otro día
—¿Entonces que harás? —preguntó del otro lado de la pantalla
—Jaewon mencionó un festival —dije —Quizá me dé una vuelta por ahí
—¡No! ¡Me opongo! —gritó de la nada haciéndome saltar del susto
—¡Rayos Ten! Casi me da un maldito infarto por culpa tuya —lo fulmine con la mirada
—No puedes ir con el —habló
—¿No? Dime un argumento válido para no hacerlo —le dije divertida
—Estoy celoso —contestó —Ese es un argumento realmente válido
—Juro que quiero apretar tus mejillas con fuerza en este momento —reí —¿Cómo puedes ser tan tierno?
—Habló enserio Hye —se quejo
—Es solo un festival —respondí —Y es solo Jaewon, no hay nada de que preocuparse —bostecé —Ahora debes ir a dormir
—¿Yo soy quien debería dormir? —mencionó burlesco
—Cállate —le aventé una almohada a la pantalla —Descansa novio mío
—¿Qué? —abrió los ojos —¡Repite eso!
—Ni es tus sueños —respondí divertida
—Vamos Hye, debo oír eso una vez más —junto sus dos manos
—¡Adiós Ten! —agite mis manos repetidas veces frente al computador
—¡Hye! ¡Espe... —colgué
Definitivamente, hablar con el antes de dormir, era motivo suficiente, para al final, no hacerlo.
—Festival de los Faroles de Loto—dijo sonriente —Me alegra que hayas aceptado
—De hecho, es la primera vez que vengo a uno de estos festivales —dije avergonzada
—Te divertiras —sonrió —Lo prometo, ven —entrelazo su mano con la mia, sorprendiendome por completo—¡Hagamos una farola! —dijo con la emoción de un niño pequeño
—¡De acuerdo! —reí —¡Vamos!
Ten
—Wow, ¿Qué están haciendo allá? —preguntó
—No lo sé Mali, y siendo sincero, no quiero saberlo —contesté irritado, llevaba 3 horas recorriendo tiendas comerciales y comprando vestidos—¿Necesitas comprar algo más?
—Vamos a ver —señaló aquel lugar
—Mali, ¡estoy cansado!
Pero todas mis súplicas y quejidos fueron e vano.
De pronto ya me encontraba siendo arrastrado por la pelirroja.
—Es hermoso —exclamó la chica una vez que llegamos al lugar
—Si, si, bellísimo —contesté desinteresado
—Oh ¿Ella no es Son Hye?¿Qué hace aquí?
—¿Dónde? —comencé a buscar con la mirada por todos lados
—Por allá —señaló un pequeño puesto —Pero...¿Quién es el chico?
—El no es nadie —dije despreocupado —¡Vamos!
—¡No! —grito haciéndome saltar —Es tarde, son más de las 8:00, tu madre debe estar preocupada
—Si le digo que encontré a Hye, ella entenderá, solo...
—Chittaphon, por favor —suplicó —Quiero irme
—¡Bien! —solté —regresemos
—¡No puedo creer que la profesora dejara esto! —me quejé
—Lo sé, por alguna razón, los profesores siempre tienen un as bajo la manga, solo para hacerte la vida imposible —continuó la castaña
—Cómo sea, tengo hambre, iré a la cafetería —interrumpió la rubia
—Te acompañare, también quiero comprar algo—se levantó Gi —¿Quieres algo Hye?
—Mmm ¿Qué opinas de una malteada? —sonreí de oreja a oreja
—Lo imaginé—sonrió —Muy bien, ya volvemos —comenzaron a alejarse dejándome sentada en el césped
—¿Interrumpo? —preguntó la pelirroja sentándose a mi lado
¿De dónde habia salido? Ni idea.
—Bueno, quizás sólo un poco —dije incomoda
—Te traje esto —coloco una bolsa de celofán frente a mi, la tomé confundida —Ten y yo compramos galletas en el lugar del que me hablaste
—Pues... Gracias —sonreí ligeramente
—¿Sabes?... Ten, en todo el tiempo que estuve en Bangkok, jamás me habló de una novia —dijo —Y hablábamos todo el tiempo
—¿A si? Pero, cuando nos conocimos dijiste que...
—Habló de una amiga, claro, miles de veces, pero, sólo eso —juro que pude notar una sonrisa en su rostro
—¿A qué quieres llegar Mali? —pregunté, sabía que su rostro de inocente no duraría por mucho —No hace falta fingir nada
—Qué bueno, porqué, esto comenzaba a cansarme —río cambiando su semblante por completo—Sólo ... No sigas
—¿No seguir con que? —frunci el ceño
—No mendigues amor Hye, no naciste para recibir sobras sentimentales y justificar tus vacíos
—No justificó nada —me levanté riendo, ella imitó mi acción —Después de un tiempo lo entenderás
—¿Entender qué?
—Entenderás qué el sol quema si te expones demasiado —me acerqué a ella dejándose notar la diferencia de estatura —El está bien sin ti Mali, lo sé y cada día lo demuestra más
Pagaría por volver a repetir la escena una y otra vez de como su expresión cambió repentinamente.
—El problema es que tú corazón no quiere admitir lo que tu mente ya sabe
—¿A qué te refieres?
—Puedes darle todo a un chico, pero no será suficiente si no eres la chica que el quiere que se lo de
—Juro que...
—No sabes con quien te estás metiendo pelirroja —sonreí —Había sido paciente contigo, porqué eres su amiga, pero... de alguna forma siempre lograste arruinar todo
Cruce mis brazos.
—¿Querías conocer a la verdadera Son Hye? —me acerque más a su rostro —Atente entonces a las consecuencias —levante mi mochila del suelo —Ahora si me disculpas
Di un paso al frente.
Frene en seco.
Quedando así hombro a hombro. Direcciones opuestas.
—De hecho, justo ayer, me recordaba lo feliz que era —me acerque a su oído —Y en ningún momento menciono tu nombre —sonreí de lado —No tuvo nada que ver contigo —susurré—Linda charla —grité mientras me alejaba.
Dejándola completamente estática.
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