5.
Habia dejado a mi amiga en su casa hace un par de horas.
Estaba realmente cansada.
La noche había sido larga y con mucha adrenalina.
—¿Estás dormida? —preguntó mi madre entrando a la habitación
—No puedo dejar de pensar en lo de hace un momento, jamás me imagine que Gi pasara por algo así
—Debe ser difícil...
—Muy difícil mamá —me levante de la cama —Debo ayudarla, le dije que lo haría pero... No sé como
—Cariño—me envolvió en un cálido abrazo y acaricio mi cabello—Sabes la respuesta mejor que nadie
—¿Qué? —la miré confundida
—Solo debes estar ahí para ella, como ella lo estuvo para ti —sonrió
—¿Solo así?¿Tan fácil?
—¿Es qué acaso lo olvidaste? —levantó sus dos cejas —¿Acaso ella te dio una solución para cada problema? ¿Una explicación?
—Pues... No
—Solo estuvo para ti, te ayudó con hechos Hye, no sólo con palabras
—Claro —sonreí de oreja a oreja
—De acuerdo, pero por ahora debes dormir —río—Es más de media noche—salió de la habitación
—Mamá —se detuvo
—¿Si?
—Te quiero —solté
—Y yo a ti —y sin decir nada más, salió de la habitación
—Me alegra que decidas regresar —dijo Jaewon mientras limpiaba el mostrador
—También me alegra regresar —sonreí —Me gusta mucho trabajar aquí y aspirar el aroma a café
También necesitaba recuperar mis ahorros.
—Hye.. —me miró
—¿Qué sucede? —lo miré confundida
—Yo, me pregunto, si... De casualidad, escucha, habrá un festival—tomó su nuca avergonzado y se acercó un poco a mi—Te gustar... —la campana sonó indicando que alguien había entrado
—¡Quieto ahí torbellino! —espetó Ten caminando hacia nosotros —¡Hola! ¡Chae! ¡No! ¿Hae? ¿Baek?
—Jae —lo corregí —Su nombre es Jaewon
—Si, eso dije —sonrió
—¡Lo siento! Pero...yo no tengo el gusto —comentó mi amigo
—Soy Ten, el novio de Son Hye—dijo remarcando la palabra NOVIO
Frunci el ceño. ¿Por qué actuaba así ahora?
—Oh, el chico que la dejó plantada la otra vez —lo miró retadoramente
Me aclaré la garganta.
Incómodo.
—¿Qué haces aquí Chittaphon? —pregunté —Estoy trabajando
—¿Trabajando? —frunció el ceño
—Eso dije —lo miré—¿Porque no vas con Mali? —solté irritada
—¿Podemos olvidar a Mali un segundo? Vine a darte una pequeña invitación
—Yo... Iré a atender aquella mesa —sonrió mi amigo dulcemente —Ya vuelvo pequeña —palmeo mi cabeza
—¿Qué fue eso de "Pequeña"? —Dijo Ten de mala gana una vez que el chico había desaparecido
—Bueno, es solo un apodo de cariño —me encogi de hombros restándole importancia
—Ven acá —me hizo una seña, me acerque —¿Cómo se atreve? —comenzó a limpiar mi cabello
—¿Qué te ocurre? —me separé riendo
—No quiero rastros de él en tu cabello —se cruzó de brazos —Ahora si, a lo que vine
—Creí que jamás llegarías a esa parte —dije dándole un trago a mi botella de agua
—Mamá quiere conocerte
Escupí repentinamente el contenido antes tomado en su perfecto rostro.
—Tan linda —dijo limpiándose con la manga de su sudadera —Cómo siempre
Comencé a toser descontroladamente.
—¡No, no, no! —comenzó a soplarme —¿Está todo bien?
—¿Tú mamá?...
—Eres mi novia ¿no? —sonrió —Probablemente mi futura esposa
—¡Chittaphon! —lo miré, seguro en este momento parecía un tomate
—Es una noche importante para nosotros Hye —suspiró—Es el 10° aniversario de la muerte de papá y creí que, sería bueno tenerte a mi lado
Lo mire sin saber que decir al respecto.
Sabía que su padre había muerto, pero en realidad, el jamás hablaba al respecto.
—¿Irías? —comenzó a rogar con la mirada
—Sabes que no puedo negarme, cuando pones esa expresión ¿Cierto? —respondí derrotada
—¡Yess! —hizo un especie de festejo con sus manos —Pasaré por ti, a las 6:00, en punto, lo prometo
—De acuerdo —sonreí —Estaré esperando
—Hasta entonces linda —deposito un beso en mi mejilla, haciendo que me ruborizara por completo y luego salió del lugar
—No estés nerviosa, estoy seguro de que ella va a amarte —me animó el pelinegro a mi lado
—¿Me veo mal? ¿Exagere con el vestido? Es que acaso.. ¿Debí traer el pelo recogido? —lo miré aterrada
—Hye, hey —me tomó de las mejillas —Estás perfecta
—De acuerdo, entremos—solté un breve suspiró relajando completamente mis hombros
El abrió la puerta principal de su casa dejándome entrar primero.
A decir verdad era una casa bastante grande, todas las paredes estaban de blanco, los muebles eran color chocolate y había fotografías por casi todas partes.
—Por fin puedo conocerte —habló una señora saliendo de la cocina con un tazón en una mano y platos en la otra, se veía inestable
—Déjeme ayudarla —camineros hacia ella rápidamente sosteniendo el tazón y luego dejándolo sobre la mesa
—¡Que linda! —exclamó
—Un gustó —hice una reverencia —Mi nombre es...
—Son Hye —interrumpió la pelirroja bajando las escaleras
—Son Hye —susurré
—No sabía que vendrias —me abrazó repentinamente, me tense al momento
—Claro que iba a venir —interrumpió Chittaphon separándola de mi, cosa que le agradecí bastante internamente —¿Por qué no la traería? Es tonto
—Bueno, bueno —interrumpio su madre —Ven querida, siéntate aquí —me ofreció asiento al lado suyo, el cual lo tomé sin pensarlo demasiado
—No te vas a caer, yo voy a sostenerte — dijo ofreciendo su mano
—Porqué no simplemente nos recostamos en el pasto Ten —le dije tomando su mano
—Porqué así no sería divertido, además, aquí hay mejor vista de las estrellas
—Pues esto no es divertido, es peligroso, ¿Sabes cuántas personas mueren por caer del tejado?
—No, no lo sé —soltó riéndose—Vamos, ya estamos aquí —me tomó de la cintura delicadamente, dando apoyo para que así logrará sentarme
—Wow, el cielo nocturno es maravilloso —dijo contemplando lo antes mencionado
Yo lo contemplaba a él.
—A mi padre le encantaba mirar el cielo nocturno mientras trataba de contar las estrellas—habló sonriendo con nostalgia—Incluso ni cuando le detectaron su enfermedad dejó de hacerlo, creía que alguna estrella fugaz le concedería algún deseo
—Debió ser un hombre maravilloso—dije acariciando su mano
—Leí una historia, donde dice que los creyentes tienen la idea de que cada vez que una estrella muere, cae sobre la tierra para renacer —hizo un ademán con sus manos para explicar mejor lo dicho —En algo parecido a un ser de carne y hueso, para coexistir junto a los terrestres
—No creí que leyeras ese tipo de historias Ten—le sonreí
—Tenemos mucho que aprender uno del otro Hye —tomó mi mano —Tú eres como la luna —susurró—Siento que la luna es mágica —susurró
—Quizá la magia no está en la luna —susurre de vuelta —Sino, en quien piensas mientras la admiras brillar
—Magia es saber que estamos hechos de estrellas y que nada apagara la luz de este amor —siguió susurrando —Qué todas las noches bajo la vía láctea parecerán eternas si tu no estás
—¿Por qué susurramos? —pregunté riendo
—No lo sé —río de vuelta
Mire nuestros dedos entrelazados.
—Todo va a salir bien, prometo cuidar tu corazón antes que el mío—afirmé —¿Tú que me prometes?
Se quedó pensando un segundo.
—Yo te prometo el mundo —habló
—Ya tengo mi mundo Chittaphon
—Entonces te prometo Un para siempre...
—Quizás un para siempre sea casi imposible —baje la mirada
—Hay amores que duran para siempre aunque no estén juntos —tomó mi barbilla haciendo que le mirara —Y yo Hye...
No creo poder olvidarte nunca.
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