16.

Ten

Un momento.
Un momento marca la diferencia. A veces sólo en un momento puedes descubrir si amas a esa persona u odias a esa persona... Miras su sonrisa e inmediatamente sonries porque eres feliz al verla feliz, si lágrimas caen por su rostro, no puedes evitar sentir tristeza, un dolor en el corazón como una bala que lo atraviesa, porque sabes que ella está triste, yo... En un momento me di cuenta que la amaba, y en otro, que la tenía que dejar ir.

Las clases habían terminado, el timbre resonó por cada rincón del inmenso instituto, y cada alumno comenzó a salir de las salas, incluyéndome a mi.

Abrí la puerta de mi capilla ingresando la clave, y antes de poder guardar los libros de mi última clase, algo me interrumpió. Un papel cayó de mi casillero llamando completamente mi atención, mis ojos se abrieron más de lo normal, antes de leerlo, voltee a todos lados, de un momento a otro me sentí vigilado, tal vez paranoico, ¿Quién había sido?

La curiosidad me invadió, decidido abrí aquel papelito doblado.
Leí.

Nunca termina, lo que nunca empezó.
Tú y yo tenemos un amor pendiente.

Mi ceño se frunció lentamente. Guarde los libros rápidamente, tomé mi mochila y salí del instituto velozmente.

Mi celular comenzó a sonar. Me detuve a mirar.
7 llamadas perdidas de un número desconocido.
Colgué.

—¿No contestaras? —me tense al escuchar esa voz —¿Por qué tengo que seguirte para volver a saber de ti? —su respiración era agitada —Casi me da un maldito infarto

Me gire con lentitud.

Nuestra miradas se conectaron, así como nuestros corazones, justo como la primera vez.
Después de seis meses, su pelo era más largo que la última vez, lo había emparejado, tenía puestos unos overoles con una camisa rayada, y unos converse, su maquillaje era muy natural, casi invisible, se veia hermosa.
Tal y como la recordaba.

—¿Tú...

—Se lo que piensas, "¿Qué hace ella aquí?" ¿Es eso?

—Te ves hermosa —susurré—Eso es lo que estaba pensando

Su semblante era uno de sorpresa, luego cambió a uno donde sonreía.
Donde me sonreía.

—Ningún reencuentro es coincidencia Chittaphon —sonrió de lado

—¿Entonces fuiste tu? —mostré el papel en mi mano

—Te invito a quererme Ten —soltó y dio un paso hacia a mi

Yo reí. Negué repetidas veces.

—Ya lo hago Hye —corte la distancia con un paso también, quedando así frente a frente

—Fue difícil dar contigo, había olvidado qué este colegio está muy escondido —rió —Pero... Te volvería a buscar —me dio una sonrisa de boca cerrada —Una y otra vez, hasta encontrarte

—Y yo te volvería a elegir —le devolví la sonrisa —Una y otra vez hasta tenerte

Sentía nuestras respiraciones chocar y acelerarse
Me incline hacia ella y la bese con suavidad. Perpleja, cerró los ojos.
Una pregunta apareció en mi cabeza "¿Por qué cerramos los ojos cuando lloramos, cuando besamos, cuando soñamos?" Bueno... Las cosas más hermosas de la vida no se ven, se sienten.
Y ella se dejó llevar, senti que algo estallaba en mi pecho y que un extraño hormigueo recorría todo mi cuerpo.
Definitivamente había algo más cálido que sus abrazos, sus labios, sus dulces labios.

Volvimos a ser eso que habíamos olvidado, volvimos a querernos con el aire del primer encuentro. Ella sabía que yo era la única persona capaz de mitigar sus miedos, y yo... Simplemente era feliz amandola

—A tu lado ya no tengo miedo... Se lo que quiero Chittaphon —habló una vez que nos separamos

—¿Y que es?la miré

—A ti...

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