60- Atando cabos
Lo siguiente que pasó permaneció en mí como una bruma. Absorta en lo que mis ojos habían visto, mi mente se había ido a un lugar de donde no podía escapar, así como hubiese deseado que Jake también lo hiciera. Jake... ¿Dónde estás? ¿Por qué te llevó alejándote de mí?
Sonidos lejanos venían a mí, tratando de penetrar mi consiente. Mi mirada, ida, veía formas borrosas, hasta que un sonido tan simple me sacó de mi burbuja. Un chasquido justo frente a mi rostro me hizo regresar.
─Señorita Jones... Señorita Jones... ¿Me escucha?
Mi visión y mi audición comenzaron a centrarse, hasta que divisé frente a mí a un hombre moreno. Lo recordaba de algún...
─De... Detec... Detective... Mills ─balbuceé sin fuerzas.
─Señorita Jones, ¿cómo se encuentra? ¿Dejaría que la revise un médico?
Asentí levemente. Mis sentidos continuaban aletargados.
No sé muy bien qué pasó después ni cómo trataron conmigo, porque lo siguiente que recuerdo fue despertar en una cama que no era mía, con una luz blanca que entraba por la ventana, intentando cegarme.
─¡Al fin! ¡Estás despierta!
Conocía esa voz demasiado bien. Ingrid.
Me di la vuelta sobre mí misma, para encontrarme con ella, y todavía situada en la cama.
─In, ¿q-qué hago aquí? ─mi voz estaba agrietada y mi garganta dolía un poco.
─Amiga, no sé si es el momento para aclararte las cosas ─expresó en el tono dulce que usaba cuando se avecinaba una mala noticia, al tiempo que se sentaba en la cama para estar más cerca mío.
─Dime qué está pasando. Necesito saber. ─De repente había recuperado la fuerza que en algún momento había perdido, la determinación corría por mis venas de una forma apremiante.
─Tienes que prometerme que no vas a reaccionar impulsivamente, que esperarás a que termine de contarte todo y recién ahí tomarás la decisión que consideres correcta.
Ingrid me hizo pensar que la cosa no venía para nada bien, no después de haberla escuchado darme una advertencia. Aun así, asentí, prometiendo comportarme, además de darle mi palabra, aunque realmente no creía que pudiese cumplirla.
─Estás en estado de shock amiga o, por lo menos, estás empezando a salir de él. ─Ingrid sostuvo mis manos con fuerza y supe que ahora venía la peor parte─. Anoche, ¿recuerdas dónde estuviste?
¿Por qué simplemente no me decía todo de una buena vez? Sacar las cosas de a poco no iba conmigo y la ansiedad me carcomía el cuerpo.
Intenté hacer memoria y pequeños fragmentos empezaron a acomodarse en mi cerebro, haciendo su aparición de golpe y llevándome al entendimiento de los eventos de la noche anterior.
─Se lo llevó... ─murmuré, aunque en realidad fue más como un modo de que yo misma lo entendiese─. Se lo llevó, Ingrid, ella se lo llevó. ¡Se llevó a Jake!
Las lágrimas surcaban mi rostro, mi mente en completo estrés. Ahora recordaba todo, cada mínimo detalle. Y dolía. Dolía mucho.
Ingrid me abrazó, tratando de contenerme. Mis lágrimas cayendo sobre su hombro y, de repente, otro pensamiento pasó por mi mente.
─Yo preocupándome por mis problemas y tú que ya tienes los tuyos. Soy una pésima amiga. Perdóname.
Ingrid estaba embarazada, eso también lo había olvidado por completo. Nunca más me comuniqué con ella para saber si había hablado con John para contarle sobre el bebé.
─No había mucho más para contar. Todavía sigo procesándolo. ─Sus ojos se veían tristes y ella no era así, nunca.
─¿A qué te refieres? ─consulté confundida─. ¿Procesar lo del embarazo?
Ella negó con un movimiento de cabeza.
─Me refiero a que John no quiere asumir el rol de padre, entonces... ─tragó con fuerza, tratando de aclarar su garganta─. Entonces cuidaré de este bebé sola.
─Oh amiga. ─Ahora era yo quien la abrazaba y ella quien lloraba─. No lo harás, nunca. Yo estaré contigo y prometo ayudarte en todo lo que necesites.
Ella rió, quizás por los nervios, quizás por alegría.
─Siempre supe que podía contar contigo Ara ─respondió secándose las lágrimas.
─Para estamos las mejores amigas, ¿no?
Sin embargo, el momento de ternura, abrazos y confesiones se había terminado. Un teléfono había comenzado a vibrar, el mío.
Ingrid me lo alcanzó y lo llevé directamente a mi oreja.
─¿Hola?
─Señorita Jones, soy el detective Mills. Me alegra escucharla. ¿Se encuentra mejor? Perdone que la ponga en este aprieto, pero la necesitamos.
No fue necesario que insistiera, me levanté de esa cama tan rápido como pude, poniéndome lo primero que Ingrid me pasó de su closet. Ella me llevó hasta la estación de policía y, aunque quería quedarse conmigo, le insistí que lo mejor para ella y para su bebé era que no presenciara situaciones de estrés. Ella accedió a regañadientes y se fue.
El detective Mills me esperaba apenas entré. Su traje de siempre y su cabello revuelto, probablemente por una noche extensa de trabajo.
─Señorita Jones, me alegra verla y me alegra saber que se encuentra bien. ─Me dio la mano a modo de saludo y luego me hizo una seña para que lo siguiera.
─¿Hay noticias sobre Jake? ─mi voz salió entrecortada y trataba de contener las ganas de llorar, pero se me hacía muy complicado.
─De eso mismo quiero hablarle señorita Jones. Por favor pase.
La habitación donde me hizo entrar no era la oficina de la última vez, era una sala de interrogatorio. Inmediatamente los nervios se apoderaron de mí. ¿Acaso pensaba que yo era una posible sospechosa? La confusión me embargaba.
─¿Es- Estoy bajo arresto? ─pregunté preocupada mientras ocupaba mi lugar en una de las sillas que había a cada lado de la mesa.
─No, nada de eso señorita. No es ese el propósito por el que la convoqué.
Mi respiración, que se había enloquecido ante la posibilidad que me mente le presentaba, comenzó a regularse.
El detective se sentó frente a mí. Llevaba consigo una carpeta, la cual puso sobre la mesa, abriéndola ante mí.
─Siendo usted la única testigo del secuestro del señor Ajax, debo someterla a un interrogatorio. Lo tendría que haber realizado en el acto en que sucedió el hecho, pero dada la condición en la que usted se encontraba me resultó imposible.
Asentí. Atenta a las palabras del detective. Sacó de dentro de su saco una pequeña grabadora, que también colocó sobre la mesa y le dio al botón de play.
─Antes de continuar, necesito que aclare que esta declaración está siendo llevada a cabo bajo su consentimiento. ─Asentí nuevamente─. Debe expresarlo verbalmente señorita Jones.
─Oh, lo siento. Emm... Acepto dar mi testimonio por mi propia voluntad. No estoy siendo coaccionada.
─Perfecto, señorita Jones. Podemos continuar.
Lo siguiente fue relatar cómo se dieron los acontecimientos y revivir una vez más sucesos que me hubiesen gustado olvidar. Sin embargo, haría lo que fuera con tal de ayudar a que Jake regresara sano y salvo, que regresara conmigo.
─Eso es todo lo que hacía falta señorita. Ahora vamos a la parte por la cual la hice venir.
Mills paró la grabación y se dirigió hacia la hoja de la carpeta que había dejado abierta. Intenté echar un vistazo, pero no fue necesario, él la dio vuelta para que yo pudiese verla correctamente.
─¿Qué es esto? ─pregunté frunciendo el ceño, porque estaba desconcertada ante todo el texto que tenía frente a mí.
─Tuvimos un avance significativo en la causa, Arabella. ─La palabra avance y que hubiese dejado de lado las formalidades me pusieron en alerta, mirándolo con seriedad─. ¿Puedo tutearla verdad?
─Sí claro. No hay problema. Por favor pasemos a la parte donde me cuenta a qué tipo de avance se refiere. ─Estaba harta de las vueltas, necesitaba respuestas y las necesitaba ahora mismo.
─Tenemos confirmada quién es la persona detrás de las amenazas.
Todo mi cuerpo se quedó en modo tensión, mi boca entreabierta, mi garganta seca y, mis ojos, conteniendo las lágrimas. El detective debió notar mi reacción, porque lo siguiente fue un silencio sepulcral que me hacía más daño por la maldita espera.
─¿Piensa decirme lo que averiguó? Porque me estoy muriendo de tanta incertidumbre. ─No pretendía sonar de esa forma, aunque en vista de las circunstancias estaba a miles de kilómetros de importarme si el detective se sentía tocado por mi arrebato.
─Sí, perdone. ─Con su dedo, señaló una parte del texto que estaba en la carpeta─. Como puede ver aquí, mediante una serie de e-mails provistos desde la cuenta que usted comparte con la señora Monica Bell, encontramos algo que nos llamó la atención.
El mail tenía como asunto: "CONSEGUÍ A TU COMMUNITY MANAGER!"
En seguida mi cara de confusión fue visible, tanto que Mills se hizo eco de ello.
─¿Usted estaba al tanto de esto?
Mi boca entreabierta, a punto de decir algo, mi mente moviéndose a la velocidad de la luz.
─No ─contesté lisa y llanamente─. Todo este tiempo pensé que quien manejaba mis redes sociales era Hector.
─¿Hector Vidal?
─Sí, mi publicista ─respondí todavía sin caer en que todo este tiempo había tenido una idea equivocada, pero por mi culpa. No revisaba mis mails desde hace muchísimo tiempo, siempre pensando en que Monica y Hector lo harían por mí y, por lo visto, eso habían hecho.
─Él no maneja sus redes, Arabella. La encargada de hacerlo se llama Camila, Camila Song. La señorita fue recomendada por su amiga Ingrid Nilssen, ya que en algún momento hizo el mismo trabajo para la señorita Nilssen.
─Yo... ─Bajé la mirada, atónita ante la cantidad de información que estaba recibiendo y de la cual, no tenía ni idea─, No sé qué decir. Me siento una estúpida.
─No Arabella. Esta mujer logró engañar a muchas personas para llegar a usted. Y todo empezó por la señorita Nilssen.
Yo seguía en el mundo de la confusión, donde todo se movía en cámara lenta y las fichas no terminaban de caer.
─Pero... No entiendo. ¿Por qué a mí? ¿Por qué a Jake? ¡No tiene sentido! ─Tomé mi cabeza con ambas manos y apoyé mis codos sobre la mesa.
─¿Recuerda que cuando vino por primera vez con el señor Ajax le comenté que había una cuenta de instagram fan, que le había realizado una amenaza?
─Sí, lo recuerdo ─murmuré, todavía escondiéndome del mundo entre mis brazos.
─Por favor míreme Arabella. Lo que tengo que decirle es muy importante y necesito que me preste toda la atención. ─Hice caso a su pedido, reincorporando mi cuerpo y acomodando mi espalda sobre el espaldar de la silla─. Era la señorita Song quien maneja esa cuenta de instagram. Esta mañana llevamos a cabo un allanamiento en su casa y descubrimos muchas cosas, algunas bastante perturbadoras.
Mis ojos se habían despertado del letargo de la confusión y miraban al detective con la expresión propia de alguien a la que le estaban contando demasiado, como para lidiar con todo. No obstante, la curiosidad también me invadía, lo suficiente como para hacer una pregunta.
─¿Qué es lo que encontraron?
─Primero, ropa del señor Mark Sailer, su ex pareja. ─¿Mark? ¿Qué carajos?─. Segundo, una enorme cantidad de fotos del señor Sailer y usted que datan desde el comienzo de su relación. Y... ─su pausa me hizo temer lo peor─. Fotos del señor Ajax. De él solo, otras donde estaba acompañado por usted... Y en todas tenía su rostro tachado con una especie de marcador rojo y muchas palabras haciendo alusión a... ─Mills me miró con tanta seriedad que hasta a mí me dio miedo lo que iba a decir. No obstante, esperé paciente, temerosa ante lo que viniese de su boca─... Alusión a su muerte.
Cerré mis ojos con fuerza, desahuciada por la confirmación de lo que en el fondo ya sabía. Intenté formular algo, lo que fuese, pero nada salía. Por suerte, Mills todavía tenía más para informar.
─Nuestra teoría es que el motivo del comienzo de las amenazas fue su ruptura con el señor Sailer. Por lo que vimos en la computadora de la mujer, no tomó para nada bien que se separase de él y tenía la determinación de que usted regresara con él.
Ahora las piezas empezaban a encajar. Ahora entendía por qué quería que dejara a Jake. Y ahora entendía por qué se lo había llevado. Quería alejarlo para siempre de mí. Esa maldita loca quería matarlo para vengarse de mí, pero no iba a permitírselo.
Haría lo que fuera con tal de ponerlo a salvo. Lo que fuera. Incluso, si tenía que poner en juego mi propia vida.
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Holaaa. Esperen! Este no es el final! Tenía mucho para desarrollar, mucho para develar y me quedó muy largo como para terminar todo en este solo capítulo. Por lo menos es lo que yo siento.
Ahora, espero poder darle un fin en el siguiente capítulo. NO SE ENOJEN PORFIS.
Lxs quierx! 💖
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