52- Dulces sueños

Julia volvió al día siguiente. De más está decir que su humor no era el mejor.

─Espero que hayan pasado una hermosa luna de miel. La próxima trata de no olvidarte que me enviaste al quinto infierno y que no pretendes volver por mí.

Lo que no había tenido en cuenta cuando le pedí a Ingrid que la recibese en su casa, es que su estadía allí sería de más de una noche. Y mucho menos había tenido en cuenta que el estado de ánimo de Ingrid no era el mejor de todos, desde que se había enterado que estaba embarazada.

─Se la pasaba llorando. Juro por Dios que comencé a pensar que tenía a la mismísima Llorona frente a mí.

Julia no tenía idea por lo que Ingrid estaba pasando, pero al ver que yo no hacía ningún esfuerzo por decirle que volviese a casa y que no tenía a dónde más ir, terminó preguntándole a Ingrid qué era lo que le agobiaba tanto. Y fue como si Ingrid hubiese estado esperando a soltarlo todo.

─Llevaba como una hora y no paraba de hablar. Parecía un loro.

Luego me contó que, a pesar de su reticencia al contacto humano, intentó consolarla lo mejor que pudo.

─Sabes que no se me dan bien ese tipo de cosas. Los sentimientos no son lo mío.

─Quizás es justamente por eso que llevas tanto tiempo soltera ─le largué, con una mirada desdeñosa.

─Ja ja ja, mira cómo me río ─respondió irónicamente, mientras se sentaba en el sillón y ponía sus piernas sobre la mesita─. Si estoy soltera, es porque quiero. Además, realmente no tienes idea de mi vida amorosa, creo que nunca la has tenido. Vivimos en lugares alejados y no hablamos nunca. ¿Cómo puedes saber si tengo a alguien o no en mi vida?

─Porque no creo que haya nacido la persona que te aguante con ese mal humor ─le espeté, evidentemente molesta y subí hasta mi habitación lo más rápido que pude. No quería seguir con la conversación y, al parecer, ella tampoco, porque no me siguió.

Sabía que estaba siendo dura con mi hermana, es que a veces me ponía de los nervios con su comportamiento. Siempre fue difícil de llevar, pero, hoy, particularmente hoy, tampoco estaba de humor para aguantarla.

De todos modos, tendría que armarme de paciencia con ella. Habíamos retomado nuestra relación y no quería alejarla tan pronto. Sabía que no era mala y que su personalidad era una forma de poner una barrera entre las personas, para protegerse de que la lastimaran. Podía verse fuerte por fuera, pero sabía que la realidad era otra.

Por la tarde Jake vino a verme. Tenía clases y exámenes. Realmente no sabía cómo hacía para llevar adelante una carrera tan compleja con todos los líos que tenía últimamente.

─¿Cómo te fue? ─le consulté ansiosa.

─¿La verdad? Creo que pésimo. No tuve tiempo para estudiar e hice lo que pude. ─Se veía apesadumbrado y, si bien su rostro había mejorado y la hinchazón bajado, todavía tenía algunos cortes y hematomas de la pelea fuera de la disco.

─¿Tienes posibilidad de recuperar el examen? ─Me sentía mal por él. No se merecía todo en lo que lo había metido.

─La doctora Ferrier es una profesora muy exigente. Supongo que depende de... Bueno no lo sé. Es impredecible. Solo me queda esperar. ─Se tocaba la barba crecida, evidentemente nervioso.

─Escucha, todo irá bien. ─Lo tomé por detrás y pasé mis brazos alrededor de su cintura, tratando de transmitirle toda la fuerza posible para pasar el mal momento.

─Estuve pensando... ─Rompió el silencio en el que nos habíamos sumido─. Quiero esperar a recuperarme de... Esto... ─Señaló su rostro haciendo clara referencia a los hematomas y cortes que tenía─... Para ir a visitar a mis padres. No quiero que me vean de esta manera. Van a preocuparse, querrán venir o querrán que yo regrese, y ninguna de las dos opciones es posible.

Dejé de abrazarlo y di la vuelta para estar frente a él. Lo tomé de las manos y empecé a acariciarlas.

─Lo que tú quieras amor. Iremos cuando estés mejor.

De repente, soltó mi manos y se levantó como trompa, tomándose la cabeza.

─¡Rayos! ¡Lo olvidé por completo! ¡Mierda!

─¿Qué pasa? ─La expresión en su rostro hizo que me inquietara.

─Lo había olvidado por completo. Mañana tengo una sesión de fotos y mira cómo estoy. ─Otra vez apuntó a su rostro─. ¿Qué voy a hacer? ¡Monica va a matarme! ─Empezó a caminar de un lado a otro de la habitación, claramente sobrepasado por las circunstancias.

─Tranquilo. Te aseguro que todo puede solucionarse con maquillaje.

─No creo que ni el mejor maquillador del mundo pueda disimular este desastre.

─Créeme que sí, es posible, y si no, se puede usar photoshop. Todo tiene solución. Lo prometo ─intentaba que mi voz sonara lo más serena posible, para transmitirle lo mismo a Jake.

Al fin conseguí que se sosegara e hice que subamos a la habitación. Podía ver que Jake necesitaba descansar. No había podido despejar su mente de todos los problemas que tenía y, su cuerpo y mente, empezaban a pasarle factura.

Antes de cerrar la puerta de mi habitación, fui hasta la habitación del frente, donde ahora estaba instalada Julia.

─¿Podrías por favor bajar el volumen de la música? ─lo repetí tres veces y al final tuve que entrar porque estaba de espaldas a la puerta y, claramente no me escuchaba, o se hacía la desentendida─. ¡¡¡Que le bajes a la música!!! ─le grité muy cerca de su oído.

─¡¡¡Oye!!! ¡¿Qué te pasa imbécil?! ¡¿Estás loca?! ─Julia se sobresaltó al escucharme, haciendo que casi se cayera de la cama.

Bueno, Julia no había tardado mucho en volver a sus antiguas formas. Fue lindo mientras duró.

─¡Te estuve gritando que bajaras el volumen! ¡Lo hice tres veces y no me escuchaste! ¡¿Y ahora yo soy la loca e imbécil?! ¡Apaga la maldita música! ¡Necesito descansar! ─Gesticulé con mi rostro y con mis brazos de todas las maneras posibles, para expresar mi enfado.

Salí hecha una fiera, cerrando la puerta de su habitación con más fuerza de la que había pretendido, recordando que minutos antes había intentado crear un ambiente tranquilo para que Jake pudiese relajarse y que, había fallado abismalmente.

Sin embargo, cuando entré en mi habitación, Jake ya estaba roncando. No había que ser una genia para darse cuenta de que dormía profundamente, así que cerré la puerta con cuidado y caminé en puntitas de pie hasta llegar a mi lado de la cama.

Jake se veía tan en paz cuando dormía. Muy distinto a como había estado durante los últimos días. Si fuese por mí lo dejaría dormir todo el día con tal de que se recuperase, pero... Mi teléfono vibrando en la mesita de luz casi termina con mi deseo de que Jake no se despertara, pero lo agarré rápido para que no hiciera más ruido.

Corroboré que seguía durmiendo antes de ver de qué se trataba. Mensaje de Monica. La cosa podía ir bien como podía ir mal. Solo deseaba con todas mis fuerzas qu...

Ara, perdona que te escriba por esto. Sé que debería tratarlo con Jake y lo haré en su momento, pero la marca con la que tenía contrato para una sesión de fotos mañana se ha desligado de él. Vieron fotos del escándalo fuera de la discoteca y de cómo quedó él después.

Segundo mensaje.

Dijeron que no quieren la mala publicidad. Traté de explicarles que él no había iniciado nada y que él había sido el atacado, pero no les importó. Sé que Jake contaba con el dinero de este trabajo y te aseguro que ya estoy en campaña para buscar algo donde él pueda encajar.

Tercer mensaje.

La razón por la que te escribí era para que, si puedes, le des tú la noticia. Sé que es mi trabajo hacerlo, pero creo que en este momento le vendría bien si se lo dice alguien que pueda contenerlo mejor que lo que yo podría hacerlo.
Puedo contar contigo?

No hubo necesidad de que siquiera lo pensara. Le contesté al instante y mi respuesta fue afirmativa. Yo le daría la noticia a Jake.

Mierda. Y yo que tenía la esperanza de que mañana sería un nuevo y mejorado día.

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